8 minute read

Reflexiones alrededor del feminismo

Con motivo del pasado 25 N, Día Internacional para la erradicación de la violencia de género, desde la biblioteca del Centro Penitenciario Lledoners, se realizaron diversos talleres y tertulias durante todo el mes de noviembre.

Fue un espacio de diálogo en torno al feminismo en el que participaron personas privadas de libertad e invitados externos al centro (como los estudiantes de la UVIC, Escola Carme Karr, Acathi o Acció Lila Manresa ).

Advertisement

Aunque cada sesión fue diferente, es cierto que se repitieron ciertas ideas o creencias de manera reiterada respecto al feminismo. A continuación, os mostramos los argumentos más utilizados durante las sesiones que cuestionaban este movimiento político, social y filosófico.

Por ANTONIA .G Y PAULA .F

Shutterstock

Shutterstock

1. "Yo soy feminista, no tengo que cambiar nada de mí"

Está sin duda fue una de las frases más repetidas por todos los participantes. El 100% de las personas consideraban que vivíamos en una cultura del patriarcado marcada por el machismo, pero más de la mitad no se sentía que fuera responsable de esta situación. Es decir, los propios participantes ante la pregunta “¿Qué opinas del feminismo?”, construían un argumento incorrecto donde premisa y tesis entraban en contradicción:

Premisa: El machismo es un problema estructural.

Tesis: El feminismo debe luchar por cambiar la mentalidad de solo aquellas personas que sean machista, porque nosotros/as no lo somos.

Google images

Google images

Si reconocemos que el machismo es un problema estructural, estamos aceptando que toda la sociedad está implicada, entendiendo que todas las personas somos partícipes de él.

Reconocer esta realidad, no te exhibe de tener comportamientos y actitudes machistas. Realizar un ejercicio crítico y tomar conciencia de nuestros propios comportamientos y creencias machistas es el primer paso para poder comenzar el cambio hacia una sociedad más igualitaria.

Cuestiona: ¿Qué música escuchas?, ¿Juzgas por igual a las mujeres y a los hombres antes las mismas situaciones? ¿Cómo te empoderas ante tu grupo de iguales? ¿Qué es lo que más valoras de una mujer, y de un hombre? ¿Eres 100% libre en tu comportamiento o perpetuas estereotipos marcados en función del género al que perteneces?

2. “Yo no soy machista pero tampoco feminista”

El feminismo lucha por la igualdad de género entre hombres y el resto de géneros. Por lo tanto, si estás a favor de esta igualdad ERES FEMINISTA.

La argumentación más repetida para defender esta idea es la creencia de que el feminismo promueve el desprecio de mujeres a hombres. Este concepto erróneo, también conocido como “hembrismo”, no es ni un sinónimo de feminismo ni una definición alternativa. Podríamos considerar que es un término derivado del machismo para desvirtuar el movimiento filosófico, político y social que lucha por la igualdad.

Ante este argumento expuesto en la tertulia, destacar que el feminismo NO va en contra de los hombres. Va en contra de todos aquellos comportamientos, actitudes y creencias machistas que existen en la sociedad ya sean estos reproducidos por hombres o por mujeres.

Es cierto, que en occidente a partir de la segunda mitad del siglo XX y primera década del XXI, el feminismo se ha diversificado profundamente, pudiendo llegar a generar confusión.

Actualmente, podemos encontrar diversas corrientes del movimiento que tienen distintos propósitos y difieren entre ellas en muchos métodos e ideas que propugnan para alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres.

Es sumamente necesario desarrollar el espíritu crítico, tener datos objetivos, informarse sobre los diferentes tipos de feminismo y sus denuncias, y a partir de ahí, opinar con fundamento. Si no estamos siendo susceptibles de equivocarnos y divulgar teorías y conceptos erróneos y contraproducentes.

Cuestiona: ¿En qué se basa tu opinión sobre el feminismo? ¿Sabes cuántos movimientos hay?¿Has analizado y buscado información veraz sobre los puntos que denuncia?

3. “No debería existir una ley de violencia de género. La violencia es violencia la realice un hombre o una mujer.”

La Ley de violencia de género ha sido sin duda la cuestión que más polémica ha generado en las diferentes tertulias.

En primer lugar, veamos la definición de cada uno de estos términos:

Violencia: La violencia se define como todo acto que guarda relación con la práctica de la fuerza física o verbal sobre otra persona, animal u objeto originando un daño sobre los mismos de manera voluntaria o accidental.

Violencia de género: La Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género en su artículo 1.1., define la violencia de género como:

“... Aquella que, “como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre estas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia”, y “comprende todo acto de violencia física y psicológica, incluidas las agresiones a la libertad sexual, las amenazas, las coacciones o la privación arbitraria de libertad.”

En los vínculos afectivo emocionales como en el entorno de la pareja, es frecuente la detección de evidencias que generan desigualdades sociales. En muchas ocasiones, este poder del hombre hacia la mujer acaba manifestándose en forma de violencia física y/o psicológica.

sutterstock

sutterstock

Las estadísticas no engañan. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), durante el 2020 , 29.215 mujeres fueron inscritas en el Registro Central para la Protección de las Víctimas de la Violencia Doméstica y de Género.

Debemos de tener en cuenta que estos datos se recogieron durante el estado de alarma. Muchas mujeres no pudieron denunciar, ya que convivían con su agresor.

La existencia de una ley de violencia de género ha ayudado a visibilizar este tipo de violencia que siempre ha existido y que antes permanecía oculta ante la sociedad y a ofrecer protección a las víctimas.

Recordemos el caso de Ana Orantes, una mujer que fue maltratada durante más de 20 años por su marido, y que después de 15 denuncias ante la policía, el juez dictaminó que el maltratador y la víctima debían vivir juntos en la misma casa. 15 días después de salir en televisión denunciando este hecho , Ana Orantes fue golpeada, atada a una silla y quemada viva por su marido ante la presencia de sus hijos. Por entonces (1997) no había ninguna ley que amparara a la víctima. A promover la formación y la reeducación para poder como sociedad prevenir, detectar y proceder delante de alguna manifestación o evidencia de este tipo de violencia.

Cuestiona y reflexiona: ¿ Alguna vez has empatizado con las víctimas? ¿Cómo crees que se han podido sentir? ¿Crees que una persona enamorada quiere llegar a esta situación? ¿Ante una situación de desigualdad estructural, no piensas que es necesario una ley que proteja a la parte más débil?

sutterstock

sutterstock

4. “Hay muchos hombres que están sufriendo violencia y discriminación por parte de las mujeres y nadie dice nada.”

Nuestra sociedad está basada en un modelo patriarcal. Gerda Lerner (1986) definió al patriarcado como: “la manifestación e institucionalización del dominio masculino sobre las mujeres y niños/as de la familia y la ampliación de ese dominio sobre las mujeres en la sociedad en general”

El entorno de la pareja es un ámbito donde se ve reflejada de manera más evidente esta jerarquía de poder. Cuando se establece esta relación de privilegiado-oprimida se perpetúan los estereotipos de género dentro de esta relación y en muchas ocasiones esta supremacía se manifiesta en sometimiento, posesión y violencia.

La estructura patriarcal incita directa e indirectamente a la violencia sobre la mujer manifestada de distintas maneras (que muchas de ellas tampoco son representadas en las fuentes oficiales). Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2020, se registraron 39.494 víctimas de violencia de género y doméstica. De este total, 34.297 eran mujeres, es decir, un 86.84%. Las cifras evidencian que el machismo no es un fenómeno aislado, es un problema estructural del sistema.

Si el hombre estuviera incluido en la ley de violencia de género, se desvirtuaría la violencia que ejerce éste sobre la mujer.

La gravedad del machismo se invisibilizaría y se justificaría con hombres que son víctimas de maltrato por mujeres, comparando posiciones como justas cuando parten de una base estructural desigual.

Así mismo, la violencia que ejerce una mujer contra un hombre no es una cuestión de género como el machismo, por lo que se podrían entrelazar tipos de violencia que no tienen relación con la ley.

Ministerio de igualdad

Ministerio de igualdad

This article is from: