Compendio de simbología templaria

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se iba aproximando a las creencias cristianas, y solamente la faltaba para abrazarse por completo al Lábaro de la cruz, que se la apareciese en el cielo aquella milagrosa / (Página 743) visión, mientras cruzaba los Alpes con su ejército, en la que se leía, IN HOC SIGNO VINCES, junto a una cruz. Esta singular aparición, de que dan fe tantos escritores, dio origen a que en el año 311 del Señor, se adoptara para siempre, en el imperio romano, el signo de la Cruz (...)”. (88). CAMPBELL, Joseph. “Los Mitos. Su impacto en el mundo actual”. Barcelona. Editorial Cairós. 1994. www.JOSEPHCAMPBELL-LOSMITOS.pdf Página 40. Simbología de la cruz en la Edad Media. “(…) La enseñanza que aquí reside es que Cristo restauró la inmortalidad para el hombre. A lo largo de la Edad Media, la cruz era equivalente al árbol de la vida eterna; y el fruto de ese árbol era el salvador crucificado, quien ofreció su carne y su sangre como nuestra "verdadera carne" y nuestra "verdadera sangre" (…)”. (89). BAIGENT, M & LEIGH, R & LINCOLN, H. “El enigma sagrado”. Madrid. Ediciones Martínez Roca. 2004. (Sexta edición: julio). Página 49. Simbología cátara de la cruz. “(…) Y la cruz –al menos en relación con el calvario y la crucifixión- era para ellos un emblema del Rex Mundi, señor del mundo material, la antítesis misma del verdadero principio redentor. Jesús, si era mortal, había sido un profeta del AMOR, el principio del amor. Y AMOR, cuando era invertido o pervertido o transformado en poder, se convertía en ROMA, cuya Iglesia opulenta y lujosa era, a juicio de los cátaros, la encarnación y la manifestación palpables en la tierra de la soberanía del Rex Mundi. Por consiguiente, los cátaros no se negaban a adorar la cruz, sino que también negaban sacramentos como el bautismo y la comunión (…)”. (90). REDACCIÓN ABACUS. “Charlando con… Félix Martínez Llorente, profesor titular de Historia del Derecho y de las Instituciones de la Universidad de Valladolid”. Abacus. Revista digital de la asociación Baucán, filosofía de las armas templarias. Nnúmero 9. Enero-Marzo 2012. www.Abacusnum9.pdf Página 17. “(…) 7) Si sobre e el gonfalón templario ya existe controversia, no digamos sobre el debate referente a las cruces utilizas por la Orden. Hemos visto infinidad de veces representaciones de caballeros templarios utilizando cruces de distintos tipos: sencillas griegas, patadas, resarceladas, patriarcales, incluso en alguna ocasión se les representa con la conocida como cruz de las ocho beatitudes u ochavada, utilizada por los sanjuanistas. ¿Realmente utilizó el Temple distintas cruces dependiendo de su situación geográfica o guiados por la "moda" del momento, o por el contrario estos monjes guerreros utilizaron siempre el mismo tipo de cruz en sus mantos y sobrevestes independientemente del lugar donde se encontrara su casa o encomienda? Como ha afirmado recientemente Charles de Miramon “la adopción de la cruz por el cruzado fue el laboratorio de la insignia medieval” que siempre se encontrará vinculada a la capa o manto como el escapulario se encuentra unido a la capucha monástica. La ropa revela la doble identidad –religiosa y militar- que recae en los hermanos integrantes de la Milicia de Cristo. Si en el convento llevan el hábito monástico fuera de él portarían la capa monástica cerrada o abierta por encima del hábito o de la armadura, recibiéndola en el momento en el que hacía profesión en la ceremonia de ingreso. Por lo general se estima que históricamente la atribución de un hábito específico para cada Orden guarda relación con sus propios orígenes, aunque en el caso del Temple tal circunstancia no esté lo suficientemente clara. Aunque Guillermo de Tiro nos informa que el manto blanco templario fue adoptado en el Concilio de Troyes (1128), sin embargo de la propia regla de la Orden surgida en su seno se deduce que ya 109


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