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excelencia académica”
Silvia Nonna, vicedecana de la Universidad de Buenos Aires, abogada, doctora, posdoctora, y profesora universitaria especializada en Recursos Naturales y Ambiente, comparte en Qu ó rum su visi ó n de la educaci ó n universitaria en la Argentina, de la justicia en general y de la importancia del derecho dentro del área ambiental. Si bien considera que el sistema judicial está siendo más ágil, señala la necesidad de que haya una verdadera independencia.
REDACCIÓN:
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Quórum FOTOGRAFÍA: Avanti!
Rompemos el hielo con una pregunta que pareciera ser simple pero es bastante compleja. ¿Qué es la justicia para vos?
Es una palabra fuerte y tiene un significado muy amplio, muy completo. Para sintetizar, es un valor fundamental que todos tenemos que lograr y sobre el que tenemos que trabajar. Que es justo o que no es justo es una expresión que se usa muy a diario. Si hablamos más desde lo que es la administración de la justicia, lo entiendo como un proceso, como un sistema donde lo que se busca es solucionar el conflicto. Y en ese caso también pienso una justicia que tiene que buscar lo equitativo, lo igualitario, lo justo en esencia.
¿Por qué decidiste estudiar derecho?
Decidí estudiar Derecho, aunque parezca mentira, por influencia de un único tío que era abogado. Siempre me gustó y me apasionó ver el conflicto y tratar de solucionarlo, tratar de llegar al acuerdo, al consenso. Así he sido en mi vida. Y en lo que específicamente hago dentro del área ambiental, estoy muy convencida de que el derecho es una herramienta muy eficaz para ordenar y para guiar conductas, para tratar de evitar llegar al conflicto. O sea que entiendo el derecho en ese conjunto de normas que nos ayuda a lograr quizás la armonía sin necesidad de llegar a la contienda judicial.
¿Creés que se puede ser conciliadora y competitiva a la vez?

Definitivamente. Porque muchas veces donde hay diferencias de intereses muy grandes, hay que ir acercando a las partes y lograr un consenso. Un consenso que a veces no va a satisfacer plenamente a todos pero que sí a la sociedad o al entorno en el cual ese conflicto se ha dado.
¿Qué significado tiene para vos la Universidad de Buenos Aires?
La Universidad de Buenos Aires es mi casa. La Facultad de Derecho es el lugar donde me formé. Soy fruto de la educación pública. Iba a un colegio muy exigente, muy competitivo, donde podría hoy decir que me hicieron bullying porque era muy chiquitita, muy flaca, muy estudiosa, inocente e incluso porque no fumaba. Pero ese espíritu de competencia y de superación que normalmente tenemos las mujeres, en esta escuela lo sentí como una necesidad. Siempre superándome, siempre avanzando. Terminado el Lenguas Vivas, mi paso a la Facultad de Derecho fue relativamente sencillo. Me sentí siempre tan bien. Me confieso como una estudiante crónica, es el lugar donde yo siempre voy a seguir estudiando. A los 21 años, recién recibida, me casé y me fui a vivir a la ciudad de Tinogasta, en la provincia de Catamarca. Jamás pensé que en mi regreso a Buenos Aires, 15 años después, iba a tener el recibimiento que tuve. Volví a estudiar, soy profesora desde hace muchísimos años. Llegar a ser la secretaria académica de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires fue un sueño que no alcancé a soñar. Se hizo realidad de la mano de Mónica Pinto y el pedido de gente que me conocía por como trabajaba en la UBA. Después acompañé a la doctora Pinto en dos períodos y al doctor Alberto Bueres, un período de cuatro años. En este momento, junto al doctor Leandro Vergara tengo el honor de ser la vicedecana de mi facultad ¿qué más puedo pedir?
¿Cuáles son los principales desafíos para esta institución educativa hoy?
Digamos que ya pasamos por desafíos muy importantes cuando con una facultad funcionando a full y muy bien, en el año 2020 tuvimos que adaptarnos a una realidad que no esperábamos pero para la que ya estábamos preparados. Desde hace un tiempo tenemos funcionando un campus virtual donde incluso las listas, la posibilidad de trabajar con el estudio de casos, un foro de debate, ya existían. Pero siendo Secretaría Académica en marzo del año 2020, a una semana de haber comenzado las clases presenciales, llega la pandemia. Fue un gran desafío tomar ese campus virtual y universalizado. Hablar con profesores acostumbrados a otras cosas y decirle que las clases no podían ser presenciales y adaptarlas a otra modalidad. En cuanto a los estudiantes era lógico que pudiera pasar eso, pero las y los docentes de todas las materias, de todos los niveles, de todas las edades, poniéndole el hombro a la necesidad de adaptarnos. Poder decir que no se perdió ni una hora de clase, se tomaron todos los exámenes, estudiantes que pudieron seguir con su planificación, carreras que no se cortaron, títulos incluso que se expidieron y que pudieron pasar a retirar por ventanilla y después jurar formalmente, firmar las actas con las calificaciones también de manera virtual, es un orgullo. El desafío en el que estamos ahora es ir hacia esta nueva modalidad mixta, porque los profesores titulares todavía podemos seguir ofreciendo un 25% de nuestros cursos de manera virtual. Estoy encontrándome nuevamente con estudiantes que están ávidos de esa presencialidad, no sólo en la relación con la o el docente, sino también en la relación que existe en el compartir un aula, escuchar consultas de una compañera o un compañero que puede ser una duda propia que no se animan a hacer. También hay estudiantes que preferirían seguir en la virtualidad. Nuestra facultad recibe estudiantes de todo el país, de distintos niveles educativos, de diferentes niveles sociales y eso es una de las fortalezas y cosas importantes de nuestra facultad y de la educación pública en general. Porque en ese intercambio la riqueza es infinita para estudiantes, para docentes. Así que ahora encaramos este año, sin perder de vista también continuar el gran desafío que fue durante el primer período de la decana Pinto y se continuó tanto en su segundo período como también en el decanato del decano Bueres, que es la implementación de programas de investigación que enriquecen a la comunidad académica en general.
¿Qué cambios hay en educación, más allá de la post pandemia y la tecnología, a nivel académico desde diez años atrás?
Primero, la investigación. Se ha insistido mucho en que el cuerpo docente investigue a través de distintos programas, la mayoría ofrecidos por la Universidad de Buenos Aires. Los docentes tienen que entrar en esa dinámica de investigar, de formar equipos, de buscar eso que a veces en las aulas no se puede dar porque no alcanza el tiempo, o porque te falta un equipo colaborando. Todos esos programas de investigación después son volcados a la docencia y tienen además la virtud de poder incorporar estudiantes de todos los niveles. Otra cosa que se ha sumado y que tenemos que mantener son los seminarios de investigación. Además es muy importante el intercambio académico con otras instituciones, sean de nuestro país o del extranjero. Todas esas cosas hay que conservarlas y en cuanto a la educación de posgrado tratar de mantener la excelencia que ya tenemos. Ese es siempre el gran desafío, mantener la excelencia. momento de insertarse en el mercado laboral. Entonces, el compromiso, por un lado, es natural en muchos y, por otro lado, es inevitable.
¿Cuál es tu opinión acerca de los accesos de las mujeres a cargos importantes?
¿Estás a favor de que la universidad sea gratuita?
Absolutamente; pero no es gratuita. La universidad es “no arancelada”. Hay quienes -nos incluyo- colaboramos para que las y los estudiantes puedan, sin pagar un arancel, tener educación de excelencia porque contribuimos con los impuestos y con lo que el Gobierno nacional otorga en el presupuesto para las universidades nacionales.
¿También coincidís con que puedan estudiar de manera “no arancelada” personas de otros países?
Sí, porque he tenido estudiantes en el aula e, insisto, la materia que doy yo y todo lo que es el derecho ambiental es muy provocadora, es muy de compartir, es muy bueno conocer experiencias de otros países. Y esos estudiantes, que no son tantos porque nunca hay más de uno o dos en un curso que puede tener entre 15 o 60 alumnos, el intercambio es riquísimo. No quiero ser injusta o parecer injusta con tantas universidades privadas excelentes que tenemos en nuestro país, tanto en Buenos Aires como en el interior, que también tienen un nivel de excelencia digno de destacar. A nivel mundial, Argentina es un país muy instruido, con intelectuales reconocidos y profesionales muy bien capacitados.
¿Y qué nivel de compromiso se percibe en los estudiantes en la actualidad?
No puedo generalizar pero sí puedo hablar de la mayoría de los estudiantes. Las y los estudiantes están comprometidos porque vivimos en un mundo muy competitivo donde la capacitación y la preparación son muy consideradas al
Me puedo basar en mí, alguien que se formó en una universidad pública, que después estuvo unos 15 años en una provincia como es Catamarca, y que además construyó una familia. Tengo tres hijos y nueve nietos que son la prolongación de todo eso que pude conformar con un compañero de mi facultad que sigue siendo mi compañero de vida y estoy hablando de hace 50 años. Creo que en mi vida, que fue muy rica, tengo muchas cosas que agradecer por todo lo que pude hacer. Yo he arado la tierra, he regado, he cosechado, he sufrido las inclemencias del clima estando en Catamarca donde un bien natural como el agua es tan imprescindible, pero a veces viene en abundancia y un río no me permitía llegar a mi casa…. Con un viento que necesario, pero que a veces se transformaba en una zonda insoportable por el calor, la sequedad de la tierra. Eso fue lo que me movió mucho en la naturaleza y como mujer. Pero como mujer también pude ir avanzando en lo profesional y soy muy agradecida por las oportunidades que tuve y que sin duda están muy unidas a mucho esfuerzo, mucha dedicación, mucha responsabilidad, mucha capacitación y mucha preparación de mi parte. Con esto no quiero negar que ser mujer no es sencillo cuando una quiere avanzar, pero estoy absolutamente convencida que somos fuertes, luchadoras, trabajadoras y se ha evolucionado muchísimo. Nos falta mucho todavía pero hoy las mujeres seguimos luchando y acompañadas por muchos varones. Creo que las cosas están cambiando pero tienen que cambiar más.
¿Cómo ves el desarrollo del derecho ambiental a nivel nacional e internacional?
Si hablamos de ese conjunto de normas que regula el uso racional de los recursos naturales y las actividades que el hombre lleva adelante en la modificación que hace de los bienes que le da la naturaleza, transformándolos en bienes culturales, incluidos los residuos que se generan, hubo un punto de inflexión en nuestro país en 1994. El gran cambio a nivel internacional y al que nos sumamos como país comenzó en 1972, se consolidó en 1992- estoy hablando de reuniones internacionales- y se sigue desarrollando con negociaciones y suscripciones de tratados. Te diría que las provincias fueron las primeras en reaccionar al cambio de concepto y empezar a regular ese bien jurídico protegido, común a todos, que es el ambiente, que es el entorno. Fueron las primeras en incorporar cláusulas constitucionales, en armar leyes especiales. El puntapié inicial fue con el Pacto Federal Ambiental en 1993, con todas las provincias y el entonces Intendente de la ciudad de Buenos Aires. En 1994 se consolidó con la inclusión del artículo 41 en nuestra Constitución Nacional, de donde bajan todos los principios que hoy defendemos y esas normas de protección del ambiente pensadas con un criterio federal. Siempre lo digo porque lo considero muy importante, hay que empezar a cambiar costumbres y hábitos y a regular desde lo local para llegar a lo global. Es la suma de las pequeñas cosas lo que va logrando la gran diferencia. Esa es la etapa en la que estamos y esperamos, cuanto antes, lograr esa gran diferencia, no sólo a nivel nacional sino también mundial.
¿Volverías a ocupar cargos ejecutivos en el derecho ambiental?
Sí. En mi vida no digo que no a los desafíos que se me van presentando y tuve muy buenas experiencias. En una primera etapa desde el ámbito nacional, como Directora del Registro Nacional de Residuos Peligrosos, y en una época difícil logramos hacer muchos cambios. Después coordiné una unidad de Investigación y Desarrollo Ambiental y dentro de lo que es la ciudad de Buenos Aires fui Directora General Técnica Administrativa y Legal de la Agencia de Protección Ambiental. Disfruté muchísimo esos años que fueron muy desafiantes pero siempre muy acompañada por un equipo de gente maravillosa con quienes pudimos ir generando cambios. Fundamental eso: aceptaría un cargo en la medida que tuviera independencia, tanto para pensar como para programar, organizar e integrar esos equipos. En el ámbito público hay gente muy valiosa que por una u otra circunstancia, porque vino con uno u otro decisor político, no están haciendo todo lo que pueden hacer aunque quisieran hacerlo. Pero me costaría mucho elegir porque mi corazón está en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.
¿Cómo ves al Poder Judicial?
No tengo matrícula desde hace muchos años. Sin embargo, te voy a decir que me gustaría volver a ese valor tan fundamental de siempre buscar lo mejor, respetar y tratar de conciliar los conflictos desde lo equitativo, igualitario y a la necesidad de que haya una verdadera independencia, que no haya influencias. Agregaría que es también importante que pudiéramos contar con una justicia más ágil, porque a veces es el mismo sistema de administración de justicia que lo hace lento. Me parece que lo rápido también es justo. No puedo generalizar, porque hablar de la justicia sería hablar de distintos estamentos o distintos jueces. Confío en el buen trabajo que vienen haciendo muchísimos jueces en los distintos niveles y me parece que en los últimos tiempos estamos notando una justicia más ágil, por lo menos en lo ambiental. Soy una persona muy optimista, siempre trato de ver lo bueno y analizar en todo caso, lo que no es tan bueno.
¿Crees que para transformar estas pequeñas falencias que estamos nombrando entre todo un sistema judicial habría que hacer foco en la celeridad de los procesos?
Ese es un tema, pero me parece que donde más tenemos que hacer foco es en la independencia, que los jueces puedan trabajar sin ningún tipo de influencia, sin necesidad de tener que tomar partido por una u otra parte. Ser justos y basarse en el derecho, analizar muy bien los hechos con celeridad, con plenitud, porque hay hechos que se hacen difusos en el tiempo. Dictaminando sin compromisos externos y con muchísimo compromiso y responsabilidad interna e individual.
DERECHO PENAL
MARIANO FRAGUEIRO FRÍAS:

Apasionado del Turf, veterinario frustrado y especialista en juicios orales, virtud que le reconocen diferentes jueces y fiscales. Ese es el escenario donde Mariano Fragueiro Frías despliega no sólo su conocimiento sino también sus herramientas de seducción y su agudo poder de observación. En diálogo con Quórum lo confirma al no esquivar ninguna pregunta. Sostiene que el Poder Judicial es su familia y que, pese a haber defendido a funcionarios políticos, no se siente encasillado.
REDACCIÓN: Quórum FOTOGRAFÍA: Avanti!
¿Qué es la justicia para vos?
Si soy atávico en la contestación tendría que hablar de los filósofos, de lo que para ellos es la verdad. La justicia, en realidad, para mí es algo muy importante, es la parte esencial de la República, es el Poder Judicial, son los jueces, es el respeto a un poder que es esencial, que en realidad es la garantía de la convivencia en sociedad. Me formé en el Poder Judicial. Tengo un gran cariño por él y un gran respeto por sus decisiones. Podría decir que para mí es trascendental y que de alguna manera es lo que permite que las sociedades, las comunidades, el pueblo, tenga la garantía de que exista un ámbito en donde se puedan resolver sus conflictos. Y esto es esencial.
así me sucede con los juicios, hay veces que creo que estoy viendo una carrera de caballos. No es una pasión individual, el caballo es un ser noble. En las obras literarias está lo que es la simbología del caballo. Me encanta el filósofo español Fernando Savater, que es un apasionado del Turf y que marcó tendencia. Él nunca escondió su pasión. En Argentina o en latinoamérica, el caballo está asociado al Turf y éste está asociado al juego. Esto es lo más equivocado que se puede pensar sobre esta actividad. Es una actividad absolutamente inclusiva, donde hay gente que tiene pasión por los animales, los cuida y los quiere, se desvive. Es muy importante mantener las condiciones en donde los animales no sufran, no tengan un estrés impropio. Pero el caballo de carrera, por eso se llama así sangre pura de carrera, nació para correr. Obviamente siempre hay desviaciones en las sociedades, no puedo desconocer que también lo puede haber en esta actividad. Pero quienes tenemos este amor por los caballos, no nos queda ningún resquicio para ningún tipo de maltrato ni sometimiento a los animales.
Tenés una fobia con los aviones. ¿De dónde crees que viene?
Judicial. Creo que la experiencia, el contacto con la calle, con el día a día, con el sufrimiento de la gente, de aquellos que padecen alguna injusticia, es algo muy importante para que los jueces tengan experiencia y puedan resolver los casos con alguna habilidad que esté conectada con los dramas sociales. Entiendo que transitar por la abogacía, por defender cuestiones particulares, es la base importantísima para poder integrar el Poder Judicial. Si no estás muy aislado. Tengo por el Poder Judicial una especial admiración. Hay muchos jueces extraordinarios, pero hay veces que falta un poquito de experiencia y eso es fundamental en todos los órdenes de la vida.
¿Cómo se generó tu contacto con Carlos Zannini?
empatía con la persona. Hay delitos que no me gustan, tengo libre albedrío en cuanto a la elección de los temas y no me siento para nada encasillado. Todo lo contrario. Creo que los jueces que me conocen, los fiscales, saben que soy un abogado independiente, que cuando tomo un caso es porque entiendo que puedo beneficiar a mi defendido y hacer un buen papel.
¿Crees que Jorge Macri podría ser un buen Jefe de Gobierno?
¿Qué es lo que más disfrutas del ejercicio de la profesión?
Para mí la profesión es una vocación. Es absorber el conflicto de otro y hacerlo propio y saber que esa persona, quien te confió el conflicto, sufre como padre, como hijo, como hermano, como nieto o como esposo. Con lo cual, en realidad es un atributo que te confieren muy significativo. Yo me siento terriblemente comprometido con la persona a quien represento y quiero darle lo mejor, y estar por debajo de las expectativas me hace sentir como que en realidad lo estoy defraudando. Es un permanente compromiso que no quiero rehusar y que trato de hacerlo en su mayor plenitud.
Contanos sobre tu pasión por los caballos
Soy un apasionado del Turf. Tal es así, que quien me conoce sabe que mi pasión por los caballos la relaciono metafóricamente con los juicios orales. Y esto que voy a contar lo he dicho en reuniones con amigos; los juicios los visualizo como una carrera de caballos. Hay distintos tipos de carreras como juicios, están las carreras que son explosivas, las de largo aliento, las de mediano aliento y
No me subo a los aviones. Tengo una personalidad compleja. He hecho cursos, pero no me puedo subir. Inclusive he sido abogado en juicios orales en accidentes de aviación. Quiero destacar la actitud de las víctimas que para mí en los juicios son lo fundamental, hay que entenderlas, hay que comprenderlas. Es muy difícil ponerse en el lugar de ellas. Me tocó ser abogado de directivos de distintas compañías en juicios importantes, pero siempre mantuve una relación excelente con las víctimas. Pero sí soy fóbico… es más, me han cargado por el hecho de ser abogado en alguno de estos casos, e inclusive han dicho que me hice fóbico por conocer los casos, cosa que no es verdad. Tuve el tema de Austral, la tragedia de Lapa… pero la fobia era previa.
¿Alguna vez te arrepentiste de haber estudiado abogacía?
Quería ser veterinario, pero mi familia no estaba muy de acuerdo. Ahí no seguí mis instintos. Y ahora de alguna manera desquito la pasión con mi afición por los caballos, pero arrepentido no. Creo que el abogado es un ser esencial en la sociedad y está para resolver los conflictos. Respeto muchísimo lo que pasa en otros países, donde la carrera de alguien como abogado culmina siendo con el cargo de jueces o importantes funcionarios del Poder
Lo conocí socialmente y después tuve una vinculación profesional. Conocí a una persona con talentos muy particulares. Te puedo decir que es una persona muy inteligente. Quizás la opinión pública lo relativiza como una persona del mundo del derecho, pero es alguien muy preparado desde el punto de vista jurídico. Me sirvió muchísimo el diálogo continuo con él, le tengo un respeto fortísimo y creo que puedo decir que soy su amigo. Yo soy apolítico. Cuando voto, voto por lo que me gusta, por las ideas, con lo cual no me encasillo en uno u otro sector. No soy fanático. A Carlos lo asistí desde el plano profesional, no desde el plano político. Lo conocí socialmente y después tuve una vinculación profesional. Conocí a una persona con talentos muy particulares.
Participaste de la causa Vialidad y tuviste buenos resultados...
Fue un juicio grande y es complicado hablar porque a otros no le fue tan bien y están en el proceso de revisión. Fueron más de tres años y el tribunal que intervino convalidó la postura nuestra en cuanto a la inocencia del ex Presidente de Vialidad Provincial de Santa Cruz. Después hay distintas causas que todavía no llegaron a juicio, en donde yo participo en alguna otra defensa. Insisto, es una causa que tiene un impacto social muy fuerte y que todavía no está terminada.
¿Crees que hay personas que no te convocan por haber defendido a este partido político?
He defendido a personas de todos los partidos políticos. Soy abogado de profesión. Cuando me traen un caso lo estudio y veo que posibilidades tengo. Necesito tener
Le tengo mucho cariño a Jorge. Me parece una persona muy inteligente, muy capaz, gran gestionador. Es un político que sabe de política. Creo que en el lugar que él quiera ir, va a ser un muy buen papel. Sabe reunir gente buena, idónea y sabe dimensionar el talento y la inteligencia de los que lo rodean para poder hacer un aporte a la sociedad, a la comunidad.
¿Qué es lo que más disfrutas del ejercicio de la profesión?
Esto es muy vanidoso pero lo voy a decir igual: triunfar. Es una adrenalina única. Los juicios son todos diferentes, en donde la observación es fundamental. Es muy importante en todo momento estar atento. Por ejemplo, cuando vienen a declarar los testigos, como se dirige al lugar que se va a sentar, las expresiones que tienen… los gestos. Si el tribunal no está atento es porque a veces se aburre, se distrae. Entonces hay que convocar con algo, digamos, en lo que es la retórica para despertarlo si se quiere, porque capaz que uno se está poniendo un poco denso en la exposición o interrogatorio. Soy un fanático de lo que es la lógica del razonamiento. Amo todo lo que sea aristotélico, todo lo que sea filosófico. Me interesa más eso que la parte jurisprudencial. La verdad es que no me veo haciendo una cosa diferente a la que hago.
¿Por qué te especializas y sos reconocido por los juicios orales?
No sé si reconocido, he tenido éxito. Uno tiene el Código Procesal en donde están las reglas, pero con independencia de eso, cada juicio tiene una identidad. Tiene como una mística propia. Hay que tratar, sobre todo en los juicios que son largos y tienen muchos testigos y mucha prueba, de ir captando cómo piensan, qué les gusta, qué no les gusta; generar esa empatía de ida y vuelta que permita que la comunicación, o por lo menos la forma de defender, sea reconocida y valorada al momento de la sentencia. La observación y tener una visión de 360 grados en un juicio oral es lo que nunca debe perderse.

¿Cómo ves al Poder Judicial hoy?
Lo siento como parte de mi familia. El Poder Judicial tiene que mejorar mucho en lo que es Recursos Humanos. Los jueces tienen una función trascendental, esencial, con lo cual no es suficiente con que los funcionarios hagan muchos cursos, másters, o cuelguen cuadros en sus despachos. Es indispensable que se aboquen a los problemas de la gente. Los que están en esas carátulas son seres humanos que viven, respiran, padecen y sienten. A veces los juicios son eternos y terminan siendo una condena anticipada. Cuando un juez pierde la sensibilidad, estamos complicados.
¿Y cómo ves la tensión que hay hoy entre la Corte Suprema y el Gobierno?
Me duele muchísimo. Siento una terrible tristeza por lo que está pasando y no sé quién tiene razón. Pero que dos o tres poderes del Estado se estén peleando de esta forma me parece una involución absoluta y creo que hay que superarlo. Esta sociedad no se merece estos conflictos. Es muy importante un Poder Judicial equilibrado y que sepa el daño que puede ocasionar con decisiones que no correspondan a derecho.
¿Cuáles crees que serían las medidas necesarias para mejorar la administración de justicia?
Que cada uno haga lo que tiene que hacer y con mayor rapidez. La gente no puede estar sin definiciones rápidas en los juicios. Los juicios no pueden durar siete, diez años. No le tengo miedo a los juicios orales y creo que son extraordinarios porque de alguna manera es donde se puede definir situaciones que están inciertas. Estar en un proceso penal causa terribles angustias. No hay que tenerle miedo a los juicios orales, hay que afrontarlos. Y con jueces probos que los hay muchos y con remedios procesales que también existen. Pero creo que zapatero a tus zapatos y cada uno que haga lo suyo y que extreme los recursos para hacer honor al lugar que ocupa, sea juez, fiscal o secretario. Porque muchos funcionarios están más preocupados por acceder a cargos superiores que por administrar justicia.
¿Tenés claro a quién vas a votar en las próximas elecciones?
Creo que la sociedad necesita conocer propuestas. Vuelvo a decir, yo no soy fanático de un partido. Me parece admirable aquellos que son militantes y tienen una vocación que yo no tengo. Me atrevo a aconsejar que el pueblo exija más por propuestas, ver quién tiene un plan. Hay parte de la población que no la está pasando bien hace mucho tiempo en un país de estas características. Un tema al que hay que darle muchísima importancia es a la exportación de inteligencia. En Argentina hay mucha gente inteligente. No en vano tenemos la cantidad de premios nobeles que tenemos y hay otros países que son importantes, que no lo tienen. Además hay que redimensionar lo que son las escuelas vinculadas a la tecnología, a los oficios. Hay que hacer una gran inversión en educación.
¿Qué significó Sarmiento para vos?
Sarmiento fue una persona que le dió mucho a este país. Me parece que calificar a las personas fuera del contexto en que vivieron no es algo bueno. Para mí todo lo que se relacione con el proceso militar es terriblemente criticable, pero el resto de los políticos han tenido cosas buenas y cosas malas y creo que tenemos ese vicio de siempre ver el medio vaso vacío y nunca el medio vaso lleno. Y hay otras personas que están en la vereda de enfrente de Sarmiento, que también aportaron. No hay que ser tan fanático. Tenemos que aprender a razonar, tenemos que aprender a dilucidar lo que nos gusta de lo que no nos gusta, y lo bueno de lo malo. Tenemos esta cosa grandiosa que es una sociedad en donde el apego familiar todavía tiene un valor significativo. No podemos juzgar tan duramente estigmatizando a las personas, sean de un partido, de otro partido, de un bando o de otra vereda: hay mucha gente que ha aportado a este país y que pueden ser ejemplos.
AGUSTINA DUBIÉ: