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Esponjas y vinagre, por Nelson Díaz

Por Nelson Díaz

Aún en erupción

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En 1947, el escritor británico Malcolm Lowry (1909-1957) publicó Bajo el volcán, que venía, ya desde su génesis, con un halo de malditismo. De hecho, Lowry comenzó a escribirla en la década de 1920, tuvo cuatro versiones –la novela empezó siendo un cuento, titulado ‘Fiesta en Chapultepec’– y el manuscrito fue rechazado trece veces por distintos editores. Pese a esos antecedentes, que en literatura abundan, se convirtió en su obra maestra y uno de los clásicos contemporáneos. El plan de Lowry era que la novela fuera parte de una trilogía dividida, a la manera de la Divina Comedia, en ‘Purgatorio’, ‘Paraíso’ e ‘Infierno’, unificadas con el título Bajo el volcán. El proyecto quedó trunco ante la prematura muerte del escritor, debido a su alcoholismo.

Estructurada en doce capítulos, la historia transcurre durante el Día de los Difuntos, en la ciudad mexicana de Cuernavaca, con un salto temporal en su inicio. En el primer capítulo, Lowry relata el encuentro entre dos amigos –Jacques Laruelle y el doctor Vigil– el 2 de noviembre de 1939. Ambos recuerdan la muerte de un amigo en común, Geoffrey Firmin, un ex cónsul británico alcohólico, ocurrida precisamente un año antes, cuando fue asesinado por un grupo de paramilitares mexicanos. El resto de los capítulos transcurren ese mismo día, pero de 1938, en un período de doce horas. En ese lapso, la novela narra la relación e intento de salvación de la pareja de Firmin y su ex mujer, Yvonne, que lo abandonó un año antes. El encuentro se produce en el Hotel Bella Vista a las siete de la mañana y el ex cónsul ya está alcoholizado. La conversación continúa en su casa, donde él le reprocha la infidelidad a su ex mujer con Hugh, su hermanastro.

Más allá de que Lowry logra fusionar dos estilos bien marcados –romanticismo y modernismo– a través de las versiones con que los tres personajes recuerdan los hechos, la historia seduce desde la perspectiva de Geoffrey Firmin. El ex cónsul es un ser autodestructivo, que lucha contra su adicción –al igual que Lowry– y el desamor. Bajo el volcán es una novela bella y pesimista, en parte autobiográfica, que puede resumirse en una carta que el autor escribió en 1946, un año antes de su publicación: “El tema de la novela es el siguiente: el hombre solamente grita en vano contra la muerte”.

La presente edición de Penguin Random House incluye un acertado prólogo de Julián Hebert y como anexo se reproduce, por primera vez junto a la novela, la carta que le enviara el 2 de enero de 1946 a su editor, Jonathan Cape, defendiendo el manuscrito de Bajo el volcán. El texto en sí puede leerse con interés, porque desnuda la concepción del autor sobre la estructura y personajes de la novela, y su gusto por otros escritores. La defensa de Lowry fue tan contundente que Cape no tuvo más remedio que publicarla.

Bajo el volcán, de Malcolm Lowry. Random House, 2020, 515 págs. Distribuye Alfaguara.

Venganza y sufrimiento

No es la primera vez que Amélie Nothomb (Kobe, 1957) explora las relaciones familiares –en Matar al padre, por ejemplo– o retrata, con aguda crítica, a la sociedad parisina, como ocurre en Pétronille. Ambos temas, fundamentales en su obra, regresan en Los nombres epicenos, título que refiere a sustantivos que presentan un único género gramatical, ya sea masculino o femenino. La novela, publicada por Anagrama, narra la decadencia de la burguesía de París, una clase social, describe la autora, en la que campean los intereses personales, las apariencias y la frivolidad.

Nothomb se vale fundamentalmente de dos personajes centrales, Dominique y Claude, para retratar una historia ambientada en la década de 1970, de odios, intereses personales y superpuestos, venganza y sufrimiento. Al inicio se muestra una pareja en plan de separación. En realidad, es ella (Dominique) quien, inmediatamente después de tener sexo con su novio, le comunica el fin de la relación. No hay que agregar que el hombre se siente despechado y, poco a poco, crece su enojo y sed de venganza. La decisión de Dominique –que es presentada como una mujer simple y manipulable– está basada en una razón: Claude, un hombre exitoso y seguro de sí mismo que la conquista tras regalarle un perfume. Luego de algunas dudas en la relación, que le confiesa a su madre, Dominique decide irse a vivir a París con su nueva pareja. Allí nace Épicène, nombré vinculado a la obra de Ben Jonson, el poeta y dramaturgo inglés del Renacimiento, contemporáneo de Shakespeare. Al momento de inscribir a la niña, su nombre es rechazado. “He ido al ayuntamiento a registrar el nacimiento de Épicène”, dice la protagonista. “Al principio el empleado ha rechazado el nombre. Le he explicado que procedía de Ben Jonson, no le ha importado. Entonces he atribuido la obra a Shakespeare y sí ha colado”.

A medida que la historia avanza, la autora va retratando ciertas características y patologías de los personajes que se despliegan sobre todo a partir del parto, que pone en riesgo la vida de Dominique. Como en todas sus novelas, Nothomb plantea el relacionamiento entre los seres humanos, víctimas y victimarios, manipulables y manipuladores, a través del poder. Así Claude es presentado como un hombre de negocios, frío, egoísta, caprichoso y manipulador. La cara opuesta es Dominique, una mujer entregada, subordinada a la voluntad de un marido que desea prosperar en París. También ella es víctima de sí misma, del deseo de pertenecer a esa clase social hipócrita y vacía de valores. Con su sello distintivo, prosa ágil y diálogos certeros como dardos, Nothomb desnuda el individualismo de la burguesía parisiense en los años setenta, extrapolable a cualquier burguesía (y a cualquier época).

Los nombres epicenos, de Amélie Nothomb. Anagrama, 2020, 128 págs. Distribuye Gussi.

José por José

En la portada de Autobiografía, el último libro del escritor luso José Luis Peixoto (Galveias, 1974), puede observarse el rostro de su compatriota José Saramago y más abajo “Una novela”. La aclaración es de recibo ante posibles malentendidos. Se trata de una novela donde Peixoto, autor de Cementerio de pianos, Nadie nos mira y Te me moriste, toma al premio Nobel de literatura 1998, fallecido en 2010, como personaje central de su historia, que mezcla ficción y realidad –por momentos en un cruce de géneros– y cuyo resultado es una invención.

El planteo es el siguiente. Un joven escritor (el propio Peixoto) atraviesa un período de “sequía literaria” en una etapa caótica de su vida. Su editor le da una idea: escribir la biografía de José Saramago. A partir de entonces sus vidas se cruzarán en una historia que puede leerse

como un homenaje al autor de Ensayo sobre la ceguera. En la información sobre el joven escritor comienza el cruce de géneros. Sufrió una paliza por deudas, tuvo problemas con el juego, robó libros y es profesor de secundaria. Las dos primeras son falsas, las restantes se ajustan a la realidad.

La parte biográfica se basa en el conocimiento directo que tuvo Peixoto de Saramago y en las experiencias similares de ambos, hermanadas por las dificultades de publicar al comienzo de sus carreras. Peixoto tenía 26 años, había publicado su única novela, Te me moriste, un homenaje a su padre y cuya primera edición fue financiada por él mismo, cuando obtuvo en 2001 el premio José Saramago por su novela Nadie nos mira. A partir de entonces, Saramago, convertido en un prestigioso autor y premio Nobel, apadrinó al joven en su carrera.

Basado en sus conocimientos, Peixoto se documentó en otros aspectos de su vida, por ejemplo su compromiso político y social, no sin antes pedirle la aprobación del proyecto a su viuda, Pilar del Río, quien también aparece en el libro. Tras el visto bueno, se abocó a su escritura, desde la perspectiva de dos figuras antagónicas: el joven escritor desorganizado al momento de escribir, y el aplicado y seguro de su obra. Por momentos, Peixoto utiliza algunas de las características de la prosa del autor de El Evangelio según Jesucristo, como escribir sin puntuación o acortar las frases.

De alguna manera, ha señalado el autor, el objetivo era “intentar hacer un recorrido por la vida de Saramago, una vida muy amplia y no solo en lo personal. Y los aspectos más polémicos están presentes porque son parte de su identidad y al mismo tiempo corresponden a su pertinencia”. Autobiografía es novela, pero también un homenaje, bien documentado, a uno de los escritores más importantes de la segunda mitad del siglo XX.

Autobiografía, de José Luis Peixoto. Literatura Random House, 2020, 288 págs. Distribuye Penguin Random House.

Lo profético y lo real

Imaginemos un mundo sin estados, con multinacionales reunidas bajo algo etéreo que se denomina Ente, que tienen el control total del mundo. Suena distópico y apocalíptico. Y puede ser una buena lectura (o no) para acompañar estos tiempos pandémicos y de nueva normalidad. De eso trata Crímenes del futuro, del escritor español Juan Soto Ivars (Águilas, Murcia, 1985), autor de las novelas Siberia y Ajedrez para un detective novato.

En su tercera novela, Soto Ivars plantea una distopía, estructurada en tres partes, situadas a su vez en tres tiempos: antes, durante y después de una guerra entre los rebeldes, a los que se les conoce como “Los Decapitados” y el Estado, llamado “Ente”. Además, en cada una de esas partes o secciones, se cuenta la vida de Julia, Eugenia y Plácida, las protagonistas de la trama. Sus historias son bien diferentes y a la vez encajan perfectamente en el hilo conductor planteado por el autor. Julia es una muchacha del medio rural que obtiene una beca para estudiar derecho en Madrid, donde conoce a un líder revolucionario; Eugenia es una modelo enamorada de un fotógrafo, con el cual convive una semana en una isla proporcionada por un millonario. La tercera mujer, Plácida, es ciega, hermana de un rebelde y condenada a cadena perpetua.

Estas tres historias tienen como telón de fondo un territorio donde los alimentos (hasta los más básicos) se han transformado en inaccesibles debido a su precio, los barrios ya no son tales y se dividen por alambrados. En medio de un mundo que se desmorona, un grupo de revolucionarios intenta resistir y es ferozmente perseguido. Soto Ivars utiliza esta trama apocalíptica, que por momentos recuerda a 1984, Un mundo feliz o La invención de Morel, de Adolfo Bioy Casares, sobre todo en lo que refiere al relato de Eugenia en la isla, para presentar, a través de sus personajes, un conjunto de creencias y sistemas políticos y económicos (populismo, lucha de clases, capitalismo y la ferocidad de la ley del mercado en manos de unos pocos miserables) hasta dilemas éticos, como de qué es capaz el ser humano (incluso aplastando a su prójimo) para asegurar su supervivencia.

Crímenes del futuro, de Juan Soto Ivars. Editorial Candaya, 2019, 320 págs.

TITULO: Melancolía y creación en Vincent Van Gogh EDITORIAL: NED AUTOR: Massimo Recalcati

En Vincent Van Gogh la relación entre la existencia y el trabajo, entre la enfermedad mental y la creación ha proporcionado material para una larga tradición de interpretación, especialmente psicoanalítica. En este contexto, Recalcati pone en relación la melancolía y la pintura respecto a la autonomía del arte a propósito de la obra de Van Gogh. Pero la consagración del arte, que al principio lo había salvado de la melancolía original, se revela como lo que lo sumerge en las profundidades de la locura.

TITULO: Labios de piedra EDITORIAL: Galaxia Gutenberg AUTORA: Nancy Huston

En este libro, la autora traza la biografía de Saloth Sar, uno de los mayores genocidas del siglo XX bajo el pseudónimo de Pol Pot, y la contrapone a su propia historia de joven rebelde, a través de Dorrit, su alter ego. Nacida en Canadá, su rechazo a una vida programada, la lleva a labrarse su propia formación intelectual y humana. Su búsqueda la llevará al mismo París efervescente y radical que años antes había pisado Saloth Sar.

TITULO: La tragedia, los griegos y nosotros EDITORIAL: Turner AUTOR: Simon Critchley

La ambigüedad moral y las contradicciones, la corrupción del poder, el carácter como motor de nuestras acciones, la responsabilidad personal...son cuestiones que nos importan mucho hoy, tanto como en la Antigüedad. Los dilemas que más nos preocupan no tendrán tanto que ver con la actualidad o la modernidad si ya se representaban en los teatros clásicos. Critchley nos muestra de qué modo dramaturgos como Sófocles o Esquilo, pero también filósofos como Sócrates y Aristóteles, pueden servirnos de espejo, y pueden llegar a ser los más posmodernos al invitarnos a convivir con la incertidumbre, y no a combatirla.

TITULO: El asedio de Troya EDITORIAL: Galaxia Gutenberg AUTOR: Theodor Kallifatides

Las bombas caen sobre un pueblo griego durante la Segunda Guerra Mundial, y una maestra lleva a sus alumnos a una cueva para refugiarse. Allí comienza a contarles La Ilíada para hablarles sobre otra guerra, cuando los griegos sitiarion a Troya. Ahora son otros lo que invaden Grecia, el ejército de la Alemania nazi. Pero los horrores son los mismos miles de años después. Kallifatides proporciona una notable visión psicológica en su versión moderna de La Ilíada, minimizando el papel de los dioses y profundizando en la mentalidad de sus héroes mortales, revelando verdades eternas sobre la insensatez de la guerra y lo que significa ser humano.