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CON ESTILO: LAS COMPLICACIONES DEFINEN NUESTRO CARÁCTER

Ernesto Ríos Chávez

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Mente Informativo ernestorios@menteinformativo.com

LAS COMPLICACIONES DEFINEN NUESTRO CARÁCTER. En dónde están, quién los enseña y cómo se transmiten los valores.

En la antigua Grecia, allá en los tiempos de Aristóteles se daba especial atención a las llamadas virtudes humanas o virtudes cardinales; estas son: la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza. De ellas surgen otras más.

El comentario salta a colación puesto que en este espacio hemos hablado de qué ponernos para resaltar aspectos de nuestro físico, qué colores para favorecer nuestro tono de piel y cabello, qué tipo de atuendos para estilizar nuestra figura y sacar ventaja de nuestra estatura y complexión. Hemos tenido la oportunidad de hablar sobre aspectos emocionales y cómo estos inciden en nuestra personalidad, los cuales podrían ayudarnos o no a transmitir un estímulo adecuado. Es decir, mejorar y / o ajustar nuestra percepción. Es posible que hayamos trabajado dichos aspectos, pero podríamos estar obviando un factor quizá de lo más importante. El aspecto civil, nuestra capacidad de bien ser, o, dicho de otra forma, de ser una persona de bien para la comunidad.

Hoy salta a la mente un pensamiento que retumba cada vez más constante… ¿Qué estamos haciendo para ser mejores personas en sociedad? Y para quienes tenemos hijos, ¿qué estamos haciendo para inculcarles buenos hábitos y formar mejores ciudadanos?

Es probable que recuerdes el discurso de cualquier político y por lo menos desde hace 15 años, una de las frases más socorridas es la famosa: “se están perdiendo los valores”. Otra muy manoseada es: “tenemos que reconstruir el tejido social”.

Aclaremos, la primera habla sobre la pérdida de costumbres, de buenos hábitos. Y para resaltar, la única forma en que las costumbres perduran es a través del uso frecuente, repetido y aprendido de generación en generación. Permíteme poner un ejemplo y con todo y comercial y crítica social. Versa el dicho, “una imagen vale más que mil palabras”. ¿Cómo y con qué cara los padres les pueden decir a sus hijos que la coca cola es malísima para la salud si en cada comida está puesta en la mesa como si fuera la invitada especial?

¿Le seguimos? Hace algunos años los pequeños se dirigían de usted a los adultos, no importaba incluso que se tratara de adolescentes, se les hablaba con más respeto puesto que son mayores. Y entonces, ¿por qué ya no sucede?, ¿de quién es la responsabilidad de enseñarlo?

La segunda frase, habla de lo que se aprende en el seno familiar, de lo que se inculca en casa y se transmite de padres a hijos, de madres a hijas, de abuelos, de tías y tíos.

La responsabilidad, últimamente se ha convertido en la nueva culpa, nadie quiere “echársela”. Nadie quiere asumirla, ni siquiera la propia. Si me permites una opinión, ahí está la raíz de nuestros problemas recientes. Se trata de que cada quien haga lo que tiene que hacer y promueva eso, que todos hagamos la parte que nos toca, si adicionalmente ayudamos al resto a “moverse”, ahí empezaremos a dejar de pedirle tanta ayuda al gobierno, porque tendremos madurez. ¿O tú, qué opinas?

Soy ernestorios@menteinformativo.com Gracias por tu tiempo, hasta muy pronto.

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