SALUD GINECOLÓGICA DE LAS NIÑAS Y MUJERES ADOLESCENTES

Lainfancia es la época previa a la adolescencia temprana o pubertad (10 a 15 años de edad), en la cual inicia el desarrollo sexual y se presenta la primera menstruación.

Toda niña debe ser llevada al pediatra o ginecólogo en caso de que esté presentando molestias urinarias o en genitales, con flujo de mal olor o presencia de un color amarillo o verdoso.

Además, si la menstruación o el desarrollo de caracteres sexuales inicia antes de los 10 años de edad o no se ha presentado después de los 16, se debe acudir al pediatra, endocrinólogo o ginecólogo para investigar si la pubertad será un periodo saludable o no.

El primer periodo menstrual que se presenta en la vida se la llama menarca. Durante un lapso de 18 a 24 meses el ciclo menstrual puede ser irregular, con ciclos largos, sin que se considere una alteración. Se debe acudir al médico si el ciclo es menor a 25 días, el sangrado menstrual es abundante o con coágulos o muy doloroso (dismenorrea).

La adolescencia tardía inicia después de los 15 años y termina a los 19; es el periodo donde se alcanza la madurez de caracteres sexuales secundarios, así como la madurez sexual y reproductiva.

Para entonces los padres, tutores y/o profesores deben ya haber ofrecido la información completa del proceso, de tal manera que, al alcanzar también la madurez psicoemocional, la adolescente logre ser autosuficiente y responsable de su salud sexual y reproductiva.

Debemos tener conciencia de que, tanto a nivel mundial como en México, el inicio de la vida sexual de las mujeres se presenta cada vez a menor edad, incluso desde los 14 a 15 años. Para los 19 años se considera que el 80 al 90% de la población de mujeres ya han iniciado su vida sexual. Así que la información sobre los métodos anticonceptivos y la salud sexual es básica para evitar embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual. El porcentaje de embarazos en adolescentes en el mundo es del 11%, en México es del 16% y en Aguascalientes alcanza el 27%.

Si el inicio de la vida sexual es posterior a los 20 años de edad o se usan métodos de barrera adecuadamente (preservativos tanto masculino como femenino), es posible evitar el riesgo de cáncer cervicouterino en la vida adulta.

Por tanto, debemos fomentar que a las mujeres adolescentes sean escuchadas por sus padres, tutores u orientadores en sus necesidades de salud sexual o reproductiva, o bien fomentar el hábito de acudir con su ginecólogo de confianza.

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Paula Ríos R&Barcunsky