Argos 125

Argos

Remando mar adentro IV ÉPOCA

No. 125

TEOLÓGICO-FILOSÓFICA La misericordia divina

Otro Nivel

La vida no termina con nuestra muerte

PROYECTO ADOLESCENTE

¡No está prohibido hacer el bien!

NOS TOCA

¿Cómo educar a nuestros hijos en la misericordia?

“Sean misericordiosos como el Padre es misericordioso” (Lc 6,36) Seminario Diocesano de Morelia Período de circulación: Agosto- Diciembre 2016 Tu Seminario

Vox Nova: Jóvenes

Adolescentes Constructores

Familia

Sección-Sita: Niños

Humor

Argos

Remando mar adentro

Contenido

125 ENERO-DICIEMBRE 2016 / IV ÉPOCA

DIRECTORIO Rector

P. Martín Barbosa Venegas

Director General

P. Francisco Armando Gómez Ruíz

Administración

P. Hugo Agustín Delgado Medel

Publicación semestral

Del 2do semestre: Enero-Julio 2016

Período de circulación: Agosto-Diciembre 2016

ARGOS es una publicación semestral de la Academia de Periodismo del Seminario Diocesano de Morelia. Fundada en 1971. La IV época comienza en el No. 110.

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BIENHECHORES: Compartiendo juntos la alegría

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NOVEDADES: Mi vocación

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PARA REFLEXIONAR: La misericordia de Díos

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EL EVANGELIO DE JESÚS: ¿Qué son las indulgencias?

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ACONTECER DEL PAPA: ¡Francisco,hermano, ya eres mexicano!

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SEMILLERO: ¡Hermanas que comparten la vocación del amor!

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FORO: ¿Adónde iremos?

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¡OTRO NIVEL!: La vida no termina con nuestra muerte

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PROYECTO ADOLESCENTE: ¡No está prohibido hacer le bien!

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HÉROES: ¡Un luchador de la fe!

34

HUMOR: ¡La risa, signo de alegría!

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Constructores

Sección -Sita

Dirección Seminario Diocesano de Morelia Inchátiro 145, Col. Vista Bella Morelia, Mich.

Tel. (443) 11 30 800

SEMBLANZAS: Una resignación que nos paraliza y nos impide no sólo caminar...

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Asesoría Externa

Producción y Edición: Sebastián González de la Vega Alcántara

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VOCACIONES: RED. El papa Francisco y su RED en Morelia

Suplemento

Coordinador General: Sem. Mario Alberto Becerra Pérez Jefe de Información y Redacción: Sem. Raymundo Montes de Oca Trejo Secretaría: Sem. Antonio Espinoza Juárez Diseño Editorial: L.D.C.G María del Pilar Castro Fragoso Gustavo Juárez Valera Sem. Marco Antonio Correa Hernández Sem. Mario Alberto Becerra Pérez Publicidad y Patrocinios: Sem. Luis Alberto Rodríguez Silbestre Sem. Iván Ortiz Soriano Distribución: Sem. José Orozco Gaona Fotografía: Sem. Emmanuel Hernández Almanza Sem. José Agustín López Herrera Sem. Enrique Tinoco Camacho

TEOLÓGICA-FILOSÓFICA: La misericordia divina

VOX NOVA Jóvenes

Consejo Editor

(Academia de Periodismo del Seminario Diocesano de Morelia)

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Familia Adolescentes

Responsables de la edición

Tu Seminario

Editorial

P. Francisco Armando Gómez Ruíz

Editorial

ACÁ ENTRE NOS: Ser feliz con el otro. Felicidad compartida NOS TOCA: ¿Cómo educar a nuestros hijos en la misericordia?

RELATOS: ¡PRECAUCIÓN! ¡NIÑOS APRENDIENDO!: Estrella de Belén

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Tu Seminario EDITORIAL

Argos Después de haber sido inundados por la indesciptible alegría que desbordó nuestros corazones con la visita del Papa Francisco en Morelia, en el presente numeral de nuestra revista presentamos los profundos ecos de esa visita partoral del “Misionero de la Misericordia” que alcanzan todavía a vibrar en nuestros corazones.

Desde las hondas profundidades de las entrañas de Dios, desde sus visceras, surge el deseo de amar a todas sus creaturas, y amarlas con locura. ¿Pueden las faltas del hombre, sus pecados, ser una obstáculo para el reclamo de Dios, reclamo que exige su atención? ¡No! El entonces Arzobispo de México, Mons. Luis María Martínez Rodríguez (+1956), quien fuera crecido y muy hijo de Morelia, escribió exaltando la gran oportunidad que ante el rostro de Dios representan los errores, los pecados, los harapos: “Pero no me despojes de mis pobres harapos; si de luz me vistieras, o de rica pureza, sentiríame confuso; mi nativa pobreza con sus propios harapos sólamente es felíz.

Déjame, sí, vestido de mis viles harapos: son mis timbres de gloria, son encanto exquisito con que atraigo triunfante al Amado infinito y lo obligo a esconderse en mi ruin corazón.

Mis harapos reclamo. ¿Podría acaso sin ellos soportar mi miseria la delicia escondida de llevar en mi vida el fulgor de tu Vida, el misterio inefable de tu amor y mi amor?”

Miseria y misericordia se reclaman. ¿Con qué podríamos comparar la misericordia de Dios? Ésta es como un imán: arrastra para estar unido a él. Distinguimos, entonces, dos momentos: el del arrastre y el de la permanencia. Ser arrastrados implica dolor, despojo, permitir que el otro nos lleve hasta Él cómo y por dónde Él quiera.

Este primer momento lo escuchamos en el salmo 51: Señor, ten misericordia de mí. Permanecer unidos a Él, una vez que el movimiento, el arrastre ha cesado, es la segunda parte del vivir la dinámica misericordiosa. El dolor parece haber menguado, sólo permanece el recuerdo memorioso del desierto por el cual fuimos arrastrados, purificados, para gozar así, en calma, de la Misericordia. Es en este segundo momento donde podemos anunciar, proclamar, cantar sin cesar la misericordia de Dios (salmo 88).

Pbro. Francisco Armando Gómez Ruiz Prefecto de Estudios

4

VEN Y CONOCE NUESTRAS PUBLICACIONES PERIÓDICAS Una revista mensual creada con el objetivo de evangelizar y colaborar en la formación de la familia. Ofrece contenidos que orientan a las familias en las problemáticas actuales.

Ideal para tu labor pastoral.

Una revista que aborda temas importantes sobre teología, catequesis, liturgia y mucho más.

diarias • 5 minutos con Dios •

Julio 2016  Año I  No. 10

s

er este verano Christine Marsan

Christine Marsan

ATRÉVETE

A CAMBIAR

TU VIDA

¡Para un

nuevo comienzo!

Atrevete a cambiar tu vida

El

io

Mis Oraciones

800 552 1451 800 552 1451

Mis oraciones

diarias • 5 minutos con Dios •

Porque el pueblo cristiano tiene necesidad de orar con Dios para pedir, dar gracias, ofrecer, o simplemente hablar con Él. Esta publicación mensual contiene el Evangelio del día y una sencilla tarea que se aplica a la vida cotidiana.

Mis Oraciones

diarias • 5 minutos con Dios •

@sanpablomex

El domingo y mi dominguito Publicaciones semanales que instruyen al pueblo de Dios y lo sumergen en la celebración litúrgica de la Eucaristía dominical; además de contener reflexiones sobre la Palabra de Dios, ofrecen contenidos pastorales y actividades diversas para la formación cristiana.

(443) 312. 72. 72

XIV Domingo del Tiempo Ordinario AÑO 66 N° 27 /

“la 12 de Junio – 11º Domingo

del Tiempo Ordinario - Ciclo

C

que en ti esSeñor Dios, fortaleza de los llamaperan, acude, bondadoso, a nuestro nuestra do y puesto que sin ti nada puede la ayuda humana debilidad, danos siempre cumplimiento el en que, de tu gracia para siempre con agrademos te voluntad, tu de hermaSacerdote: Ante Jesús, nuestro y acciones. Por nuestro heridas que nuestros deseos no, pidamos perdón por las Señor Jesucristo… hemos ocasionado a los demás.

Padre †, del Sacerdote: En el nombre del Hijo, y del Espíritu Santo.

Niños: Amén.

(Silencio) no siemSacerdote: Perdón, Señor, porque voluntad en pre hemos sabido cumplir tu piedad. nuestras vidas. Señor, ten Niños: Señor, ten piedad. porque no Sacerdote: Perdón, Señor, r los hemos sabido recibir y aprovecha ser mejoauxilios que nos das para res cristianos. Cristo, ten piedad.

Niños: Cristo, ten piedad. no heSacerdote: Perdón, Señor, porque de nuesmos sabido mantener la unidad y la retra familia mediante el diálogo conciliación. Señor, ten piedad.

Niños: Señor, ten piedad.

Se dice Gloria

D

es

SEMANARIO DE INSTRUCCIÓN RELIGIOSA /

cosecha mucha”

espués de haber convivido mucho tiempo con sus apóstoles, Jesús, finalmente, los envía a “misionar” junto con otros “setenta y dos discípulos”. Como se ve, los apóstoles son “doce”, como las tribus de Israel, a las que hay que anunciar el Reino de Dios; en cambio, los discípulos son “setenta y dos”, como las regiones de la tierra donde Jesús manda a evangelizar. Tales números representan la universalidad del Evangelio. Pero, como sabemos, el mundo entero es enorme para tan

pocos misioneros que el Señor elige. Por tanto, Jesús mismo invita a orar para que el dueño de la mies envíe trabajadores a sus campos. El detalle de mandar a los misioneros “de dos en dos” es para darnos a entender que la evangelización es tarea de toda la Iglesia.

Para bien misionar, Jesús pide a sus elegidos pocas cosas. Más bien, pide tan sólo que confíen en Él.

Luego les anuncia que la misión no será fácil, sino llena de dificultades; incluso les habla de la posibilidad de ser rechazados por alguna ciudad. En esta circunstancia, el misionero se sacudirá el polvo de los

Del segundo libro de Samuel

Natán al En aquellos días, dijo el profeta ‘Yo te Israel: rey David: “Así dice el Dios de de las maconsagré rey de Israel y te libré tu señor de nos de Saúl, te confié la casa brazos; te di y puse sus mujeres en tus si todo esto poder sobre Judá e Israel, y a darte te parece poco, estoy dispuesto todavía más. o el mandadespreciad ¿Por qué, pues, has es malo a sus to del Señor, haciendo lo que y tomasojos? Mataste a Urías, el hitita, hiciste él lo te a su esposa por mujer. A Pues morir por la espada de los amonitas.

/ 03 de julio de 2016

/

ISSN 1405-6453

pies, en señal de protesta, y abandonará la ciudad al juicio divino.

Entre las instrucciones que Jesús agrega a los misioneros destacan la de curar a los enfermos y la predicación del Reino. En efecto, toda actividad misionera debe incluir la promoción humana y las obras de misericordia. Además, los misioneros deben estar seguros de la presencia de Jesús, cuya fuerza es superior a la del demonio, y cuando regresen de sus viajes, no deben alegrarse por el poder experimentado, sino por la satisfacción de haber colaborado con Dios en la obra de salvación.

P. Umberto Mauro Marsich, sx

Monición (2Sam 12, 7-10. 13)

Ciclo C

La libertad y la alegría son el fruto que se recibe cuando el corazón acepta el don de la misericordia de Dios; quien lo acepta es nueva creatura y recibe la fuerza del Espíritu para proclamarlo en la sociedad. Vivamos con gozo esta celebración.

Ritos

Sacerdote: Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén.

Gloria

iniciales

AntífonA de entrAdA

Meditamos, Señor, los dones de tu amor, en medio de tu templo. Tu alabanza llega hasta los confines de la tierra como tu fama. Tu diestra está llena de justicia

(Cfr. Sal 47, 10-11).

Acto penitenciAl

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor, Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo; Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.

Sacerdote: Reconociendo con humildad que somos pecadores, pidamos perdón a Dios de todo corazón: Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. oración colecta ( Y, golpeándose el pecho, dicen:) eñor Dios, que por medio de la humillación Por mi culpa, por mi culpa, por mi de tu gran culpa.

Hijo reconstruiste el mundo derrumbado, (Luego, prosiguen:) concede a tus fieles una santa alegría para Por eso ruego a santa María, siempre que, a quienes Virgen, a los rescataste de la esclavitud ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos, del pecado, nos hagas disque inter- frutar del gozo que no tiene fin. Por nuestro Señor cedan por mí ante Dios, nuestro Señor.

Jesucristo…

S

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Tu TuSeminario SeminarioTEOLÓGICO-FILOSÓFICA TEOLÓGICA-FILOSÓFICA

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La Misericordia Divina La realidad del hombre que sufre constituye un grito pidiendo misericordia. Esta realidad puede convertirse en un verdadero clamor que implora compasión del cielo.

Reflexionar sobre la misericordia de Dios es una necesidad imperiosa de la Iglesia.

Ante la realidad humana de pecado y de tantas y variadas formas de sufrimiento ¿qué tema puede resultar más importante que la misericordia divina que viene al encuentro del hombre para levantarlo y abrazarlo en su infinito amor?

El Santo Padre Francisco, ha llamado “periferias existenciales” a múltiples formas de sufrimiento humano que el mundo moderno ha generado. ¡Cuántas situaciones de precariedad y sufrimiento existen en el mundo hoy! Cuántas heridas sellan la carne de muchos que no tienen voz porque su grito se ha debilitado y silenciado a causa de la indiferencia de los pueblos ricos. (MV 15).

De hecho, si miramos con objetividad nuestra propia realidad, caeremos en la cuenta de que nosotros mismos vivimos con frecuencia situaciones de miseria que nos apremian a clamar insistentemente misericordia divina. Por esta razón, personalmente no debería

apartarse nunca de nuestros labios aquella expresión del ciego de Jericó: «¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!». Mc 10, 48. Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia.

Es fuente de alegría, de serenidad y de paz. Es condición para nuestra salvación. MV 2 A lo largo de toda la Sagrada Escritura podemos apreciar como el Señor se manifiesta como “Dios rico en Misericordia”. Los pasajes de Antiguo Testamento son múltiples; y en el Nuevo Testamento, basta mirar a Jesús, el rostro de la misericordia, para apreciar la encarnación misma del amor misericordioso de Dios que viene al encuentro del hombre para levantarlo de su miseria y hacerlo feliz.

En nuestros días, en la primera mitad del siglo XX se manifestó Jesús, como el “Señor de la Misericordia” a una religiosa Polaca conocida ahora como Santa Faustina Kowalska. El Santo Padre Juan Pablo II fue un gran promotor de esta devoción; beatificó y posteriormente canonizó a Santa Faustina, escribió la encíclica “Dives in Misericordia” y decretó la celebración litúrgica de la Fiesta de la Misericordia el segundo domingo de Pascua.

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Por su parte, el Papa Francisco tuvo un detalle muy singular al promover la devoción valiéndose de un recurso didáctico verdaderamente curioso: Asomándose por la ventana en la Plaza de San Pedro el 17 de noviembre de 2013, dijo a los congregados para el rezo de ese ángelus: “No soy farmacéutico, pero por favor, tomen Misericordina”;

constantemente el más maravilloso acto de amor; participar en ella con la mejor disposición y recibir en cada Santa Misa al Señor de la Misericordia que bajo los velos sacramentales viene a nosotros en la Sagrada Comunión para alimentar y sanar al hombre en su profunda necesidad de amor de Dios.

Pudiéramos hablar mucho de la Divina Misericordia, pero, más que una reflexión teológica, he hecho opción en este artículo por concretar en diez puntos la forma de hacerla nuestra. Así, pues, ofrezco a su consideración los siguientes medios:

2. Frecuentar el sacramento de la Reconciliación, reconociendo que en el confesionario el mismo Jesús nos espera para abrazarnos como el Padre Misericordioso al hijo pródigo que regresa a casa. Recordemos que para celebrar adecuadamente este sacramento se requieren los siguientes cinco pasos: 1) Examen de conciencia 2) dolor de los pecados o sincero arrepentimiento, 3) propósito de enmienda, 4) decir los pecados al sacerdote, y 5) cumplir la penitencia.

1. Estar conscientes de que en la Eucaristía se realiza

3. Implorar misericordia para nuestros hermanos que

Se repartieron en ese medio día veinte mil cajitas en las cuales había una pequeña imagen del Señor de la Misericordia, un rosario y una guía de cómo rezar la Coronilla.

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viven en la más grande miseria existencial, sea ésta material o espiritual. Pedir al Padre por los más necesitados de nuestra generosidad.

4. Aprender a rezar la Corona de la Misericordia y rezarla con frecuencia.

5. Hablar a todos de la misericordia de Dios, invitando a confiar en el Señor, que es compasivo y lleno de amor.

Animar a los apocados, a los que han caído en el desaliento, en la desesperanza, en el sin sentido.

6. Ser misericordiosos con todos. Practicar las catorce obras de misericordia hacia el prójimo. Que son acciones caritativas mediante las cuales ayudamos a nuestro prójimo en sus necesidades corporales y espirituales. A continuación se enuncian:

1.

2.

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7.

ESPIRITUALES: Enseñar al que no sabe.

Dar buen consejo al que lo necesita.

Corregir al que se equivoca.

Perdonar las ofensas.

Consolar al triste.

Sufrir con paciencia los defectos del prójimo.

Rogar a Dios por vivos y difuntos.

1.

2.

3.

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5.

6.

7.

CORPORALES: Visitar y cuidar a los enfermos.

Dar de comer al hambriento.

Dar de beber al sediento.

Dar posada al peregrino.

Vestir al desnudo.

Socorrer a los presos.

Enterrar a los muertos.

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Argos 7. Ganar con frecuencia la indulgencia plenaria aplicándola a nuestros hermanos que sufren en el purgatorio para que puedan alcanzar su purificación y vayan así a disfrutar del gozo eterno. Para ello señalo un medio sencillo para ganar la indulgencia plenaria en este Año Santo de la Misericordia: 1.

Tener la intención de ganar la indulgencia.

2.

Confesarse (si se encuentra en pecado mortal).

3.

Participar en la Santa Misa y comulgar.

4.

Hacer alguna de las catorce obras de misericordia.

5.

Rezar por las intenciones del Santo Padre (Padre nuestro, Ave María y Gloria), y el Credo.

6.

Pedirle a Dios que aplique el fruto de la indulgencia en favor del hermano más necesitado en el purgatorio.

7.

Agradecer al Señor el beneficio concedido.

8. Hacer una opción firme y decidida por los pobres, desde la propia realidad: A. ¿Eres dueño de una empresa? Ayuda con generosidad a tus empleados, promuévelos a condiciones de vida más digna.

B. ¿Tienes un pequeño negocio? Ayuda en la medida de tus ingresos.

C. ¿Eres un profesionista?

Ves tu servicio como una forma de ayuda al hermano necesitado.

D. ¿Eres párroco? duélete del hermano en miseria, impulsa la Pastoral Social de la parroquia, impulsa acciones concretas de promoción humana, no te escondas a la gente que

busca la confesión, visita los enfermos de tu parroquia.

E. ¿Eres joven? Motiva a tus amigos a reunirse y emprender proyectos de asistencia a los más necesitados de tu comunidad.

F. ¿Eres padre de familia?

Haz de tu hogar una pequeña comunidad de amor donde se aprenda a ser misericordiosos.

9. Colocar en un lugar apropiado de la casa la imagen del Señor de la Misericordia y rendirle la veneración que ha pedido Jesús a Santa Faustina.

10. Participar, el segundo domingo de Pascua, día específico de esta gran fiesta.

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Ahora bien, es importante señalar que lo fundamental no es la realización de las acciones enlistadas, sino, lo que pudiéramos definir como el binomio: “Confiar enteramente en el amor misericordioso de Dios y ser misericordiosos con todos”.

Que el Señor de la Misericordia nos conceda con su bendición, la gracia de aprovechar bien la parte conclusiva del Año Santo y que podamos comprender que con el cierre del jubileo que estamos viviendo en la Iglesia no concluye necesariamente “el tiempo de la misericordia”.

Un abrazo cordial para todos.

Enrique Márquez Corona 4to. Teología

¡Una resignación que nos paraliza y nos impide no sólo caminar, sino también hacer camino!

Discurso del Papa Francisco en la misa con los consagrados en Morelia El papa Francisco pidió a religiosas, religiosos, seminaristas y consagrados en Morelia, Michoacán, que no caigan en la tentación proveniente de ambientes de violencia, corrupción, narcotráfico, el desprecio por la dignidad de la persona, la indiferencia ante el sufrimiento y la precariedad, y que no se resignen ante dichos fenómenos.

Asimismo, les pidió que no sean “funcionarios” de lo divino, ni “empleados de Dios”.

El Pontífice lanzó este mensaje, durante la homilía en la misa se celebró en el estadio Venustiano Carranza, en la cuarta jornada de su viaje en México, donde más de 20 mil religiosos escucharon con atención las palabras del Papa, que además les instó a no caer en la tentación del inmovilismo.

Este es el mensaje íntegro de su homilía: Hay un dicho entre nosotros que dice así: «Dime cómo rezas y te diré cómo vives, dime cómo vives y te diré cómo rezas»,

porque mostrándome cómo rezas, aprenderé a descubrir el Dios que vives y, mostrándome cómo vives, aprenderé a creer en el Dios al que rezas»; porque nuestra vida habla de la oración y la oración habla de nuestra vida.

A rezar se aprende, como aprendemos a caminar, a hablar, a escuchar. La escuela de la oración es la escuela de la vida y en la escuela de la vida es donde vamos haciendo la escuela de la oración.

Y Pablo a su discípulo predilecto Timoteo, cuando le enseñaba o le exhortaba a vivir la fe, le decía acuérdate de tu madre y de tu abuela.

Y a los seminaristas cuando entran al seminario muchas veces me preguntaban Padre pero yo quisiera tener una oración más profunda, más mental. Mira sigue rezando como te enseñaron en tu casa y después poco a poco tu oración irá creciendo como tu vida

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fue creciendo. A rezar se aprende como en la vida.

Jesús quiso introducir a los suyos en el misterio de la Vida, en el misterio de su vida. Les mostró comiendo, durmiendo, curando, predicando, rezando, qué significa ser Hijo de Dios.

Los invitó a compartir su vida, su intimidad y estando con Él, los hizo tocar en su carne la vida del Padre. Los hace experimentar en su mirada, en su andar la fuerza, la novedad de decir: «Padre nuestro».

En Jesús, esta expresión no tiene el «gustillo» de la rutina o de la repetición, al contrario, tiene sabor a vida, a experiencia, a autenticidad. Él supo vivir rezando y rezar viviendo, diciendo:

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Padre nuestro.

Y nos ha invitado a nosotros a lo mismo. Nuestra primera llamada es a hacer experiencia de ese amor misericordioso del Padre en nuestra vida, en nuestra historia. Su primera llamada es introducirnos en esa nueva dinámica de amor, de filiación. Nuestra primera llamada es aprender a decir «Padre nuestro», como Pablo insiste, Abba.

de nosotros consagrados, consagradas, seminaristas, obispos, ay de nosotros si no la compartimos, ay de nosotros si no somos testigos de lo que hemos visto y oído, ay de nosotros.

No queremos ser funcionarios de lo divino, no somos ni queremos ser nunca empleados de la empresa de Dios, porque somos invitados a participar de su vida, somos invitados a introducirnos en su corazón, un corazón que reza y vive diciendo: «Padre nuestro».

una de esas cosas no nos dejes caer en la tentación. El mismo Jesús lo hizo. Él rezó para que sus discípulos -de ayer y de hoy- no cayéramos en la tentación. ¿Cuál puede ser una de las tentaciones que nos pueden asediar? ¿Cuál puede ser una de las tentaciones que brota no sólo de contemplar la realidad sino de caminarla? ¿Qué tentación nos puede venir de ambientes muchas veces dominados por la violencia, la corrupción, el tráfico de drogas, el desprecio por la dignidad de la persona, la indiferencia ante el sufrimiento y la precariedad?

¡Ay de mí sino evangelizara!, dice Pablo. ¡Ay de mí! porque evangelizar -prosigue- no es motivo de gloria sino de necesidad (cf.

1 Co 9,16).

¿Y qué es la misión sino decir con nuestra vida, desde el principio hasta el final como nuestro hermano obispo que murió anoche, que es la misión sino decir con nuestra vida: «Padre nuestro»?

¿Qué tentación podemos tener nosotros una y otra vez, nosotros llamados a la vida consagrada, al presbiterado, al episcopado, que tentación podemos tener frente a todo esto, frente a esta realidad que parece haberse convertido en un sistema inamovible?

Nos ha invitado a participar de su vida, de la vida divina, ay de nosotros si no la compartimos, ay

A este Padre nuestro es a quien rezamos con insistencia todos los días: y que le decimos en

Creo que la podríamos resumir con una sola palabra: resignación.

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Y frente a esta realidad nos puede ganar una de las armas preferidas del demonio, la resignación.

nocido también como Tata Vasco, como «el español que se hizo indio».

¿Y qué le vas a hacer?, la vida es así. Una resignación que nos paraliza y nos impide no sólo caminar, sino también hacer camino; una resignación que no sólo nos atemoriza, sino que nos atrinchera en nuestras «sacristías» y aparentes seguridades; una resignación que no sólo nos impide anunciar, sino que nos impide alabar.

La realidad que vivían los indios Purhépechas descritos por él como «vendidos, vejados y vagabundos por los mercados, recogiendo las arrebañaduras tiradas por los suelos», lejos de llevarlo a la tentación y de la acedia de la resignación, movió su fe, movió su vida, movió su compasión y lo impulsó a realizar diversas propuestas que fuesen de «respiro» ante esta realidad tan paralizante e injusta.

Nos quita la alegría, el gozo de la alabanza. Una resignación que no sólo nos impide proyectar, sino que nos frena para arriesgar y transformar.Por eso, Padre nuestro, no nos dejes caer en la tentación.

Qué bien nos hace apelar en los momentos de tentación a nuestra memoria. Cuánto nos ayuda el mirar la «madera» de la que fuimos hechos. No todo ha comenzado con nosotros, y tampoco todo terminará con nosotros, por eso cuánto bien nos hace recuperar la historia que nos ha traído hasta acá.

Y, en este hacer memoria, no podemos saltearnos a alguien que amó tanto este lugar que se hizo hijo de esta tierra. A alguien que supo decir de sí mismo: «Me arrancaron de la magistratura y me pusieron en el timón del sacerdocio, por mérito de mis pecados.

A mí, inútil y enteramente inhábil para la ejecución de tan grande empresa; a mí, que no sabía manejar el remo, me eligieron primer Obispo de Michoacán» (Vasco Vázquez de Quiroga, Carta pastoral, 1554).

Con ustedes quiero hacer memoria de este evangelizador, co-

El dolor del sufrimiento de sus hermanos se hizo oración y la oración se hizo respuesta. Y eso le ganó el nombre entre los indios del «Tata Vasco», que en lengua purhépecha significa: Papá. Padre, papá, tata, abba.

Esa es la oración, esa es la expresión a la que Jesús nos invitó.

Padre, papá, abba, no nos dejes caer en la tentación de la resignación, no nos dejes caer en la tentación de la asedia, no nos dejes caer en la tentación de la pérdida de la memoria, no nos dejes caer en la tentación de olvidarnos de nuestros mayores que nos enseñaron con su vida a decir: Padre Nuestro.

Rene Pérez Montiel 4to. Teología 11

Nueva Exhortación Apostólica Postsinodal

Papa Francisco sobre el amor en la familia

¡ No tardes adquiérela pronto!

Tu Seminario SEMBLANZAS

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Tu Seminario VOCACIONES

R. Riqueza

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E. Esperanza

D. Dignidad

El Papa Francisco y su RED en Morelia Aún queda la adrenalina y el recuerdo del grito estremecedor cuando el Santo Padre ingresaba al estadio Morelos de la ciudad de Morelia… impresionante la fuerza que causaba Aquél que camina en nombre del mismísimo Maestro Jesús.

Música, gritos, más gritos, más música, todo mundo de pie, todo mundo queriendo estirarse lo más posible para estar cerca o ver al Papa, todo mundo con un mismo corazón y con una misma esperanza… aun no sabíamos las palabras que saldrían de su boca y que nos estremecerían. LO MEJOR ESTABA POR VENIR. “BUENAS TARDES”, comenzó diciendo. Los casi 100 mil asistentes ya eran suyos. Observó paciente, la sonrisa se le escapaba ante el colorido de nuestra tierra, escuchó atento, tomó nota de la voz joven, abrazó, abrazó a otros más y a otros más y a muchos más…

Todo mundo en expectativa, el Papa habló, y fue cuando nos lo dijo. El espíritu se calmó cuando Él nos recordó la grandeza de nuestra riqueza, la riqueza del amor de Dios por nosotros, la riqueza de los jóvenes que fuertes quieren cambiar el entorno, la riqueza de aquellos que están en búsqueda.

Nos exigió que no dejáramos que nos convencieran de que no valemos, que no dejáramos que nos menospreciaran y que nos quisieran engañar con las falsas promesas de riquezas tramposas.

Esto llegó hasta lo profundo de los que lo escuchaban y regresaba la esperanza a muchos que, quizá en tribulación, estaban a punto de flaquear.

Comenzó a darnos fuerza diciendo que aparte de ser la riqueza, éramos la esperanza de la vida, la esperanza de un sistema de amor. Que en nuestro corazón se alberga la esperanza de muchos que confían en Jesús el Maestro y que nosotros junto con Él seamos factores de cambio.

Nos dijo que podemos vivir esforzándonos y siendo felices sin tener que pisotear nuestra dignidad, nos pidió que tuviéramos la habilidad de desenmascarar a aquellos que, engañándonos, nos quisieran robar nuestra dignidad.

A ejemplo de Jesús debemos ser personas de cambio, personas de bien, conscientes de nuestras posibilidades, de nuestra riqueza, sin perder la esperanza y caminando siempre con dignidad.

El Papa Francisco fue claro, Él mismo lo dijo, “no es por sobarles el lomo… pero ustedes valen mucho.”

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Quedamos sorprendidos y con ganas de trabajar, quedamos impresionados y con el espíritu en silencio al escuchar a alguien que nos dio palabras de amor, palabras sanas y limpias, palabras de preocupación. Quedamos tranquilos al saber que a alguien le importamos en la misma media que el amor exige.

Esta fue la R.E.D. (Riqueza, Esperanza y Dignidad) de Francisco en Morelia, la red de la que muchos, pero muchos no pudimos, ni quisimos, escapar. Esta fue la R.E.D. que nos enamoró.

(Claro, sin contar aquél “VIVE JESÚS EL SEÑOR” que Papa Francisco cantó con nosotros. Ahí ya no tuvimos escapatoria a su ternura y cariño).

La pastoral vocacional y misiones de la Arquidiócesis nos alegramos de tu visita Papa, y ¡ah que buenos momentos y enseñanzas nos dejaste para todo aquel que está buscando! Eres una Bendición para nosotros, Papa Francisco.

Sólo el recuerdo queda… no, miento, quedan las ganas de trabajar, de seguir a Jesús, de salir, de gritar el amor de Jesús que tu rostro nos enseña.

Pbro. Jorge Huante Mora Encargado Diocesano de Vocaciones

Seminario Diocesano de Morelia

entrega la presea Santo Tomás de Aquino al

P. José Maciel Ramos Por el gran trabajo y empeño que ha puesto para con nuestro seminario. Participando de manera cercana en la formación de los futuros sacedotes.

Dado en enero del 2016, Morelia Mich.

Tu Seminario BIENHECHORES

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Compartiendo juntos

la alegría

A medida que avanza nuestra vida, y en cuanto vemos que aumenta el caudal de nuestras penas, más se comprende que nacimos para la alegría, para la fecundidad de nuestra vida y la paz del corazón.

La vida del cristiano, aún en sus problemas, debe ser de una intensa, profunda y perpetua alegría. Ésta es una virtud, un apostolado, una respuesta.

Estar alegres en ciertos momentos de nuestra vida y manifestarlo a las personas que nos agradan, es cosa muy natural; pero estarlo siempre, con todos y a pesar de todo, cuesta mantenerlo.

Muchas veces la alegría es otra de esas palabras que usamos para todo. Pareciera ser que todos la comprendemos y que en todo cabe. Pero ésta no debe verse como un objetivo, ya que esto haría de la alegría un bien de consumo, y entonces convertiría nuestros dolores y sufrimientos en patologías de la vida cotidiana, es decir, se confundiría la alegría con sustitutos que no nos satis-

facen plenamente.

Lo más correcto es entender la alegría como: un resultado de una vida que se esfuerza por ser vivida en plenitud y no como objetivo.

La alegría también conlleva dolor y sufrimiento. Están destinados a convivir juntos.

Muchas veces ponemos resistencias -mecanismos de defensa- que nos defienden y nos protegen del dolor, las cuales nos impiden gozar plenamente de la vida al no afrontar nuestra realidad en su totalidad.

Debemos carear nuestras realidades pues tarde o temprano nos las encontraremos.

Por otro lado, ahuyentar el dolor, evadirlo, dejar que pase, es hacer como si no existiera, es

consolarse con la promesa de un futuro diferente, ganar parcialmente la batalla, porque supone relegarla más allá.

Y no digo con esto que esté mal esperar sino, más bien, hay que transformar nuestra realidad desde su interior y simultáneamente, sin importar el tiempo requerido, y siempre haciéndolo de una manera creativa. Un ejemplo: dentro de la película de La Pasión de Cristo del director Mel Gibson, cuando Jesús, ensangrentado y camino al Gólgota cae bajo el peso de la cruz, sale al paso su madre y Jesús le dice: «Yo estoy haciendo algo nuevo» (Is 43,19).

En este contexto, la frase resulta impresionante por su novedad, no del director de la película sino del profeta Isaías, pues en medio del sufrimiento y del dolor manifiesta una alegría interior.

Esto es una invitación a hacer siempre algo nuevo, algo diferente que nos ayude a nuestro crecimiento como per-

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sona, y nunca perder la alegría en los momentos de dolor y sufrimiento ¿acaso no lo podremos hacer?

La alegría es un resultado, una sorpresa inesperada, es un regalo, que no queda sólo en la emoción, sino que se hace un estilo de vida, porque es estable y profunda; es saber lidiar con la vida en su complejidad, sin vivir tan zarandeado por las novedades de la existencia que hacen que uno pierda el equilibrio en cuanto el suelo se le mueve.

Pero ¿qué tiene que ver todo esto con los Bienhechores, y no con sólo ellos, sino con todo ser humano? He aquí una buena cuestión. Depende mucho de cómo respondamos a ella en la vida cotidiana. Y ustedes, Bienhechores, han respondido a este llamado desde su sencillez y humildad, ya que comparten con nosotros lo que tienen (material y espiritualmente) y no sólo eso, también nos dan de su alegría que nos contagia y nos motiva a seguir adelante porque sabemos que tienen la esperanza en nuestra Institución que forma pastores para el pueblo de Dios.

bilidades, hay un espacio para nosotros y lo hacen de manera creativa y gozosa, manifiestan su alegría al apoyarnos y encontrarnos, somos parte de ustedes y ustedes de nosotros.

Es una suma de esfuerzos y voluntades.

No bastan las palabras, vemos en ustedes, queridos Bienhechores, la satisfacción, el agrado por apoyar a nuestra Institución, hacen realidad lo que dice san Pablo: «Pues, aunque probados por numerosas tribulaciones, han rebosado de alegría, y su extrema pobreza ha desbordado en tesoro de generosidad» (2 Co 8,2).

Es decir, dan con alegría, no de manera forzada, sino de voluntad propia, lo cual manifiestan dos cosas: una gran fe en el amor de Dios y una generosidad desbordante, ya que sólo la caridad puede iluminar nuestra vida porque «Dios ama al que da con alegría» (2 Co

Ustedes son fuente de alegría; nos manifiestan su regocijo; dan testimonio de nuestra Iglesia que es escuela de la alegría, ya que su doctrina es el Evangelio de la alegría, que transforma en júbilo el dolor y sufrimiento.

En medio de sus responsa15

9,7). Y qué regocijo es creer en un Dios que nos ama y que se ha entregado por nosotros para nuestra salvación. En Jesucristo nace y florece la alegría. Por eso, estamos muy contentos de tenerlos como amigos ya que son signos providentes que saben compartir un vaso de agua con nosotros.

Sigamos juntos orando por todas las necesidades de nuestra Iglesia, en particular por las vocaciones a la vida sacerdotal.

Dios proveerá en todas nuestras necesidades y, como dice san Pablo: «Cada vez que me acuerdo de ustedes, doy gracias a mi Dios y le pido siempre con alegría, en mis oraciones, por todos ustedes por la colaboración que han prestado al Evangelio, desde el primer día hasta hoy» (Flp 1,3-5).

Oscar Patiño Flores 1ro. Teología

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Mi vocación

Experiencia vocacional de un amigo diácono Hola a todos, mi nombre es Lorenzo Orozco Mata, nací en una hermosa comunidad llamada San Lorenzo del municipio de Puruándiro, Michoacán. Soy el mayor de siete hermanos, mis padres no eran muy acercados a la Iglesia, pero Dios sabe cuál es el mejor momento para acercarlos y ya lo ha hecho.

Seré muy breve en contarles mi experiencia vocacional. La verdad es que desde chico había sentido la inquietud por ser sacerdote, “quiero ser como ese padrecito” decía cuando mi abuela o mi madre me llevaban a Misa. Recuerdo que en la primaria me gustaba dibujar retablos de iglesias, a la Virgen, santos y demás.

En la pre-adolescencia no me interesaba nada de la Iglesia, lo importante era cuidar las cabras y jugar con los amigos. Pero en esta etapa de mi vida tuve la oportunidad de ir en peregrinación a San Juan de los Lagos, y después de caminar cuatro días, llegar al santuario y ver la imagen de Nuestra Señora. Entonces volvió a mí el deseo de ser sacerdote, no sabía cómo pero quería serlo, se lo pedí como un milagro.

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A los 13 años el P. Antonio Ramírez, me invita a formar parte del grupo de monaguillos. Éste fue un acercamiento más en serio. Los dos años que estuve en este servicio pude acercarme y conocer la vida de los sacerdotes, saber que antes de serlo tienen que estudiar y prepararse muy bien. Prepararse para algo sobrenatural, algo que sólo puede venir de Dios.

espiritual más fuerte que he vivido, realmente he experimentado la presencia de Dios y creo que actúa en quienes Él ha elegido.

En agosto del 2002 ingresé al Seminario Diocesano de Morelia, y desde ese día le sigo diciendo sí a Jesús, claro que ha habido momentos de crisis, de dudas, de decepciones, pero todo ello me ha ayudado a descubrir que no son mis fuerzas, que no son las personas ni las circunstancias de la vida las que me mueven, sino que es Cristo, el Señor quien me llama.

El sacerdocio es un medio para alcanzar la santidad, pero ¡bendito medio! porque por él me configuro cada día más con Cristo, con la fuerza de su Espíritu camino cada día al encuentro del Padre misericordioso.

La vocación sacerdotal no es un premio o una meta, no es un premio porque nadie es digno; y no es una meta porque la única meta es Dios, la felicidad eterna.

Nota importante

El 28 de enero de 2016, fui ordenado diácono. Es la mejor experiencia que he tenido. Ha sido una alegría tan grande que con mis palabras tan simples no puedo expresarla. Ha habido muchas preguntas. Una de ellas es: “¿qué se siente?” Sólo puedo decir que es la experiencia

Felicitamos al diácono Lorenzo y a todos sus compañeros por este gran don que han recibido.

¡FELICIDADES!

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Nuevos obispos auxiliares Mons. Herculano Media Garfias Nació el 27 de octubre de 1967 en la Ciudad de Hidalgo, Michoacán.

Ingresa al Seminario Menor de Morelia en 1985, cursa el Introductorio en 1988. Realiza los estudios de Filosofía y Teología en el Seminario Mayor de 19891995.

El 13 de agosto de 1995 es ordenado Diácono. Recibe la Ordenación Presbiteral el 15 de febrero de 1996, por manos de S.E. Mons.

Alberto Suárez Inda, Arzobispo de la Arquidiócesis de Morelia, hoy día Cardenal de la misma.

Del 22 de agosto de 1998 a marzo del 2000 fungió como Auxiliar del Coordinador de la Pastoral Social en la Arquidiócesis de Morelia, siendo a la vez Vicario Parroquial.

Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Morelia, por el Santo Padre Francisco, , el 1 de diciembre de 2015, asignándole la Sede Titular de Gegi.

Escudo Episcopal Su escudo episcopal es totalmente una combinación de blanco con rojo. El color rojo que va en el fondo, significa, el fuego del amor de Dios, del cual Jesucristo afirmó: “Cuanto desearía que ya estuviera ardiendo”.

La estrella, significa la presencia de la Santísima Virgen en el caminar de la Iglesia. El pez, significa el hombre como destinatario de la salvación, haciendo eco a las palabras de Jesús: “Los haré pescadores de hombres”.

La barca es la Iglesia, en palabras del Concilio Vaticano II: Iglesia Pueblo de Dios.

La cruz, hace referencia a la verdad sobre Jesucristo, quien nos amó hasta el extremo de entregar su vida por la salvación de l a

Del 2000 al 2002, estudia en la Universidad San Alberto Hurtado (Jesuitas), en Santiago de Chile, obteniendo la Licenciatura en “Ética Social y Desarrollo Humano”.

Del 2002 al 2006 es coordinador de la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Morelia.

Desde el 2006 hasta la fecha formó parte del equipo Formador del Seminario Mayor, responsable de la formación pastoral, y director espiritual de Filosofía y Teología.

El 6 de julio del 2014 es nombrado Ecónomo General del Seminario Diocesano de Morelia. Nombrado

quien vino sobre la Iglesia en Pentecostés para conducirla hasta la verdad plena.

Mons. Víctor Alejandro Aguilar Ledesma humanidad.

La llama de fuego, hace alusión al Espíritu Santo,

Nació el 05 de abril de 1965 en San Guillermo, municipio de Valle de Santiago, Gto. Méx.

Ingresa al Seminario Menor de Morelia del 1977 a 1982, donde realiza los estudios de Secun-

de Morelia Escudo Episcopal

daria y Humanidades. De 19821989 realiza estudios de Filosofía y Teología en el Seminario Mayor de Morelia. Recibió el diaconado el 14 de mayo de 1989 de manos del Señor Arzobispo Don Estanislao Alcaraz Figueroa.

Escudo timbrado con capelo de sinople, símbolo de la dignidad prelaticia acompañado de un cordel de seis borlas de lo mismo, indicando el grado de obispo, acolado por una cruz procesional monotrasnversa de oro, puesta en palo detrás del escudo, signo también del orden episcopal.

En primer campo del escudo es de color azul con una paloma de plata nimbrada con oro y rodeada de 12 rayos en grupos de tres de oro, símbolo del Espíritu Santo y los Apóstoles.

El segundo campo un Cristograma en oro, haciendo referencia a Cristo Salvador de los hombres. plo de la Visitación (2005-2010).

Fue ordenado Sacerdote el 10 de diciembre de 1989 en la Iglesia Catedral de Morelia por imposición de manos del Excmo. Sr. Arz. Don Estanislao Alcaraz Figueroa.

Obtiene la Licenciatura en Teología de Matrimonio y Familia en el Instituto Juan Pablo II de la Universidad Lateranense en Roma, Italia, de 1997-1999.

Del 2003-2010 fue responsable de la Pastoral Familiar de la Arquidiócesis de Morelia, durante este periodo fue Rector del Templo de Santa Rita (2003-2004) y del Tem-

Profesor de Teología del Seminario Mayor del 2003-2014.

Desde el 2010 fue Párroco de la Parroquia de El Señor de la Clemencia en Moroleón, Gto. Desde el 2014 fue Vicario episcopal de la Zona Pastoral IV de Nuestra Señora de la Luz en la Arquidiócesis, y Miembro del Colegio de Consultores.

Nombrado Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Morelia, por el Santo Padre Francisco, , el 1 de diciembre de 2015, asignándole la Sede Titular de Castulo.

En el campo tercero, dos corazones de gules unidos y timbrados por una corona, simbolizan los corazones de Jesús y María, y la corona expresa el signo de realeza y dignidad.

En el campo cuarto, la Iglesia Catedral de azul y plata, y a sus pies, de plata, el monograma de María, simbolizando el templo mayor de la Diócesis de Morelia sede episcopal, y el monograma mariano simboliza el corazón de fe, el inefable amor de la Madre de Dios por la Iglesia. Frente al sinople en oro una cruz flordelisada separando los cuadrantes.

Y en color azul y plata, divisa sobre bandera florante el FIAT VOLUNTAS TUA.

PARA REFLEXIONAR

Suplemento

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La misericordia de Dios

La misericordia de Dios habita en el corazón del hombre. Toda persona es misterio, es decir, un mundo y una experiencia que jamás se repetirán; yo solo y una sola vez. El otro como misterio que es, es un mundo sagrado que merece respeto. Lo primero que debe saber un sabio es que no sabemos nada del otro, porque el otro es un mundo desconocido.

Un hombre que era rico decía: jamás ocuparé algo de los demás, y pasaba todo el tiempo pensando que era único en el mundo, creía que sólo él pensaba, que sólo él tenía la razón.

Pues a él no le importaba el sufrimiento de los demás, ni su pobreza, ni sus problemas; pero había algo que le molestaba bastante, no soportaba que los demás estuvieran alegres porque creía que se burlaban de él, y pensaba que estaban locos porque los veía siempre con una grande sonrisa.

Y al final de estas palabras decía: “que Dios lo ayude”. Por lo que el señor se sentía motivado y realizaba bien todo lo que hacía, pero al hombre rico no le gustaba que aquel hombre fuera más feliz que él. Entonces, dijo el hombre soberbio: “¿Por qué actúas casi siempre de la misma manera como si no te fuera mal en la vida?”

Dijo el hombre: “trataré de averiguar cuál es el motivo de su alegría”. Y así fue. Conversó con uno de los que a diario le sonreía, le saludaba y le deseaba lo mejor; diciendo: “que tenga buen día, que realice con buen término sus actividades, que logre lo que hoy se propuso hacer, que todo le salga bien”.

El hombre con un sonrisa le dijo: “no es así; sí me va un poco mal, pero, siempre trato de esforzarme para que no me venza la apatía, el cansancio, el enojo y busco que al sonreír alguien me conteste de la misma manera y así me doy cuenta que vale la pena seguir haciéndolo, llegar a casa y 20

compartir la alegría que alguien me trasmitió”.

Ese es el secreto. Muchos de nosotros por soberbia, por el “qué dirán los demás”, no saludamos, no ayudamos, no sonreímos; y, sobre todo, nosotros mismos no somos felices porque no somos misericordiosos con nosotros mismos.

Sentimos que nada podemos hacer por los demás, cuando una sonrisa, un saludo, un deseo de bien a los demás nos ayuda a ser misericordiosos. Que esa sea la tarea para comenzar practicando misericordia, con pequeños detalles.

Joel Pioquinto Bernabé 2do. Filosofía

1.- ¿Qué es una indulgencia?

Es el perdón ante Dios de la pena temporal, que un cristiano sufre a causa de los pecados graves cometidos pero ya perdonados en la Confesión 2.- ¿Cuándo surgieron las “Indulgencias”?

En el s XI se comenzaron y consistían en el perdón extrasacramental, ante Dios, de la pena temporal debida por los pecados.

3.- ¿Las Indulgencias borran el pecado y libran de la pena eterna merecida por el pecado grave?

Las Indulgencias no tienen poder de perdonar los pecados graves, ni de liberar a nadie de la pena eterna merecida por los pecados graves.

6.- ¿Cómo se ganan las indulgencias?

Requisitos: -Tener la intención de lucrarla.

-Confesarse.

-Participar en misa y comulgar.

-Rezar por el Papa.

-Practicar las obras de misericordia.

-Detestar el pecado incluso venial.

7.- Los requisitos prescritos ¿cuándo y cómo se deberán realizar?

Algunos días antes o después, pero participar en misa, comulgar y la oración por el Papa se deberán hacer el día en que se haga la obra.

4.- ¿Cuántas veces podemos ganarla?

La indulgencia plenaria solamente una vez al día y la indulgencia parcial varias veces al día.

5.- ¿Por quién se puede ganar la indulgencia?

Por uno mismo o por los difuntos. Nunca para alguien que vive aún.

8.- Y los enfermos ¿pueden ganar indulgencias?

Claro que sí. Confesándose, participando en misa si se puede o desde un medio de comunicación con mucha fe, comulgar sacramentalmente, orar por las intenciones del Papa y ofrecer sus padecimientos por la Iglesia y la conversión de los pecadores.

9.- Y los presos, ¿también?

Claro que sí. El Papa ha dispuesto que cada vez que crucen la puerta de su celda con la intención de una sincera conversión ganarán la indulgencia.

10.- Lugares y templos para ganar la indulgencia en la Arquidiócesis de Morelia: Catedral-Morelia; El Niño de la Salud-Morelia; San Miguel A-Tarímbaro; Basílica-Pátzcuaro; Santa Ana- Zacapu; Ntra.

Sra. de la Luz-Salvatierra; Señor de Esquipulitas-Moroleón; Señor de la Salud-Puruandiro; Sn. Fco. de Asís-Acámbaro; Ntra.

Sra. del Carmen-Tlalpujahua; Ntra. Sra. de los Remedios-Zitácuaro; San José-Ciudad Hidalgo; Sr. de la Piedad- La Piedad.

Marco Antonio Cabrera T. 4to. Teología 21

EVANGELIO DE JESÚS

¿Qué son las indulgencias?

Suplemento

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Haz que cada uno de nosotros escuche como propia la palabra que dijiste a la samaritana: ¡Si conocieras el don de Dios! Tú eres el rostro visible del Padre

Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero; a la adúltera Magdalena de buscar la felicidad solamente en una creatura; hizo llorar a Pedro luego de la traición, y aseguro el Paraíso al ladrón arrepentido.

Señor Jesucristo, tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre del cielo, y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a él. Muéstranos su rostro y obtendremos la salvación.

Oración por el año de la Misericordia

Remando mar adentro

Argos Amén.

Manda tu espíritu y conságranos a todos con su unción para que el jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor y tu iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos y restituir la vista a los ciegos. Te lo pedimos por la intercesión de María, madre de la misericordia, a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos.

Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidad para que sientan sincera compasión por los que se encuentran en la ignorancia o en el error: haz que quien se acerque a ellos se sienta esperado, amado y perdonado por Dios.

invisible, del Dios que manifiesta su omnipotencia sobre todo con el perdón y la misericordia: haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro visible de ti, su Señor, resucitado y glorioso.

ACONTECER DEL PAPA

Suplemento

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La visita del Papa Francisco a México es un acontecimiento que ha marcado los corazones de cada uno de los mexicanos. Es el tercer Papa que visita nuestro país, y no era para menos que lo recibiéramos con los brazos abiertos.

Sin embargo, para nosotros, citadinos de Morelia, recibir por primera vez en la historia a un Papa fue una experiencia realmente sorprendente. Nos ha llenado de esperanza este encuentro con el vicario de Cristo en la tierra, nos ha confirmado realmente en la fe.

Por este motivo, quisiera que esta experiencia que hemos vivido todos, algunos más de cerca, otros quizás desde T.V., Internet o periódicos, no se quede en una simple “bonita experiencia”, sino que esta visita del Papa Francisco, con toda su genialidad que lo ha caracterizado, la llevemos a una reflexión más profunda que enriquezca nuestro diario vivir.

Por ello, destacaremos algunas ideas centrales que el Papa nos ha regalado en los tres eventos que tuvo en Morelia, y que a

pesar de que estuvieron dirigidos especialmente a sacerdotes, religiosos, seminaristas, niños y jóvenes, sin duda son mensajes que nos sirven de reflexión para todos, para pequeños y grandes.

En la Santa Misa celebrada en el estadio Venustiano Carranza, el Papa nos ha invitado reflexionar sobre el Padre Nuestro: a aprender a rezar, con un corazón misericordioso, afirmando que “nuestra primera llamada es aprender a decir «Padre nuestro», como Pablo insiste, Abba”.

A nunca ser funcionarios o empleados de la empresa de Dios y a ser testigos de lo que hemos visto y oído. A no caer en la tentación de la resignación, “resignación que nos paraliza y nos impide no sólo caminar, sino también hacer camino”.

Nos ha invitado a hacer memoria de un gran hombre, para quien “el dolor del sufrimiento de sus hermanos se hizo oración y la oración se hizo respuesta”: Tata Vasco. “Padre, papá, abba, no nos dejes caer en la tentación de la resignación, no nos dejes caer

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El Papa Francisco ha dado un mensaje espontáneo a los niños que, mensaje que ha salido realmente de su corazón: les prometió rezar por ellos, para que crezcan con mucho amor para ser “cristianos en serio” y “para cumplir el mandamiento de Jesús: Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como Jesús nos amó”.

Los invitó a recordar a sus familias, a sus amigos, a aquellos con los estaban peleados, y rezar por todos ellos. Admiro y felicitó a los niños que le cantaron fuera de catedral, diciéndoles que el “arte y el deporte ensanchan el alma”, los motivó a ser siempre creativos y a nunca dejarse pisotear por nadie.

A los jóvenes de México el Santo Padre ha regalado un gran mensaje. Ha dicho que la riqueza del país es su rostro joven, la riqueza son los jóvenes. Pero ha dicho que “se vuelve difícil sentirse la riqueza cuando nos vemos 25

expuestos continuamente a la pérdida de amigos o de familiares en manos del narcotráfico, de las drogas, de organizaciones criminales que siembran el terror”.

El Papa nos ha dado palabras de esperanza: “Es mentira que la única forma de vivir, de poder ser joven es dejando la vida en manos del narcotráfico o de todos aquellos que lo único que están haciendo es sembrar destrucción y muerte”. Nos invitó a siempre, pase lo que pase, seguir a Jesús, y no caer en la mundanidad de las “modas, del dinero, de lo fácil”.

Reflexionemos, pues, acerca de estos mensajes. Dejemos que Jesús sea quien nos haga llevar a la práctica todos estos consejos que el Papa Francisco nos ha dado en nombre de Jesús Hijo de Dios. Y no olvidemos lo que el Santo Padre nos ha dicho más de alguna vez: “Recen por mí”.

Raymundo Montes de Oca 2do. Filosofía

Suplemento

en la tentación de la asedia, no nos dejes caer en la tentación de la pérdida de la memoria, no nos dejes caer en la tentación de olvidarnos de nuestros mayores que nos enseñaron con su vida a decir: Padre Nuestro”.

ACONTECER DEL PAPA

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Moisés Carachure Lino 1ro. Filosofía

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¡Hermanas que comparten la vocación del amor!

La espiritualidad Dominica

Historia:

Misión:

El fundador de la orden fue Santo Domingo de Guzmán, dejando como lema “Veritas”, ya que las Dominicas deben centrarse en la “Verdad” que es Cristo.

Desde su fundación en 1206 las Monjas Dominicas se consagran a:

La misión de las monjas Dominicas es buscar a Dios en el silencio, pensar en Él e invocarlo de tal manera que la palabra predicada no quede infecunda sino que dé frutos en quién la escucha.

1. La oración eclesial de alabanza en la liturgia.

2. La intercesión eclesial de alabanza en la liturgia.

3. La intercesión ante Dios por las necesidades de la humanidad.

4. La vida comunitaria en pobreza, castidad y obediencia.

5. El testimonio de una vida alegre y sencilla.

Un buen discernimiento vocacional cuenta con 4 puntos:

La monja Dominica Contemplativa tiene un modo especifico de extender el reino de Dios para colaborar en la edificación de la ciudad terrena, no sólo con su oración y sacrificios, sino también con su testimonio silencioso.

La vocación a la vida contemplativa, es una llamada especial en la Iglesia a una vida de oración, que se manifiesta en la celebración de la Liturgia, en la oración personal y en la escucha de la Palabra de Dios.

¿Tengo vocación?

1. La experiencia de Dios que llama.

2. Las cualidades humanas necesarias.

3. Las necesidades objetivas del mundo en el que vivo.

4. La aceptación de la llamada por parte de la comunidad religiosa.

“Si tienes esta inquietud, platica tus inquietudes vocacionales y comunícate con nosotras”. ¿Cómo mantienen su economía?

Nuestra economía depende del esfuerzo de nuestras propias manos, es decir, confeccionamos vestimentas clericales como: casullas, estolas, sotanas, cotas, capas, etc.

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Además reparamos imágenes dañadas hechas de cualquier material. Es decir, nosotras no contamos con bienhechores, todo lo que tenemos es por nuestro propio esfuerzo.

Lo que tenemos es por nuestras propias manos, ya que nosotras nos dedicamos a:

Lavar oranamentos

Coser vestimentas claricales

Todo tipo de reparación de imágenes

Cosemos imágenes a mano Nosotras necesitamos tu ayuda, ora por nosotras , como lo hacemso por ti.

Breve historia vocacional.

Mi nombre es Sor Imelda Loza Méndez O.P., la mayor de 10 hermanos. Ingresé al Monasterio el 25 de julio de 1953. Actualmente tengo 63 años en el Claustro y parece que fue ayer cuando ingresé.

Es verdad que a lo largo de mi vida religiosa ha habido experiencias de todo tipo, unas agradables otras no tanto, pero creo que el apoyo y la comprensión de las hermanas en estos momentos y la misericordia del Señor que siem29

pre nos acompaña y sostiene, nos ayudan a sortear toda clase de obstáculos. También puedo decir que soy una mujer feliz, en realización continua, porque esta no llega uno del todo a poseerla se va ganando poco a poco, a medida que vive uno las dificultades con entereza y madura a raíz de lo vivido.

Si yo puedo, ustedes pueden también, ¡ánimo!, ¡mucho ánimo! Que quien sigue al Señor nunca quedará decepcionado.

Antonio Espinoza Juárez 1ro. Filosofía

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¿A dónde iremos?

¿A dónde iremos?, es una pregunta que aparece de manera constante y con distintas connotaciones en la vida cotidiana. Podemos preguntarnos a dónde iremos después del colegio, a dónde iremos después de terminar las labores o después de algún evento importante.

También es posible que nos hagamos esta misma pregunta con respecto al final de nuestra vida. ¿Qué habrá después?, ¿a dónde iremos?, ¿qué habrá allá?, ¿qué veré? y ¿cómo será? Es probable que estas dudas surjan en eventos como: la muerte de un conocido o una crisis personal. Este mismo cuestionamiento se lo han trazado hombres y mujeres en distintos momentos históricos.

Podemos encontrar entre las culturas antiguas deidades cuya labor específica era la de encargarse de los muertos y de los lugares

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donde éstos habitaban, tal es el caso de Mictlantecuhtli y Mictecacihuatl, el señor y señora de los muertos entre los antiguos mexicanos. Además de estas deidades existían destinos específicos a los que se dirigían los difuntos, como es el caso de los guerreros caídos en combate y las mujeres muertas en la labor de parto, que estaban destinados a acompañar al sol en su recorrido cotidiano. Creencia también propia de los mexicas.

Todas las culturas han tenido una cosmovisión particular al respecto, y aún el día de hoy en nuestra sociedad es posible encontrar reminiscencias de creencias y prácticas propias del pasado prehispánico, signo de la riqueza cultural con que cuenta nuestro país y también del sincretismo religioso y cultural que en muchas ocasiones envuelve las dinámicas de nuestra sociedad.

Es importante reconocer que no todas las creencias con respecto a la muerte son una herencia prehispánica. Muchas, como es el caso del propio cristianismo, han aparecido en distintos momentos de la historia en medio de circunstancias muy diversas.

Algunas de las posturas que 30

identificamos hoy con respecto a la muerte provienen no solamente de sistemas religiosos, también las hay de origen filosófico y político, entre otras. Algunas de estas creencias hablan de un renacer constante, algunas otras despojan al hombre de cualquier esperanza de una vida futura.

Resurrección, reencarnación, simple desaparición, son algunas de las posturas que la gente posee con respecto a la muerte. Te has preguntado, ¿en qué crees?, ¿la idea que posees sobre aquello que viene después de la muerte influye en el desarrollo de tu vida?, ¿Qué crees que haya pasado con aquellos seres queridos que el día de hoy ya no están contigo? Si estás leyendo esta revista es muy probable que seas católico, las preguntas serían entonces; ¿Conoces la propuesta que te hace tu religión al respecto? y si es así ¿esta creencia tiene realmente eco en tu vida cotidiana?

Te invito a cuestionarte sobre tu conocimiento sobre el tema y a empaparte de aquello que te propone la fe católica, una fe que ensalza, celebra, defiende y promueve la vida.

José Abel Guzmán Albor 2do. Filosofía

La vida no termina con nuestra muerte En la actualidad, al igual que en otras épocas, hablar de la muerte puede causar un gran temor que nos orilla incluso, a creer que si no la mencionamos, ésta nunca llegará. La sola palabra muerte lleva en sí misma una carga escalofriante, aunque esto dependa de cuál sea la visión que se tiene al respecto.

Menciona el Papa Francisco en una de sus audiencias: “Si se considera que es el final de todo, la muerte asusta, aterra; se transforma en una amenaza a todos nuestros sueños” Podemos quedarnos con esta idea propia del ateísmo, la cual nos hace creer que con la muerte termina todo. Lo anterior nos podría llevar a una conclusión: estamos aquí en el mundo por pura coincidencia y para satisfacer intereses propios.

“Nuestra vida no termina con la muerte” son las palabras del Sumo Pontífice, debemos tener bien clara una cosa: Cristo nos ha hecho una promesa: la vida eterna. Si actuamos movidos para alcanzar esa promesa cambiará nuestra visión con respecto a la muerte, “quien practica la misericordia no teme la muerte”.

“La muerte es como un agujero negro que se abre en la vida de las personas” Sin duda, que el solo pensar que todo terminará en esta vida nos causa temor,. Cuando fallece alguien, un familiar, un amigo etc. nos sentimos en este agujero negro, tratamos de asimilar de muchas maneras el suceso de la muerte. Buscamos tantas explicaciones, incluso llegamos a culpar a Dios.

31

Sin embargo, una es la luz que iluminará para poder ver a través de esta oscuridad,. Esta es la luz de la fe, una fe que se nos ha heredado ya por más de 2000 años. Una fe que nos hace ver la muerte como un sueño del cual Cristo nos despertará en un tiempo. Tenemos la fe en esperar esa vida eterna que Cristo nos ha prometido. Tenemos esa fe que, como a San Pablo nos hace decir:

“para mí la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia” Raymundo Peña Baca 2do. Filosofía

VOX NOVA Otro Nivel

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ADOLESCENTES Constructores PROTECTO ADOLESCENTE

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¡No está prohibido hacer el

Bien!

la indiferencia que mostramos para no ayudar al hermano que se encuentra en dificultades.

Hacer el bien es uno de los mejores actos humanos que puede hacer la persona. Un ejemplo de ello, lo encontramos en la parábola del Buen Samaritano en la pregunta ¿quién es mi prójimo? «Jesús le respondió: un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos asaltantes que, después de despojarlo y golpearlo sin piedad, se alejaron dejándolo medio muerto.

Un sacerdote bajaba casualmente por aquel camino y, al verlo, se desvió y PASÓ DE LARGO. Igualmente un levita que pasó por aquel lugar, al verlo, se desvió y pasó de largo. Pero un samaritano que iba de viaje, al llegar junto a él

y verlo, sintió compasión. Se ACERCÓ y le vendó las heridas después de habérselas limpiado con aceite y vino; luego lo montó en su cabalgadura, y lo llevó a una posada y CUIDÓ DE ÉL. Al día siguiente, sacó unas monedas y se las dió al encargado, diciendo: cuida de él, y lo que gastes de más te lo pagaré a mi regreso. ¿Quién de los tres te parece que fue PRÓJIMO del que cayó en manos de los asaltantes?» (Lc 10, 29-37).

Esta pregunta que Jesús nos hace por medio de esta parábola nos invita a reflexionar sobre el bien que realizamos o 32

Jóvenes, que nadie nos prohíba o nos quite las ganas de hacer el bien, aunque detrás de nosotros se encuentre el qué dirán, la burla o el temor de hacerlo por no saber qué hacer o decir. No vivamos encerrados en un egoísmo donde las barreras o “peros” nos impidan realizar el bien que queremos.

Nosotros tenemos la misión y responsabilidad de cambiar las mentes de muchos ante las situaciones que aquejan a nuestra familia, vecindario, lugar de estudio o de trabajo.

Situaciones que surgen por no hacer lo que tenemos que hacer.

Es preciso, entonces, que seamos capaces de distinguir aquellas acciones buenas de las malas. Que cada paso que demos este impulsado por la bondad misericordiosa del Padre.

Dios nos ha creado de tal manera que nuestro corazón se siente atraído por algunas

cosas o tener miedo de otras.

Pero, en el fondo, siempre está la inclinación a amar y buscar el bien, y rechazar el mal.

En cambio, al encontrarnos en una época de tanto movimiento y de información, consideramos que el bien para nosotros es rodearnos de aquello que nos complace, que nos da seguridad o satisfacción.

Pero lo único que logramos es abrir paso al egoísmo y la soberbia, de no ser sensibles ante el hermano que duerme en la calle, el que no tiene que comer o el que pide una limosna, e inclusive el hermano que se encuentra a nuestro lado necesitado de una palabra de aliento o de la escucha, mientras nosotros nos podemos encontrar enajenados en la tecnología o en lo problemas propios. De modo que ahí está el obrar que Jesús nos pide a gritos que realicemos.

Con esto, invitamos a todos los jóvenes a comportarse como verdaderos prójimos, abrir los ojos del corazón a las necesidades que se encuentran fuera de cada uno y evitar lo que llama el Papa Francisco “cultura de la indiferencia, del descarte y de la resignación”. Y así no PASAR DE LARGO, ACERCARNOS A LOS DFEMÁS Y CUIDAR DE ELLOS. Estamos llamados a gritar a la sociedad y al mundo que ¡NO ESTÁ PROHIBIDO HACER EL BIEN!

“Yo soy la resurreción. El que cree en mí auque muera,vivirá; y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás” (Jn 11,25)

Luis Miguel Cortés Pérez 1ro. Teología

El Seminario Diocesano de Morelia, a través de su revista Argos, expresa el dolor por la muerte de

Monseñor

Guadalupe Tapia 1928-2016 Quien fuera por mucho tiempo profesor y formador del Seminario.

Descanse en paz.

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ADOLESCENTES Constructores PROTECTO ADOLESCENTE

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ADOLESCENTES Constructores HEROES

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Un luchador de la FE

a muchos jóvenes que carecen de algún guía o dar algún apoyo. Su labor heroica ha sido, junto con el ministerio sacerdotal, la ayuda a niños de la calle. Por su casa hogar han pasado más de dos mil niños y niñas, a quienes él llama de manera cariñosa “cachorros”.

Veo el reloj y apuro el paso porque está a punto de comenzar la función, entre empujones de los demás aficionados y gritos de los vendedores de botanas, refrescos y cervezas. Mi padre aprieta mi mano y me jala para no dejarme atrás.

Por fin nos instalamos en la que creemos que será la butaca que nos permitirá apreciar mejor la huracarrana, la quebradora y los vuelos desde la tercera cuerda.

Comienza la tercera pelea y entonces aparece, llevando una luminosa máscara amarilla con vivos rojos Fray Tormenta. Los aplausos y los gritos de poyo no se hacen esperar. “pégales Fray…..”, “no se deje Padre….” Son parte de los gritos de la afición. Los rudos no son tan piadosos y tupen duro a Fray Tormenta quien en ningún momento se rinde. La afición responde al ver el maltrato al sacerdote-luchador “no te dejes Fray Tormenta, mátalo, mátalo”. Instantes más tarde

la lucha termina con una victoria nada sencilla para los técnicos.

El día siguiente es distinto para el padre Sergio Gutiérrez Benítez, mejor conocido como “Fray Tormenta”, el domingo el mismo hombre que se batía encima de un cuadrilátero, hoy predicará el amor y el perdón desde el púlpito del templo, confesará y alimentará a sus feligreses con la Sagrada Eucaristía. Él nació en Febrero de 1945, es originario de Cieneguillas, Hidalgo. Aunque siendo aún niño emigró con su familia a la ciudad de México y vivieron en el barrio Tres Estrellas. Él fue ordenado sacerdote el 26 de mayo de 1973 y su vida, como las luchas que ha enfrentado en el ring y su trabajo como pastor, no ha ido fácil. Vivió una juventud marcada por la pobreza, las drogas y la violencia. Su caso es singular, decidió ser sacerdote y después luchar para ayudar a salir de las drogas, la violencia y la prostitución 34

Poco después de ser ordenado sacerdote incursionó en el ring con la esperanza de ganar mucho dinero para la manutención de su casa hogar, dinero, que según sus propias palabras, nunca llegó. Lo que nunca ha faltado es la gracia de Dios. El esfuerzo en los cuadriláteros y la ayuda de mucha gente de buena voluntad con la cual muchos niños lograron salir adelante, muchos que fueron reconocidos como personas, como hijos de Dios. Él mismo diseñó su máscara. El color amarillo representa la energía que debe poseer y proyectar, el color rojo representa la sangre que está dispuesto a derramar por “sus cachorros”.

Nuestro héroe en este número, es Fray Tormenta. El hombre que se levantó del fondo superando problemas de drogas y violencia; el sacerdote que ha amado a los otros luchando por ellos no sólo en un ring, sino también los ha guiado y les ha mostrado el rostro misericordioso y amoroso de nuestro Padre Dios.

Iván Ortiz Soriano 2do. Filosofía

La risa, signo de alegría...

Estaba un niño lavando un gato y pasa una señora y le dice: “Pero niño, ¿Qué haces lavando un gato?, ¿No sabes que así se puede morir?

Y el niño le contesta: “¡No se muere el gato, es muy fuerte!”

Se va la señora, y en un ratillo pasa de nuevo por el lado del niño y le pregunta: “¿Por qué lloras?”

“Porque se me ha muerto el gato.”

Y le dice la señora: “¿No te dije que se podía morir?”

“Pero no ha sido al lavarlo, ha sido al exprimirlo.”

Estos eran dos ratones que andaban por la carretera, uno dice: “Vas a ver cómo te paro ese tráiler con una mano.”

En eso que se le poncha una llanta al tráiler y por buena suerte que se para en la mano del ratón.

Cuando se para el tráiler, se baja el chofer y dice: ¡Voy a tener que sacar el gato!

Y dice el ratón: “Ni me amenaces. ¡Que te volteo el tráiler!”

Un cazador se iba de casería y su amigo le dice: Si te encuentras con un león, persígnate, reza, y después te tiras al suelo, y el león no te hará nada.

El hombre va a la selva, y se encuentra con un león, se pone a rezar y se tira al suelo.

El león se pone a rezar y el hombre dice: ¡Un milagro, un milagro!

El león le responde: ¿Cuál milagro? ¡Yo siempre rezo antes de comer!

- Buenas, le llamamos por una encuesta. ¿Su nombre?

- Adán.

- ¿Y el de su mujer?

- Eva. - Increíble, ¿la serpiente vive aquí también?

- Si un momento. ¡¡SUEGRAA!!, la buscan...

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HUMOR

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Familia: ACÁ ENTRE NOS

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Ser feliz con el otro Seguramente hemos escuchado muchas veces “se casaron y vivieron felices para siempre”.

En las bodas se les desea a los novios que sean muy felices y se brinda por la felicidad del nuevo matrimonio y socialmente consideramos que llegar al matrimonio tiene como finalidad alcanzar la felicidad. ¿Es posible ser feliz en el matrimonio? Si entendemos a la felicidad como un estado o una situación a la que llegaremos en algún momento y en la que nos quedaremos para siempre, simplemente estamos esperando que suceda algo que sólo pasa en los cuentos de hadas. La felicidad es una idea de la que se han ocupado filósofos, teólogos, sociólogos para tratar de darle una definición y tener claridad de lo que significa o ha significado para la humanidad.

Pero la realidad nos dice que cada uno de nosotros tenemos una muy particular idea de lo que es ser feliz y es muy claro que lo que puede hacer feliz a una persona no hace feliz a otra, como cuando un juguete o un dulce hacen feliz a un niño y de ninguna manera a un adulto. Esto sucede porque en la vida vamos teniendo distintas expectativas y vamos incorporando en esas expectativas cosas y valores que son importantes para la cultura en la que fuimos formados.

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De esta manera, cuando dos personas deciden unirse en matrimonio, cada uno trae consigo sus propias expectativas de cómo el matrimonio los podrá hacer felices o puede ser que no tengan idea de eso, pero tendrán la expectativa de que de alguna forma su matrimonio les traerá la felicidad, simplemente porque se unirán a la persona que aman y con quien desean compartir su vida.

Sin embargo, en toda relación matrimonial habrá momentos de dificultad, de problemas, de tristeza, porque son muchas las áreas de vida que en un matrimonio se tienen que atender y en las que los esposos no siempre están de acuerdo. Áreas como la comunicación; el manejo de lo económico y las tareas de la casa; amistades y relaciones familiares; educación de los hijos; la sexualidad matrimonial y las manifestaciones de afecto, etc. Son áreas importantes que no siempre son atendidas adecuadamente por los esposos, porque por su diferente educación y expectativas van actuando de manera tal, que se empiezan sin querer a generar vacíos y soledades en la relación que los llevan al desencanto y la desesperación y es entonces cuando se escuchan expresiones como “¿yo no sé para que me casé? ¿Para tener puros problemas?”.

compartida Felicidad Si yo pienso que me casé para que mi esposo o esposa me haga feliz, le estoy pidiendo algo que difícilmente va a poder cumplir, ya que es imposible que alguna persona pueda plenamente satisfacer las expectativas cambiantes y crecientes de otra persona.

Si pienso que me casé para hacer feliz a mi esposo o esposa, tengo un pensamiento menos egoísta tal vez, pero igualmente me será muy difícil lograrlo porque lo que en un momento puede hacer feliz a alguien puede que con el tiempo deje de hacerlo, entonces me enfrento también a la imposibilidad de satisfacer plenamente las expectativas de quien yo quiero hacer feliz. ¿Entonces cuál es la fórmula para ser feliz con el otro? No hay una fórmula general, la felicidad matrimonial debe ser elaborada como se hacía en las boticas, aquellas farmacias antiguas donde se preparaban los medicamentos en el momento y de acuerdo a las necesidades de cada persona.

La fórmula de la felicidad en el matrimonio debe ser preparada por los esposos con cantidades distintas de sustancias como paciencia, comunicación, ternura, sabiduría, presencia de cuerpo y alma con el otro, solidaridad, imaginación, respeto, participación, generosidad, poner

atención y aceptar la expectativas del otro, tolerancia a la frustración y la ansiedad, entregas incondicionales, afecto físico y emocional, y distintas cantidades de estas sustancias se pueden combinar al gusto con un deseo firme de un compromiso exclusivo, evitando el miedo a ser herido e invirtiendo el ciento por ciento de lo que soy en mi relación matrimonial.

Así, cada matrimonio puede elaborar su fórmula de la felicidad para diferentes etapas de su vida de relación, a veces se necesitará más de una sustancia que de otra y cada matrimonio debería buscar su propia fórmula y ponerla en un frasco al que le llamaremos espiritualidad matrimonial, que no es otra cosa que poner a Dios como guía y a nuestra relación de esposos como centro de nuestra vida.

Donde mi esposo o esposa es lo más importante y central en mi vida porque es a la persona que amo y a la que elegí para compartir mi vida y por lo tanto para compartir la felicidad que no es un lugar al que se llega, sino espacios pequeños de Dios que disfrutamos a veces todos los días.

Jorge Tinajero Berrueta Doctor en Sociología Profesor del Seminario 37

Familia: ACÁ ENTRE NOS

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Familia: NOS TOCA...

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¿Cómo educar a nuestros hijos en la misericordia?

Conforme más avanza mi vida, más me doy cuenta de cuánto me parezco a mis papás. A mis cincuenta y tantos, con cuatro hijos y ocho nietos como descendientes directos, descubro que mis actitudes y comportamientos son prácticamente idénticos a los de ellos en muchos aspectos. Inconsciente y a veces conscientemente, repito patrones de comportamiento que les he visto vivir a lo largo de toda nuestra vida de relación.

Al reflexionar sobre esto y frente a la pregunta, ¿cómo educar en la misericordia a nuestros hijos?, la única respuesta que viene a mi mente es: con el ejemplo.

Por esto, más que un discurso teórico sobre la mejor pedagogía para educar bien a los hijos, me permito compartir con ustedes algunas situaciones de vida en las que yo, como persona, opto por vivir la misericordia y que, por la inevitable y maravillosa presencia y relación con mis hijos (con nuestros hijos, sería más correcto decir, porque son tan míos como de mi esposo), es muy posible que estén sirviendo de ejemplo para su formación.

Dice el Papa: “La Misericordia de Dios es su responsabilidad por nosotros. Él se siente responsable, es decir, desea nuestro bien y quiere vernos felices, colmados de alegría y serenos”.

Yo doy ejemplo de misericordia a nuestros hijos cuando me empeño sinceramente en cumplir lo mejor posible con mis responsabilidades de madre: cuando trabajo para aportar recursos para su manutención, cuando cuido que haya alimentos saludables y en cantidad suficiente en nuestra cocina; que la ropa de toda la familia y el ambiente general de nuestra casa esté limpio y ordenado y que no haya plagas que pongan en riesgo nuestra salud.

Y para no desvariar en este intento, tendré que dejarme guiar por algunas de las enseñanzas del Papa Francisco sobre qué contiene, de qué se compone, cómo se revela la misericordia, la de Dios con nosotros y la que nosotros estamos llamados a ofrecer a los demás.

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Cuando los animo a ser responsables consigo mismos y que asistan a la escuela o al trabajo, hagan sus tareas, duerman suficiente, que cuiden sus dientes, que se bañen, que vayan al doctor cuando se enferman.

Y también, cuando cuido de respetar su vocación, de animarlos y apoyarlos para que cumplan sus sueños y para que tomen con libertad sus decisiones de vida; cuando los apoyo para que crezcan y maduren, y para que logren su autonomía como personas.

Y en relación con la vida del alma, vivo la misericordia cuando soy responsable también de darles ejemplo de relación con Dios, de caridad con las personas ne-

cesitadas, de servicio voluntario a algunas causas valiosas.

También, nos enseña el Papa que “la misericordia se muestra como la fuerza que todo vence, que llena de amor el corazón y que consuela con el perdón”.

Yo soy ejemplo de misericordia para nuestros hijos cuando soy tierna y amorosa con ellos y con su papá, cuando los abrazo y los beso cada vez que puedo; cuando los escucho con atención, aunque lo que me cuenten no me parezca particularmente interesante; cuando me muestro comprensiva con su inexperiencia o reconozco su sabiduría e inteligencia que muchas veces son mayores que las mías; cuando les pido perdón por haber sido indiferente o grosera con alguno de ellos, y cuando los animo a pedir perdón cuando son ellos los que faltaron al amor.

Y por supuesto, cuando busco la relación y abro la puerta a la oportunidad de expresar nuestros sentimientos y pensamientos.

Esto lo hago en particular cuando los noto encerrados en sí mismos, o agresivos conmigo o con los demás. Y cuando perdono sus malos ratos, aunque no me pidan perdón.

Por último, dice el Papa que “la misericordia es una meta por alcanzar y que requiere compromiso y sacrificio”. Yo estoy en lucha hoy, por alcanzar la meta de vivir la misericordia al no juzgar a otros.

Me reconozco como un mal ejemplo, dando una mala educación a nuestros hijos, cuando hablo mal de otras personas. Sea mi compromiso, vivir la misericordia al no juzgar ni hablar mal de los demás.

María Guadalupe Trejo Licenciada en Sociología Profesora del Seminario 39

Familia: NOS TOCA...

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Sección-sita: RELATOS

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Historieta ARGOS #125 #126 Se acerca la Navidad y todavía no comprendo, ¿Qué es?

“P. Toribio, necesito que me explique qué es la Navidad… ¡Porque no sé lo que es!

“Hace más de dos mil años el Hijo de Dios se hizo hombre.

Nació de Belén, en un pesebre.

Y cada año recordamos este acontecimiento.”

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¡Tengo una idea!

Le preguntaré al Padre Toribio.”

“Es muy fácil querido Logan.

Mira… es un día en que festejamos el nacimiento del niño Jesús, el Hijo de Dios.”

“¡Genial! ¡Ya sé lo que es la navidad!

“Sí, Padre, ahorita lo haré.

Muchas Gracias.”

“Ahora ya sabes el significado de la navidad, Logan.

Ve y adorna tu casa con un nacimiento”

¡Diviértete!

Muy bien, ahora pondré el naciemiendo debajo del árbol de navidad.”

Luis Ángel Calderón Santillan 2do. Filosofía

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Sección-sita: RELATOS

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Sección-sita: ¡Precaución! ¡Niños Aprendiendo!

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Preparándome para la Navidad

Estrella De Belén ¡Hola, amiguitos! ¿Sabian que los Reyes Magos desde muy lejos vieron la estrella de Jesús y decidieron seguirla hasta encontrar al niño Jesús para adorarlo? Dice la Palabra de Dios “La estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo encima del lugar donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría” (Mt 2,9-10) Por eso nosotros colocamos estrellas como adorno, las cuales nos recuerdan que Jesús está presente en medio de nosotros. ¿Te gustaría hacer una estrella de Navidad? Solo necesitas: Material: 1 tubo de papel higiénico Silicón Pinzas para la ropa Pintura base agua Brillitos para decorar

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Luis Enrique Tinoco Camacho 1ro. Teología

4 Dobla ligeramente el tubo y recortalo en cinco partes iguales.

Dejala reposar hasta que el pegamento seque.

5

2 Coloca pegamento en una de las puntas de cada parte.

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Habiense secado, a pintarla, puedes usar pintura a “base agua” o alguna otra, del color que gustes..

Ya esta lista tu estrella, amarrale un hilo y cuelgala donde más te guste.