Volumen 10

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Revarena

Revista de PoesĂ­a Vol. 10


Índice Presentación 3 Cuetzalan, lo que aprendí, mientras escuchaba

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por Carlos Arturo Ramos Medina (inter)Lineal 9 por Eduardo Samuel Rivero Reyes Niña estrella

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por Rocío G. Benítez Malformación del viento

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por Juan Flores González La eterna Diosa vejada

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por Walter Andrés Antón Morillos Grimorio 18 por José M. Primavera Martínez El extracto por Rodrigo Velázquez

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Bautizo

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por Jonathan Sage Anton Pihlissar

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por Andrés R. K. Camacho Voz de la nada

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por Juan Antonio González Díaz La palabra

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por Adriana Irais Dorantes Moreno Los autores

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Presentación

Borges dijo que la literatura no era otra cosa que un sueño dirigido: material onírico que habita pupilas, conocimiento proveniente de nuestra oscuridad y alumbrado por el revuelco cifrado sobre una página –lectura o escritura– que desprecia las regularidades del tiempo, los márgenes de la distancia. Hay los que escriben porque no queda más que lo arduo, lo que exige de temeridad y entereza: el abandono de uno mismo, el sacrificio de lo demás por el logro de un verso. Nuestros lectores son la precipitación con la que se arroja el poeta desde arriba, desde donde sea. Lector y autor acordando la dirección de este sueño. A lo largo de trece números (diez trimestrales y tres conmemorativos), Revarena ha dilatado los horizontes, propios y otros (por no decir ajenos, porque nada es ajeno), en el sendero de la poesía y de la fotografía. Sin embargo, para este número llegaron textos en prosa, que, logrando las características del género poético, parecían inscribirse en la categoría de cuento. Al final, ¿no son las fronteras –todas– una delimitación inventada y, a veces, inclusive, innecesaria?

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En este punto del camino, hemos encontrado un río, y no pretendemos cruzarlo, sino hacernos uno con su corriente, nutrirnos del recorrido inmemorial; porque el crecimiento llega cuando la voz está lista para soportar su propio ensanchamiento. Así, con este volumen Revarena obsequia terreno a la categoría de cuento, la cual será explícitamente convocada para los siguientes números. Libros y revistas, ahí es donde ocurre la comunión que refirió Borges, donde se consolida el paso de las letras. En nuestro caso, la literatura es el sueño que nos dirige, de ahí la dureza de nuestras páginas. Bienvenidos.

Alejandro Del Castillo

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Cuetzalan, lo que aprendí, mientras escuchaba

Pablo tiene 16 años. Ayer lo vi que miraba a los montes del norte, le pregunté qué lo mantenía tan atento. –La neblina –respondió. –Es igual que todos los días –le dije. –No –murmuró. Sus ojos no me miraron–. Hoy avanza bailando porque la estamos viendo, es una mujer presumida.

Francisco miró mis botas y me preguntó cuánto medían. Somos de

la misma talla. Al siguiente día quise regalárselas. –Son muy viejitas –le comenté. –Así mejor; es porque han andado mucho, igual y a mí también me llevan lejos, o al menos me platican cómo fueron sus caminos –se las puso, y se fue silbando, lo vi detenerse, se llevó la mano a la boca y humedeció sus dedos, se agachó y limpió sus botas, no quise seguir mirando.

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Hortensia ya es una muchachita, su piel es morena como el café,

tiene las piernas largas y delgadas y los pies veloces. Siempre lleva el cabello trenzado. Ahí escondo mis sueños- me confesó un día. Un chiquillo ya la ronda y sus ojos brillan cuando él la llama. La he visto jugar con su pelo mientras platican separados por una barda. ¿Se estará acariciando los sueños, o sólo los acomoda?

–A Gabriela le gusta la música.

–¿De qué tipo? –le pregunté. –¿Cómo que de qué tipo? Toda la comida es comida, a veces uno come sopa, otras veces carne y a veces frijoles, ¿no? El caso es que siempre te llena la panza, lo mismo pasa con la música, pero te llena aquí –lo dijo mientras se tocaba el corazón.

–Me llamo: El Muñeco. Y voy hacer gritar al monstruo –así me dijo

mientras sacaba del estuche un violín bastante feo–. Yo lo hice –presumió. La vara era precisamente eso: una vara. No sé de qué árbol de la región. Hizo que el monstruo soltara una canción muy triste. De repente se quedó callado, colocó el violín sobre la pierna y se tapó los ojos.

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–Hace poco mataron a mi muchacho de 16 años –yo no supe qué

responder–. Ni modo, a mí me toco cantar y aquí debo seguir. Soy un alma de esas que Dios olvida.

–Me gusta cómo huele la neblina, se mete por la nariz y no se sale

nunca, se queda aquí metidita y entonces uno ya no camina, uno flota como ella. Uno no se muere, la neblina nomás nos va comiendo por dentro y entonces nos vamos allá, allá muy lejitos y por las noches bajamos a cuidar a los nuestros –así me lo contó Micaela, me gusta creerle.

La noche canta. Cada gotita, en cada tejado, le marca el ritmo; la

chicharra la acompaña, el grillo aplaude y el viento danza, danza, danza. Luego la noche se calla y entonces el grillo, la chicharra, el gallo y todos platican sobre el concierto de anoche. Nunca hay silencio porque Tzicuilan es una fiesta. v

Carlos Arturo Ramos Medina

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(inter)Lineal

Una palabra única. ficado] Las voces se suceden, la conocen, pronuncian ideas, cepto] mientras el viento se las lleva.

[La pa

la

bra

[Signi

[Con

se

expande]

No conozco su esencia. Sólo palpo las extremidades de una lengua, del músculo y la glándula fonética. [El acto de hablar frente a cuidados paliativos] No queda nada; el instante, lo efímero de nuestra existencia, se reduce al silencio. Eduardo Samuel Rivero Reyes 9 10


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Niña estrella Antes de que su cabeza de niña tocara el filo de su propia sangre

Antes de que su madre

se diera cuenta de la explosión gritos

quejido de ave

se inundará de miedo

disparos

Antes de que su quijada saliva

desesperación

al ver la cabeza de la niña lamiendo el filo de su propia sangre

sus ojos en cero

su cuerpo trazando una estrella en la tierra miles de extraños captando con zoom su caída miles de veces su eterno quejido de ave en caída miles de me gusta en un segundo y sin saber su nombre miles de retweets antes de que su sangre se destiñera aquí no hay límite fronterizo like like like a la niña herida

a la niña y su forma de estrella

Rocío G. Benítez

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Malformación del viento

La palabra es una malformación del viento, arrullada torpemente con oleajes de saliva, que se desangra al quedarse quieta y enmarañada en las encías que la retienen, y que en su tedio copula sutilmente con la lengua y en su venganza falsifica los labios del poeta, y al ramificarse en la vacía voluntad del hombre, encuentra su cauce. Palabra: tu exigente naturaleza, tu volátil estructura tu inmediata pulsación tu desbordamiento incalculable y salinidad insoportable, no es para todos. Mucho menos para los poetas que te consideran fiel arma Transgresora de la realidad.

Juan Flores González

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La eterna Diosa vejada Llegaste a mi boca con tu cuerpo tantas veces desgarrado. El tiempo también violentó tu certeza. Los antiguos ancestros afilaron tus costados haciéndote mortal –La letal compañera de una lengua furibundaY ahora que danzas, hermosa y ataviada de seda antigua Acariciando con tus dedos las llagas de mis labios Pienso en tu forma tantas veces transmutada Vejada por el súbito placer de los hablantes paganos –Corre tu sangre imaginaria por las hojas de mis libros, Desfigurada y maldecida tantas veces por tu encantoEl fragor de mi voz no basta para sofocar tu paso por los años. Reina intemporal que extiende su manto bendito Sobre seres que aguardan tu venida sin siquiera saberlo No dejes que también sea mi boca La que azote tus contornos malheridos. Diosa imaginaria que envuelves con belleza Lo letal Y lo profano. Walter Andrés Antón Morillos

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Grimorio

Invoca la línea Invoca su amor caliente Sobre el verbo holístico en El pasado y el futuro De nuestro presente cobrizo. Domino la herrería Mi lengua -martillaTu sagrada escritura (La legitima) La que yace en tu muslo Yegua brava La palabra es El orgasmo De la forma.

José M. Primavera Martínez

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El extracto

He sufrido la vergüenza de no ser hombre de oficio rutinario Mis manos no conocen los cortes penetrantes de los sólidos metales tampoco puedo recordar la jornada extenuante de un trabajo

nocturno e inhumano de los músculos

no está en mí el feroz cansancio

o la debilidad de unos ojos agotados

de una mente absorta día a día por lo necesario

A mi ser lo ha desgastado la constante repetición del vocabulario la compasión y el descanso

las habituales palabras y los abrazos

Rodrigo Velázquez

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Foto: MarĂ­a A. Silva Burgos

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bautizo

Y cuando yo nací, el viento me dijo: ‘’Bienvendado, poeta maldito’’

Jonathan Sage

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Foto: MarĂ­a A. Silva Burgos

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Anton Pihlissar Primero estuvo el vacío, después, las palabras. El cielo suele amanecer gris en esta época del año, cuando las nubes se aglomeran en tumultos y se direccionan perdidas hacia cualquier sitio. Antaño y rocoso se erige, a pie del desfiladero, aquel centinela azorado violentamente por las aguas saladas, testigo de todas las tierras exhaustas de no encontrar en los océanos iracundos las razones de su olvido. A sus pies, rompen del mar, pequeñas y grandes gotas buscando emanciparse de las abruptas sales, sin embargo regresan cada vez, como quien se ha unido incondicionalmente a su origen para nunca renunciar a él.

La noche invernal es la moldura perfecta al cuadro tétrico de aquel faro descubierto al norte del mundo. Pequeñas humaredas respiraban de la luz blanca como estrellas achispadas en un cielo sin nubes. Cuánto tiempo que eso no sucede aquí. Antiguo, el giro permanente de la farola encontraba en el mismo horizonte, sumiso y ordinario, viejos buques advertidos sobre una tierra extraviada donde navegantes y viajeros eran turbados por la brusca estampida del mar. Ahí, un hombre, cansado y ojero23 24


so, se postraba siempre guardián bajo la farola, poeta silencioso de las rimas navales. El negro calcinado de ultramar se veía en sus ojos desvividos por la edad, oscuros y fríos como todo lo que resguardaba desde la baranda.

Escondía sus manos rasposas del viento helado que agitaba sus canas debajo del gorro que heredó de su padre, aquel momento que la noche lo miró fijamente por primera vez. Había extraviado ya su nombre y silueta, pero resguardaba aún el recuerdo de sus años atados al faro en lo más recóndito de ultramar cuando sus ojos cerrados brincaron la cerca guardiana que lo encerraba. El aire se encontró con su cara, el gorro voló al viento y sus canas por fin encontraron su naturalidad en el vacío mientras caía. Las rocas aporrearon sus huesos y su carne, alma e historias, se perdieron en los mares del Ártico, fue así que el mar devoró su cuerpo porque quiso conservarlo vivo siempre, pues desde entonces el faro ilumina en altamar, el paseo eterno de su viejo guardián.

Andrés R. K. Camacho 24 25


Voz de la nada

Para qué vivir en busca de luz en lugar de perseguir centellas.

Por qué victimizar el trauma a sacarlo de la cabeza con un disparo.

Para qué reírse del mundo si el mutismo empaña seducir a la muerte.

Absurdas las ideas indolentes al dolor.

No quiero aquella grandeza producto de mis límites, inundo a escupitajos la que viene del vulgo. 25 26


Vivo en el suspiro del abismo ¿para qué conocer al fantasma de un podría ser?

No le preguntes de metas a un moribundo, lo que vez es el capricho del enfermo el tesón del cobarde.

La vida es dolor, en el orbe de la necedad, el advenedizo elegirá la vida sin vida.

Juan Antonio González Díaz

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La palabra

Quiero un mundo que no tenga que nombrar, uno que sea sin que me pida comprensión.

Detrás del ruido hay una sombra, y entre la sombra, con dedos infinitos, habita el silencio. Ahí, brillante como el sueño de un no nacido, está el paraíso de aquellos seres vivos que no entienden: es un jardín casi desnudo con un árbol en el centro que sostiene el cielo entero.

Nací con la encomienda de cuidar el débil retoño de aquel árbol inasequible. Ahí yace la necesidad del nombre: el mundo que no quiero. El retoño es la palabra, un cuerpo falso en un mundo inventado.

No soy hija de Adán, aquel primer hombre que nombró las cosas y designó la realidad. Yo nací y ya sabía de lenguaje pero nunca tuve el poder de transformar.

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Día tras día resuenan las sentencias de mis antepasados a través del agujero confinado a mi intelecto.

Un castigo generacional me indica la misión: guardo la palabra humeante entre las manos, alimento del árbol que no entiendo, palabra creadora, desvanecida, víctima de un mundo al que no corresponde.

Riego sus raíces a diario, hago crecer mi falta de pertenencia, deseo un mundo de silencio perpetuo, un mundo que permita soñar, que no tenga que nombrar.

Adriana Irais Dorantes Moreno

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Foto: MarĂ­a A. Silva Burgos

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Los autores

Rocío G. Benítez (Querétaro, México, 1982). Es licenciada en Periodismo y Comunicación, escritora y promotora cultural. En 2006 ganó el “Concurso de los Derechos de las Mujeres y las Niñas” convocado por el Instituto de Equidad y Género. En 2007 obtuvo el Primer premio en el Concurso Queretano de Cuento y Poesía, convocado por el Instituto de Cultura del Municipio de Querétaro. En 2011 compiló la Muestra de Poetas en Querétaro Nacidos entre 1980 y 1993, titulada “Besar de Lengua” (Ed. Sabelotodo-IQCA). Es autora del poemario Muina (Herring Publishers, 2015) Juan Antonio González Díaz (Edo. de México, México, 1982). Es autor del libro de aforismos Astillas del Carácter (2013); de los libros de poesía Humando fragmentado (2015) y Voz del cadáver (2016), todas publicaciones independientes. Parte de su obra poética ha sido publicada en la revista Letramía (2015-2016). En 2015 participó en el “Maratón de poesía y cuento corto en Xalapa, Veracruz”, y en el “V encuentro de escritores por Ciudad Juárez, Ecatepec, Edo. de México”. En 2016 participó en el “Encuentro Internacional de Poesía en Tepito”, DF. Andrés R. K. Camacho (Querétaro, México, 1990). Es autor de las series inéditas Sobre los Pensamientos y Memorias, El Horror y Short Stories About the Northern Lands. En 2012 participó en la Caravana de Lectura Itinerante del programa Cooltura. En 2013 participó en el Encuentro Nacional de Poesía y Cuento en la Biblioteca

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Central. En 2014 presentó las series Sobre los Pensamientos y Memorias, El Horror en la Universidad Cuauhtémoc y en la Universidad Contemporánea. En el mismo año participó con WWF Island (Islandia) para la escritura de Short Stories About the Northern Lands. Parte de su obra ha sido publicado en ediciones pasadas de Revarena y en la Revista C. Walter Andrés Antón Morillos (Trujillo, Perú, 1989). Cursa el bachiller en Derecho y Ciencias Políticas. Parte de su obra ha sido publicada en las antologías Poesía Reunida y Breve descripción de un estallido (Ed. Universidad César Vallejo, 2014 y 2015). Actualmente es miembro del Círculo de Poesía de la Universidad César Vallejo, en la ciudad de Trujillo. José Miguel Primavera Martínez (Cd. de México, México, 1991). Actualmente ejerce la abogacía. Rodrigo Velazquez Solorzano (Cd. de México, México, 1986). Es ingeniero en electrónica por parte del Tecnológico de Estudios Superiores de Ecatepec (TESE). Cuenta con un Diplomado en Creación Literaria por parte del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA). Se ha certificado en Educación Artística por parte del Centro Nacional de las Artes (CENART). Parte de su obra ha sido publicada en revistas de literatura nacionales e internacionales, tales como La pluma del Ganso (2010), Ariadna-RC (2015), ERRR (2015), Letras TRL (2015), Narrativas (2015), Cronopio (2015), Monolito (2015), Nocturnario (2016) y Factum (2016).

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Actualmente es maestro en el Colegio Nacional de Artes Gráficas (ENAG). Adriana Irais Dorantes Moreno (Cd. de México, México, 1985). En 2009 obtuvo el primer lugar del “Certamen Internacional de Poesía Bernardo Ruiz”. En 2015 obtuvo el segundo lugar en el “Torneo de Poesía Adversario en el Cuadrilátero”, convocado por Verso Destierro. Es autora de los poemarios Quién vive (Ed. UAM, 2012) y Entre mares alados (Ediciones y Punto, 2014). Es autora del libro de cuentos Vendrá la muerte y tendrá tus ojos (Sediento, 2014). Actualmente trabaja como encargada del área de corrección de estilo en la Editorial del Magisterio del SNTE. Carlos Arturo Ramos Medina (Puebla, Puebla, 1987). En 2007 obtuvo el Primer Premio en el Concurso de Creación Literaria Internormales (modalidad ensayo). En 2014 cursó el diplomado en Creación Literaria convocado por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA). Actualmente es profesor de literatura y gestor de fomento a la lectura en una comunidad indígena de la Sierra Norte de Puebla. Jonathan A. Sage (Nunavut, Canadá, 1996). Actualmente es profesor de inglés y radica en la Ciudad de México. Samuel Rivero Reyes (Cd. de México, México, 1992). Cursa la carrera en Escritura Creativa y Literatura en la Universidad

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del Claustro de Sor Juana, así como la Licenciatura en Historia en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Ha colaborado en las revistas de literatura Osario (2014), Clarimonda (2014 - 2015) y Revarena (2015). En 2011 recibió el tercer premio del Ministerio de Educación de España, en la categoría “jóvenes”. En 2014 obtuvo el tercer lugar en la categoría Poesía y el segundo lugar en la categoría Minificción en el Concurso “Nuestras voces XVIII” del Colegio Madrid. En el mismo año, participó en la Tercera Pasarela Poética del Centro Cultural de España y Proyecto Literal. En 2015 obtuvo el tercer lugar en la categoría Poesía y el segundo lugar en la categoría Minificción en el Concurso “Nuestras voces XIX” del Colegio Madrid. Ha impartido diversos talleres de literatura y escritura creativa para niños y jóvenes. María Angélica Silva Burgos (Cd. de México, México, 1995). Cursa la Licenciatura en Filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). . Juan Flores González (Puebla, México, 1995). Es poeta, narrador, músico y promotor cultural. Parte de su trabajo ha sido publicado las revistas de literatura Monolito, Vómito de Letras, Aldea Global, Paroxismo, Estudiantes BUAP, El Creacionista, Diversidad Literaria, y Abigarrados. Actualmente trabaja en un proyecto de poesía titulado El Eco del Big Bang.

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Colofón Dirección y diseño: Alejandro Del Castillo Corrección de diseño y estilo: Eduardo Gallardo, Giovanna A. Herrera, Mauricio Caudillo, José Manuel de la Vega. Las fotografías donde no aparece nombre de autor son obra del equipo editorial y propiedad de Revarena. La responsabilidad de los textos y las fotografías aquí publicadas recae exclusivamente en sus autores, y su contenido no refleja necesariamente el criterio de la revista.

Revarena Revista @REVARENApoesia revarena_revista revarena.com


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