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Calacas de a montón (o Wi-kalacas del COVID Paco Olvera

Calacas de a montón (o Wi-kalacas del COVID)

Paco Olvera

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Estimados amigos y lectores, este 2020 y principio de 2021, será recordado por muchos años como un punto crítico, año bisagra, parte aguas, o dicho en forma más concreta y económica, ¡un año de la re-chingada! Por esta razón, además de los múltiples homenajes individuales que se van a incluir en la RLV, propongo la creación de estas calacas de “a montón en forma cooperativa”, algo así como las Wi-kalacas, donde alguien puede agregar a alguien nuevo con una breve calaca, o bien sumarle a una que ya estuviera en la lista. Comenzamos . . .

Isela Vega

Yo no pude ver sus películas en mi juventud porque eran clasificación “C”, sólo adultos, y es curioso porque, muchas veces nos colamos a ver algunas soft-portno que exhibían en el Cine Del Villar los miércoles por la noche, pero sus películas más icónicas ya no estaban en cartelera, aunque en la televisión, me fue posible verla en “Don Juan 67”, con Mauricio Garcés, integrándose a la pléyade de chicas en bikini que eran lo más atrevido del momento. Sus fotos con “poca ropa” salían en el periódico, y en algunas revistas de “encueradas”, llegaban a salir algunas fotos con desnudos, una mujer muy guapa, hija de la “Sonora querida, tierra consentida”, como María Félix y muchas otras. Claramente a muchos chamacos de mi generación, nos alborotaba mucho ver a una mujer tan guapa en fotografías tan atrevidas. Fue “talento visual”, en películas como “SOS Operación bikini”, o “La cama”, conde ella y otras guapas del momento como Maura Monti o Zulma Faiad, dejaban que su belleza aflorara al utilizar la icónica prenda de dos piezas. Esto eventualmente la llevó a participar en el “cine de ficheras”, participando en “Las Cariñosas” y otras más, te títulos sugerentes y parecidos. Ella fue la primera mujer mexicana (y latinoamericana) en posar desnuda para la edición norteamericana de la revista Paly boy. Pero con carácter y

teniendo dotes de actuación, si bien explotando su belleza, comenzó a salir en películas con mayor contenido, como “El Oficio más antiguo del mundo”, de Luis Alcoriza, acompañando a Maricruz Olivier y Jaqueline Andére. En 1977 filma “La viuda negra”, de Arturo Ripstein, compartiendo créditos con Mario Almada, teniendo como trama un cura que tiene relaciones con su ama de llaves, motivo por el cual, fue censurada durante este sexenio. Su actuación en esta película la hace ganadora del Ariel a mejor actriz, a los 6 años de filmada la película. Yo la perdí completamente de vista, hasta que apareció en “La ley de Herodes”, haciendo un magnífico papel como la regenta del prostíbulo de “San Pedro de los Sahuaros”, y de allí pude verla fugazmente en “Arráncame la vida”, ya como icono de la pantalla. Le tocó la difícil labor de transcender de ser solamente una atracción visual, a consolidarse como actriz, y ciertamente, lo hizo al generar algunos escándalos al exponer sus opiniones respecto a políticos y actores. Estas caracterizaciones de personajes ásperos y extremos la llevaron a otras películas como “El Infierno”, donde se dibuja como ficción una realidad en muchas ciudades de México. Supe que participó en algunas series como “La casa de las Flores”, y digamos que se convirtió en una Sara García “sobre cargada”. Descanse en paz, a una mujer que nos generó tantas fantasías y se permitió transcender además para permitirnos verla consolidada como una gran actriz.

Cepillín

“El payasito de la tele”. El entró al aire, al menos en el centro del país, cuando yo ya estaba en la secundaria. Para mí fue mayormente material para apodos y el cotorreo, pero por su puesto fue un ícono y tuvo una gran cantidad de público infantil. Alguna vez “echamos netas” sobre la letra de su canción “La Gallina cocoguagua” (o algo así) que, poniéndole atención, resultaba inusitadamente cruel. Unos meses antes de su muerte, me tocó ver encabezados de noticias que hablaban de que se había debilitado mucho su estado de salud, y que al parecer no tenía dinero para que lo atendieran. No dejó de parecerme cruel la paradoja habitual del olvido de las grandes estrellas, o pensar en Garrik, que lejos del escenario, son dolientes de los mismos males que todos los mortales. Descanse en paz.

Eulalio Cervantes, “Sax” de la “Maldita Vecindad”

Nunca fui seguidor del grupo, pero ciertamente el ataque inicial del saxofón en la canción “Pachuco”, siempre me ha fascinado. De hecho, había salido mucho a mis recuerdos luego de ver la serie de Netflix “Rómpanlo todo”. Las noticias que llegaron fueron trágicas, al parecer se acusa una negligencia entre alguna enfermedad prexistente y el COVID, que tristemente es la historia de muchos durante esta terrible peste moderna. Se integrará a la gran banda de músicos que habita en el más allá, para participar en tocadas maravillosas desbordantes de talento y reventón. Descanse en paz.

Ciertamente un lugar clave en la música mexicana, en particular sus baldas románticas. Yo me acuerdo de que muchas de ellas las conocí porque las escuchaba mi hermana, “Somos novios” (conocida como “It’s Impossible” en inglés), “Esta tarde vi llover”, “Adoro” o “Contigo Aprendí”. A mí, de niño, me gustaba mucho una canción llamada “No”, interpretada por Carlos Lico (que el “Loco” Valdés apodaba “mi compadre el cara de Chango”), no eran momentos en que tuviera yo avatares románticos, pero el estribillo era fácil, y Nacho mi hermano lo usábamos para hacernos burla de algo, “Noooo, porque no te presto mi juego de mesa”, y cosas así. Chaparrito, yucateco e indudablemente talentoso, también material para poner apodos, recuerdo en particular un sketch de los Polivoces, donde imitaban a Pedro Ferriz y hablaban de extraterrestres, y en particular decían algo así como, “Armando Manzanero, ¡es extraterrestre!, esa cabezota es porque trae casco y sus canciones: donde la semana tiene más de 7 días, ¡debe ser Júpiter!, y apago la luz y veo tu rostro, debe ser fosforescente”. Me emocionó verlo entre las personalidades mencionadas en los Grammys de Estados Unidos, además de ser el primer mexicano en ganar un Grammy honorífico por su trayectoria. En su caso, lo que se dijo es que, por asistir a un homenaje, se expuso demasiado, tuvo contagio de COVID y no lo pudo sobrevivir. También les toca a los chaparritos, aunque se agachen, descanse en paz.

Enio Moricone

Aunque en el número pasado dedicamos unas calacas específicas para don Enio, lo vuelvo a mencionar porque la banda sonora de “Cinema Pradiso”, “La Misión” o “El bueno, el malo y el feo”, forman parte de mis recuerdos. Leí que se iba a restrenar Cinema Paradiso para conmemorar la reapertura de los cines en Italia, lo cual aún no acontece. Esperemos que esto sea pronto. En paz descanse.

Christopher Plummer

Siempre he admitido que uno de mis gustos culposos son los musicales de todo tipo, además de las películas de segunda guerra, y una película que mezcla ambos temas es “La Novicia Rebelde”, y de allí recuerdo a la interpretación de Christopher Plummer como el capitán Von Trapp (curiosamente, aunque sale en “La Batalla de Inglaterra” clásico de guerra, no lo tengo tan presente por esta última). En un paralelo extraño con Isela Vega, lo recuerdo como un actor sobrio y maduro en muchos roles posteriores, como en “El doctor Parnasus”, “La chica del dragón Tatuado” o “Una mente brillante”. Leí que hacía bromas que lo elegían porque “ya casi no quedaban actores de

su edad que pudieran pelearle esos papeles”. La última vez que tengo claridad de verlo, fue en una película llamada “Todo el dinero del mundo”, donde hace el papel de Paul Getty, cuando es secuestrado uno sus nietos. Pues habrá que buscar a otro actor de carácter para los papeles que requieran de esa sobriedad, en paz descanse.

Sean Connery

Un gran actor, una gran voz. Si bien, desde niño sabía que él era uno de los que le dio vida a James Bond, en aquel tiempo no me llevaban a ver sus películas, aunque me encantaba el tema musical del “Satánico doctor No”. Pero disfruté mucho de sus grandes actuaciones, en algunas muy conocidas como el papá de Indiana Jones en “La última cruzada”, el capitán del “Octubre rojo”, el policía irlandés que enseña el camino a Elliot Ness en la versión cinematográfica de “Los Intocables”, o en otras no tan taquilleras, pero que hace un papel extraordinario, como en “Buscando a Forrester”. Recuerdo también que cuando fui a ver “Robin Hood” con Kevin Costner, hace una aparición como el rey de Inglaterra y no estaba entre los créditos. Pero en particular para mí, el papel que hace el conjunto de su mejor papel en la madurez, intensidad, y diálogos excelentes, fue cuando le dio vida a Guillermo de Baskerville en “El Nombre de la Rosa”, que de alguna manera podría ser equiparado a Guillermo de Ockham o a Roger Bacon. Excelente película de intriga y de misterio en pleno siglo XIV, enfrentado a la maldad de Bernardo Gui encarnado por F. Murray Abraham, en una lucha de la razón contra el dogmatismo. Era uno de esos actores que, yo me lo imaginaba hablando igualito que en los papeles que interpretaba. Ni hablar, ni todos los trucos del 007 le evitaron que se lo llevara la calca, que en paz descanse.

Kirk Douglas

La primera memoria que tengo de, es en la versión de Disney de “20,000 leguas de viaje submarino”, que me impresionaba mucho por las escenas del calamar gigante. Luego de eso lo ubico muy bien como “Espartaco”, una de esas películas que ponían en unos mini festivales que pasaban en el cine de mi pueblo que llamaban “la semana del cine. Sé que tuvo una participación en muchas películas de “viejo oeste”, pero la verdad es que no conozco casi nada de esta etapa. También interpretó a Van Gogh en una película biográfica llamada “Sed de Vivir”, alguna vez la vi en una de esas funciones de cine por la tarde dominical en el canal 4, me acuerdo de que salen otros pintores como Gauguin o Monet, y me gusto porque fue muy instructiva para mí. Siempre lo ubico por una barba “demasiado” partida, casi como un carácter de caricatura. Una película que recuerdo en que me parece que hace un papel que me pareció interesante, fue en “Senderos de

Gloria”, pero reconozco que la vi más impulsado porque Stanley Kubrick es el director que por la participación del señor Douglas. Siguiendo la ruta de Espartaco, ya se liberó de toda prisión material, en paz descanse.

Gustavo “El Halcón” Peña

Capitán de la selección mexicana, es uno de los primeros jugadores que recuerdo como ídolo, y que usaba su apodo en el álbum de estampas del mundial de México 70, aunque también fuera capitán del América, pero era un buen defensa central y metió el gol del triunfo ante Bélgica que llevó a la selección nacional a los cuartos de final. El COVID no respetó su gafete de capitán, ni el cariño de la afición de antaño, se lo llevó con “El Pirata” Fuente, “Dumbo” López, “El Tubo” Gómez y tantos otros que, en el cielo, tal vez no conformen el mejor equipo de futbol, pero seguro, el que mejores apodos tiene. Descanse en paz, “El Halcón”.

Ernesto Canto

Campeón olímpico en marcha de 20 km, disciplina que llegó a ser “el patio de diversión” de los mexicanos. El fue uno de tantos chamacos que vimos entrar al sargento José Pedraza en segundo lugar de los Juegos Olímpicos de México 68, pero para él, esta fue la inspiración para comenzar la práctica de la marcha desde los 13 años. Llegó a ser el mejor de la disciplina de forma indiscutible, pues conquistó en un solo periodo lo que se le conoce como el “ciclo olímpico”: Juegos Centroamericanos, Panamericanos, Campeonato Mundial y Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984, además de ser plusmarquista de la especialidad. Un gran deportista, que su carrera fue afectada cuando lo descalificaron en los Juegos Olímpicos de Seúl 88, como parte de una época en que los marchistas mexicanos eran “perseguidos” por los jueces. Por más que caminó rápido, no logro adelantar ya más a la huesuda. Descanse en paz.