UNID | Vita et Labor No. 02 | Creciendo e investigando en un entorno digital

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tanto es a los obreros, en su mayoría débiles y necesitados, a quienes el Estado debe dirigir sus preferencias y sus cuidados”.7 2. Las asociaciones: Juan Pablo II reconoce el derecho natural del hombre a crear asociaciones cualesquiera que sean los objetivos y los integrantes de la mismas 3. Límite de las horas de trabajo, legítimo descanso y la conciencia de las circunstancias de niños y mujeres sujetos al trabajo 4. Mesura en lo que respecta al qué, cómo y cuánto trabajo se delega a los empleados: La severa afirmación del Papa: “No es justo ni humano exigir al hombre tanto trabajo que termine por embotarse su mente y debilitarse su cuerpo”.8 Y con mayor precisión, refiriéndose al contrato, entendido en el sentido de hacer entrar en vigor tales “relaciones de trabajo”, afirma: “En toda convención estipulada entre patronos y obreros, va incluida siempre la condición expresa o tácita” de que se provea convenientemente al descanso, en proporción con la “cantidad de energías consumidas en el trabajo”.9 Y después concluye: “un pacto contrario sería inmoral”.10 5. Salario justo: en esta materia, Juan Pablo II recuerda el deber que tienen los empresarios de observar y luchar por lo que es mejor para los empleados y no sólo “lo acordado” entre las partes “ya que, de lo contrario, pagado el salario convenido, parece como si el patrono hubiera cumplido ya con su deber y no debiera nada más”.11 Esta concepción de las relaciones entre patronos y obreros, puramente pragmática e inspirada en un riguroso individualismo sería contraria a la doble naturaleza del trabajo pues es a la vez un factor personal (en cuanto que cada uno acepta o rechaza las condiciones) y un factor necesario (en cuanto que la gran mayoría de los hombres dependen de los ingresos generados para conservar la vida). 6. Derecho para la libertad religiosa: junto con lo antes dicho, Karol Wojtyla, recuerda que las organizaciones deben respetar las conciencias de los empleados en lo que respecta a sus deberes religiosos. En palabras suyas, la observancia de los deberes y de los descansos religiosos ayudan a que “el hombre eleve su pensamiento hacia los bienes de arriba y rinda el culto debido a la majestad divina”.12 7. La capacitación constante: eso ayuda a la empresa a realizar un trabajo más cualificado y productivo. Y evita que a los empleados se les exija más de lo que pueden o saben. 7 Juan Pablo II, Op cit., Párr. 10 8 Ibid, Párr 7. 9 Ídem. 10 Ídem. 11 Ibid, Párr. 8. 12 Ibid, Párr. 9.

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Y además asegura el crecimiento constante y uniforme de todos. 8. Derecho a expresar la propia personalidad: Juan Pablo II afirma que, lejos de empobrecerla, con sus aportaciones, cada empleado enriquece a la organización. De hecho, aquí es donde radica el valor de la misma. 9. Desarrollo integral: que significa crecer en lo espiritual, en lo psicológico, en lo moral, en lo laboral, en lo económico, en lo intelectual, etc. En palabras de Juan Pablo II: “no se trata solamente de elevar a todos los pueblos al nivel del que gozan hoy los países más ricos, sino de fundar sobre el trabajo solidario una vida más digna, hacer crecer efectivamente la dignidad y la creatividad de toda persona, su capacidad de responder a la propia vocación y, por tanto, a la llamada de Dios.”13 10. Responsabilidad ambiental: Juan Pablo II lo llama la cuestión ecológica. “Es un hecho constatable que el hombre ha tendido a consumir de manera excesiva y desordenada los recursos de la tierra y su misma vida.”14 Cuando Su Santidad toca este tema afirma que a la raíz de esta insensata destrucción está el error de pensar que podemos “crear”, mediante el trabajo, nuestra propia versión del mundo olvidando que éste se desarrolla siempre sobre la base de la primera y originaria donación de las cosas por parte de Dios. El hombre se engaña pensando que puede disponer arbitrariamente de la tierra, sometiéndola sin reservas a su voluntad como si ella no tuviese una fisonomía propia y un destino anterior dados por Dios. Es entonces cuando caemos en el error de suplantar a Dios, en vez de colaborar con Él.”15 11. Responsabilidad social de las empresas: Juan Pablo II convoca a todos a preocuparse por aquéllos que, a pesar de sus esfuerzos, no tienen posibilidad de adquirir los conocimientos básicos, que les ayuden a expresar su creatividad y desarrollar sus capacidades. No consiguen entrar en la red de conocimientos y de intercomunicaciones que les permitiría ver apreciadas y utilizadas sus cualidades. “Ellos, aunque no explotados propiamente, son marginados ampliamente y el desarrollo económico se realiza, por así decirlo, por encima de su alcance, limitando incluso los espacios ya reducidos de sus antiguas economías de subsistencia.”16 12. Prestaciones: no hay que olvidar los complementos al salario, tales como los seguros sociales para la vejez y el desempleo, la adecuada tutela de las condiciones de trabajo. En la actualidad laboral existe un punto subjetivo que en muchas ocasiones priva más que las compensaciones materiales que se reciben en el trabajo. Esto lo cons13 Ibid, Párr. 29 14 Ibid, Párr. 38. 15 Ibid, Párr 37. 16 Ibid, Párr 33.

Vita et labor • mayo / agosto


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