MANIFIESTO VI JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES.
14 de noviembre a las13:00h. Lugar: Plaza del Buen Alcalde
Un año más se celebra la Jornada Mundial de los Pobres y cuyo lema es “Jesucristo se hizo pobre por ustedes”. En su mensaje el Santo Padre Francisco nos invita a “reflexionar sobre nuestro estilo de vida y sobre tantas pobrezas del momento presente”
El daño que como Comunidad sufrimos deslumbrados por el ídolo de la riqueza que termina encadenándonos a una vida efímera y fracasada, donde el valor del dinero es la única manera de medir la pobreza, nos impide ver la realidad y las necesidades de los demás, llevándonos a una pobreza espiritual.
El contexto social de guerras, combates ideológicos y sobreexplotación de recursos naturales, unido a la injusticia, explotación, violencia e injusta distribución de recursos, generan más pobreza y éxodos masivos.
Por eso hoy nos unimos en este círculo del silencio como símbolo de encuentro y comprensión, para no ceder y no abandonar, para cumplir con responsabilidad y que a nadie le falte lo necesario.
El encuentro con los pobres nos permite llegar a lo realmente importante en la vida, el amor verdadero y gratuito, nos ayuda a liberarnos de las ataduras de la inquietud y superficialidad y a despertar del letargo en el que caemos.
La atención sincera y generosa que nos permite acercarnos como hermanos sin caer en un comportamiento asistencialista hacia los pobres nos permite ver a todas las personas revestidas de dones, habilidades y cualidades que nos hacen ser personas originales y únicas, acercándonos a la pobreza desde diferentes puntos de vista, la pobreza material y la pobreza espiritual en la que todos nos podemos ver inmersos en diferentes momentos de nuestra vida.
El lema del Papa Francisco “Jesucristo se hizo pobre por ustedes” en definitiva implica:
• dar una respuesta personal y comunitaria, pues «mientras más crece el sentido de comunidad y de comunión como estilo de vida, mayormente se desarrolla la solidaridad».
• ser comunidad de vida y de bienes, en la que «el amor recíproco nos hace llevar las cargas los unos de los otros para que nadie quede abandonado o excluido», compartiendo lo que tenemos con los que no tienen nada, pero acogiendo, al mismo tiempo, lo que nos puedan aportar: su trabajo, su pensamiento, su forma de hacer y de entender la vida.
• ser comunidad de acción porque “la preocupación por los pobres y por la justicia social» es “un compromiso que nos afecta a todos” y, por tanto, “nadie puede sentirse exceptuado”