Día de las Bibliotecas


#DíaDeLasBibliotecas #DíaDeLasBibliotecas2025 #ContralaDesinformaciónBibliotecas #DíaDeLesBiblioteques #ContralaDesinformaciónBiblioteques
Desde las primeras edades: BIBLIOTECAS
A Nicolás le gusta mucho ir a la biblioteca. Allí puede buscar información en el ordenador.

Nicolás va a la biblioteca. Ilustraciones Alicia Suárez. Kalandraka.
La señora Andrómaca Albis era bibliotecaria en el pequeño pueblo de Feathersville. Llevaba trabajando más de cuarenta años, por lo que ya estaba pensando en jubilarse. Escribió un cartel con su letra primorosa y lo colgó en el portón de entrada: Se necesita bibliotecario. Pero no podía dejar su biblioteca en manos de cualquiera

La extraordinaria biblioteca Feathersville. Beatriz Giménez de Ory. Ilustraciones Marta Sevilla. Loquelo.
–Si me lo permite –dijo la señorita Laburnum–, iré a mi biblioteca y sacaré el Diccionario prácIco de medicina familiar. Con. Ese valioso libro intentaré aliviar el sufrimiento de sus compañeros. Claro que no lo podré tener en préstamo más de una semana. Es un libro de consular muy solicitado, ¿enIende?


El secuestro de la bibliotecaria. Margaret Mahy. Ilustraciones QuenKn Blake. Alfaguara.
Gracias a estas bibliotecarias, leer y escribir se entendió como una actividad útil, como una vía de mejora social. Pero, además, caló de una manera más profunda, porque aquellas lecturas crearon lazos sutiles y fuertes vínculos entre la población.

Bibliotecarias a caballo. Concha Pasamar. A fin de cuentos
Y siempre: BIBLIOTECAS
A veces el bibliotecario lee en alta voz a aquellos que no saben leer; ocasionalmente, el único miembro de una familia que ha asisIdo a la escuela lee a otros.
“De este modo –explicaba un vecino de uno de esos pueblos en una entrevista– podemos aprender lo que no sabemos y transmiIrlo a los demás”.

La biblioteca de noche. Alberto Manguel. Alianza.

La venganza de los bibliotecarios. Tom Gauld. Salamandra Graphic
El Ayuntamiento de Brent la clausuró en 2011 y la vendió a una promotora llamada PlaInum Revolver.
Durante los cuatro años siguientes, la presión pública para salvar y proteger la biblioteca fue tan intensa que los constructores que están convirIendo el espacio en pisos (UpliZ Property, cuyo eslogan es “hogares para hacerte feliz) se han visto obligados a elaborar unos planos de reurbanización que incluyen tanto espacio público como espacio desInado a la biblioteca.

Biblioteca pública. Ali Smith. Nórdica.
No cabe duda que los estrategas de las bibliotecas Ienen ante sí una tarea abrumadora. Necesitan atender a la generación actual de usuarios y anIcipar al mismo Iempo las necesidades futuras en un entorno de medios en constante cambio y en el que los hábitos consumidores evolucionan sin descanso.

Bibliotecas: una historia frágil. Andrew PePegree y Arthur der Weduwen. Capitán Swing.
La biblioteca conIene (y a la vez despliega) nuestro pasado de lectores. Por eso acudimos a ella a consultar un recuerdo de lo leído, a buscar una cita que precisamos, a releer. Pero la biblioteca conIene también un futuro posible de lecturas (el no lector, o el lector irregular, recaen en la pregunta eterna: “¿Y vos leíste todo esto?”). Ahí tenemos también los libros que no leímos, pero podríamos llegar a leer.

Bibliotecas. Ediciones Godot.
En realidad, señor ministro, usted los distrae porque les Iene miedo. Ruido, siempre ruido, nunca el silencio de un libro, nunca. Hay que reaccionar, hay que hacer algo, el ministro os Iene engañados, jovencitos, sabe muy bien que la revolución no se gesta en el ruido, sino en el silencio susurrante de las lecturas personales.

Signatura 400. Sophhie Divry. Blackie Books
En realidad su biblioteca había empezado mucho antes de que la pequeña Francie fuera consciente de ello. Cuando nació la niña, su abuela materna –que no sabía leer ni escribir, aunque sí contar historias con una voz vibrante y melancólica que seducía a todos los que la escuchaban– le había explicado a la madre que “el secreto está en saber leer y escribir”. Y había añadido: “Tú sabes leer. Lee todos los días a tu hija una página de algún libro; todos los días hasta que aprenda a leer. Y en cuanto aprenda, que lea todos los días”.

El gabinete mágico: libro de las bibliotecas imaginarias. Emilio Pascual. Siruela.
–Es duro tener que quemar los libros –prosiguió el general–. Supongo que lo habéis visto. A diario, transportamos los libros desde disIntos lugares del mundo hasta la plaza y nuestros soldados se encargan de quemarlos. Para ello no escaIman esfuerzos. Pero no resulta tan sencillo. Los libros no se resignan fácilmente a quedar converIdos en ceniza y humo. Sobre todo, los fuertes.

El gato que cuidaba bibliotecas. Sosuke Natsukawa. Grijalbo
Desde 1997 se celebra, en España y en otros países europeos, el Día de las Bibliotecas cada 24 de octubre. La fecha Kene su origen en el 24 de octubre de 1992, día en el que se destruyó la Biblioteca Nacional de Sarajevo durante la guerra de Bosnia. Es un homenaje a la labor de las/os bibliotecarias/os y un recordatorio de la importancia de la defensa de la cultura, la memoria y el acceso libre al conocimiento.
En esta edición de 2025, el foco se pone en un desafío crucial de nuestro tiempo: la lucha contra la desinformación. Bajo el lema "Contra la desinformación: bibliotecas", se destaca el rol de todas las tipologías de bibliotecas (públicas, escolares, universitarias, especializadas y nacionales) como diques de contención frente a las fake news
Las bibliotecas combaten la desinformación no solo a través de sus recursos, como las colecciones de libros y prensa o las bases de datos, sino también a través de un uso adecuado de las nuevas tecnologías. Y, por encima de todo, las bibliotecas son un dique de contención contra la desinformación gracias a su personal bibliotecario, que trabaja como curador de contenidos y apoyo a los usuarios en la búsqueda de información a través de fuentes fiables y contrastadas.
