DDHH en la pared 17

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AÑO IX JULIO-DICIEMBRE 2003 Nº 17

TOLERANCIA:

ARTE Y

COMPROMISO

Si reflexionamos un poco, nos daremos cuenta de que en ocasiones rechazamos a la gente porque no nos agradan sus opiniones, actitudes o comportamientos. Ponemos en tela de juicio a las demás personas sin escucharles ni tratar de entender sus razones. Por eso, los "Principios sobre Tolerancia" (válidos para el Estado, que está obligado a respetarlos y promoverlos) deben ser acatados en nuestras comunidades, y esto se logra dando lo

mejor de nosotros. Así, construiremos un mundo mucho más humano. La tolerancia consiste en el respeto y el aprecio de la rica diversidad de las culturas de nuestro mundo, de nuestras formas de expresión, medios y modos de ser humanos y humanas; es la comprensión y aceptación de los atributos de otra persona, que podrían no gustarnos. A la tolerancia la fomentan el conocimiento, la actitud de apertura, la comunicación, y la liber-

Depósito Legal: CD252200325

En el preámbulo de la Carta Constitucional de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, aprobada en noviembre de 1945, se hace un llamado expreso a la paz, pero se reconoce que la paz no es sinónimo de tranquilidad o de concesiones ciegas ante las injusticias: la paz a la que se hace referencia es aquella que está fundamentada en la solidaridad intelectual y moral de la humanidad. En esta permanente búsqueda de la solidaridad y la paz mundial, del 25 de octubre al 16 de noviembre de 1995 (cincuenta años más tarde de su fundación) los países miembros de la UNESCO se reunieron en París y aprobaron la Declaración de Principios sobre la Tolerancia, instrumento que profundiza y especifica el significado de este valor medular, para que haya paz y respeto a los derechos humanos y, como resultado de esto, democracia y preservación de las generaciones venideras. Para este afiche, hemos seleccionado algunos artículos de la Declaración de Principios sobre Tolerancia, los cuales no son sólo un deber moral sino un imperativo político urgente debido a la intensificación de los actos de intolerancia, terrorismo, nacionalismo agresivo, exclusión, marginación, discriminación, violencia e intimidación contra personas que ejercen su derecho a la libertad de expresión u opinión. Esta Declaración nos da una pista del camino a seguir: en su contenido contempla apartados sobre la definición de la tolerancia (artículo 1), las funciones del Estado (artículo 2), sus dimensiones sociales (artículo 3), el rol de la educación (artículo 4), el compromiso de los países miembros de la UNESCO a fomentar la tolerancia y la no violencia mediante programas e instituciones en los ámbitos de la educación, la ciencia, la cultura y la comunicación (artículo 5) y concluye proclamando el 16 de noviembre de cada año el Día Internacional para la Tolerancia a “fin de hacer un llamamiento a la opinión pública, poner de relieve los peligros de la intolerancia, y reafirmar nuestro apoyo y acción en pro del fomento de la tolerancia y de la educación a favor de ésta” (artículo 6).

por la diversidad y tenemos derecho a vivir en paz siendo como somos. La intolerancia es la tentativa de eliminar la conducta que se desaprueba, a menudo con formas claramente represivas. A su vez, la indiferencia rechaza con su pasividad el estudio de temas que por su trascendencia merecen análisis. Ser tolerantes significa que no se ha de imponer las opiniones propias a las demás personas, en todo caso se han de ofrecer argumentos convincentes, buscar el consenso. A nadie le gusta aceptar las cosas obligadamente, sintiendo que pierde en una negociación. El saber respetar otras opiniones diferentes a las nuestras, se traduce en una posición en la que nadie es eje central, y se admite que hay una relatividad que debe llevarnos a respetar otras formas de ser, a enriquecernos con la diversidad, a trabajar para que a todos llegue la justicia social. La tolerancia debe practicarse en los ámbitos individual, grupal y estatal. La presente Declaración señala de forma explícita la función del Estado en esta materia: “En el ámbito estatal, la tolerancia exige justicia e imparcialidad en la le-

SOCIALES

PARED

tad de conciencia y religión; consiste en la armonía de la diferencia, el reconocimiento al legítimo pluralismo que existe entre los seres humanos, y el rechazo al dogmatismo y al absolutismo. La tolerancia es afirmada por las normas establecidas en los instrumentos internacionales relativos a los derechos humanos. De nada nos sirve tener la razón a toda costa si nos quedamos con ella en solitario por haber destruido a quien era, pensaba u opinaba diferente. El truco está en decir nuestra opinión de manera constructiva y cordial, sin ofender ni descalificar, con el debido respeto a la otra persona. Pero no se trata de que aceptemos cualquier cosa, pues tolerancia no es lo mismo que concesión, condescendencia ni indulgencia. Hay hechos que definitivamente están mal, hacen daño y por tanto debemos reprobarlos. Tampoco se trata de callarnos, renunciar a las propias convicciones o atemperarlas, ni de no decir lo que pensamos para no entrar en conflictos. De lo que se trata es de comprender que toda persona es libre de adherirse a sus convicciones personales y ser aceptada; que los seres humanos nos caracterizamos

DIMENSIONES

DERECHOS HUMANOS EN LA

gislación, en la aplicación de la ley y en el ejercicio de los poderes judicial y administrativo. Exige también que toda persona pueda disfrutar de oportunidades económicas y sociales sin ninguna discriminación. La exclusión y la marginación pueden conducir a la frustración, la hostilidad y el fanatismo.

A fin de instaurar una sociedad más tolerante, los Estados han de ratificar las convenciones internacionales existentes en materia de derechos humanos y, cuando sea necesario, elaborar una nueva legislación, que garantice la igualdad de trato y oportunidades a todos los grupos e individuos de la sociedad” .

“En el mundo moderno, la tolerancia es más esencial que nunca. Nuestra época se caracteriza por la 'mundialización' de la economía y una aceleración de la movilidad, la comunicación, la integración y la interdependencia; la gran amplitud de las migraciones y del desplazamiento de poblaciones; la urbanización y la transformación de los modelos sociales. El mundo se caracteriza por su diversidad, la intensificación de la intolerancia y de los conflictos, lo que representa una amenaza potencial para todas las regiones. Esta amenaza es universal y no se circunscribe a un país en particular.

La tolerancia es necesaria entre los individuos, así como dentro de la familia y de la comunidad. El fomento de la tolerancia y la promoción de actitudes de apertura, escucha recíproca y solidaridad han de tener lugar en las escuelas y las universidades, mediante la educación extraescolar y en el hogar y en el lugar de trabajo. Los medios de comunicación pueden desempeñar una función constructiva, facilitando un diálogo y un debate libres y abiertos, difundiendo los valores de la tolerancia y poniendo de relieve el peligro que representa la indiferencia al ascenso de grupos e ideologías intolerantes”

EDUCACIÓN PARA

LA TOLERANCIA

La reflexión sobre la diversidad, y la actitud que manifestamos ante ésta, debemos hacerla desde nuestros contextos más cercanos y cotidianos hasta los más alejados de nuestra realidad. Muchos casos de intolerancia son producto del desconocimiento o de la falta de formación de actitudes de respeto a las demás personas. Siendo la tolerancia una actitud, es susceptible de ser aprendida al cambiar posiciones intransigentes por otras más flexibles y solidarias. En este sentido, la educación, en su contexto formal (escuela) como no formal (familia y comunidad) es el medio más eficaz para prevenir la intolerancia. En primer lugar, se debe tener información, y formación, sobre los derechos y libertades que compartimos como seres humanos, para que éstos puedan ser respetados y no seamos excluidos de su goce. Además, se debe fomentar la voluntad de proteger los derechos de las demás personas desde el conocimiento de la existencia de individuos y grupos que por sus condiciones de sexo, edad, raza, preferencia sexual, religión u opinión son más vulnerables que otros. En estos casos es válida la ejecución de una “acción positiva” que atienda especialmente a los colectivos desfavorecidos. Siendo que la tolerancia es tan relevante para el desarrollo de la humanidad, la educación para su ejercicio debe ser una práctica intencionada. En este sentido, “es necesario fomentar métodos sistemáticos y racionales de enseñanza de la tolerancia que aborden los motivos culturales, sociales, económicos, políticos y religiosos de la intolerancia, es decir, las raíces principales de la violencia y la exclusión. Las políticas y los programas educativos deben contribuir al desarrollo del entendimiento, la solidaridad y la tolerancia entre individuos y entre grupos étnicos, sociales, culturales, religiosos y lingüísticos, así como entre las naciones” (artículo 4). La educación para la tolerancia debe tener en cuenta el respeto a la dignidad de la persona, desarrollar una cultura de la solidaridad y el compromiso, exponer que la diversidad es complementariedad y no conflictos negativos. Fomentando el diálogo, la apertura, la comunicación, la libertad de conciencia y religión, aprenderemos y practicaremos la tolerancia en nuestro entorno. Fuentes consultadas: Alcázar, José Antonio: Educar en y para la tolerancia. (http://www.fomento.edu) Calviño, Manuel: La tolerancia: entre trampas y demandas. Universidad de La Habana, Cuba. (http://www.ecojoven.com/02122000/tolerancia1.html) Max-Neef, Manfred: Dos modos de entender la tolerancia. (http://www.ecojoven.com/02122000/tolerancia1.html) Montero, Maritza: Acción y discurso. Problemas de la Psicología Política. Imágenes. A.L. Caracas, Venezuela, 1991. Naciones Unidas: ABC La enseñanza de los derechos humanos, Ginebra, 1989. Valija didáctica del IIDH Contra toda forma de discriminación: respeto a la diversidad. Costa Rica.


Declaración de Principios sobre la Tolerancia Aprobada por la Asamblea de los Países Miembros de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en París, el 16 de noviembre de 1995.

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SIGNIFICADO DE LA TOLERANCIA

La tolerancia consiste en el respeto, la aceptación y el aprecio de la rica diversidad de las culturas de nuestro mundo, de nuestras formas de expresión y medios de ser humanos. La tolerancia consiste en la armonía en la diferencia. No sólo es un deber moral, sino además una exigencia política y jurídica. La tolerancia, la virtud que hace posible la paz. La tolerancia es la responsabilidad que sustenta los derechos humanos, el pluralismo, la democracia y el Estado de derecho. Practicar la tolerancia no significa tolerar la injusticia social ni renunciar a las convicciones personales o atemperarlas. Significa que toda persona es libre de adherirse a sus propias convicciones y acepta que los demás se adhieran a las suyas. Significa aceptar el hecho de que los seres humanos, naturalmente caracterizados por la diversidad de su aspecto, su situación, su forma de expresarse, su comportamiento y sus valores, tienen derecho a vivir en paz y a ser como son. También significa que uno no ha de imponer sus opiniones a los demás.

LA FUNCIÓN DEL ESTADO

A fin de instaurar una sociedad más tolerante, los Estados han de ratificar las convenciones internacionales existentes en materia de derechos humanos y, cuando sea necesario, elaborar una nueva legislación, que garantice la igualdad de trato y oportunidades a todos los grupos e individuos de la sociedad.

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Para que reine la armonía internacional, es esencial que los individuos, las comunidades y las naciones acepten y respeten el carácter multicultural de la familia humana. Sin tolerancia no puede haber paz, y sin paz no puede haber desarrollo ni democracia.

DIMENSIONES SOCIALES

La tolerancia es necesaria entre los individuos, así como dentro de la familia y de la comunidad. El fomento de la tolerancia y la inculcación de actitudes de apertura, escucha recíproca y solidaridad han de tener lugar en las escuelas y las universidades, mediante la educación extraescolar y en el hogar y en el lugar de trabajo. Los medios de comunicación pueden desempeñar una función constructiva, facilitando un diálogo y un debate libres y abiertos, difundiendo los valores de la tolerancia.

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EDUCACIÓN

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La educación es el medio más eficaz de prevenir la intolerancia. La primera etapa de la educación para la tolerancia consiste en enseñar a las personas los derechos y libertades que comparten, para que puedan ser respetados y en fomentar además la voluntad de proteger los de los demás. Las políticas y los programas educativos deben contribuir al desarrollo del entendimiento, la solidaridad y la tolerancia entre los individuos, y entre los grupos étnicos, sociales, culturales, religiosos y lingüísticos, así como entre las naciones.

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La educación para la tolerancia ha de tener por objetivo contrarrestar las influencias que conducen al temor y la exclusión de los demás, y ha de ayudar a los jóvenes a desarrollar sus capacidades de juicio independiente, pensamiento crítico y razonamiento ético. Para ello hará falta conceder una atención especial al mejoramiento de la formación del personal docente, los planes de estudio, el contenido de los manuales y de los cursos y de otros materiales pedagógicos, como las nuevas tecnologías de la educación, a fin de formar ciudadanos atentos a los demás y responsables, abiertos a otras culturas, capaces de apreciar el valor de la libertad, respetuosos de la dignidad y las diferencias de los seres humanos y capaces de evitar los conflictos o de resolverlos por medios no violentos.

COMPROMISO PARA LA ACCIÓN

Nos comprometemos a fomentar la tolerancia y la no violencia mediante programas e instituciones en los ámbitos de la educación, la ciencia, la cultura y la comunicación.

DÍA INTERNACIONAL PARA LA TOLERANCIA

Proclamamos solemnemente Día Internacional para la Tolerancia el día 16 de noviembre de cada año.

Nota: La numeración de los artículos en esta publicación no corresponde con la numeración del documento original, debido a que es una síntesis de éste.

DERECHOS HUMANOS EN LA

PARED

AÑO IX JULIO-DICIEMBRE 2003 Nº 17

Esta publicación es posible gracias a la colaboración de Alboan-Gobierno Vasco y Misereor.

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Depósito Legal: CD252200325 / ISSN1690-4214 / Producción: Red de Apoyo / Textos: Ileana Ruiz / Coordinación de edición: Rosinés Villalobos / Dibujos: Luquer / Diseño: Miguel Angel Querecuto / Montaje: Helena Maso

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Se debe prestar especial atención a los grupos vulnerables socialmente desfavorecidos para protegerlos con las leyes y medidas sociales en vigor, especialmente en materia de vivienda, de empleo y de salud; respetar la autenticidad de su cultura y sus valores y facilitar su promoción e integración social y profesional, en particular mediante la educación.


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