PULSO REGIONAL N°33

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Región Cusco | Año 04 | #33 Edición especial Junio de 2020 |

“Se ha perdido gran cantidad de semilla. No habrá para la siguiente campaña agrícola”. Jorge Benítes. “Este año la producción disminuirá y habrá escasez de alimentos en las comunidades”. Rosa Ancaypuro. “Los productores alpaqueros y agricultores están abandonados: no hay nadie que los ayude”. Mauro Cruz.

El campo peligra

Historia de la organización sindical campesina

Quechua, la lengua del imperio inca

Sus orígenes están marcados en acciones de grandes personajes como Hugo Blanco y Luis de la Puente Uceda. Págs. 6-7

El idioma sigue resistiendo, pese a que los campesinos aún son discriminados por hablarlo. El Estado no hace respetar las leyes. Págs. 12-13


2 / Editorial

La última.

Editorial

El Día del Campesino Hoy se rinde homenaje al varón y a la mujer del campo, aquellos que trabajan arduamente en el sector agrícola, una de las principales actividades económicas que ahora, en medio de la pandemia, sostiene y alimenta al país. El Día del Campesino reemplazó al Día del Indio. Esta última se conmemoraba desde el 24 de junio de 1930. Lo había instaurado el entonces presidente Augusto Bernardino Leguía. Treinta y nueve años después, el 24 de junio de 1969, el presidente Juan Velasco Alvarado promulgó la Ley de Reforma Agraria y a su vez cambió la denominación del Día del Indio por el Día del Campesino. Desde entonces, sin embargo, la situación del campesinado poco ha mejorado. La pobreza y extrema pobreza golpean a la mayoría de los campesinos. Y con la pandemia su situación es más crítica. Llegamos al 2020, 51 años después, y el cuadro sigue teniendo los mismos colores: exclusión, discriminación, olvido del Estado. Por ejemplo, la Convención Nacional del Agro Peruano (Conveagro) reportó ahora último que 660 000 familias de pequeños productores de agricultura familiar están en riesgo de quebrar, lo que provocaría a su vez una dura crisis de desabastecimiento de alimentos. Mientras que el Centro Peruano de Estudios Sociales (CEPES) considera que, si esta situación se mantiene, es decir, la falta de apoyo estatal a los agricultores familiares, que constituyen el 98 % de los productores agrarios, se avecina un severo desabastecimiento de productos de pan llevar. ¿Cuál es la salida? Conveagro, otros gremios y especialistas consideran que la mejor alternativa es crear un Fondo de Salvataje y Reactivación de la Agricultura Familiar con una asignación de 5000 millones de soles. Mientras que la Federación Agraria Revolucionaria Túpac Amaru del Cusco (FARTAC) planteó la necesidad de declarar en emergencia el sector agrario, así como medidas inmediatas para garantizar semillas para la próxima campaña agrícola. Varias autoridades, algunos congresistas y colectivos sociales apoyan estos planteamientos. Las propuestas han sido lanzadas. La pelota está en manos de las autoridades de turno.

EDITOR GENERAL: Miguel Gutiérrez Chero EDITOR PERIODÍSTICO: José Salcedo Ccama DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN: Cristian Yarin Trujillo FOTO PORTADA: Miguel Gutiérrez / MOCICC

Nota al cierre de edición

Canasta de pobres acabó en manos de funcionarios

La entrega de las canastas de víveres a los más pobres fue deficiente. La Contraloría detectó que a nivel nacional 4212 funcionarios y servidores públicos en planilla que recibieron los alimentos. En Cusco y Apurímac son 437 empleados asalariados en la lista de beneficiarios de la ayuda humanitaria del gobierno. En la región Chanka, hay un servidor de la Corte Superior de Jus-

COMITÉ EDITORIAL: Centro Bartolomé de Las Casas (CBC) CEDEP-Ayllu Derechos Humanos Sin Fronteras (DHSF) APRODEH - Apurimac CONTACTOS: Cel: 950 246317

ticia, algunos trabajan en las redes de salud y el sector educación del gobierno regional, y uno en la Universidad Nacional Micaela Bastidas. En Cusco, según el reporte, un servidor beneficiado tiene un sueldo que oscila entre S/ 5001 y S/ 1000. En tanto, los demás laboran en las Unidades de Gestión Educativa Local (UGEL) y dos redes de salud del Gobierno Regional Cusco.

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Informe / 3

El Comité de Gestión del Convenio Marco aprobó la entrega del bono, pero la minera se opone.

Bono de la discordia en Espinar Pese a que la mayoría del Comité de Gestión del Convenio Marco aprobó la entrega del bono de S/ 1000 a cada elector espinarense, la empresa minera Antapaccay se opone al acuerdo. Un desacuerdo que podría desatar un nuevo conflicto social. Corría el 2003. Las protestas dieron su fruto. La empresa minera Xstrata Copper Tintaya, ahora Glencore Antapaccay, se vio obligada a negociar con las organizaciones sociales y autoridades de la provincia de Espinar. Así se firmó aquel año el Convenio Marco, una institución que maneja el aporte “voluntario” de la minera que equivale al 3 %

de sus utilidades anuales. El promedio de la transferencia anual es de S/ 30 millones. El Comité de Gestión del Convenio de Marco, integrado por bases sociales como comunidades campesinas, municipalidades distritales y gremios, y la empresa Glencore Antapaccay, tiene la potestad de decidir el destino del dinero. No proviene del canon y regalías mineras que paga la empresa. Esta institución, por mayoría, aprobó utilizar parte de los aportes para entregar un bono de S/ 1000 a todos los electores de la provincia de Espinar a fin de que puedan solventar sus gastos en la emergencia por la pandemia del coronavirus. Sin embargo, esta medida devino en discordia entre la minera y las organizaciones sociales. La mayoría de organizaciones del Comité de Gestión avala el uso de unos S/ 50 millones para ayudar a la población afectada económicamente por el coronavirus, pero la minera está en contra.

El gerente general de Antapaccay, Guillermo Freire, asegura que no cumple con los fines del Convenio Marco de hacer proyectos sostenibles a favor de las comunidades campesinas. Los gremios, en cambio, sostienen que la decisión de la mayoría debe ser cumplida en el inmediato plazo. A cambio de esa entrega ofrece impulsar medidas para ayudar a la gente de Espinar. Entre ellas está un programa de seguridad alimentaria, otra para crear un fondo de S/ 5 millones para microcréditos con cero intereses a favor de emprendedores microempresarios de Espinar, entre otras iniciativas. La demora en la entrega del bono podría desencadenar en un nuevo conflicto social. Los gremios de Espinar como FUCAE, FUDIE y otros anunciaron posibles acciones de protesta sociales. “Y responsabilizamos a la minera Antapaccay y sus secuaces de las consecuencias que pudieran ocurrir”, escribieron en un pronunciamiento.


4 / Informe

La vida se complica en el campo Escribe: Hysha Palomino Tomaylla MIGUEL GUTIÉRREZ.

El agro ha demostrado en esta pandemia que es altamente importante para afrontar la escasez.

PROBLEMA. La mayoría de campesinos se dedica a la agricultura familiar, esa que ahora en tiempos de pandemia alimenta las mesas de los habitantes de las ciudades. El gobierno ha lanzado salvavidas a varios sectores, pero no hay medidas a favor de los pequeños agricultores, quienes están perdiendo sus cosechas. El Perú es un país de agricultores. La mayoría dedicados a la agricultura familiar, principalmente en zonas andinas como Cajamarca, Cusco y Puno. La agricultura familiar representa el 97%

del total de las más de 2.2 millones de Unidades Agropecuarias (UA); y, en algunos departamentos del país, esta tasa asciende a casi el 100%, según AgroRural.

Sin embargo, el COVID 19 solo ha evidenciado las dificultades por las que siempre han venido pasando los sectores agrícola y pecuario, siempre poco o nada atendidos, con políticas que no se adecúan al territorio tan diverso que posee el Perú. En este tiempo de confinamiento, la agricultura no ha parado, continúa produciendo, demostrando que la única solución para salir de esta situación es estar bien alimentados, tener buenas defensas para no caer enfermos con coronavirus y si nos enfermamos para poder resistir a este virus. Los problemas de carreteras y acceso a medios de transporte es un problema de años atrás. Hoy más que nunca los agricultores son valorados, pero hay que adoptar mecanismos urgentes para prevenir lo que desde las comunidades temen que suceda: la próxima campaña agrícola está en riesgo y el Gobierno aún no se pronuncia, pero este no es el único problema.


Informe / 5

Rosa Ancaypuro Pezo Distrito Paruro, provincia de Paruro, región Cusco. Jorge Benítes Martínez Anexo Moseja, distrito de Capaya, provincia Aymaraes, región de Apurímac En enero y febrero nuestra agricultura ha sido fuertemente afectada por la rancha, no la hemos podido controlar. Ocasionó la pérdida de gran parte de la cosecha. Nuestro maíz se ha quedado en las chacras porque no han venido los compradores, no tenemos medios de transporte ni apoyo del gobierno central para comercializar los productos. Se ha perdido gran cantidad de semilla de papa nativa. Ahora nadie tiene semilla para la siguiente campaña. Aquí “Aprendo en Casa” no funciona, no tenemos ninguna radio local y la señal de TvPerú no entra. Los profesores están haciendo el esfuerzo de ir enseñando de casa en casa, pero no es suficiente, no hay mascarillas ni condiciones para enfrentar esta pandemia. Felizmente aquí todavía no ha llegado y esperemos que no llegue. Pedimos al gobierno central y regional que prioricen los lugares donde hay producción de papa, maíz. De esa manera todos podremos estar bien alimentados; los niños sin buena alimentación no podrán estudiar bien. No queremos que nos regalen dinero, tenemos todas las ganas de trabajar y estamos dispuestos a poner de nuestra parte, pero pedimos apoyo de las autoridades, con asistencia técnica. La agricultura es fundamental aquí. Pedimos a los gobiernos, a las instituciones, ONGs, que nos apoyen. Contamos con 15 lagunas, falta represar, hacer siembra y cosecha de agua, porque sin agua tampoco podemos regar los terrenos que son aptos para producir maíz. Necesitamos construcción de canales de riego; los que hay ya están deteriorados, estamos abandonados por las autoridades.

La pandemia ha llegado cuando estábamos en la cosecha en las comunidades. Ahora hay más gente que antes en el campo, esto ha aligerado las labores, hay más mano de obra, se ha vuelto a lo del ayni. De alguna manera hay menos gasto porque ya no se pagan jornales. Hay limitaciones en la comunidad como la autonomía comunal. Ahora con el estado de emergencia se han perdido muchos derechos, la policía y subprefectura manejan todo, la persona que quiere realizar su trabajo en la chacra u otro lugar tiene que pedirles autorización y ellos tienen que llevar eso a la comunidad. El transporte, el comercio ahora solo es local, no están distribuyendo al Cusco y la alimentación no está siendo cubierta. El arroz, azúcar y otros productos han subido demasiado de precio. El centro de salud de Paruro no cuenta con los implementos necesarios para atender a la gente. Las organizaciones de mujeres a nivel provincial estamos haciendo el acompañamiento. Este mes, según la Comisaría de Paruro, se incrementó los casos de violencia a la mujer, la Fiscalía de la Nación no está trabajando, tampoco el Centro de Emergencia de la Mujer. La única entidad que trabaja es la DEMUNA de la municipalidad. Pedimos que las autoridades que se involucren en el tema de la educación para facilitarles Internet en Omacha, el distrito más lejano en Paruro. El Estado debe priorizar las zonas rurales. Hace poco falleció una madre embarazada por falta de atención médica oportuna. Este año las semillas van a faltar, la producción va a disminuir. En años anteriores se guardaba mayor cosecha, en cambio ahora no habrá suficientes productos para la alimentación. En octubre se va a sentir la hambruna, va a faltar alimentos en las comunidades.

Mauro Cruz Layme Distrito Cojata, provincia Huancané, región Puno.

de

Los productores alpaqueros y los agricultores están abandonados: no hay nadie que se haga presente en las comunidades. Tenemos carne de alpaca y productos de los pequeños agricultores, pero no podemos venderlos. A la fecha no hay oportunidades de mercado para comercializar nuestros productos y pocos han recibido el bono de 760 soles, y no es suficiente. Los más afectados somos de las zonas rurales. En la educación, hay zonas que no cuentan con Internet, no hay señal, no entra la radio, tampoco la televisión. En la zona urbana no pasan estas dificultades. Pido que las organizaciones se unan y que se pronuncien los gobiernos locales y regionales. Los testimonios de Jorge, Rosa y Mauro nos dan una idea de la situación que pasan las comunidades campesinas durante el estado de emergencia. Ponen sobre la mesa los actuales problemas y avizoran los que vendrán a causa de ellos. Urge que el Estado adopte políticas de gobierno diferenciadas para el sector agricultura para no poner en riesgo el abastecimiento de alimentos. El camino es fortalecer la producción agrícola, brindando asistencia técnica y abasteciendo con semillas para asegurar la producción. Ahora debemos enfocarnos en asegurar la próxima campaña agrícola, porque si esta situación de pandemia no existiría, en las comunidades se estarían preparando los terrenos para la siguiente campaña. En los próximos meses deberían iniciar las siembras tempranas, sin embargo, no será posible porque no cuentan con semillas.


6 / Informe MIGUEL GUTIÉRREZ

Desde sus inicios las organizaciones campesinas se han hecho escuchar con protestas.

La organización sindical campesina

Escribe: Alberto García Campana

¡TIERRA O MUERTE! Las organizaciones campesinas y gremiales han tenido orígenes en las acciones de grandes personajes como Hugo Blanco y Luis de la Puente Uceda. En este día vale repensar por qué las organizaciones se han debilitado y han perdido influencia colectiva. En la provincia de La Convención está el distrito de Maranura. Y en el distrito de Maranura está Mesa Pelada, explanada en la que hacia 1962 se atrincheraron los guerrilleros del Movimiento de Izquierda Revolucionaria – MIR, encabezados

por el médico Luis de la Puente Uceda, para tratar de hacer en el Perú lo que con éxito habían hecho en Cuba, años atrás, Fidel Castro y sus compañeros. De aquel levantamiento armado quedan muy pocos testimonios, pero sí enormes lecciones, una de las cuales es sin duda que ningún proyecto político o social puede alcanzar el éxito si no construye bases de apoyo, es decir, si no conquista el respaldo de la población. La guerrilla encabezada por De la Puente Uceda se concentró en Mesa Pelada y en el norte del país con Guillermo Lobatón. No hubo ninguna organización que respaldara la acción armada. El estallido y el previsible final de la guerrilla sirvieron como documento base para que otro líder, reconocido también como guerrillero, impulsara la conformación de colectivos que apoyaran la lucha, probablemente no por el poder, sino para reivindicar el derecho de los campesinos sobre las tierras que cultivaban. Ese líder se llama Hugo Blanco.

Cosechando la furia contenida Hugo Blanco Galdós nació en el distrito de Huanoquite, provincia de Paruro, el 15 de noviembre de 1934, pero echó raíces en el poblado de Chaupimayo, del distrito de Maranura, provincia de La Convención – Cusco. En general, toda la provincia convenciana se encontraba, entre las décadas del 50 y el 60, sometida a un control casi absoluto de los hacendados sobre enormes extensiones de tierras dedicadas mayoritariamente al cultivo de la caña de azúcar. Los habitantes de las áreas que ocupaban las haciendas eran peones que, a cambio de trabajar de sol a sol para el terrateniente, tenían el permiso para dedicarse a cultivar, para su beneficio, una pequeña parcela. Solamente un día a la semana podían cultivar las tierras que les había asignado el hacendado. Esa


Informe / 7 circunstancia, sumada a las inhumanas condiciones de trabajo, hizo germinar en la población un sentimiento de rechazo a los hacendados y una mal disimulada aspiración de arrebatarles sus tierras. Pero, se necesitaba de una organización que organizara y canalizara ese estado de ánimo colectivo. Fue entonces que, bajo la orientación de Hugo Blanco Galdós, se conformó el Sindicato de Campesinos del Distrito de Maranura, el primero en todo el departamento del Cusco, según revela el mismo Blanco, autor del libro Nosotros los indios. Los primeros dirigentes de la organización campesina fueron Andrés Gonzáles y Antonio Huacac, quienes también promovieron acciones de fuerza como la toma de poblaciones, bloqueo de carreteras y masivas movilizaciones tanto hacia Qu8lllabamba como a la ciudad del Cusco.

El gobierno de Velasco Hasta la mitad del gobierno militar encabezado por Juan Velasco Alvarado, solamente existían en el Cusco las federaciones distritales de campesinos que, confluyendo en federaciones provinciales, dieron paso a la conformación de la Federación Departamental de Campesinos del Cusco, creada también por Hugo Blanco, con el apoyo de dirigentes obreros como Emiliano Huamantica. La concurrencia de las federaciones campesinas dio origen al nacimiento de la Confederación Campesina del Perú- CCP. Sin embargo, la organización campesina sintió que otros colectivos germinaban allí, en distritos y provincias, dando paso primero a las ligas agrarias, a los frentes de defensa del campesinado y a otros, los que luego en el Cusco extendieron la partida de nacimiento a la Federación Agraria Revolucionaria Tupaq Amaru del Cusco – FARTAC – y a la

Confederación Nacional Agraria, CNA, de alcance nacional. En la práctica, y al amparo del gobierno de Velasco, la CNA liderada por el cusqueño Avelino Mar Arias, aplastó a la CCP y aquí, la FDCC enfrentó profundos cismas que a la postre determinaron su debilitamiento.

El campesinado en 2020 Desde hace cinco o seis años, de la Federación Departamental de Campesinos del Cusco no se sabe mucho. Sus dirigentes surgen de encuentros muy raleados que no alcanzan a ser “congresos”, aunque oficialmente utilizan esa denominación. De la inmensa fuerza que tuvo la organización campesina en los años 70, 80 y comienzos del 90, queda solamente el recuerdo. De las contundentes marchas de cocaleros convencianos al Cusco, las tomas de tierras en Anta encabezada por Esteban Puma y el retumbar de tierras en Espinar con la FUCAE, solamente que-

dan la nostalgia y el pesar. La persecución desatada por el régimen de Fujimori entre 1990 y el año 2000 terminó por liquidar toda forma de organización social. Hoy, la FDCC es apenas un nombre, su secretario general, Salvador Merma, tiene solamente el cargo de forma protocolar. Peor suerte ha corrido la FARTAC, enfrascada en luchas intestinas por asuntos de manejo de recursos, cobro de alquileres y otros asuntos que nada tienen que ver con las aspiraciones de la gente que labra la tierra. Si en el Cusco las organizaciones campesinas se mueven con dificultad, a nivel nacional la CCP y la CNA han dejado hace tiempo de dar señales de vida. Y poco es lo que puede hacer por cuanto, más que en pensar en hacer la revolución o en capturar el poder, los campesinos del Cusco están preocupados en conseguir el pan de cada día, buscar mercados para su escasa producción agropecuaria, impulsando mecanismos bajo la denominación de “emprendimientos”. MIGUEL GUTIÉRREZ

Los campesinos siempre han peleado por la defensa del agro.

La FARTAC es uno de los gremios más representativos.


8 / Informe

Los frutos de la revolución

Escribe: Alberto García Campana MIGUEL GUTIÉRREZ

La Universidad Nacional de San Antonio Abad abrió sus puertas a los hijos de los campesinos en 1974.

En algún momento, hacia 1974, la fiesta se encendió en las zonas rurales del Cusco. El gobierno militar encabezado por el general Juan Velasco Alvarado, había emitido un decreto que abría las puertas de la universidad (hasta entonces cerradas) para los hijos de los campesinos, independientemente de sus capacidades académicas y sin pasar por el filtro que representan los exámenes de admisión. Hoy, 45 años después de aquella apertura de las siempre solemnes aulas universitarias, se impone una evaluación serena para determinar si tal iniciativa representó en realidad una ayuda para los hijos de los campesinos o por el contrario fue un motivo de angustia y pesar para quienes seguramente no tenían mayores expectativas que permanecer en sus comunidades, labrando la tierra y cosechando lo mismo que sus padres y sus abuelos habían cosechado.

RECUERDO. Corría 1974, hace casi medio siglo, cuando los hijos de los campesinos tuvieron ingreso libre a la universidad. Los hijos de aquellos cambios y logros ahora son grandes profesionales en varias entidades del Estado en Cusco. El poder de los dirigentes Entonces, el gobierno había otorgado plenas facultades a las federaciones distritales y provinciales de campesinos o a las ligas agrarias, para evaluar la condi-

ción de los postulantes a las becas para el acceso libre a las universidades públicas. Evidentemente, las becas solamente estaban destinadas a los estudiantes del quinto año de secundaria de las instituciones educativas estatales, con énfasis en aquellas ubicadas en las provincias del interior. De esta manera, los dirigentes campesinos se constituían en una especie de jurados que calificaban solamente las condiciones socio-económicas de los aspirantes a las becas, y la determinación era inapelable: por cada colegio estatal, dos estudiantes se hacían acreedores a las becas para el ingreso a las universidades (en este caso a la UNSAAC) sin rendir el examen de admisión. Esos dos alumnos se sumaban a los otros dos que ocupaban los primeros lugares en rendimiento académico, de lo que se colige que, cada colegio estatal aportaba cuatro estudiantes en calidad


Informe / 9 de becarios exonerados del examen de admisión a la universidad. Dos de ellos debían acreditar buen nivel académico y los otros dos demostrar que, efectivamente, eran hijos de campesinos. Probablemente, las cercanías familiares o políticas hayan ejercido alguna influencia en la decisión de los dirigentes campesinos quienes también, sin solicitarlo, se convirtieron en hacedores del destino de sus coterráneos.

Vacíos y dificultades De pronto, los estudiantes que egresaban de los colegios estatales y que habían sido favorecidos con las becas de ingreso libre a la universidad, se encontraron en un espacio para el que no habían recibido suficiente capacitación. No estudiaron en academias, no estaban en los primeros lugares en rendimiento académico, pero de manera inesperada se hallaron sentados en las carpetas para cursar estudios superiores. No se tiene un registro, o al menos la situación de crisis desatada por el coronavirus ha impedido acceder a la información estadística con respecto al número de estudiantes que fueron beneficiados con el ingreso libre a la universidad, aunque lo más complicado será establecer el destino final de esos alumnos. Probablemente, habrá algunos que concluyeron sus estudios superiores y alcanzaron el título profesional, pero también habrá otros que, enfrentados a una realidad distinta, optaron por retornar a sus comunidades, asumiendo la circunstancia de ser implantados, sin preparación previa, a otros niveles de formación profesional. Los que coronaron exitosamente sus estudios universitarios, pueden decir hoy, con legitimidad, que son “los hijos

La semana pasada, los estudiantes protestaron y fueron reprimidos.

de la revolución”. La “deselitización” universitaria Hoy, los apellidos de procedencia indígena que llenan el staff de profesionales de la medicina en hospitales y clínicas del Cusco pasan a ser mayoría. Hay profesionales destacados en todas las especialidades médicas que dan cuenta de cómo, por ejemplo, las facultades de Medicina Humana de universidades públicas y privadas han dejado de ser espacios reservados solamente para aquellos de “noble apellido”. Son cada vez más los postulantes de zo nas rurales del Cusco los que ingresan a facultades como Medicina, Odontología, Farmacia, etc., las que antes estaban reservadas para estudiantes de las grandes urbes que estudiaban en colegios “de prestigio” y que inclusive seguían la tradición familiar, asumiendo

La Unsaac, una de las más antiguas del Perú, ha sido licenciada por la Sunedu en el 2019.

casi como por herencia la profesión médica. Pero es evidente que de la realidad local, de ese avance notable de “los nuestros” en ciertas facultades universitarias, a la realidad limeña, por ejemplo, hay todavía una distancia considerable por recorrer y muchos obstáculos por vencer. Si se accede por ejemplo a los sitios de Internet que dan cuenta de médicos especialistas en determinadas áreas, será poco probable encontrar apellidos como Mamani, Cutipa, Paucar, Coanqui, Huallpa, etc. con todo el respeto y el cariño que sentimos por ellos. Probablemente, nuestros destacados profesionales de la medicina, sean hijos o parientes cercanos de aquellos pobladores rurales que, en la época de Velasco Alvarado, tuvieron ingreso libre a las universidades.


10 / Página Central

Un terremoto en 1950 y una pandemia ahora han obligado a suspender la escenificación del Inti Raymi en el “ombligo del mundo”. No obstante, la Fiesta del Sol sigue siendo un enorme logro de los intelectuales cusqueños de la primera mitad del siglo pasado que buscaron la reivindicación del legado del Tahuantinsuyo.

Eclipse en

El 24 de junio de 1944 es un día de un alto contenido reivindicativo para los cusqueños. Aquel día Umberto Vidal Unda y Faustino Espinoza Navarro consiguieron instaurar la Fiesta del Cusco y la recreación del Inti Raymi. Hace exactamente 76 años se cristalizó el sueño que había desvelado a varios intelectuales cusqueños en las primeras décadas de siglo XX: recuperar una de las más valiosas tradiciones del Tahuantinsuyo. El nombre de Umberto Vidal Unda siempre estará ligado a la instauración del Día del Cusco el 24 de junio, que se concretó en 1944. Mientras que el de Faustino Espinoza Navarro debe estar unido inseparablemente cuando hablamos de la escenificación del Inti Raymi o Fiesta del Sol. Faustino Espinoza, un ilustre cusqueño, elaboró el primer guión y representó por primera vez al soberano del Tahuantinsuyo. No fueron los únicos, hubo una pléyade que batalló por realizar el sueño incásico. El 24 de junio de 1944, algunos dicen que todo empezó a las nueve de la mañana, el inca Pachakuteq, personificado por Faustino Espinoza, volvió a dar vida a la Fiesta del Sol en el “ombligo del mundo”. La fiesta había sido proscrita por los españoles tras la conquista en 1532, y desde entonces la figura del inca había entrado en decadencia. Espinoza y otros cusqueños se empeñaron en elaborar el guión para revivir el homenaje al Tayta Inti.

MIGUEL GUTIÉRREZ

El dios Sol sin fiesta Este año, hoy, la escenificación del Inti Raymi iba a cumplir 76. La pandemia obligó a la Empresa Municipal de Festejos del Cusco (Emufec) a suspender la fiesta, así como todas las actividades y celebraciones que tenían lugar por el mes jubilar de la Ciudad Imperial. Las calles lucen vacías. El Koricancha, la Plaza Mayor y la fortaleza de Sacsayhuaman lucirán hoy huérfanas del soberano, su séquito imperial, las delegaciones de los 4 suyos y las miradas de casi 200 mil turistas y cusqueños que se reunían para apreciar la Fiesta del Sol. Desde su primera edición hubo una suspensión el año 1950 debido al terremoto que dejó la ciudad en escombros y bañado en tristeza y sangre. “Se suspen-

El Collasuyo rendía tributo al inca, el hijo del dios Sol


Página Central / 11

n el Cusco

MIGUEL GUTIÉRREZ

dieron muchas actividades porque fue un hecho un doloroso”, explica Rosano Calvo, antropólogo e historiador cusqueño. En 2018, la fiesta se suspendió en uno de sus momentos. No hubo ceremonia en la Plaza Mayor por riesgo a que los profesores que estaban en huelga indefinida irrumpieran en el momento del encuentro de los tiempos: encuentro entre el inca y el alcalde actual del Cusco. El Sol no tendrá fiesta hoy. Hay un eclipse en el Cusco. No obstante, el Inti Raymi y el inca viven en la memoria de la gente. La fiesta en análisis

MIGUEL GUTIÉRREZ

Así se representaba el Inti Raymi en Sacsayhuaman.

La fiesta inca ha sido analizada desde diferentes miradas. Para Juan Ossio, exministro de Cultura, la celebración inca radica en la importancia del inca como monarca divino. “El inca representa la verdadera esencia de la civilización. Allí donde hubo culto al sol también hubo, como eje del orden social, una persona que era descendiente del sol o que mantenía una relación directa con él. Pasa en Egipto, China, Japón y muchas civilizaciones”, dijo Ossio en un foro en 2019 en Cusco. Ossio recoge las apreciaciones del cronista Felipe Guamán Poma, quien miró con profundidad la importancia del soberano inca. En el libro Nueva crónica y buen gobierno hay un dibujo que muestra al inca sosteniendo en la mano el mundo. “Era el monarca del mundo”, explicaba Ossio. Desde esa perspectiva el inca también tenía el don de la ubicuidad: podía estar en distintos sitios a la vez. “¿Cómo? A través de un sistema de hermanos o Huayque”, personas de su confianza que lo reemplazaban cuando era necesario. El historiador cusqueño Donato Amado Gonzales prefiere centrar su mirada en la importancia de las fiestas solares. La ofrenda mayor son los wakarpanas, distintos tipos de camélidos. Las wakarpanas eran criados específicamente para la Fiesta del Sol. Amado recuerda que el inicio de la fiesta en el Koricancha simboliza una peregrinación hacia la salida del sol. En 1850 la imagen del inca entró en decadencia. Estaba muriendo en el imaginario local, dice Amado Gonzales. Siglos de resistencia, desde 1532, estaban sucumbiendo ante la inagotable fuerza del olvido. En rechazo a este “pensamiento criollo” -según Amado- surgió a inicios del siglo pasado el proceso del indigenismo en Cusco para reivindicar la imagen o idea del inca. “Sus resultados han sido favorables. Hoy vemos que se ha recuperado aquella imagen de los incas reales. No hay que olvidar que desde la posición criolla solo querían admitir la figura en Manco Capac y Mama Ocllo, que es una representación mítica que real”, dice. La pelea por la reivindicación empezó en la segunda década del siglo anterior. Los intelectuales emprendieron la empresa de reivindicar la fiesta del Inti Raymi y, junto a ella, la figura del inca. Luis E. Valcárcel fue uno de los impulsores. A la luz de los hechos sus objetivos se han cumplido.


12 / Informe MIGUEL GUTIÉRREZ

Quechua, la lengua del imperio inca

Escriben: Rafael Mercado Ocampo y Anael Pilares Valdivia. Centro Bartolomé de Las Casas. Una lengua es el reflejo más íntimo del pensamiento humano que funda una cultura. El quechua sigue resistiendo hasta la actualidad, pese a que los compañeros campesinos aún son discriminados por hablarlo, y el Estado, aunque considera que se debe preservar, en la práctica no hace respetar las leyes. La cultura andina es una expresión ancestral constituida por una de sus lenguas más vitales: el quechua, cuya antigüedad podría datar del siglo IV o V d.C (A. Torero, 2005: 54 y ss). Durante los siguientes 500 años, el quechua en su difusión geográfica, entra en contacto con lenguas tales como aru y puquina (Parker, 2013).

Los primeros incas (Manco Cápac y sus parientes), probablemente puquina-hablantes, al asentarse en el valle de Aqhamama adoptan el quechua local. En adelante, este quechua regional llegará a ser empleado como lengua general, la lengua del imperio. Al llegar los españoles al Tawantinsuyu en el siglo XVI, se quiso castellanizar a los indígenas mediante catecismos, misas, prácticas religiosas, etc. Por otro lado, también encontramos a ciertos personajes que justamente para continuar con este proceso de evangelización y castellanización, recogieron el vocabulario quechua para formar diccionarios de la lengua general del Inca, como el de Domingo de Santo Tomás en 1560 (Grammatica) o Diego González Holguín (Vocabulario de la lengua general) en 1608. Gracias a estos documentos lingüísticos tenemos acceso al pensamiento de los quechuahablantes de los siglos XVI y XVII, y así podemos ingresar en el imaginario del hombre andino de aquella época.

Vehículo de transmisión Una lengua es el reflejo más íntimo del pensamiento humano que funda una cultura, representa su proyección diacrónica en el tiempo. Como indicaba F. de Saussure (1995): «Es un producto social». Es como un ser humano que se adapta a su tiempo para mantenerse con vida, por ello consideramos que lo importante es la transmisión de la lengua: que se enseñe, que se escriba, que se renueve. No pretendemos discutir si debe, o no, utilizarse la escritura pentavocálica o trivocálica (aunque esto es muy importante por el valor fonológico y lexicográfico del quechua), en realidad consideramos que lo importante es que se hable y escriba, en sus diversas formas y variantes dialectológicas. El quechua de cada región es distinto en su gramática, no podemos hablar de un “único” quechua, por ello creemos que su versatilidad, tratándose de una familia de dialectos, debe ser entendida como una cualidad que debiera propiciar la interculturalidad y su vínculo amigable con otras lenguas de


Informe / 13 las que ha recogido, adaptado e insertado términos, como, por ejemplo, del puquina, aimara o castellano.

MIGUEL GUTIÉRREZ

La vigencia de la lengua El quechua se ha seguido transmitiendo a pesar de su prohibición en diversas épocas, como en la Colonia después de la rebelión de Túpac Amaru II. Históricamente, desde la invasión española ha sufrido un proceso de persecución, como lo representa su mutación semántica producto de la extirpación de “idolatrías” (Durston, 2019), pero sigue resistiendo hasta la actualidad, pese a que los compañeros campesinos aún son discriminados por hablarlo, y el Estado, aunque considera que se debe preservar, en la práctica no hace respetar las leyes a favor del quechua. En este sentido, es esencial que el quechua esté presente en los planes y programas de la enseñanza nacional.

Estudio del quechua La quechuología es el estudio de esta lengua y de su evolución en la perspectiva social e histórica. Su estudio permite representar diversos momentos de la vida de los pueblos, hoy diseminados en 7 países vecinos de la América del Sur, en su particularidad histórica (Atlas sociolingüístico, 2009). Para llegar a entender la situación actual de los quechuahablantes debemos observar la marginación que aún sufren en las ciudades. Y quizás también el desinterés de muchos y muchas que prefieren aprender otras lenguas (europeas, por ejemplo), lo que de alguna

Las danzas cusqueñas también ayudan a preservar el quechua.

manera muestra que la cultura occidental sigue condenando a la extinción a otras lenguas como las originarias de la América profunda (Calvet, 2002).

La enseñanza del quechua Es importante la revaloración de todas nuestras lenguas ancestrales. De esta manera se acrecientan los elementos identitarios que nos pueden ayudar a lograr una sociedad intercultural, con respeto a todos y aceptando nuestras diferencias. El quechua actual tiene rango constitucio-

nal y es considerado la principal lengua autóctona hablada en el Perú, por unos 3.5 millones de personas. Es una lengua patrimonial que une el pasado precolombino y colonial con el presente republicano, y nos desafía como sociedad pluricultural y plurilingüe que asegure no solo el derecho a hablar una lengua, sino a vivir de acuerdo a los principios y saberes de una cultura milenaria que no ha muerto, sino que se ha renovado gracias a su resiliencia y que continúa expresando el amor por la vida, la naturaleza y la armonía social. MIGUEL GUTIÉRREZ

La música es un medio importante para que la lengua inca siga vigente.


14 / Informe

Del trueque a la oferta y demanda SHARON CASTELLANOS

La producción agrícola en los andes servía para el proceso de intercambio en el truque.

Maras es un pequeño y apacible distrito de la provincia de Urubamba. El pueblo se levanta sobre una meseta a 3 mil 300 metros de altitud a 48 kilómetros al noroeste del Cusco. Es una especie de mirador gigante desde donde se ve la hermosa cadena de montañas y nevados. El 15 de agosto la población de Maras celebra a la Virgen Asunta. Ese día se desarrolla una enorme feria donde renace aquella antigua forma del intercambio de bienes por objetos como en el incanato y la colonia: el trueque. El trueque se diferencia de la compraven ta habitual porque no intermedia el dinero. Un poblador entrega el equivalente a tres o cuatro vasijas llenas de algún producto agrícola y a cambio se queda con la vasija. El historiador Donato Amado sostiene que el trueque todavía tenía fuerte presencia hasta hace 20 años. “En tiempo de los incas el manejo de los productos

Los cambios han ido dejando en desuso las nuevas formas de comercialización de productos. Del sistema incaico de intercambio casi solidario hemos llegado a la ley de la oferta y la demanda. No obstante, todavía quedan lugares donde se pone en práctica el trueque. en los pisos ecológicos para producir diferentes productos agrícolas es sumamente importante para el intercambio comercial”. Uno de los sitios donde se producía el trueque era justamente Maras. “Allí funcionó todo el periodo colonial y continúa hasta la actualidad con el intercambio de productos”, precisa. A Maras llegaban los productores del valle de Amaybamba, ahora Huyro

(La Convención), llevando sus productos como rocoto, maíz, yuca, camote y frutas. Los intercambiaban con la producción de maíz, papa y cereales. Maras cuenta con extensos terrenos. Casi el 85% de tierras produce trigo y cebada. Según varios estudios, el trueque, como práctica económica, se realiza desde la época del neolítico, con la aparición de la sociedad agricultora-ganadera


Informe / 15 MIGUEL GUTIÉRREZ

Las ferias en Maras (Urubamba) o Maranganí (Canchis) eran escenario para el trueque.

pasando de ser depredadora (paleolítico) a ser productiva. El avance dio lugar al excedente, entonces un grupo de personas no necesita trabajar en la agricultura y ganadería y puede dedicarse a producir otros productos como la cerámica e intercambiarlo con el agricultor o ganadero por el excedente.

El cambio de sistema El trueque es el intercambio de bienes materiales o servicios por otros objetos o servicios y se diferencia de la compraventa habitual en que no intermedia el dinero en la transacción. Del sistema del trueque hemos pasado a la ley de la oferta y la demanda. De un sistema comunitario a uno casi individualista. “Era una forma de intercambio comercial más solidaria y un sistema absolutamente familiar. No te imaginas el cariño que se veía en la cantidad de maíz que se ponía para la coca, o de papa para la yuca. No era una relación fría, eso hay que destacarlo. En cambio, ahora nos ha ganado el peso, la medida, del dinero, la oferta y la demanda”, reflexiona Donato Amado. Mientras que el antropólogo Rosano Calvo sostiene que si bien era un sistema solidario esta ha tenido que cambiar como todo en el tiempo. “Es parte del desarrollo. El intercambio de productos radica en la lógica del valor de cambio de las mercancías. El valor de cambio se re-

presenta en monedas. Ese es un proceso global y es parte del desarrollo de estos tiempos”, analiza.

El efecto ferrocarril El papel de la empresa de ferrocarriles en el auge económico registrado en la provincia de La Convención tuvo mucho que ver en este cambio. La empresa estatal Enafer Perú (hoy PeruRail) y el traslado en sus bodegas de toda la producción

agrícola de La Convención para su comercialización en el Cusco también. Sin duda, el levantamiento de la línea férrea Cusco-Santa Ana y su reemplazo por la pista masificó el transporte de pasajeros, pero limitó el traslado de carga. Allí empezaron también las dificultades de la otrora “despensa” que era Quillabamba, capital de La Convención, para hacer llegar frutas, granos y tubérculos como la yuca y el camote a los mercados cusqueños. MIGUEL GUTIÉRREZ

La fruta de La Convención era cambiada por cereales andinos.


16 / Informe

Así será la reactivación económica en Cusco Gobierno regional propuso plan que incluye una inversión de más de S/ 3000 millones en ocho sectores como turismo, transportes, agropecuario. El planteamiento considera tres fases que empieza en julio de este año y concluye en el 2022. La reactivación económica en Cusco demorará 3 años. Empezará con un proceso de contención en julio y seguirá con la estabilización en 2021 y la recuperación en 2022. Así está establecido en el plan Reactiva Cusco que diseñó la gestión del gobernador regional Jean Paul Benavente García. El proceso para salir de la recesión económica considera un trabajo conjunto del sector público y privado que permita garantizar una inversión en los tres años de S/ 3700 millones. Están incluidas medidas para activar el trabajo de 100 mil micro, pequeñas, medianas y grandes empresas, así como el reinicio de más de 180 obras. La millonaria inversión que prevé el plan estará destinada a 8 sectores. Se habla de turismo, industria, agropecuaria, saneamiento básico, transportes

y comunicaciones, salud, educación y energía y minas e hidrocarburos. ¿De dónde saldrá el dinero? El gobernador Benavente dijo que una parte está en las cuentas del gobierno regional y la otra será gestionada ante el Ejecutivo nacional. “Como gobierno regional tenemos 1600 millones en los próximos tres años para inversiones. Y lo otro serán bonos y gestiones que tenemos que realizar para financiar y darle espalda financiera a las micro y pequeñas empresas”, explicó Benavente.

Turismo La inversión prevista entre 2020 y 2022 asciende a S/ 29 919 030. En la primera fase se considera la fiscalización y monitoreo de protocolos de bioseguridad en los prestadores de servicios y la im-

El 1 de julio se reabre Ciudadela Inca de Machupicchu para la visita de los turistas.

plementación de bonos de subsidio para artesanos, que debe ser aprobado por MINCETUR y MEF. En el 2021 se pasaría a impulsar el turismo social con el relanzamiento a nivel internacional del Cusco como un destino seguro con cero COVID-19, así como la certificación de empresas y servicios turísticos. En el 2022, se dedicarán a impulsar la innovación del sistema turístico regional, mejorando las capacidades científicas, fortalecer la campaña internacional, promover la certificación de productos con potencial de exportación y actividad artesanal.

Industria La inversión propuesta para este sector llega a S/ 37 446 000. Empezará con generar unidades de comercialización móvil de productos agroindustriales, microcrédito para el emprendedor del día a día, implementación de Call Center de apoyo a las MYPEs. La segunda fase considera fortalecer la Agencia Regional de Innovación y Competitividad, ejecución del proyecto de creación del servicio de fomento de la innovación para el sector productivo y campaña de sensibilización “Cómprale al Cusco”. Cierra el 2022 con Procompite Regional para las cadenas productivas de cacao, café, hilos, agroindustria y otros, y el inicio de proyectos en agroindustria, industria y otros.


Informe / 17

Agropecuario El agro y la ganadería recibirán una inversión de S/ 455 525 650. El plan propone un bono agropecuario, implementación de protocolos de bioseguridad, mercados móviles, Seguro Agrario Catastrófico. Continuará, en 2021, con la promoción del consumo interno de productos bandera y reinicio de proyectos agropecuarios. La última fase, en 2022, considera la puesta en operación centros de producción y transformación, bajo la modalidad de proyectos en activos, COMPITES en las cadenas productivas de camélidos sudamericanos, paltos y lácteos. Asimismo, hay un plan de gestión de recursos hídricos que garantice la calidad del agua, etc.

Saneamiento La inyección presupuestal será de S/ 56 345726. Arranca con la sensibilización en la educación sanitaria frente al COVID-19, proyectos del servicio de saneamiento y realización de mantenimiento de sistemas de agua en estado regular. Para el 2022 está previsto la implementación de protocolos, directivas y creación de plataformas virtuales para capacitación, así como de ejecución núcleos ejecutores. El tercer año seguirá la ejecución de IOAAR mediante núcleos ejecutores y el reinicio de más proyectos de inversión.

Cada entidad elabora los protocolos de bioseguridad.

Transportes y comunicaciones El plan considera una inversión en este sector de S/ 2477 269 997. Empieza este año con la implementación de estaciones de transmisión (antenas repetidoras y otros), plataforma virtual para trámite, autorizaciones de terminales terrestres y licencias de conducir. En 2021, empezarán los proyectos estratégicos en la región Cusco: aeropuerto de Chinchero, Vía Expresa, carretera Ranracasa-Colquemarca-Santo Tomas y otros. En 2022, seguirá Chinchero y Vía Expresa, y se sumarán otras tres vías: carretera Mollepata-Abra Camas-Santa Teresa (APP), carretera Ranracasa-Colquemarca-Santo Tomás, y carretera Puente Tahuis-Tahuis Amparaes.

Salud La inversión planteada llega a S/ 380 649 853. Se prevé la construcción de salas de cuidados intensivos, ventiladores mecánicos, y otros activos en el hospital de apoyo departamental cusco, desarrollo del sistema de atención móvil de urgencias y emergencias, brigadas de fumigación en hospitales y centros de abastos, brigadas de sensibilización a la población y entrega de kits de limpieza a la población cusqueña. Asimismo, la ejecución del proyecto hospital Antonio Lorena bajo la

Obras viales serán las primeras en ser reiniciadas.

modalidad de asistencia técnica de Estado a Estado, centros de salud de del tercer nivel (categoría III-1): Hospital Regional, Quillabamba, Kimbiri, Santo Tomas, Sicuani, Espinar; y centros de salud de Urubamba, Anta, Paucartambo. Y en 2022 se cierra con el inicio de la ejecución de dos proyectos de salud, bajo la modalidad de Obras por Impuesto: puesto de salud de Uchuccarcco y Chilloroya, ambos en Chumbivilcas.

Educación La educación recibirá, según el plan regional, una inversión de S/ 219 188 976. En el inicio considera un bono de conectividad para docentes y aprendizaje enseñanza, en los hogares como centros educativos (material bibliográfico; virtual y físico). En el marco del programa “Aprendo en casa”, se diseñará e implementará protocolos. Para el próximo año prevé el proyecto de educación virtual, capacitación para el

emprendimiento empresarial y reinicio de proyectos. Cierra en 2022 con la ejecución de 5 proyectos de educación bajo la modalidad de Obras por Impuesto.

Energía y minas La inversión considerada llega a S/ 85 958 535. Empezará en 2021 con la ampliación de la cobertura del servicio de energía eléctrica a centros de salud, instituciones educativas, centros de desarrollo productivo. De igual forma, se retomará la formalización de la pequeña minería y minería artesanal e implementación de protocolos sanitarios, construcción de la Planta de Fraccionamiento de Kepashiato y gas natural vehicular en la región Cusco. En 2022, se prevé el inicio de nuevos proyectos de energía eléctrica, seguir con la formalización minera y cambio de tecnología para el uso de gas natural en la producción de tejas y ladrillos en el distrito de San Jerónimo.


18 / Opinión

Comunidades y retorno forzado en el contexto de la pandemia en Apurímac Escribe: Enver Quinteros Peralta. APRODEH.

Las comunidades campesinas del sur andino vienen experimentando cambios acelerados y profundos producto de los impactos de la pandemia. Después de experimentar en poco más de medio siglo diversos procesos que cambiaron constantemente sus dinámicas comunales -mediante toma de tierras, reforma agraria, conflicto armado interno y auge extractivista-, hoy las comunidades enfrentan un nuevo pero difícil y adverso escenario marcado por la amenaza viral del Covid-19. Una realidad de salud pública global que incluso nos retrotrae a la hecatombe producida con la llegada de los españoles siglos atrás. La nula acción del Estado para reconstruir integralmente los territorios devastados por la guerra interna y la consolidación del libre mercado, conllevó a la constante histórica de desatender los derechos de los ciudadanos del sur y Apurímac. En ese marco, así como el abandono de la educación -de características autoritarias y monoculturales-, posibilitó la emergencia y expansión de la guerra interna con miles de muertos, hoy vemos cómo la desatención y abandono del sistema de salud, más allá de haberse construido postas o centros de salud en las capitales rurales, se constituye como una plataforma pública precaria que no está a la altura de responder a la amenaza pandémica. Pero no solo los derechos de educación y salud fueron desatendidos. Lo fue también las actividades económicas, como la agricultura, que sostienen a las poblaciones de estos territorios. Por esta y otras razones es que desde mediados del siglo pasado numerosos contingentes de personas migraron al centro del poder (Lima), con el objetivo de cumplir el ansiado mito del progreso. Este traslado se intensificó de manera exponencial durante los años del conflicto armado con otros miles de desplazados forzados que buscaron sobrevivir en las grandes ciudades y ya no solo en Lima. En el último siglo, ya en el contexto de la posguerra, la migración si bien disminuye tampoco se detiene. Debido a la nula política estatal de promover la reconstrucción y/o recuperación de las actividades agrícolas, gruesos grupos poblacionales siguen saliendo, permanente o estacionalmente a Lima, Cusco, Arequipa, Ica, Ayacucho o Puno en busca del viejo pero negado progreso. Un proceso que se relentizó parcialmente debido al retorno de desplazados de la guerra entre fines de los 90’ e inicios del 2000, y en la última década, como producto del auge de la minería popular, practicada por miles de campesinos mineros de Apurímac, contagiados por el boom extractivista transnacional instala-

do en el sur andino y en Apurímac. No obstante la precariedad y lógica darwiniana del modelo, que ha tenido en situación vulnerable y de sobrevivencia a miles de peruanos y peruanas, obligó a que este contingente de personas inicie semanas atrás procesos de retorno forzado bajo condiciones de riesgo extremas al contagio, seguridad y alimentación. Más allá de la complejidad y rapidez con la que se dio este proceso, los retornos masivos evidenciaron nuevamente otra característica histórica del Estado y sociedad; la ausencia del enfoque intercultural y la mirada limeño-céntrica de los fenómenos sociales por los medios de comunicación. Mientras para el grueso de los medios el retorno parecía solo existir de Lima a las regiones, invisibilizando los retornos inter-regionales e intra-regionales, en el caso del Estado se careció de estrategias con enfoque intercultural como se constató en la selva peruana donde el drama de la pandemia ya cobró centenas de vidas y en el caso de las comunidades andinas no se conoce aún un plan claro al respecto. Reconociendo esfuerzos y limitaciones en este contexto, los gobiernos regionales asumieron su responsabilidad con los retornos. En el caso de Apurímac se implementó el programa Hatun Sonqo, que a los pocos días de habilitado registró solicitudes de más de 14 mil personas, de las cuales un aproximado de 3 a 4 mil retornó a sus localidades (no se cuenta con información actualizada). No obstante, desde las primeras semanas de la cuarentena, numerosos casos de retornantes no estuvieron sujeto a los protocolos implementados por el Estado. Es decir, muchos retornaron e ingresaron a sus comunidades sin conocimiento oficial del Estado que permitiera su identificación, pruebas rápidas, cuarentena y monitoreo. Lo concreto es que el impacto de

estos retornos forzados viene cambiando integralmente las dinámicas comunales. Así, a la realidad de las comunidades anterior a la pandemia caracterizada por las secuelas aún vigentes de la guerra, las dinámicas de los conflictos sociales con la gran minería y minería popular, la violencia de género, los niveles de despoblación altos en muchas comunidades, la precariedad de la producción agrícola tradicional (destinada al autoconsumo) o la reciente apuesta por la agroecología, las carencias de las postas médicas o de los centros educativos, y la vigencia de valores, costumbres y tradiciones andinas, hoy, el retorno de los apurimeños y apurimeñas abren un conjunto de repercusiones directas en la nueva realidad o normalidad de las comunidades campesinas. No obstante esta realidad, que habrá que seguir auscultando, la preocupación mayor en este momento es la alta vulnerabilidad de la gente y la precariedad del sistema de salud rural en un contexto de lento pero sostenido crecimiento de los contagios que a la fecha (domingo 14 ) registra 377 casos y 6 fallecidos. Más aún si consideramos que de este total, 181 casos se concentran en las capitales urbanas de provincias (Abancay con 147, Andahuaylas con 35) y otros 196 casos distribuidos en 35 de los 84 distritos y 470 comunidades. Si bien el comportamiento biológico del virus en los andes nos ha favorecido a la fecha, su desconocimiento por la ciencia médica nos obliga a seguir alertas previniendo desde casa pero sobre todo desde el Estado con políticas estratégicas e integrales que aún no se conocen con claridad. En la misma línea, resulta fundamental estar pendientes de los impactos que los retornos han generado y vienen generando en las comunidades campesinas de nuestra región.


Página fotográfica / 19 ROLY QUISPE Y JULIÁN NINANQUI (CTV Cusco)

En la asociación Villa Sol Naciente, los vecinos se alimentan gracias a las ollas comunes.

Las ollas comunes contra el hambre

La pandemia dejó a miles de personas sin ingresos y, por eso, el hambre empezó a ganar terreno en asentamientos humanos, asociaciones pro vivienda y pueblos jóvenes de la ciudad del Cusco. Ocurre lo mismo en la mayoría de regiones del país. En la zona noroccidental hay pueblos que están sobreviviendo gracias a las ollas comunes que preparan los vecinos con el aporte de cada integrante de la comunidad. Una triste realidad y a la vez un ejemplo de solidaridad en tiempos de pandemia. ROLY QUISPE Y JULIÁN NINANQUI (CTV Cusco)

Ella es una de las madres beneficiadas con el almuerzo.

ROLY QUISPE Y JULIÁN NINANQUI (CTV Cusco)

Vecinos hacen cola cada día para recibir los alimentos.


Eclipse en el Cusco

EL dios Sol se quedó sin fiesta. La pandemia del coronavirus obligó a suspender la escenificación del Inti Raymi. Hoy se cumple 76 años desde su reinstauración en el “ombligo del mundo”. Págs. 10-11


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