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Papá te quiero a ti
Coach
Es una verdad que ser padres en este tiempo en un gran reto, no solo económicamente sino también moralmente. Tanto es así que, la generación Z o centennials, nacidos entre finales de los 90 y 2010, son el grupo que cada vez más se inclina a no tener bebés, según una investigación. Las razones más fuertes para no tener hijos son la economía, problemas ambientales, cambios en estilo de vida y problemas de fertilidad.
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Sin embargo, debemos añadir a esta lista de razones, las propias experiencias de los jóvenes con sus padres. Sobre todo, los padres ausentes pues están trabajando sin parar para darle una mejor calidad de vida a sus familias. En este afán de llevar comida a la mesa de la familia y proveerles ropa y zapatos, los padres se ausentan tanto que los hijos se sienten abandonados. Tienen todo lo que necesitan menos a papá.
Hablar de familia despierta en ocasiones ciertas heridas, desilusiones y pequeños rencores. De hecho, podríamos decir sin equivocarnos que una de las figuras más complejas y que se dan con mayor frecuencia es la del “padre ausente”. Es muy posible que esta situación te sea conocida.


Que la hayas vivido en piel propia o que la hayas observado en tu círculo social más cercano.
El padre ausente no es sólo el vacío físico de una figura que no tuvimos, en ocasiones, es también alguien que a “aun estando” no supo o no quiso ejercer su rol. Es una ausencia psicológica capaz de originar en el niño diversas heridas emocionales. Sin embargo, el hecho de crecer junto a una figura paterna que, a pesar de estar, es incapaz de aportar plenitud, cariño o reconocimiento, deja corrientes de vacío en el corazón de un niño que está aprendiendo a construir su mundo.
Tal vez por esto, cuando nos piden hablar de nuestra familia se nos hace fácil hablar de mamá, abuela, tías, pero cuanto nos toca hablar de papá el ánimo cambia, se va la sonrisa de la cara, y se nos hace difícil continuar.
Cuando crecemos podemos tratar de racionalizar el comportamiento de papá reconociendo su esfuerzo por ser el proveedor principal del hogar, simplemente lo educaron diciéndole que los hombres son de la calle, pueden ser muchas las razones por las cuales el padre se ausentó y nosotros sufrimos las consecuencias.
Nadie le enseña a un padre a ser padre. Se aprende con el ejemplo, bueno o malo, y eso es lo que podrá darnos. Esta generación quiere romper con ese patrón y quieren evitar que sus hijos pasen por lo mismo.
Si eres padre o vas a ser padre, no olvides que puedes trabajar todo lo que quieras para darle lo mejor a tu familia, pero lo que ellos van a recordar siempre será el tiempo de calidad que pasaste con ellos, que estuviste presente en sus conciertos, juegos, actividades escolares y en sus cumpleaños.
Ciertamente queremos regalos y ropa bonita, pero lo que más necesitamos y queremos es a papá presente en nuestras vidas.