XXV DOMINGO ORDINARIO Liturgia de las Horas: I Semana Salterio CICLO C 18 de Septiembre 2016 AÑO XVII NÚMERO 44
Iglesia Viva Departamentos de Boaco, Granada y Rivas Obispo: Monseñor Jorge Solórzano Pérez
DIOCESIS DE GRANADA, NICARAGUA MENSAJE DE SU EXCELENCIA MONSEÑOR JORGE SOLÓRZANO PÉREZ
(Catecismo de la Iglesia Católica, 1787). NO PERDAMOS LA ESPERANZA
Este año 2016 son las elecciones presidenciales en nuestro país, como pastor de nuestra Diócesis de Granada te exhorto:
I. A ponerte en oración para pedir al Señor que nos ilumine a buscar lo mejor para el presente y el futuro de nuestro país, Nicaragua.
II. A que decidás desde tu conciencia, libremente y sin ningún tipo de coacción exterior, a través de un juicio de la razón, lo que vas a hacer, convencido desde tu interior que estás haciendo lo más justo y recto en este momento de la historia en beneficio de nuestro país
Debemos de soñar con Rubén Darío en una patria grande, podemos construir un presente más digno y un futuro más luminoso para todos. Les invito a liberarnos de la resignación, del indiferentismo y del conformismo y no dejarnos llevar nunca del odio y de la violencia. Podemos tener una patria mejor. No perdamos la esperanza. Vivir con esperanza es sobre todo creer que Dios quiere una vida mejor para todos y colaborar activamente para que ésta sea una realidad. (Filipenses 2,12-13). Vivir con esperanza es tener confianza en Dios y perseverar “creyendo contra toda esperanza” (Romanos 4,18). Vivir con esperanza es abrirnos a la fuerza de Cristo Resucitado que hace nuevo este mundo con su Espíritu y comprometernos responsablemente para que esta novedad llegue a la historia y a la sociedad (Apocalipsis 21,5).
Que la Virgen María, Nuestra Señora de la Merced, acompañe a nuestro pueblo en su caminar histórico y nos ayude a vivir siempre abiertos con esperanza a la novedad del Reino de Dios.
+ Mons. Jorge Solórzano Pérez
Nuestro Plan Pastoral Parroquia Misionera
Finalizamos la entrega de estos diez elementos que nuestro Obispo nos ha regalado como fruto de su meditación, inspirado en la experiencia de parroquia que realizó San Juan María Vianney en el pequeño caserío de Ars. Cómo de un lugar empobrecido de fe, logró, con visión profética, una parroquia que no contenía a la cantidad de fieles para el servicio prestado. Hagámos de nuestra Parroquia, una PARROQUIA MISIONERA.
Octavo elemento: La Caridad: abrió una escuela gratuita para instruir. Le dio por nombre “La Providencia”, pues se alimentaba de la fe para salir adelante en todos los aspectos necesarios para la educación.
Un noveno elemento que compone la Parroquia Misionera: Vivir la Eucaristía, entregarse a la Confesión y a la Celebración de Corpus. Alentaba a preparar bien la liturgia que se celebraba, pues él amaba las celebraciones.
Y el último de este decálogo obsequiado por nuestro Obispo: Tierno amor por la Virgen y llegó a consagrar su Parroquia a La Reina del cielo. ¿Qué no ha hecho la Madre cuando está en medio de sus hijos?. Desde las bodas de caná la vemos pendiente de las necesidades de los que celebran con alegría el encuentro de fe, de amor, de esperanza. Así también María Santísima hoy renueva entre nosotros el encargo encomendado desde la cruz de su Hijo: “Madre, he ahí a tu hijo”... y nos dice a nosotros: “hijo, he ahí a tu Madre”. Ánimo.