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Línea 6. Comunicación y cultura para el desarrollo
La consideración de la comunicación en la cooperación para el desarrollo ha de entenderse, en una primera aproximación, como un derecho y una capacidad básica humana fundamental, porque permite una participación social y política en autonomía. De la misma forma, se entiende la comunicación como un sistema de medios, técnicas y estrategias que facilitan los intercambios y las transferencias entre personas, comunidades o sociedades. Finalmente, la comunicación también representa un sector socioeconómico estratégico en las sociedades contemporáneas a partir de una gran variedad de acciones (industria creativa, medios, internet, etc.), con un potencial de incidencia en la renta, en el empleo y en la autonomía.
La cooperación internacional en sí misma es un conjunto de procesos de comunicación simétricos y horizontales a la búsqueda de la superación de relaciones de dependencia y a la instauración de un sistema de intercambio permanente entre los actores, para una acción en común y para conseguir así los objetivos planteados.
Los efectos de la sociedad de la información han modificado los escenarios de los procesos de desarrollo, donde la comunicación adquiere una importancia trascendental como elemento de cohesión social y en la organización de la vida colectiva. Las relaciones entre cultura y comunicación son fundamentales para la democratización de la sociedad y para el ejercicio de los derechos fundamentales en un marco democrático. La autonomía de los procesos comunicativos permite asumir la transferencia de información y conocimiento al servicio del desarrollo desde los propios referentes culturales.
La libertad de expresión y de la creatividad es fundamental para estimular la vida cultural y una forma de aportar pluralidad a nuestras sociedades. La participación en los procesos comunicativos requiere de capacidades y autonomía para su gestión desde los ámbitos locales, regionales o nacionales.
En la dimensión cultural para el desarrollo la comunicación está íntimamente relacionada con la satisfacción de las necesidades culturales de las personas. La expresividad, que se manifiesta en diferentes lenguajes artísticos, requiere de medios de comunicación para compartir, difundir y disfrutar de la creatividad humana por medio de un gran número de procesos comunicativos.
La comunicación está en el centro de la vida cultural individual y colectiva como un elemento esencial para el ejercicio de los derechos culturales. La organización de la vida cultural y la participación de los diferentes agentes sociales y culturales precisa de procesos comunicativos amplios y diversos a nivel comunitario, local o global.
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1. Cartel del 5º Encuentro de comunicadoras indígenas y afrodescendientes de Centroamérica y México, 2021.
2. Cartel de la Red Nosotras en el Mundo, una apuesta colectiva por la construcción de puentes de comunicación entre los movimientos de mujeres de América Latina y Europa, apoyada por AECID entre 2006 y 2012.
El acceso y la participación en los procesos comunicativos refuerzan las capacidades individuales y comunitarias en su construcción de ciudadanía, identidad cultural y autorreconocimiento. Las dificultades de acceso a las tecnologías de la comunicación crean dificultades añadidas a la población más vulnerable, a grupos sociales determinados y a sectores territoriales desfavorecidos o aislados.
En ese marco, se deben replantear las relaciones entre comunicación y cultura al servicio del desarrollo humano, considerando que estas conexiones están muy condicionadas por las posiciones dominantes de ciertos grupos empresariales, medios de comunicación o de la propia institucionalidad gubernamental. Esta situación reclama más atención a la generación de capacidades y a las posibilidades de participar activamente en la elaboración, información y
Las culturas no están aisladas ni son estáticas, sino que interactúan y evolucionan. La palabra «pluralismo» carece de significado si individuos y comunidades no pueden emprender iniciativas democráticas ni expresar su imaginación creativa de manera concreta. Asimismo, deben disponer de los medios necesarios para poder comunicarse con los miembros de otras sociedades. Las nuevas tecnologías en materia de medios de comunicación no deben convertirse en instrumento exclusivo de los ricos y poderosos, sino que deben ser utilizadas como medios de interacción democrática y de reducción de la pobreza. Esto requiere un mercado competitivo y un equilibrio entre eficiencia y equidad, así como entre intereses globales y locales.
UNESCO (1997). Nuestra diversidad creativa. Informe de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo. Madrid: Fundación Santamaría. difusión a partir de formas y valores que configuran las diferentes culturas en un contexto de diversidad cultural como patrimonio de la humanidad.
El conocimiento, acceso y uso de todas las posibilidades que ofrece la sociedad de la información, con internet, la tecnología y los sistemas interactivos actuales, se presenta como imprescindible para cualquier persona o sociedad contemporánea. Aprovechar todo su potencial, en diferentes sectores, es ineludible en cualquier contexto para un desarrollo sostenible y para un bienestar colectivo.
La diversidad cultural, la creatividad, la expresividad y las formas de la vida cultural son consideradas como elementos estratégicos para el desarrollo humano y el progreso, así como para el fomento de un sector cultural amplio que integre las prácticas culturales, como la existencia de empresas e industrias culturales. Estas estrategias reclaman de una participación activa de personas, grupos y comunidades en un marco de relación que reconozca los derechos fundamentales y culturales, la libertad cultural y de información, evitando la reproducción de estigmas y subvaloraciones culturales por su condición étnica, territorial, económica o política.
La posibilidad de participación en los procesos de producción, difusión y distribución en el campo de la comunicación, el audiovisual y la cultura digital, adquiere una gran significación, tanto por sus valores agregados como por su impacto directo en el desarrollo humano sostenible.
3. FECIGE, Festival de Cine Itinerante Sur-Sur de Guinea Ecuatorial, organizado por el Centro Cultural Ecuatoguineano, el Centro Cultural de Expresión Francesa y los Centros Culturales de España en Malabo y en Bata.
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4. FiSahara, Festival Internacional de Cine del Sahara. En 2010, en el marco de la VII edición del festival, se inauguró la Escuela de Formación Audiovisual de la RASD, gracias al proyecto Cine por el Pueblo Saharaui. Esta escuela nació con la idea de formar y dar opciones de empleo a los jóvenes saharauis, preservar y difundir el patrimonio cultural saharaui, el castellano como segunda lengua y la participación de trabajos saharauis en festivales de cine en los campamentos y en el extranjero.
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Tipologías de las intervenciones en esta línea de la Cooperación Española
1. Fomentar redes de comunicación en los ámbitos locales y comunitarios.
Acciones de apoyo a la creación de medios de comunicación (emisoras de radio y canales de televisión locales, canales de difusión de contenidos audiovisuales en internet, periódicos, revistas, etc.) en entornos desfavorecidos sin capacidad de emitir en autonomía.
2. Adecuación tecnológica para una mejor emisión de los medios de comunicación.
Ayudas a infraestructuras de comunicación básicas para ejercer el derecho a la difusión de contenidos culturales propios. Adaptación tecnológica de servicios existentes y capacitación para el uso de nuevos sistemas y recursos en las actividades de comunicación cultural.
3. Constitución de empresas, iniciativas y organizaciones de producción y difusión de la cultura.
Fomento de emprendimientos personales y grupales para la producción y difusión cultural. Apoyo a las iniciativas empresariales existentes para acceder a mercados locales, nacionales e internacionales de la producción cultural.
4. Contribuir a la estructuración de espacios de producción, difusión y distribución en el campo del audiovisual y la cinematografía. Fomento de un sector audiovisual y cinematográfico propio capaz de canalizar la expresividad y las iniciativas empresariales en la producción y difusión de la propia creatividad. Ayudas a la presencia de producciones en certámenes, festivales y mercado internacional como elemento para favorecer la diversidad cultural.
5. Ayuda al proceso de comunicación comunitaria para la apropiación de procesos de desarrollo.
Promover la participación de la población en los procesos de comunicación relacionados con las dinámicas y proyectos vinculados con su propio desarrollo o con problemáticas comunitarias.
6. Incentivar la edición de publicaciones y el fomento a la lectura.
Estimular la disposición de instancias de edición, impresión y distribución de publicaciones al servicio de la vida cultural. Apoyar a emprendimientos para la creación de editoriales y otros impresos de la memoria y la realidad local.
7. Apoyar en la adaptación tecnológica a la cultura digital.
Ayudar a procesos de inversión y capacitación para el acceso a los recursos tecnológicos actuales en el campo de la comunicación cultural de los grupos sociales más desfavorecidos. Velar por una igualdad de oportunidades entre los agentes culturales ante los retos de la sociedad contemporánea evitando una brecha digital entre la población.
8. Estimular procesos de coproducción a nivel nacional e internacional.
Favorecer el acceso a mercados culturales locales, nacionales e internacionales para una presencia de las propias realidades culturales. Ayudas a la comercialización de productos culturales y a la búsqueda de patrocinios y agentes coproductores.
Algunos ejemplos significativos de proyectos y actuaciones en esta línea de intervención:
• Apoyo en la formación de redes de comunicación comunitaria.
Argentina (Red Nosotras en el Mundo: Construyendo redes de comunicación con las mujeres iberoamericanas); Varios países (Anilla Cultural LatinoaméricaEuropa); México (Procesos educativos para la comunicación comunitaria y el desarrollo / Encuentros de comunicadoras indígenas y afrodescendientes. México y Centroamérica); Argentina (Radio Eterogenia); Colombia (La radio como herramienta para la construcción de la paz); Guatemala (Procesos educativos para la comunicación comunitaria y el desarrollo).
• Fomento de la adecuación tecnológica y de creación de iniciativas para la difusión de la cultura. Programa Internacional para el Desarrollo de la Comunicación de la UNESCO (PIDC); Perú (FabLab, Lima); Paraguay (Música Okápe / Ondas Ayvu); Argentina (ANIMAFestival Internacional de Animación de Córdoba); Perú (Caravana Documental. Muestra de Documental Independiente Peruano); El Salvador (Invasión en el parque); Guinea Ecuatorial (FECIGE, Festival de Cine Itinerante Sur-Sur de Guinea Ecuatorial / Medialab y Malabeando, prácticas de comunicación en el ámbito cultural); Argelia (Cine por el Pueblo Saharaui. VII Festival de Cine del Sahara); Costa Rica (Taller Innovación y formatos de televisión / Taller Periodismo cultural en Centroamérica: tecnología y sensibilidad periodística); Perú (Nuevas herramientas digitales para la comunicación cultural); Portal Hipermédula.
• Fomento de la edición y la lectura.
Brasil (Terra Paulista: histórias, arte, costumes); Guinea Ecuatorial (Revistas El Patio, El Árbol y Atanga / Apoyo económico y logístico para la creación de librerías); Argentina (Revista Gazpacho).
• Estimulación de procesos de coproducción a nivel nacional e internacional.
Varios países a partir de los programas Ibermedia e Iberescena.
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5. Cartel del Festival Música Okápe 2016, CCE Juan de Salazar, Asunción, Paraguay.
6. Portadas de la revista Atanga, editada por los Centros Culturales de España de Bata y Malabo, Guinea Ecuatorial.