Cuadernos Hispanoamericanos 786 (Diciembre 2015)

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a un pintor que haga, que se vincula a la vertiente argumental de la restauración de la imagen de San Roque que primero saca al villano de Ocaña. Hay como un subtexto sobre la representación en este relato entretejido con la acción principal. El Comendador piensa que, ya que no puede poseer a la villana, se podrá conformar con su imagen pintada16. El desquiciado amante vive obsedido por imágenes de sí mismo y de su objeto de deseo. Pero esa satisfacción no va a ser suficiente, y las imágenes terminan por llevarlo a la derrota y a la muerte. El instinto de muerte se aloja en el deseo amoroso, como sabemos también desde Freud (y toda la literatura que le precede e informa), con consecuencias trágicas. Todo parte del accidente que sufre el Comendador en la boda; su casi fatal revolcón por el novillo, cuyo sentido simbólico-moralista es más que evidente y hasta convencional; las caídas se remontan a la Biblia. Pero el suceso tiene además otro sentido más general en la configuración de la trama. El paso del tiempo ordinario lo celebra la ceremonia nupcial, a lo cual se debe añadir que es época de siega, que subraya la periodicidad de semejante acontecimiento; ambos están sometidos a los ritmos naturales. El trigo madura en cierta época –agosto en la comedia– por lo que hay que segarlo, y los villanos se juntan, se casan y procrean. Pero el accidente rompe esa periodicidad y expone el tiempo común, continuo, a la contingencia del tiempo infinito en que ocurren sucesos como el del novillo que son ilimitados en número y calidad; el accidente da acceso a lo extraño. Podía haber caído un aerolito, habido un eclipse o desatado una guerra. Es la manzana de Newton, que cae imprevistamente y le inspira su teoría de la gravedad. El accidente, por definición, no obedece a la causalidad. No hay relación de necesidad tampoco, a no ser al nivel moralista simbólico visto, entre el accidente y el cambio repentino en la personalidad del Comendador, su radical transformación. Podía haberse muerto, como todos pensaron había ocurrido, inclusive él mismo o haber quedado incapacitado. No, el accidente sirve para desatar acciones asombrosas, inusuales, que conducen a la muerte violenta del Comendador y al ascenso inusitado de Peribáñez y Casilda, tanto en términos sociales como económicos. Ambos, ahora, van a tener que alzarse a nobles por las acciones de los reyes, pero esto era algo que ya le había ocurrido a Peribáñez en escenas reveladoras de la comedia, revestidas de un elemento cómico también significativo. Me refiero a cuando el Comendador nombra a Peribáñez capitán, acto seguido lo arma caballero, y éste y los labradores CUADERNOS HISPANOAMERICANOS

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