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DESTACADO PECUARIO: Tratamientos de retención placentaria en vacas

Tratamientos de retención placentaría en Vacas

Las membranas fetales retenidas solas tienen pocos efectos sobre la fertilidad futura. Los problemas vienen cuando están acompañadas de metritis. Cualquier tratamiento para en vacas se debe enfocar para prevenir la metritis posparto, principalmente (Arrieta, 2013).

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Existen diferentes estrategias para el tratamiento de RP en vacas en la práctica veterinaria, entre ellas están incluidas la extracción manual de las membranas fetales, administración intrauterina o sistémica de antibióticos y el uso de medicamentos. Tratamientos adicionales como el uso de enzimas. A continuación se describe algunos tratamientos que pueden llevarse a cabo cuando se tiene algún problema de RP en vacas: • Remoción manual: la remoción manual de las membranas fetales ha sido discutida durante muchos años. Causa trauma de la mucosa del útero, contaminación bacteriana, alteración de la defensa celular intrauterina seguida de una invasión facilitada de bacterias en los tejidos uterinos, y que “carecen de evidencia de la eficacia del tratamiento son razones para rechazar la eliminación manual como un procedimiento estándar” (Ruiz, 2017). se recomienda tomar como primera medida el colgar pesos de aproximadamente medio kilogramo en la porción saliente de la placenta para ejercer una tracción constante y, de esta forma lograr el desprendimiento sea paulatino (Córdova et al., 2020). • Aplicación intrauterina de antibióticos : la aplicación intrauterina de bolos antibióticos tiene como objetivo reducir la carga de bacterias patógenas, sino también para “aumentar la higiene de la sala y la comodidad de los ordeñadores, perturbada por la descarga fétida y el olor posterior, aunque esta práctica deja residuos en la le-

che (Ruiz, 2017).

• Tratamientos con fárma-

cos : algunos de los fármacos más utilizados en esta patología son: o Tetraciclinas: 4-6 g de tetraciclina en intervalos de dos a tres días adicionando 4mg de prostaglandina F 2 alfa-análoga intramuscular en cada tratamiento local. o Oxitetraciclina: 2-3g de oxitetraciclina en intervalos de dos a tres días adicionando 4mg de prostaglandina F 2 alfa-análoga intramuscular en cada día de tratamiento local. o Benzilpenicilina: 10,00020,000 de benzilpenicilina. o Tilosina: 5g de tilosina. o Colagenasa: estrumate clopostrenol 250µg/ml intramuscular 2ml. o Ampicilina y cloxacilina: ampicilina 2500mg y cloxacilina 2500mg intrauterina de 3-5 días. o Cefitiofur sódico: ceftiofur 600mg intramuscular por 3-5 días consecutivos. o Penicilina benzatínica: 48 U.I. intramuscular. o Partutone: 225ml oral asministrado inmediatamente después del parto. Se repite la dosis de 12 horas a 24 horas después del parto; esto beneficia la expulsión de la placenta, involución del útero y el primer estro posparto (Córdova y Guerra, 2020).

• Hormonas: la utilización de oxitocina y prostaglandina F 2 alfa se han discutido para la prevención o el tratamiento de la retención placentaria. Suponiendo que la contracción del miometrio facilita el desprendimiento de las membranas fetales y la expulsión del contenido del útero como loquios. Los receptores de oxitocina en el miometrio, son estrógeno dependiente y la concentración de estrógenos disminuye el parto precedente (Ruiz, 2017). • Calcio: se aplica en forma intravenosa un reconstituyente mineralizante con 500ml de dextrosa al 50% y borogluconato de calcio al 27% entre otros minerales. Existe una asociación muy fuerte entre la retención placentaria y la hipocalcemia subclínica, afectando la hipocalcemia el metabolismo de los leucocitos y la capacidad migratoria de los neutrófilos, lo cual determina un menor número de estos en los placentomas y por consiguiente, una menor cantidad de enzimas proteolíticas disponibles para la digestión de la unión materno fetal. El cotiledón fetal actúa como cuerpo extraño luego del parto, con liberación de sustancias quimiotacticas, lo que determina la infiltración de los placentomas por neutrófilos periféricos, quienes digerirían la unión carúncula materna-cotiledón fetal, esto mediante enzimas proteolíticas como la elastasa, colagenasa, gelatinasa, entre otros. La capacidad migratoria de los neutrófilos y su poder fagocítico, dependen fundamentalmente de los niveles de calcio iónico (Arrieta, 2013). Lo más sensato es intervenir alrededor de las 24 horas después del parto; sin embargo, cada caso tendrá que ser considerado de forma individual. Lo más importante en el tratamiento es regresa el tracto reproductivo de la vaca a su estado normal lo más rápido posible. No obstante, es necesario siempre proceder con prudencia y delicadeza. El objetivo del tratamiento es que el animal expulse el tejido retenido y combatir las posibles infecciones. Para obtener una respuesta efectiva al tratamiento, éste debe ser de acuerdo a la sensibilidad del agente etiológico causal, en el caso de la presencia de infecciones junto con la RP.

CONCLUSIÓN

Se puede decir, por tanto, que las consecuencias de la retención placentaria son graves para la economía del ganadero, sobre todo por las pérdidas económicas que pueden provocar en la producción de leche (40%), servicios veterinarios (19%) y aumento del intervalo entre partos (9%). Se sabe que el 60% de las vacas con RP presentan pérdida de apetito, la involución uterina se retrasa en promedio más de diez días y la presentación del estro de 17 a 19 días. Aumenta en un 15% el número de inseminaciones por concepción, la tasa de concepción disminuye entre un 11% y 19%, crece la tasa de reposición por causas reproductivas entre un 5% y un 10%, aumentan los DA entre 26 y 31 días. Por último, las graves consecuencias que la RP en vacas tiene para la economía del productor son graves.

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