Stephania olguin santillan

Page 67

El día miércoles de esta semana, entre todos mis compañeros nos pusimos de acuerdo para visitar la casa del abuelo! Como lo hicimos la vez que visitamos a los niños, esta ocasión volvimos a repartirnos las cosas que necesitaríamos. Todos los preparativos sonaban demasiado bien, las galletas, las flores, el té, los juegos de cartas y más cosas. Cuando íbamos en camino, en realidad no sabía, no tenía la menor idea de cómo sería nuestra llegada, si tal vez habría muchos abuelitos, si tal vez les gustaría que pasáramos un momento agradable con ellos, si tal vez algunos de ellos compartirían sus sentimientos un poco para contarnos historias que tienen trayectorias de vida inimaginables, entre muchas ideas más. Una sonrisa, fue mi primer gesto al ingresar a la casa del abuelo. No era como la imaginaba, pequeña, triste, sin ventanas. En cambio se transformo en todo lo contrario. Pensé que habría señores no tan grandes de edad, pero me equivoqué, en realidad había de variada edad. Algunos señores en sillas de ruedas se encontraban en el patio de la casa fumando, otros tantos jugando cartas, algunos más en sillones durmiendo con algunos rebozos encima, alguno que otro caminando o platicando con las señoras que los cuidan.

67


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.