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1. La espiritualidad como estilo de vida 2. Claves de la Espiritualidad de la Pastoral Social- Cáritas:

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ORACIONES NOTAS

ORACIONES NOTAS

La espiritualidad es un estilo de vida en el Espíritu, una docilidad a su potencia de vida, que moviliza todas las dimensiones de nuestra existencia. Cuando el impulso del Espíritu impregna y motiva todas las áreas de la existencia; entonces penetra y configura la vocación específica de cada creyente. Así, se forma y desarrolla la espiritualidad propia de Cáritas, y de las personas que formamos parte de cada Pastoral Social-Caritas: esto da profundidad y entusiasmo a nuestra vida y al ejercicio concreto de nuestras tareas. Cuando se dice que algo tiene «espíritu», se refiere a que tiene unos móviles interiores que impulsan, motivan, alientan y dan sentido a la acción personal y comunitaria. Una evangelización con espíritu, es muy diferente de un conjunto de tareas vividas como una obligación pesada que simplemente se tolera, o se sobrelleva como algo que contradice las propias inclinaciones y deseos. Pero, nos dice el Papa Francisco: “sabemos que en la acción pastoral, ninguna motivación será suficiente si no arde en los corazones el fuego del Espíritu. En definitiva, una evangelización con espíritu, es una evangelización con Espíritu Santo, ya que Él es el alma de la Iglesia evangelizadora”. 37 Así está formulado en el documento La Iglesia en América, en el número 29: “La propuesta de un nuevo estilo de vida no es sólo para los Pastores, sino más bien para todos los cristianos que viven en América. A todos se les pide que profundicen y asuman la auténtica espiritualidad cristiana. En efecto, espiritualidad es un estilo o forma de vivir según las exigencias cristianas; la cual es “la vida en Cristo” y “en el Espíritu”, que se acepta por la fe, se expresa por el amor y, con esperanza, es conducida a la vida dentro de la comunidad eclesial. En este sentido, por espiritualidad, que es la meta a la que conduce la conversión, se entiende no «una parte de la vida, sino la vida toda guiada por el Espíritu Santo». Entre los elementos de espiritualidad que todo cristiano tiene que hacer suyos, sobresale la oración. Ésta lo «conducirá poco a poco a adquirir una mirada contemplativa de la realidad; que le permitirá reconocer a Dios siempre y en todas las cosas, a contemplarlo en todas las personas, a buscar su voluntad en los acontecimientos» . Es importante destacar que, la espiritualidad no se contrapone a la dimensión social del compromiso cristiano. Al contrario, el creyente, a través de un camino de oración, se hace más consciente de las exigencias del Evangelio y de sus obligaciones con los hermanos; alcanzando la fuerza de la gracia indispensable, para perseverar en hacer el bien38 . Sobre estas convicciones, reconocemos en Cáritas la necesidad de formarnos en una espiritualidad de la acción misionera; que se basa en la docilidad al impulso del Espíritu, a su potencia de vida que moviliza y transfigura todas las dimensiones de la existencia. Es imprescindible reconocer que, no es una experiencia que se limita a los espacios privados de la devoción; sino que busca penetrarlo todo con su fuego y su vida. Así, los discípulos y misioneros, movidos por el impulso y el ardor que proviene del Espíritu, aprendemos a expresarlo en el trabajo, en el diálogo, en el servicio y en la misión cotidiana.

37 Papa Francisco (2013) Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, nº 261 38 En la encíclica Laudato Si’, en el punto 231, al hablar de la dimensión civil y política del amor, Francisco expresa esta certeza de integración entre compromiso y espiritualidad al decir que: “Cuando alguien reconoce el llamado de Dios a intervenir junto con los demás en estas dinámicas sociales, debe recordar que eso es parte de su espiritualidad, que es ejercicio de la caridad y que de ese modo madura y se santifica”.

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