“EL INCONSCIENTE ESTÁ ESTRUCTURADO COMO UN LENGUAJE” (
Para enviar textos con temas de psicología, consultorías en psiquiatría, salud integral, musicoterapia, psicoanálisis, arteterapia, psicodrama, etc., escribir al correo:psicosaludvg@gmail.com
Issn 0719-9538 (impresa)
0719-9546 (digital)
www.revistasaludlmental.cl
BASES DE PUBLICACIÓN
Un texto de dos o tres páginas, letra Times New Roman 12, con interlineado 1,5 considerando temáticas afines a la Salud Mental y formato como el de cada artículo del presente número. En su forma cada trabajo incluye una descripción con objetivos, metodología, resultados y conclusiones. Si se trata de un tema de investigación, trae sus respectivas gráficas, citas y bibliografía. Los trabajos descriptivos, cualitativos y de análisis-reflexión, se envían con sus citas y bibliografía al final del estudio anotando autor, título del texto citado y año de la publicación. El nombre junto a datos principales del autor, lugar de desempeño o formación. Los textos aquí publicados son de responsabilidad de quien los escribe.
Enviar dentro del plazo de recepción (20 de marzo año 2025) al correo señalado al inicio
¿Quién quiere ser el jefe?
Del ejército de las flores, y espíritus que deambulan por ahí...
De las chicas de la calle, De los vagos y sus piojos, de esos jefes cansados de ser jefes, o jefas de hogar abandonadas de su sexo, de moribundos de asilados… marginados…
¿Quién se ofrece?
(Imanuela Jirón)
[…] no las palabras no hacen el amor hacen la ausencia” (Alejandra Pizarnik)
DIRECTORA:
Verónica Garay Moffat
COLABORADORES DE REVISION:
Rubén Darío Gil Gómez
Juan Pablo Vicencio
COLUMNISTAS:
Ivo Sazunic (Comentario de Libros)
Juan Cameron (Notas sobre Poesía)
PRIMEROS PASOS EDICIONES
DIFUSIÓN:
Macarena Prieto Sepúlveda
DISEÑO DE PORTADA Y DIBUJOS:
Simone Hermosilla Huilipán & M. Verónica Garay
índice
PALABRAS AL INICIO
Si en el principio fue el verbo, quizás sea por la acción de lo que marca en el cuerpo cuando se pone en acción la palabra. Mente, cuerpo y afecto, psicodrama de la vida; significante del símbolo, sentido significación de la imagen o real de la Letra en el cuerpo, marca originaria en la que Lacan se mueve, afirmando que el inconsciente está estructurado como un lenguaje, pero añade, que sin un otro que intersecte al sujeto, tampoco hay objeto a, punto de partida en el origen. Se manifiesta entonces el lenguaje como forma de poder comunicarse y comprender el mundo, pero también como torre de Babel, carente de significación única por lo que es posible perderse en el sentido. Sentido obturador de singularidades y que, por lo mismo, totalitariza el discurso. El riesgo de aquello es caer en los fundamentalismos y sus consecuencias, ignorando que el lenguaje es un conjunto no cerrado. Esa es la cuestión de fondo, la no intersección. Las distintas caras de una misma cinta, donde si no se hace corte, no se constituye el sujeto como tal. Las diversas temáticas que aquí se abordan, de algún modo apuntan a la noción de poder, iniciando con el texto referido a la pulsión junto a su objeto, desde las aristas del síntoma y la sublimación; la salud integral como dimensión de lo humano; y lo UNTERDRÜCKT como aquello que se inscribe en lo imposible de decir. Por otro lado, las costosas máscaras que construimos como fantasma, de lo que se va develando en el trabajo de desenmascaramiento poético-psicodramático. Así como el poeta cierra este año diciendo: “no hay nada verdadero en las palabras …” de lo que deduzco: no se dedican éstas a lo verdadero, sino a lo que velan.
Quiero realizar un breve recorrido por los conceptos de síntoma y sublimación, en tanto estos atañen a la pulsión y a su objeto.
El objeto en psicoanálisis es, paradojalmente, un concepto sin representación; causa y efecto de la operación discursiva del lenguaje; un vacío – tapón ya que funciona como complemento lógico de ese vacío. El trauma, el agujero y la letra estarán presentes en este recorrido.
El mirar deriva del tocar y excita. La curiosidad sexual aspira a completar al objeto sexual desnudando lo que oculta. Aquí, para Freud, sublimar es apartar el interés de los genitales y dirigirlo a la forma total del cuerpo. Esta demora de la satisfacción es el camino hacia metas artísticas.
Este cambio de meta, entonces, no es una sublimación. Freud habla, en cambio, para estos casos, de una idealización de la pulsión. En escritos posteriores Freud refiere la idealización al objeto y no a la pulsión en sí.
Este proceso mediante el cual las pulsiones sexuales se desvían de sus metas y se orientan hacia metas nuevas es la sublimación.
El mecanismo a través del cual esto sucede sería una formación reactiva. El niño, a merced de mociones sexuales de momento inaplicables se defiende del displacer que esto le provoca mediante el asco, la vergüenza y la moral.
Freud aclarará en una nota agregada en 1915 que en este caso la sublimación se realiza a través de una formación reactiva pero que no siempre es así. Conceptualmente, sublimación y formación reactiva son distintas. Pese a los esfuerzos de los educadores, no todo se sublima.
Esto parece converger con el punto lejano en la investigación de Freud y Lacan que señala a la sublimación como defensa ante la pulsión en la medida en que el inconsciente mismo es defensa. Aunque Lacan no aceptará la continuidad entre síntoma histérico y sublimación que M. Klein postula, sí establece posteriormente una analogía entre creación y síntoma. En los años 70 Lacan inventará la palabra “sinthome”, un mixto de síntoma y fantasma, donde el fantasma (que puede ser considerado
*Psicoanalista Miembro de la AMP, y de la Red de As. Analíticas y Publicaciones Periódicas
como una sublimación) es el modo de incluir la satisfacción del síntoma y donde la obra puede cumplir una función de suplencia simbólica.
¿Existe un proceso específico, distinto del síntoma, al que pueda llamarse “sublimación” o es la respuesta a posteriori, de la sociedad, la que señala ciertas producciones como sublimes?
Lo valorado socialmente es la creación, lo que produce una sorpresa que nos permite sentir nuevamente lo que la monotonía de lo ya conocido va borrando.
En “El creador literario y su fantaseo” Freud intenta dilucidar por qué una obra literaria nos produce placer. El poeta, al igual que el niño que juega, crea un mundo fantástico sin confundirlo con la realidad. Los adultos suelen fantasear en vez de jugar, pero normalmente ocultan estos sueños diurnos. Cuando hablan de ellos no producen en los demás el mismo placer que la obra poética. El poeta, dice Freud, encubre, modifica y “nos soborna” con el placer estético. Consigue así eliminar las barreras que normalmente existen ente las personas.
La pulsión sexual, a través del desplazamiento de su meta, pone a disposición de la cultura una fuerza intensa y continua. Pero también es necesaria la satisfacción directa, de lo contrario habrá consecuencias nocivas y displacenteras.
La pulsión sexual busca el placer. Pasa del autoerotismo al amor a un objeto, de la autonomía de las zonas erógenas a la genitalidad reproductiva. El sobrante de excitación sexual es inhibido o sublimado.
Freud atribuye a los científicos mayor capacidad de abstinencia que a los artistas. A los científicos la abstinencia les ayuda en sus estudios, a los artistas lo que los inspira es no abstenerse de lo sexual. La abstinencia, según Freud, no favorece la originalidad y la creatividad sino todo lo contrario. Pasados los veinte años la abstinencia hace daño. La relación entre la sublimación y la abstinencia será retomada en el trabajo de 1910 sobre Leonardo da Vinci.
Lo que no queda suficientemente explicado es si hay alguna relación causal entre perversión y sublimación.
La sublimación es un destino posible de la pulsión perversa, aunque no se logre sublimarla totalmente y aunque a veces el intento fallido de sublimación puede llevar al perverso hipermoral al suicidio cuando el goce no sublimado se vuelve contra el sujeto.
Pese a lo que las diferencia, perversión y sublimación se parecen porque en ambas hay una realización de lo fantaseado. En algunos casos, el no poder crear es análogo al imperativo superyoico que facilita el paso al acto del perverso. Además, del mismo modo que donde hay perversión suele haber contrato perverso (en el exhibicionista que produce el goce del voyeur, en el sádico que produce el del masoquista), así también el ciclo creativo no está completo sin gozador de la creación.
Al analizar inhibiciones en niños con problemas, por ejemplo, de fracaso escolar, M. Klein encontró que se basaban en la represión de un intenso placer primario debido a su índole sexual. Ella equipara “la capacidad de emplear la libido superflua en una catexia de tendencias del yo, con la capacidad de sublimar”. Las inhibiciones surgirían cuando la represión actúa sobre las tendencias del yo suficientemente libidinizadas que estaban destinadas a la sublimación. Para M. Klein la posibilidad de sublimar y de simbolizar tiene como prerrequisito la identificación. Pero no exactamente del modo en que habla Freud en “El Yo y el Ello” y en “Introducción al Narcisismo” sino que la identificación imaginaria pene-pies, por ejemplo, permitiría hallar placer en determinadas actividades por su relación con el placer proporcionado por el pene.
Según Lacan, existe una diferencia fundamental entre síntoma y sublimación: “El síntoma es el retorno, vía sustitución significante, de lo que está en el extremo de la pulsión como su meta”. Hay que distinguir, por lo tanto, a la sublimación de esto otro que es el retorno de lo reprimido. La sublimación es un modo de satisfacción de la pulsión en algo diferente a su meta. No se trata de una sustitución significante. Más adelante, la enseñanza de Lacan señalará al síntoma como creación y no sólo como sustitución significante.
¿Qué es un síntoma? Un medio de goce, y si estoy ligado al Otro, es en tanto que el Otro, para mí, es síntoma, es decir, medio de goce de mi cuerpo.
¿Cuál es el hueso de una cura? En primer lugar, es lo imaginario; en segundo lugar, es la identificación fálica; en tercer lugar, es el fantasma y, en cuarto lugar, es el síntoma, aquel que Lacan llamaba el sinthome. He aquí las principales respuestas diferentes que fueron proporcionadas por Lacan.
Ahora bien, ¿qué es el síntoma? Es la investidura libidinal de la articulación significante en el cuerpo, y en este sentido, es un modo de gozar, y de manera doble. Por un lado, es un modo de gozar del Inconsciente, del saber inconsciente, de la articulación significante; llamamos síntoma a la
investidura libidinal del significante y del significado. Y, en segundo lugar, es un modo de gozar del cuerpo del otro. Por cuerpo del Otro debe entenderse, al mismo tiempo, el cuerpo propio, que siempre tiene una dimensión de alteridad, pero también el cuerpo del prójimo como un medio de goce del cuerpo propio.
Cuando se diferencian estos cuatro huesos ¿qué se debe hacer para terminar el análisis, según Lacan?
Basta considerar las distintas definiciones de síntoma que encontramos en la enseñanza de Lacan para percatarnos de que tanto la noción de síntoma como su estatuto en la cura analítica se han ido modificando, conforme a una lógica. Asimismo, la experiencia clínica permite vislumbrar que el devenir de las variaciones del síntoma se articula en la medida en que sucede algo que podemos nombrar como la pareja analista-analizante.
Propongo un recorrido desde la noción clásica del síntoma como metáfora, pasando por el síntoma-letra, para arribar a la novedad que aporta Lacan con el sinthome. De tal forma, trataremos las relaciones entre el síntoma y el inconsciente; entre analista y analizante; entre síntoma y pulsión –¡no hay pulsión sin síntoma! - para extraer las consecuencias de la indicación de Lacan, paradoja incluida, de que el análisis es, a fin de cuentas, "la operación propia del síntoma, en sus dos sentidos."
Cuando se dice que la Cosa no tiene representación no se habla de la misma cosa de la que habla Freud en “Lo inconsciente”, cuando se refiere a representación de cosa y representación de palabra. Esta Cosa, “das Ding”, a diferencia de las cosas y las palabras, no tiene representación.
Para Lacan el vacío que crea el alfarero con sus manos es análogo al agujero en lo real que introduce el significante.
Lacan cuenta, en “La Ética”, cuánto lo impresionó una decoración en la casa de Prévert. Se trataba de muchas cajas de fósforos colocadas una a continuación de la otra. Esta proliferación ponía en cuestión la “cosidad” de esas cosas. Lo mismo ocurre con objetos del Pop Art que, pese a su cotidianidad, por el mero hecho de ser ampliados y puestos en un pedestal, provocan perplejidad. Esa identidad exacerbada que parece quitar el velo a la Cosa, en realidad nos la sustrae. La Cosa no es la
cosa, la Cosa es una unidad velada. No hay nada, dice Lacan, entre la red de las “vorstellung reprasentanzen”, la red significante y el campo de la Cosa.
¿Es posible la sublimación en la psicosis? Son conocidos varios artistas que dan cuenta de sus creaciones (Joyce, Artaud, etc.), pero éstas van más allá de la sublimación en tanto la creación recubre y supera el concepto de sublimación. No toda sublimación es creación ya que ésta necesita de una autentificación en el campo del Otro. La génesis de la actividad creadora excede el alcance del concepto de sublimación.
Con relación a lo que puede lograr un análisis, J. D. Matet1 expone el caso de un paciente que logra con la escritura bordear o situar el goce en forma de objeto a. Escribe un libro a mano; esto hace que esta marca sea más segura para este sujeto. Se puede preguntar si no es un tratamiento que permite pasar del significante a la letra, ya que es una escritura que puede desembocar en lo incomprensible y que la letra territorializa. El sujeto pasa del libro, como desprendimiento, a una colección de objetos bellos. JAM comenta que en este caso hay una “descontaminación de la interpretación”, esto supone la separación entre el significante y el goce. Aquí, el goce del Otro malvado se sublima y se aloja en lo imaginario de la colección, en su belleza.
Otra analizante2, neurosis histérica producto del estrago materno, se defiende confeccionando unas artesanías que su madre considera “boludeces”. Ella no puede “ponerles precio”, pese a que muchos de sus allegados las valoran, siempre cree que puede agregarles o cambiarles algo que las mejoraría. Esta forma singular de sublimación hace que no pueda desprenderse de estos objetos pulsionales que la representan. Digo objetos pulsionales ya que no se puede aún decir que esta forma de sublimación haya elevado el objeto a la dignidad la Cosa, como un
1 El caso presentado por Jean – Daniel Matet, p. 15, en Cuando el Otro es malo y en la conversación de p. 79, de donde extraje esta síntesis.
2 Caso presentado por la que suscribe en la VII Jornada de la Red, el 8 de octubre 2011, titulado “Cuando el dinero y el sexo avergüenzan”.
don que pueda circular y desprenderse de ella. Considero que el mandato superyoico materno “boludeces” hace que esta analizante no pueda darles su valor de cambio y desprenderse de ellos.
Con lo cual estaría aún más del lado del síntoma que de la sublimación.
Quise ilustrar el trabajo con estos dos recortes clínicos, pues me pareció interesante situar estos conceptos y sus diferencias.
BIBLIOGRAFÍA:
• ACUÑA ENRIQUE (compilador): La paradojas del objeto en psicoanálisis, Editorial de la Universidad de La Plata – Asociación de Psicoanálisis de La Plata, Buenos Aires, 2007.
• AMORÍN GRACIELA: La sublimación (tesis tutoreada por Gustavo Dessal, publicación on line)
• BROUSE, MARIE – HÉLÈNE: “Una sublimación a riesgo del psicoanálisis”, en Las tres estéticas de lacan (psicoanálisis y arte), Ediciones del Cifrado, Buenos Aires, 2006.
• FREUD, SIGMUND: “Tres ensayos de teoría sexual” (1905); “El creador literario y el fantaseo” (1908[1907]); “Un recuerdo infantil de Leonardo Da Vinci” (1910); “Pulsiones y destinos de pulsión” (1915); “Más allá del principio del placer” (1920) en volúmenes 7, 8, 11, 14 y 18 respectivamente, en Obras Completas, Amorrortu editores, Buenos Aires, 1988.
• GARCÍA, GERMÁN: “La sublimación, los textos de Freud”, en PSICOANÁLISIS. Una política del síntoma, Al crudo Editor, Zaragoza, 1980.
• LACAN, JACQUES: El Seminario, Libro 7, La Ética del Psicoanálisis, parte II “El problema de la sublimación”, Paidós, Buenos Aires, 1996.
• MILLER, JACQUES – ALAIN Y OTROS: “Yo era el hombre de un padre” por Jean – Daniel Matet, en Cuando el Otro es malo…, Paidós, Buenos Aires, 2011.
• SCILICET: “Los años 1960, años del objeto” por Gérard Wajcman, en Los objetos a en la experiencia psicoanalítica, VI Congreso de la AMP 2008, Grama ediciones, Buenos Aires, 2007.
• SCILICET: “Sublimación” por Gèrard Wajcman, en Semblantes y sinthome, VII Congreso de la AMP PARÍS –2010, Grama ediciones, 2009.
• TROBAS, GUY: “Psicosis y sublimación”, Estudios Psicoanalíticos Nº1, Eolia Dor, Madrid, 1993.
• WAJMAN, GÉRARD: “El objeto del siglo” , Amorrortu editores, Buenos Aires, 2001.
LA SALUD DEL PODER: UNA DIMENSIÓN DE LA SALUD INTEGRAL
Dr. Luis Weinstein Crenovich*
Nuestro bosque de espeso y yerto pragmatismo, acompañado-gran y comprensible paradoja- por inútiles intentos de establecer momentos utópicos absolutos, sin trabajo, disciplinas, procesos de aprendizajes previos, nos aleja de la consideración de los árboles fundantes de nuestra condición humana. Uno de ellos es el poder, ubicuo, hipócrita, denostado, tan parte nuestra como las células o la esperanza. Deseado y no legitimado, el sentido común hace del poder sinónimo de dominación, de relaciones ajenas a la relación entre iguales y a la complementación. Nos proponemos sugerir algunos elementos de juicio para el estímulo a las conversaciones, reflexiones y actividades formativas en torno al poder humano, diferente al de la naturaleza, al de las máquinas, al de los documentos notariales. Tomamos como ángulo de miras a la salud. Nos preguntamos por la salud del poder. La intención es de contribuir a las búsquedas de “terceras vías, entre el “pan pragmatismo” de la adscripción acrítica al mundo, del uso y de la adicción al poder, y el reino etéreo o retórico de la evasión hacia una negación utópica de la existencia y necesidad del poder. Cuesta admitirlo, pero hay un cierto sincretismo, una sobre posición de contenidos entre poder y salud. Poder es capacidad, poder realizar algo, con la imaginación, las manos, la voz, el dinero, la influencia, la inspiración...Cuando hablamos de salud nos referimos a ciertas capacidades, poderes, postulados como positivos, tendientes a la actualización de algunas posibilidades humanas, goce, comunicación, trascendencia, identidad.Sí nos referimos a la capacidad vital, o a la de integrar, como rasgos de salud, allí está implícito el poder como la medida de sus alcances, lo que se “puede “ en vitalidad o en integración. Hay un poder de las diferentes dimensiones de la salud. A la inversa, se da, igualmente, la salud de las diferentes expresiones del poder. Es una indicación sobre la dirección de un determinado poder. A partir de una visión de salud integral, de considerar como válida la salud de todas las personas, del reconocimiento del valor de cada ser humano, el poder de dominación es propio de una “mala salud”. Profundizar en la concepción del poder es relevante para los trabajadores de la salud, la educación, el desarrollo social, los temas ambientales y la cultura, en su sentido más específico, y para todo un país que pretende abrir un ancho camino a la cultura. Es un tema libre de recetas. Hay que examinar el concepto en un mismo movimiento de revisión de uno mismo, en procesos llevados a cabo con autonomía, lejos de prejuicios, dialogando, reflexionando.
*Educador comunitario, médico psiquiatra y de salud pública, director Revista Coincidir
Así se tiene la oportunidad de pasar por encima de los sesgos y las necesidades de mantener imágenes y se dan las condiciones para contextualizar y para profundizar el ángulo de miras sobre la política, el ámbito colectivo de ejercicio del poder, en su conjunto.
¿Qué es el poder, cuáles son sus dimensiones? Al contestar se ponen en acción ciertos “poderes”...atención, memoria, asociación, seguridad, interés en estas conversaciones ...
Todos tenemos poder, de un grado u otro, de preguntar, de responder, de discriminar, de voluntad...la lista no tiene termino. Proponemos una diferenciación simple de cinco dimensiones del poder. Ellas son el poder de ser, el de la conciencia, el de la identidad, el de la fuerza o energía, el de la dirección del poder.
A). El poder de ser apunta a nuestra condición básica de “existentes “, entes. Es el más olvidado o negado en estos tiempos del “pragmatismo encéfalo craneano”. Nos sitúa, al reconocerle, en la tensión esencial, ex-istimos, estamos fuera, tenemos nuestra individualidad, pero pertenecemos al todo, participamos.
B). Contamos con el poder de darnos cuenta, la “con- ciencia”. Poder con su lucha, su contradicción, el doble enfrentamiento con la incertidumbre epistemológica y con las opacidades del inconsciente.
C). El poder de ser y el de la conciencia se continúan con nuestro poder más personal, la identidad, el centro, el yo.
D). El poder energía comprende un vasto, diverso, espectro de contenidos. Hablamos de potencia sexual y de poder económico, fuerza física y capacidad de convocatoria, poder militar y resonancia carismática...Es el poder tangible, el único aparentemente existente en el sentido común.
E). Las expresiones del poder poseen distintas direcciones; la guerra, la acumulación, las relaciones humanas, el desarrollo personal, el conocimiento, el enriquecimiento, el trabajo, el control de una posición gubernamental, la expansión territorial, la educación, la obra artística, el éxito deportivo. Toda la gama posible de las metas humanas. Es la dimensión del poder más cercana a la salud, la susceptible de ser llevada a términos valóricos.
Para encarar la salud del poder tomamos la directriz de la salud integral. En ella, en apretado resumen, se considera el desarrollo del potencial de cada uno y de todos, en armonía entre sí y con la naturaleza, rescatando la “escala humana”, el papel del ser humano en el cosmos, la forma peculiar como se da la identidad bivalente, “cuántica “de autonomía y participación en la comunidad, la humanidad, la vida, el planeta. Podemos considerar, tentativamente, a grandes rasgos, como forma de animar un diálogo, las condiciones siguientes que pueden ayudar a identificar a un poder “sano”:
1. La armonía entre la igualdad humana básica y el derecho a la diferenciación.
2. La orientación hacia la sustentabilidad
3. El equilibrio entre el poder de identificación acotado a lo más significativo y la apertura a lo universal
4. La sinergia entre el desarrollo de las personas y la búsqueda de medios para facilitarlo.
5. La atención a las necesidades y derechos de todos.
En relación al poder de dominación, hay tres grandes formas de establecer el poder sobre otros, importantes para el estudio de la salud. Ellas son el poder impuesto a la fuerza, el obtenido por “autoridad” y el propio de la seducción que neutraliza la capacidad de discriminación. Entre la visión “supra humana “de negación de la inevitabilidad, de lo constitutivo del poder y la adscripción autoritaria a la legitimación del poder de dominación, podemos optar por el referente de la salud integral, por la búsqueda de la salud del poder.
Bibliografía:
Caneti, Elias “Masa y Poder”. Muchnik Editores, Barcelona 1981.
Ferguson, Marilyn “The aquarian conspiracy”. Library Of Congredd, Washington 1980.
Foucault, Michel “Micro Física del Poder”, La Piqueta, Madrid 1980.
Guattari, Felix “Revolución Molecular y Lucha de Clases”, Apuntes sin fecha.
Hamburger, Jean “El Poder y la Fragilidad”, Emece, Buenos Aires 1975.
Mandrioni, Héctor “Sobre el Amor y el Poder”, Ed. Docencia, Buenos Aires 1986.
Monclus, Antonio “El problema del Poder: ámbito y disolución”, Apuntes sin fecha.
Ladriere, Jean y Ricoeur, Paul “El Poder”, Ed. del Pacífico, Santiago 1975.
Schernerhom, Richard “El Poder y la Sociedad”, Paidós, Buenos Aires 1963.
ACTUALIZACIONES SOBRE
UNA TERAPIA GRUPAL HIBRIDA* EN UN CENTRO AMBULATORIO DE SALUD MENTAL
Verónica Garay Moffat*
Este articulo sintetiza la experiencia del abordaje de la terapia grupal híbrida durante y posterior a la pandemia COVID, realizada en el Hospital de Quillota. Como investigación anterior están los talleres grupales, realizados principalmente con mujeres y publicada en la Revista de Psicología de la Universidad de Chile en el 2004 (https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=26413108).
Describo a continuación como estaba conformado este grupo, todos eran pacientes hombres y mujeres bipolares, entre 24 y 67 años de edad, que, a través de estas reuniones virtuales al inicio debido a la pandemia, que luego de ésta se hicieron en forma híbrida. En su mayoría mujeres, esta distribución por sexo fue cambiando debido a mayor abandono masculino, justificado principalmente por trabajo. El cuadro agrupando frecuencias por sexo y edad, es como sigue:
Grupo Bipolares: Tabla 1 Distribución por Sexo y Edad n=9 (oct 2022)
Todos consultantes de un centro ambulatorio de Salud Mental, la mayor parte del tiempo compensados, con algunas comorbilidades de tipo alimentario, colon irritable, hta, etc.
La frecuencia de reunión era semanal, y resultó servir como instancia principalmente contenedora durante la pandemia, sobre todo en aquellas situaciones donde el desplazamiento de personas fue más restringido a través de pases diarios, que se solicitaban semanalmente. Esto tuvo como consecuencia una sensación de aislamiento expresada por los integrantes.
*Híbrida: modalidad mixta de acceso a encuentro virtual o presencial
* Psicóloga Clínica, Psicodramatista, poeta y directora de www.revistasaludlmental.cl
En el resumen de la distribución por sexo lo apreciamos en el cuadro siguiente una mayor participación de mujeres, lo que coincide con estadísticas de estudio previo.
Distribución por Sexo
También tenemos a continuación la distribución por previsión:
Distribución según el tipo de acceso a la Salud
La distribución de acuerdo a la previsión encontramos que todos contaban con FONASA y que mayoritariamente se ubican en los grupos B y D, seguidos por categoría A que es de acceso gratuito. Es menor todavía la frecuencia observada de pacientes en categoría C. La participación presencial ha tenido sus dificultades postpandemia, por adaptación a funcionar virtualmente desde casa, sin embargo, algunas participantes decidieron asistir en persona. Así se fue conformando un taller híbrido, el que permanece hasta hoy.
CONCLUSIONES:
La experiencia resultó muy satisfactoria tras un año de Taller, principalmente por las siguientes razones expuestas en la evaluación final: a) lugar de encuentro y participación b) se valoró el grupo mixto, si bien al final hubo abandono, excusado por trabajo de 2 hombres c) contar con psicoeducación sobre lo que significaba su malestar (en el Wsp del grupo se auto denominaron:
“Colegas”) d) desarrollar tareas donde pudieron compartir sus saberes e) prevención de las recaídas a través de la contención grupal basada en experiencias similares. f) conformarse como red de apoyo.
En base a estos resultados los participantes deciden continuar la experiencia al año siguiente, a modo de mejorar su adherencia a las sesiones. La facilitación que proporcionó internet a los impedimentos de distancia física, transporte, cuidado de hijos y permisos laborales, hizo que el grupo se transformara en uno híbrido, con todo lo que significa aquello, y dejando preguntas para lo venidero posible de abordar en un Cosam hacia el que se transita, incorporando esta modalidad de encuentro, entre otras, integrando también recientemente dos terapeutas ocupacionales y una asistente social. Las mujeres parecen haberse adaptado de mejor forma a los cambios que trajo la pandemia manteniendo su asistencia al grupo, como también lo hicieron en cuanto a los cuidados que se brindaron entre ellas mismas durante aquella a través de medios virtuales. Lo que mueve a preguntarse de qué manera motivar a quienes desertan, y lograr mayor integración desde la singularidad de cada uno.
BIBLIOGRAFIA:
Garay Moffat, Verónica “Algunos Factores de Riesgo en la Salud Mental de la Mujer Rural Temporera y su abordaje desde la Terapia Grupal” Revista de Psicología, vol. XIII, núm. 1, 2004, pp. 103-113
Universidad de Chile Santiago, Chile
Grecco, Eduardo H “La Bipolaridad como Don” Ed. Continente, 2003.
Roger et al, “The clinical characterization of the adult patient with bipolar disorder aimed at personalization of management” World Psychiatry 2022;21:364–387
LO UNTERDRÜCKT, EL OTRO REGISTRO DE INSCRIPCIÓN PSÍQUICA SUJETO A LO
Por Scarlett Cabrera Merino*IMPOSIBLE DE DECIR.
Unterdrückt es una palabra compuesta por la preposición unter, que significa debajo, abajo; indica una relación espacial de algo que quedó “por debajo de”. Drückung, (v) viene del sustantivo Druck que significa “presión”, “opresión”, “aprieto”. Entonces, Unterdrückung es una presión de arriba hacia abajo, que indica una relación vertical de algo “por debajo”, ocultado, escondido, suprimido, pero no en el sentido de eliminación, sino de sub-presión.
Recorté este concepto (pp. 22) del Seminario XIV, que previamente también se encuentra mencionado por Lacan, en su Seminario V (pp. 41), traducido como “lo caído en las interioridades” (tombé dans les dessous).1 En este apartado, Lacan va un poco más allá del concepto, haciendo alusión a este, como “el otro registro” que refiere “la materialidad del inconsciente”, y desde luego, lo hace a sabiendas que el inconsciente no es material, pues para Lacan el inconsciente está formado por por significantes carentes de significado.2
A grandes rasgos, aquí Lacan dice que este concepto “estaría constituido por la extraña relación de un significante con otro significante”, y que, por lo demás, desde aquí operaría la errática “fórmula del lenguaje reducido”, el lenguaje que se habla supuestamente por sí mismo. Esta fórmula es lastre, es imposible, porque cada significante, cada uno por sí solo, no puede significarse por sí mismo, y esto implica que el lenguaje no podría constituir un lenguaje cerrado. Es por esto, que este “Uno contable (de cada significante), por su propia naturaleza, se sustrae y se desliza” (pp. 24). Y por lo mismo, que Lacan instala “la falta cuyo sujeto es cuestión de instituir”.
*Psicóloga mención clínica & psicoanalista en formación. Docente UNAB.
www.linkedin.com/in/scarlettcabrera.
Por su parte, para la comprensión de este concepto, lo Unterdrückt, es importante dar cuenta que este es un acto consciente que se asocia a la supresión freudiana (1892), (pp. 147), (que está sujeta a las motivaciones morales).3
Lo Untertrückt es un término alemán que sugiere sofocar (algo) y es aledaño al concepto de Represión, ya que lo que está Unterdrückt (oprimido, sometido, contenido, disimulado) determina lo que está Verdrängt (reprimido).
Lo Unterdrückt entonces, designa operaciones psíquicas cuya función es la defensa frente a contenidos afectivos penosos. Dicho de otro modo, hablar de lo Untertrückt, trata de un desalojo o empuje hacia un costado, de un contenido psíquico, producto de una operación de sofocación ó incomodidad. Por tanto, lo Unterdrück es lo que lleva al sujeto a suprimir el material que le molesta o disgusta. Y, en palabras de Freud, lo Untertrückt, sugiere el empuje activo y subyacente, de lo sofocado, para liberarse de la presión a que fue sometido.
Y en este sentido, se podría hipotetizar que Freud, en términos metapsicológicos, menciona estos mecanismos, en momentos distintos de su teoría, pensando lo Unterdrückt como la censura a lo afectivo, operando así un mecanismo de desplazamiento de sentido, en cuanto a su efecto psíquico. Y por su parte, refirió lo Reprimido, como lo dirigido hacia el significante como tal. Sin embargo, si Lacan menciona lo Unterdrückt, en el Seminario XIV, como un esquema incorrecto, estaría más bien sujeto a un registro que no ocurre en lo simbólico, porque en su recorrido teórico sostiene que no todo puede ser dicho.
Bibliografía:
1. Lacan, J. (1957-58). El seminario V: “Las formaciones del inconsciente”. Buenos Aires: Paidós.
2. Lacan, J. (2023). El seminario XIV: “La lógica del fantasma”. Buenos Aires: Paidós.
3. Freud, S. (1886-1899). “Publicaciones prepsicoanalíticas y manuscritos inéditos en vida de Freud”. Obras completas, Tomo I. Buenos Aires: Amorrortu editores.
TUS MÁSCARAS NO SON TUS MÁSCARAS, SON LAS CARAS MÁS CARAS DE LA VIDA
Ps.Rubén Darío Gil Gómez*
MÁSCARA: Lugar de soldados (árabe) MACJARA: Bufón (argelino) Larvas, espectro (latín)
• Las máscaras, usadas por los pueblos antiguos para protegerse y ahuyentar los malos espíritus.
• Máscaras que ocultaban la verdadera identidad de la persona.
• Las máscaras poniendo de manifiesto cualidades verdaderas o ficticias de quién las usaba.
• Máscaras que usualmente eran utilizadas de manera engañosa, tendían al ocultamiento o para asustar a los demás.
Cualquier parecido con nuestra realidad es una mera coincidencia. Los griegos, las usaron en el teatro; como un actor tenía que realizar distintos papeles, se les cubría el rostro con estas máscaras. Las de la comedia eran la mitad superior del rostro, las de la tragedia eran de rostro entero.
Estas máscaras, tenían una particularidad (de la cual los Romanos van a generalizar su nombre). En la boca y abierto hacia el exterior se ubicaba una pequeña bocina en forma de embudo, que permitía modificar y potenciar el tono y timbre de la voz del actor que la usaba.
Los romanos le dan el nombre de PER-SONARE, término que luego deviene en persona, personaje, personalidad. Se designa, en el Teatro Romano, con el nombre de persona, al portador de la máscara.
Como ya se dijo, una persona usaba distintas máscaras para desempeñar múltiples papeles, se decía que: HOMO PLURES PERSONAS SUSTINET (diferentes papeles que un hombre puede desempeñar), se tradujo esto como: PERSONAJES, a los distintos aspectos o personas que un mismo actor desarrollaba. Se deriva luego el término de ACTOR, para designar al sujeto que se desempeñaba en un papel, aspectos particulares de ese sujeto.
En Grecia y en Roma, el uso de la máscara, en sus principios, se restringía al Teatro y en los ritos religiosos católicos en las fiestas de Carnestolendas (carnaval). Luego fue prohibido su uso, por considerarlas ridículas y profanas. En los pueblos primitivos se usaron (y usan) en ritos y en la guerra.
* Psicólogo U.B.A - Psicoanalista - Psicoterapeuta- Psicodramatista - ArteTerapeuta
En la época del renacimiento se la comienza a usar en los bailes de sociedad, Venecia es la cuna de esta práctica y aquí volvemos a encontrar su uso primitivo, EL OCULTAMIENTO, el mostrar CUALIDADES y RASGOS TÍPICOS de personajes o profesiones, el del TERROR para ahuyentar a vivos y espíritus.
Si en este preciso momento te miras al espejo, eso que ves, ese rostro-máscara, no es nuevo, ni es tuyo; está modelada desde los arquetipos milenarios.
Y tú, ¿dónde estás? quizás detrás? detrás, detrás, detrás; máscaras y más máscaras van cayendo, hasta que te encuentras con un portador vacío, el Ser.
En Venecia, al comenzar el carnaval, se paseaba por la ciudad un sujeto con un aparato, en donde llevaba decenas de máscaras, tanto en el cuerpo como en el aparato que portaba, totalmente cubierto de máscaras. Eso es lo que somos, portadores de máscaras. ¿Qué tan mal está eso? Para nada mal. Está perfecto si te das cuenta que es un juego, que estás jugando. Puedes cambiarte con facilidad la máscara; el problema está en cuando la máscara se adhiere al rostro y quedas hecho uno con la máscara, te cristalizas en la actitud. La actitud desde el primitivo hasta el renacentista es el juego, jugar el rol, jugar el papel. Jugar no como sinónimo de desempeñar, sino en el sentido lúdico, lo represento, no lo soy.
Desde su sillón, el ortodoxo dice” Ya no saben que inventar”, a lo que respondo...” por supuesto, algo hay que inventar para sacudir a la mente del letargo, del miedo a ser creativos, algo en donde podamos jugar a creer que somos lo que no somos y ver que lo que somos no lo somos, sino que lo creemos.
Nuestras máscaras van desfilando una por una, algunas caen, otras no, algunas cuestan un poco sacarlas, otras nos dan vergüenza, otras nos dan pena, otras miedo.
Son muchas y muy variadas las funciones de la/s máscara/s. No puedo: se puede definir concretamente, la No es posible: no existe. Lo concreto es lo duro, lo fijo, lo inamovible y eso no es la existencia, la realidad. La existencia es el fluir, el juego de la vida, el Lilah. Es por eso que si de máscaras se trata no podemos definir, ni teorizar, ni conceptualizar… si no permitimos que suceda el juego, el drama, la sátira, todo lo que conforma el juego de la vida, de las relaciones, de los contratos de los acuerdos, de los miedos, etc.
Tomo la máscara de Sigmund Freud (siempre la llevo en el bolsillo) me la coloco frente al espejo, la acomodo, encajo mis labios, con los labios de la máscara, mi mirada con su mirada y desde allí comienzo, mi teorización.
Bibliografía:
PAVLOVSKY EDUARDO Y OTROS. 2000. Psicodrama ¿cuándo y porqué dramatizar? Galerna Buenos Aires.
MARTINEZ BUQUET CARLOS Y OTROS 1970. Psicodrama psicoanalítico en grupo. Kargieman. Buenos Aires.
KAËS RENÉ Y OTROS 2001. El psicodrama psicoanalítico de grupo. Amorrortu. Buenos Aires
MORENO JACOBO LEVY 1972. Psicodrama. Hormé. Buenos Aires
PAÍN SARA - JARREAU GLADYS. 1995. Una psicoterapia por el arte. Nueva Visión. Buenos Aires.
BUCHBINDER MARIO 1993. Poética del desenmascaramiento. PlanetaBuenos Aires.
BUCHBINDER MARIO - ELINA MATOSO 1994. Las máscaras de las máscaras. Eudeba. Buenos Aires.
BUCHBINDER MARIO J. 2001. Poética de la Cura. Letra Viva. Buenos Aires.