Rev.Salud LMental 2018

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MAYO 2018 Primera Edición Chile ISSN 0719-9538

Envíanos tu contribución en temas de psicología, psiquiatría, salud integral, consultorías en salud mental, psicosocial, arteterapia, psicodrama, etc. Estamos dando inicio a este primer número de la Revista de Salud LMental

Correo: psicosaludvg@gmail.com

DIRECTORA: Ps.Verónica Garay

COLABORADORES : Ps.Rubén Darío Gil Gómez

Ps.Juan Pablo Vicencio

“Una gran filosofía no es la que instala la verdad definitiva, es la que produce una inquietud.”
Charles Péguy
E Palabras al Inicio: invitación a publicar en L-Mental 6 La Salud Mental y el Desarrollo Humano: Hacia un movimiento integrador Luis Weinstein……….7 Equipos de Tratamiento y Rehabilitación de Drogas en el Ámbito Público Ps. J.Pablo Vicencio….10 Emergentes Inconscientes Predominantes en relación a inmigrantes en Quillota Ps. V. Garay…..13 Unidad de Psiquiatría de Interconsulta y Enlace Dr. Ignacio Lino…………………………………………….17 Aspectos Psicológicos de los Cuidados Paliativos: La psiquis al final de la vida Ps. Carrasco……..20 Psicodiagnóstico en Grupo a través del Ensueño dirigido Ps. Rubén D. Gil Gómez…………………23 ¿Para qué trabajar con psicodrama? El sentido de una psicoterapia expresiva Ps. D. Cifuentes 26 Tratamiento del Trauma y Por Qué se habla tanto de él Ps. Sandra Isella Perotti………………..28 La salud mental de sujetos con trayectoria de vida en la red SENAME: primero víctimas y luego victimarios, una reflexión desde la praxis Ps. Mónica Monje Lutjens ……………………………….32 Más allá del box: La experiencia del Centro de Atención a Víctimas de Delitos Violentos de Quillota Ps.Luis Peñaloza Q……………………………………………………………………………………………………………………36
I N D I C

PALABRAS AL INICIO

Alguna vez escuché en el sur de Chile la frase: “al que se le ocurre lo hace” (la entusiasta Dra. Fieldhouse, quien dijo haberla heredado de su padre). Nada comienza sin una idea y un movimiento germinal. Ya son varios años con distintas intervenciones realizadas en esta zona en cuanto a lo que se refiere al área de la Salud Mental. Lo que partió allá por el año 1992, ahora resulta ser una realidad que se sostiene en programas que abarcan toda una red que incluye médicos, enfermeras, psicólogos, asistentes sociales, administrativos, técnicos y una serie de recursos que se deben ir ajustando en el camino en función de nuevas demandas de atención. Esta primera publicación es también desde ahora una invitación a enviar trabajos que sean de interés en esta área.

La Revista Salud L-Mental, tendrá que ver con aquellos aspectos que retoman lo más básico humano, los elementos, y de allí la letra L que la antecede en su nombre (fonético). Lo alquímico no ha estado ausente, y dio ya en el pasado una orientación para tomar en cuenta los humores y sus tendencias, de acuerdo a una forma de estar en el mundo. Su valor reside probablemente, en una necesidad de evolucionar hacia la sanación, considerándonos parte de la naturaleza: agua, tierra, fuego, aire en su movimiento constante. Creo que los elementos forman parte de lo pequeño, lo que nos conforma, pero también es lo que nos transforma. Por décadas la búsqueda de nuevos universos ha estado enfocada hacia lo externo, sin embargo, ya sabemos que el camino es igual de infinito hacia lo interno en lo microscópico, atómico y se topa con los mismos límites desde la matemática de lo infinito. Esto es, lo pequeño como reflejo de lo grande, las mismas leyes. Se hace necesario una visión integradora, donde la interrelación de los fenómenos observados incluya al observador, y donde se considere el efecto de lo que está en permanente cambio. Por lo tanto, quienes escriban para la revista, o la lean, forman parte de los que se atreverán también a otorgar una salud mental integradora, allí donde exista una apertura a diversos enfoques y planteamientos, dentro de lo que estudia la salud elemental, la psicología, la medicina, las ciencias sociales, la filosofía, el arteterapia, el psicodrama, la ecología y la medicina alternativa entre otras.

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La Salud Mental y el Desarrollo Humano: Hacia un movimiento integrador

El tema de la relación entre salud mental y desarrollo, es inseparable del de la salud integral y, por ende, del de los alcances de la noción de salud. Vivimos una crisis del desarrollo humano , que pudiera, también, llamarse una macro normosis, afección de lo que el paradigma reinante supone normal, en que , en gran síntesis, hay un problema de ecología integral, malestar en la cultura, con falta de conciencia generalizada de la misma, que afecta las relaciones de la cotidianidad y los proyectos de vida en los planos de la relación con la trascendencia y la inmanencia, la naturaleza , la vida, la distribución del poder la calidad de las relaciones humanas y las forma como se encaran las tensiones entre el éxito y el sentido.

Frente a ello, han emergido nuevos movimientos sociales como la ecología, el feminismo, la educación comunitaria, el acercamiento a la cultura oriental y la de los pueblos originarios y nuevas expresiones de la espiritualidad. Un lugar especial tiene en este contexto la salud integral. Para hacer unos pequeños alcances al tema, hay que empezar por recordar que se da una especie de confusión, más o menos consciente, entre salud y medicina.

La salud es un estado, es cómo se está. Más allá del nada especial examen médico. Más acá, del pretendido estado de completo bienestar de la OMS.

Es cómo se está en lo somático, psíquico, social, espiritual, existencial. En una mirada integradora, el referente abarca tres planos:

a) Personas, vínculos, grupos, instituciones, comunidades, ciudades, países, estilos de desarrollo.

b) El de las dimensiones somática, psíquica, social, ecológica, espiritual, existencial.

c) El de los modos de acción, promoción, prevención, general y específica, conocimiento, tratamiento, rehabilitación, preparación para la muerte.

En la práctica, se confunde la noción de salud con la de medicinas. La medicina es uno de los aportes de los componentes de la salud, junto con la educación, el trabajo comunitario, los proyectos de vida y de desarrollo.

* Escritor, Médico Psiquiatra y de salud pública, premiado por la Federación mundial de médicos (2005).

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Integrar es acercar, aunar, hacer sinergia, pero, también, es un substantivo que apunta al ser íntegro, confiable. La medicina no es íntegra cuando se mercantiliza, cuando medicaliza temas sociales, culturales o existenciales, cuando incorpora un sello de autoritarismo.

La salud integral puede, aportar a un cambio en el desarrollo humano, en la medida que su aporte en salud mental vaya más allá del enfrentamiento a las enfermedades mentales, e incluya el amplio campo del aporte a que el ser humano asuma su complejidad, las grandes dimensiones del estar en el mundo, el auto desarrollo, la ecología de yo, de la psiquis, de los vínculos significativos, de las relaciones humanas en general, con la naturaleza, con las cosas, con la cultura. Se trata de una opción que no niega ni se separa de los movimientos alternativos existentes, pero que se asocia a un valor universal y es inseparable de una mirada de conjunto que integra antropología filosófica, ética, psicología sociología, educación y acción social.

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Equipos de Tratamiento y Rehabilitación de Drogas en el Ámbito Público:

Reflexionando Respecto de la Coherencia Entre Nuestros Enfoques y sus Premisas Acerca del Cambio (PARTE 1)

Actualmente, existe consenso entre los investigadores y clínicos, que el fenómeno del consumo problemático de drogas es causado por una compleja interacción de aspectos biológicos, psicológicos y sociales (Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes [CONACE], 2004, 2011; Ministerio de Salud [MINSAL], 1996). Por consiguiente, las políticas públicas han señalado que las intervenciones terapéuticas necesariamente deben tener una concepción multidimensional, multidisciplinaria y multiparadigmática, apuntando a la necesidad de un modelo integrador para que los diferentes campos intervinientes se complementen y potencien (CONACE, 2004). Por ejemplo, en el ámbito de tratamiento público, la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, realizó en el año 2004 un proyecto de asesoría al CONACE, denominado: “Evaluación de proceso y resultado de planes de tratamiento y rehabilitación de personas con problemas derivados del consumo de drogas ilícitas en instituciones en convenio con CONACE-FONASA-MINSAL” (CONACE, 2003, p.13). En esa evaluación, los miembros del equipo al responder a la pregunta acerca del modelo o la orientación con la que trabajaba el centro señalaron lo siguiente: “Biopsicosocial, Sistémico, Cognitivo-Conductual, Comunitario, Humanista Cristiano, Psicosocial, Clínico, Clínico Comunitario, Ecológico Social, Transteórico del cambio, mezcla “de todo un poco”, intentando satisfacer las necesidades del paciente” (CONACE, 2003, p. 51-52). Asimismo, los centros estaban conformados por: psicólogos, trabajadores sociales, técnicos en rehabilitación, psiquiatra, enfermera, terapeuta ocupacional, médico, profesor, otros (CONACE, 2003). De todo lo anterior, se desprende, que los equipos que intervienen en el tratamiento y rehabilitación público, son conformados por profesionales y técnicos que, por formación curricular y perfil profesional, han sido educados dentro de una determinada visión de mundo o paradigma que impregna sus modelos y, en consecuencia, sus prácticas terapéuticas; como bien señala Morin (1999): “los individuos conocen, piensan y actúan según los paradigmas inscritos culturalmente en ellos” (p. 9). Si aceptamos que todo enfoque en su concepción involucra distintos niveles jerárquicos, a saber: técnicas, modelos, teorías, paradigmas y epistemologías (de lo más específico

* Psicólogo Clínico y Supervisor Clínico © 10

a lo más general (Coddou, 1992)) , entonces, tendremos que cada integrante del equipo necesitará explicitar los distintos niveles conceptuales mencionados desde los que opera, para explorar las posibilidades de integrarlos coherentemente; de manera tal, que se confluya en una mirada común frente al tratamiento. Sin embargo, los enfoques pueden presentar filosofías y entendimientos muy distintos acerca de lo que se requiere para cambiar una problemática de consumo de drogas; esta situación, a su vez puede repercutir en disparidad de criterios de acción al interior de los equipos y eventuales desacuerdos. Como bien reflexionan Feixas & Botella (2004 citado en Fernández-Álvarez & Opazo, 2004) las diferencias terminológicas, epistemológicas y de visión de mundo crean barreras potenciales para la comunicación entre enfoques, pudiendo constituirse una verdadera “torre de babel” en torno a los modelos. Esta cuestión, nos plantea varias interrogantes: ¿son compatibles y pueden integrarse nuestros enfoques y modelos terapéuticos? ¿A qué nivel integrar? Estas preguntas, serán abordadas en la segunda parte de este artículo.

Referencias Bibliográficas

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Emergentes Inconscientes Predominantes en relación a los Inmigrantes en Quillota

Este trabajo tiene como objetivo evaluar los principales emergentes inconscientes sobre afirmaciones predominantes en la conversación acerca de los inmigrantes

Desde la psicología de Jung tomo el concepto de inconsciente colectivo (Jung, C.G.) en la aparición de emergentes que se observan en frases que se escuchan por parte de algunos habitantes de la zona central del país, después de la reciente llegada de un grupo visible de inmigrantes provenientes de Haití. Se recogen esos emergentes agrupándolos en un inventario construido para este estudio (INOI), llegando a 10 frases que son las que más se repiten en la conversación local. Por otra parte, en la construcción de la identidad, y revisando a Lacan, tenemos que el superyó resulta muy potente hoy en día, siendo necesario analizar cada vez en ella lo simbólico, lo imaginario y lo real. Así también en la misma, habría dos modos de resolver la dificultad de la función especular que determina para el sujeto cómo se asume la identidad, y correlativamente el modo de relación con el otro que se deduce de ahí. Primero identificamos imaginariamente al otro, en tanto objeto (a), siendo el sujeto cesible al Otro en tanto no sabe, lo que el Otro quiere de él. La otra modalidad en cambio, señalada por quien toma este enfoque de la identidad lacaniana (Thibierge, D), a diferencia de la anterior puede ser inadvertible, constituyéndose desde la forma del fantasma tras un objeto faltante que no es distinguido en su realidad (op cit ídem). Hago referencia a lo anterior ya que la aceptación de una identidad cultural distinta, también pasa por la forma en que ha sido construida la identidad del habitante, osea cada uno. Mientras más se ubique en un plano fantasmagórico, actuará desde ese inconsciente en el reconocimiento de otro que puede ser.

En base a bibliografía (Minsal Uvirtual 2017) acerca de las áreas a considerar en este estudio, podemos encontrar aspectos relacionados con la discriminación como el color de la piel, enfermedades y dificultad de sociabilización por barreras culturales junto con percepción de la competencia en el empleo y su real integración a la sociedad chilena actual.

* Psicóloga Clínica U. de Chile y Psicodramatista Hospital de Quillota

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Los factores culturales son muy determinantes en torno al grado de vulnerabilidad, que puede poner en riesgo la satisfacción y ejercicio pleno de los derechos de acuerdo a los tratados internacionales. En cuanto a las normativas de inmigrantes sobre salud del 2015, se agrega una cuarta circunstancia al decreto existente en salud (Dec 67) donde se entiende que ante la ausencia de documentación de acreditación o permisos de residencia se les podrá incluir en el tramo A como beneficiarios de salud. (Minsal, 2017) Pese a esto la consulta es mucho más reducida de lo que se pensaría pues ellos tienden a no consultar del mismo modo que los chilenos, acudiendo también a una medicina alternativa.

En lo que atañe a la estadística local de Quillota, solo se cuenta a la fecha con el registro entregado por Matrona, donde se señala que en mayo de este año se registraron 2 casos. La percepción en otros servicios ambulatorios, es que sí consultan, pero no son registrados por alguna razón. En la Unidad de Salud Mental a la fecha no se han registrado pacientes inmigrantes.

Descripción del estudio:

Se entrevistó a habitantes de Quillota con el minicuestionario diseñado especialmente para este estudio local (Garay, M.V., INOI Inventario de la Observación de la Inmigración 2015). Se llega así a tener una apreciación de cómo los emergentes incluidos en este instrumento (en base a lo existente en el inconsciente colectivo de muchos de ellos y referidos desde la conversación cotidiana) se distribuyen porcentualmente en una gráfica.

ITEMS de apreciación del INOI (inventario de observación de la inmigración)

1 agrado o desagrado sobre su apariencia física (si-no)

2-percepción de su laboriosidad (si-no)

3- apreciación de que son drogadictos o alcohólicos (si-no)

4- percepción de que el inmigrante es una competencia para el recurso humano local (si-no)

5- existe conocimiento de los beneficios de salud que los protegen (si-no)

6- apreciación sobre su número de consultas de salud en relación a los chilenos (mayor-menor)

7- valoración de inmigrantes haitianos vs colombianos (h-c)

8- percepción de enfermedades y contagio de parte de inmigrantes (si-no)

9- dificultad de lenguaje y sociabilidad para su integración (si-no)

10- serán un aporte para la comuna (si-no)

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El inventario cuenta con 10 afirmaciones de respuesta binaria (si-no) en su mayoría a excepción del ítem 7 donde se explora procedencia haitiana o colombiana en su valoración por la persona que contesta. Los resultados se resumen en una gráfica porcentual de barras, donde cada columna representa el porcentaje de respuestas en torno a ese ítem:

Del análisis de la afinidad por una u otra afirmación por parte de los entrevistados, se concluye que la inmigración abarca distintos aspectos del prejuicio en torno a los inmigrantes, reflejando en su gráfica la descripción, de cómo algunas personas de una comuna de Quillota, perciben desde la afirmación o negación, frases que se toman desde conversaciones que se dan, en torno a la temática de la inmigración y sus emergentes desde el inconsciente colectivo. Queda también con esto pendiente a futuro, la evaluación de los registros de atenciones que se hagan, en los distintos servicios del hospital, de modo así poder contar con una apreciación más fidedigna, de lo que significa la inmigración contemplada desde la identidad local.

Conclusiones:

La forma que tienen los quillotanos de percibir a los inmigrantes, hasta ahora es positiva en la mayoría de las personas encuestadas, siendo el ítem de beneficios de salud, donde se refleja un mayor desconocimiento. De los resultados se puede desprender que queda también como un tema a investigar en el futuro, la evaluación de los registros de atenciones que se hagan, en los distintos servicios del hospital, de modo así poder contar con una apreciación más fidedigna, de lo que significa la inmigración contemplada desde la identidad local, entre los que se podría considerar por ejemplo la identificación desde los diferentes estratos socioeconómicos, género o complementar estos estudios con test proyectivos o dibujos realizados en arteterapia como también incluirlo en el trabajo psicodramático, pesquisando los posibles emergentes inconscientes que surgen desde la escena grupal.

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Desde la perspectiva analítica se podría relacionar el prejuicio hacia el inmigrante, con el grado de inclusión-exclusión de las minorías étnicas, y los aspectos reprimidos del observador, lo que podría ser explicado quizás, por la Sombra no reconocida, lo que redundaría en la falta de aceptación de aspectos que no se quieren reconocer, dentro de la construcción de la identidad.

A modo de hipótesis de trabajo futuro, habría que estudiar la relación entre las frases emergentes recogidas por el investigador, y la manera como éstas se relacionan con su propia visión inicial, como indicadoras del prejuicio de él mismo observador, si existiere. Otra línea de análisis podría tener que ver cómo los prejuicios están relacionados con los complejos y los arquetipos, y el peso que tiene cada uno de ellos en la recogida de emergentes simbólicos.

El INOI es capaz de analizar frases en una simple gráfica porcentual con tres rangos gruesos observables, aun cuando la muestra es pequeña para sacar conclusiones apresuradas. Desde el punto de vista energético cabría señalar que en tanto los emergentes simbólicos sean menos automáticos y por lo mismo, más conscientes, podría movilizarse con mayor facilidad hacia el cambio. En lo que atañe a la construcción de identidad en una localidad, se podría pensar desde la psicología analítica, que están aquí involucrados aspectos del inconsciente personal y colectivo.

La identidad entonces se relacionaría con el Sí mismo, que conlleva también la aceptación de la Sombra y de los aspectos que se develan desde lo inconsciente. Por otro lado, la psicología social aporta desde la investigación, elementos que se relacionan con el prejuicio y los fenómenos de inclusión-exclusión social del inmigrante. Finalmente, el aporte lacaniano al tema de la identidad de quien recibe al inmigrante, pasa por revisar lo simbólico, lo imaginario y lo real como conceptos centrales, del mismo modo que observar el papel de la función especular, en la forma en que es asumida esa identidad, desde un objeto faltante asumido o no distinguido en su realidad.

Referencias Bibliográficas:

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Links: Minsal, Uvirtual ,(2017) Curso Migración Salud y DDHH http://capsulasautogestionadas.uvirtual.cl

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Unidad de Psiquiatría de Interconsulta y Enlace

La Psiquiatría de Interconsulta y Enlace (PIE) es, según lo expuesto por Lipowski (1991), una actividad de la Psiquiatría cuya finalidad es doble: solucionar las peticiones de consulta psiquiátrica y realizar una labor de asesoramiento tanto a Médicos no Psiquiatras como a otros trabajadores de la salud en distintos medios asistenciales, especialmente en los Hospitales Generales; además de ocuparse de investigar las relaciones entre los procesos mórbidos somáticos y la psiquis. Está centrada en el análisis y tratamiento de la morbilidad psiquiátrica en los pacientes médicoquirúrgicos. Aproximadamente un tercio de los pacientes ingresados en unidades médicoquirúrgicas de un hospital general tiene un trastorno psíquico asociado que, en general, resulta escasamente detectado por el equipo de salud de referencia (Creed F y cols., 1992; House A y cols., 1992).

Siguiendo a Gómez Calle (1991), entre las razones concretas, desde el punto de vista asistencial, que justifican la necesidad de las Unidades de Psiquiatría de Interconsulta y Enlace (UPIE) se pueden citar:

1. La existencia de unidades específicas altamente especializadas y que conllevan la posibilidad de aparición de trastornos psicológicos y psiquiátricos secundarios en razón de las características de los pacientes en ellas atendidos: UCI, Unidades de Quemados, de Coronarios, de Diálisis, etc.; 2. La necesidad de atención psicológica a pacientes terminales, oncológicos, crónicos, enfermos de SIDA o afectos de patología de dolor crónico; 3. La necesidad de cobertura psicológica a pacientes en situación de ser sometidos a intervención quirúrgica de alto riesgo, que requieren pre o post operatorios específicos (cirugía cardiovascular, trasplantes, etc.) y 4. La admisión de pacientes con problemas psicológicos y/o psiquiátricos concomitantes: depresivos, psicóticos, alcohólicos, pacientes con intentos de suicidio, etc.

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* Médico – Cirujano. Psiquiatra Adultos. Diplomado en Psiquiatría Comunitaria. MBA en Salud. Unidad de Psiquiatría y Salud Mental, Hospital San Martín de Tours de Quillota.

Las UPIE ha presentado en las tres últimas décadas un importante desarrollo, al que han contribuido de forma significativa diversos factores, uno de ellos es el desplazamiento del campo de acción de la psiquiatría desde el hospital psiquiátrico a la comunidad y al hospital general con la creación y desarrollo de las Unidades de Salud Mental (USM) y de las Unidades Psiquiátricas de Agudos (Unidades de Corta Estadía – UCE – o Unidades de Hospitalización de Cuidados Intensivos en Psiquiatría – UHCIP-) en los hospitales generales respectivamente.

Las UPIE, deberán estar constituidas por un equipo multidisciplinario, con dedicación plena (44 horas), coordinado por un responsable con capacidad de liderazgo e integrado por psiquiatras, psicólogos y diplomados en enfermería con formación en salud mental. Evidentemente, desde un punto de vista cuantitativo, la composición del equipo debe ser proporcional a las especificidades asistenciales y tamaño (número de camas) del hospital correspondiente.

Se agrupan en 6 categorías al conjunto de pacientes que constituyen el ámbito de actuación clínica de la UPIE, tal y como establece la Declaración de Consenso de la Academia de Medicina

Psicosomática y la Asociación Europea de Psiquiatría de Consulta y Enlace y Medicina Psicosomática:

1. Pacientes con trastornos psiquiátricos y físicos comórbidos cuando unos complican la gestión de los otros y viceversa;

2. Pacientes con síntomas sin explicación médica relacionada con alteraciones psicofisiológicas o trastornos somatomorfos;

3. Pacientes con patologías psiquiátricas que son la consecuencia directa de una enfermedad médica o su tratamiento;

4. Pacientes con trastornos neuropsiquiátricos que requieren intensos estudios médicos complementarios o terapéuticos;

5. Los pacientes con intento de suicidio y autoagresión deliberada en el entorno médico y

6. Pacientes con conductas sobre su salud, la función cognitiva, las situaciones sociales o rasgos de personalidad que impiden el tratamiento efectivo de su condición médica.

Mayou y Sarpe (1991) clasifican los motivos de consulta más frecuentes en tres grupos: Grupo 1: constituido por pacientes remitidos principalmente por síntomas psíquicos asociados a enfermedad física, bien como reacción a la enfermedad o secundarios a la misma o a los tratamientos establecidos. Este grupo se corresponde con las peticiones que se refieren tanto a alteraciones emocionales (sintomatología afectiva y ansiedad) como a patología orgánica (confusión, agitación y delirio, entre otras). Grupo 2: pacientes en los que predomina la sintomatología somática pero no se encuentra explicación adecuada (sintomatología funcional) y Grupo 3: se incluyen aquellos casos con trastornos de conducta, autolesiones, abuso de sustancias y problemas de rol-relación.

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Aspectos Psicológicos de los Cuidados Paliativos: La psiquis al final de la vida

La enfermedad oncológica produce un quiebre en el paciente y su familia, haciéndolos atravesar un periodo de crisis que está relacionado a una serie de pérdidas, que van desde la salud hasta la vida.

El paciente oncológico es psicológicamente un sujeto vulnerable, desde el anuncio del diagnóstico pasa a tener el rol de enfermo/paciente hasta su total definición como paciente paliativo. Las pérdidas que atraviesa el paciente son el resultado de las diferentes etapas de la enfermedad y los tratamientos a los que está expuesto (cirugía, quimioterapia, radioterapia).

Al inicio del tratamiento el paciente paliativo debe confrontar los criterios de realidad del proceso de enfermedad, como la pérdida de la imagen corporal, diversos síntomas psicológicos, diferentes tipos y niveles de dolor, hasta llegar de forma concreta a aceptar el rol de enfermo. El paciente debe entonces, decidir si confiar o no en el futuro, estar más o menos esperanzado, utilizando sus recursos internos y sus mecanismos de defensa, en este sentido es muy común que utilice la negación para adaptarse al inicio del diagnóstico, si no logra adaptarse comienza a presentar síntomas de angustia y ansiedad. Al aceptar el rol de enfermo, la negación cae, y aparecen sentimientos de culpa, rabia y pena, entonces el paciente comienza a perder la esperanza de curación, en algunos casos la autonomía funcional y mental, la sensación de dignidad, intimidad y aparecen conflictos con la espiritualidad. Si en esta etapa el paciente no recibe el apoyo psicológico adecuado pueden iniciarse distintos trastornos mentales.

El proceso de adaptación del paciente a un diagnóstico de enfermedad terminal puede ocasionar significativo sufrimiento emocional. A medida que ésta evoluciona, en el paciente aparece un creciente estrés psicológico como consecuencia del impacto emocional del proceso, aflorando respuestas físicas, cognitivas y conductuales como resultado de la percepción de la situación como una amenaza. Estas respuestas de estrés están matizadas por el funcionamiento *Psicóloga de la Salud, Hospital San Martín de Quillota

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psicofísico del paciente anterior al diagnóstico (estructura de personalidad, preexistencia de otras patologías físicas o mentales), por su entorno sociocultural (concepto internalizado culturalmente sobre cáncer, nivel educacional), por el grado de la información recibida y la forma en que le fue entregada (recibe la información solo o en compañía de familiares), por el tipo de redes de apoyo con las que el paciente cuenta en su entorno inmediato, por los cambios físicos que experimenta debido a la enfermedad o al tratamiento (astenia, caquexia, alopecia, constipación, entre otros), por pérdidas de personas cercanas debidas al mismo diagnóstico, por la etapa del desarrollo vital que atraviesa, por su marco espiritual o religioso, resultando cambiantes en el transcurso del proceso de enfermedad. Es importante comprender el contexto en el que surge la sintomatología psicológica del paciente de cuidados paliativos. Una vez confirmado el diagnóstico se inician una serie modificaciones conductuales y afectivas en el paciente y en su familia. El paciente se vuelve consciente de la gravedad de la enfermedad al observar la aparición de complicaciones físicas, el tratamiento médico prolongado, el aumento más o menos constante de dosis de medicación, por un cambio general en sus condición orgánica, por la alteración de hábitos cotidianos (actividad, dieta, evacuación), por alteración de la calidad del sueño debido a pensamientos de muerte próxima, y por la disminución progresiva de la interacción con otros. Es en este escenario que puede surgir sintomatología depresiva y ansiosa de distinta intensidad. En la esfera depresiva podemos observar baja autoestima (expresa un concepto negativo de sí mismo en verbalizaciones descalificativas “no valgo nada”, “no soy nada”), sentimientos de ineficacia (cree que es un inútil para sí mismo, su familia, la sociedad, no solo piensa que no puede hacer las cosas que antes hacía, sino que no puede hacer nada), sentimientos de tristeza (pérdida o disminución de sentimientos positivos, ausencia de entusiasmo ante actividades, siendo uno de los síntomas más frecuentes y preocupantes para la familia que se siente impotente ante sus manifestaciones), apatía, desesperanza (como falta de esperanza y expectativas positivas ante la vida, su vida presente y futura “ya no espero nada de la vida”), indefensión (expresada en la sensación de que no controla nada en su vida, ni la enfermedad, ni el tratamiento, ni la situación familiar), ideas de culpa (manifestada en autopercepción de que es una carga para su familia). En relación a la sintomatología ansiosa, mayormente aparecen indicadores fisiológicos relacionados a pensamientos catastróficos (tensión muscular, tasa cardiaca elevada, alteraciones de la respiración, presión en el pecho, dolor de cabeza, alteraciones del sueño), temores persistentes y significativos manifestados como miedo a la pérdida de dignidad, miedo a la soledad, miedo a que su vida carezca de sentido, miedo al dolor, a la muerte, incertidumbre sobre

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qué habrá después de la muerte y preocupación acerca del futuro. Son estos temores los que pueden genera problemas en la comunicación construyendo un muro entre el paciente y su familia, ya que el primero no comunica sus preocupaciones por no molestar y los miembros de la familia tampoco permiten que las quejas se manifiesten, restando importancia a la gravedad de la situación, utilizando la negación como defensa, “no ocurre nada”, e inconscientemente huyen de los propios miedos a enfrentar la realidad.

Bibliografía:

*Arranz, P.; Barbero, J.; Barreto, P.; Bayés, R. (2003). “Intervención Emocional en Cuidados Paliativos. Modelo y Protocolo”. Ed. Ariel Ciencias Médicas, Barcelona.

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*Gómez Sancho, M. (2003). “Avances en Cuidados Paliativos” Vol. I-II-III. M. Gómez-Sancho (Ed.). Las Palmas de Gran Canaria (España): GAFOS.

*Gómez Sancho, M; M. Ojeda Martín, M. (2009). “Cuidados Paliativos, Control de Síntomas”, Ed. Laboratorios MEDA, Madrid.

*González Otero, J; M. Stable Duharte, M. (2014). “Cuidados Paliativos: Recomendaciones Terapéuticas para Atención Primaria”, Ed. Médica Panamericana.

*Palma, A.; Toboada, P.; Nervi, F. (2010). “Medicina Paliativa y Cuidados Continuos”. Ed. Universidad Católica de Chile.

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Psicodiagnóstico en Grupo a través del Ensueño Dirigido

Utilizar un instrumento como es el ED (Ensueño Dirigido – Imaginación Activa – Imaginería), con ciertas modificaciones a la técnica, para incorporarlo como una herramienta proyectiva desde una perspectiva psicodiagnóstica clínica, e inserto dentro del campo de lo grupal. Esto implica un proceso de observación, desarrollo, reformulación teórica, supervisión clínica, análisis crítico, creatividad, y por qué no, osadía. La idea de este artículo está pensada para difundir y hacer, de esta herramienta, un test proyectivo, a ser utilizado en el campo de la Salud Mental, a nivel Servicio de Salud Pública (Consultorios) dependientes del Ministerio de Salud y a nivel Educacional en todos los niveles. El Ensueño Dirigido o Sueño Despierto (Robert Desoille Paris, 1890 – 1966) ” propiamente dicho, puede definirse como un acontecer imaginativo dramático, que tiene lugar en un espacio imaginario, en el que el paciente se ubica con su cuerpo imaginario, y en el que deja fluir la espontaneidad de su imaginación. El que sueña de ese modo actúa imaginariamente en ese espacio y esa situación, tratando de vivir la aventura con tanto realismo como le sea posible” …

Roberto Enrique Rocca,1998, Médico Psicoterapeuta certificado por la Federación Latinoamericana de Psicoterapia. Miembro Titular y Didacta del Grupe International du Rêve Éveillé Psychanalyse.

Usado generalmente por muchas corrientes psicoterapéuticas y autores (1), como método psicoterapéutico por teorías y técnicas como: psicoanalíticas, gestálticas, humanistas y transpersonales. Cada uno de los autores desde su propia, experiencia, investigación y adaptación teórica. La idea surge a partir de una experiencia de Activación de la glándula Pineal. En los años 1995/2000 participo en un workshop de Activación de la Glándula Pineal, dictado por Fresia Castro Moreno creadora del Método Cyclopea1. Una de las experiencias realizadas apunta a descubrir un

1 Fresia Castro Moreno. El cielo está abierto. 2004. Editorial Grijalbo. Santiago de Chile. *Psicólogo UBA– Psicoterapeuta – Psicodiagnóstico Clínico- Especialista en Test Gráficos y Verbales (TAT – TRO – Rorschach – Cuestionario Desiderativo)

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Mapa de ruta de nuestra vida evolutiva (emocional y psíquica). Traducido, sería cómo a través de un gráfico se puede descubrir el desarrollo psíquico y estructurante de la organización psíquica de un sujeto. Fantasías, temores, carencias, habilidades, potencialidades, etc.

Para lo cual Fresia Castro induce al grupo en un Ensueño Dirigido, en donde va relatando un cuento de la mitología rusa, “Iván el campesino y los tres dragones”. Luego de esta etapa inicial, se les pide realizar dos dibujos cromáticos, con distintas consignas para cada uno. Una vez realizados los dos dibujos, a continuación, se hace un análisis e interpretación de los mismos. Cada uno de los participantes, lo asocia e interpreta de acuerdo a su historia, a su evolución y personalidad psíquica. Así como lo explica en un artículo publicado en la revista cultural “La panera” (2) (“Los códigos en el arte”) del 27 noviembre 2011. …” Algunos de estos códigos celestiales que revelan nuestro origen, ya han sido descifrados. Uno de ellos se encuentra en la leyenda rusa “Iván el campesino y los tres dragones”, tras cuya aventura mágica y dramática de tres hermanos y su lucha contra tres dragones para defender su pueblo, se oculta la historia del hombre atravesando las pruebas de su existencia terrenal, sus aciertos y sus errores creativos que lo mantienen esclavo de sí mismo”

Esta interesante experiencia transferida, analizada e interpretada desde la teoría de los Test Gráficos y de las técnicas proyectivas gráficas, dan como resultado un excelente instrumento de psicodiagnóstico clínico a nivel grupal. Como experto en la materia lo he utilizado (con autorización de la autora) y utilizo en Técnicas y dinámicas grupales, Psicoterapia en grupo, Desarrollo intra e inter personal, Técnicas de Expresión y comunicación, Psicodrama, etc.

Mis primeras experiencias en su utilización fueron en los talleres de desarrollo personal, que dirigía en una escuela de psicología por casi una década. Dando esto un excelente resultado, tanto desde mi análisis psicodiagnóstico, como de la comprensión del participante, en relación al funcionamiento de su dinámica psíquica, su comportamiento, elaboración de las carencias, temores.

Origen de las fantasías, mecanismos de defensa, estructura del funcionamiento psíquico. Descubrimiento y consolidación de habilidades y potencialidades.

Como dice la autora en el artículo citado. …” Ahí, en ese segundo argumento, invisible al ojo humano y más real que esta vida formada y desplegada en meros resultados, aparecen las claves de la libertad, cómo aplicarlas y obtener la victoria. Es solo el principio de esta nueva forma de ver y

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descubrir el arte”. De esta manera los participantes iban conociendo sus rasgos y características psicológicas, su historia evolutiva, su relación consigo mismo y con los otros. Descubriendo sus potencialidades y habilidades (Inteligencia Emocional).

A partir de estos desarrollos y experiencias, emerge como una posibilidad su utilización dentro de los Servicios Públicos de Salud, al ser una forma de maximizar los recursos en el área del Psicodiagnóstico Clínico, para tener una visión clara del funcionamiento psíquico de los consultantes y de esta manera poder orientar una psicoterapia breve, tendiente a la cura o estabilización emocional y psíquica en un corto tiempo de atención. No podemos dejar de lado que al ser grupal y dadas las horas disponibles, que generalmente son escasas, los profesionales y usuarios se verían beneficiados, acortando los plazos de atención y los procesos psicoterapéuticos. Con una planificación definida, orientada a objetivos puntuales y focalizados en el motivo de consulta.

Referencias Bibliográficas y links:

https://www.apra.org.ar/pdf/x2017/3El_SuenoDespierto.pdf

(1) Castro, Fresia “Los códigos en el arte” Rev. La Panera 27 Nov/ 2011.

(2) https://issuu.com/miracultura/docs/panera_3_pdf_baja/37

Libros: Castro Fresia “El Cielo está abierto” 2004, Ed. Grijalbo

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¿Para qué trabajar con Psicodrama? El sentido de una psicoterapia expresiva

El psicodrama se caracteriza por reunir ciertas características metodológicas que lo diferencian de otras psicoterapias. En este sentido, el psicodrama utiliza como característica principal el hecho de poner el cuerpo en acción, considerando factores como el tiempo, el espacio y la memoria corporal. Con respecto al espacio, el psicodrama se centra en incorporar el contexto donde se realiza la acción, las cuales pueden ser situaciones de conflicto, sueños, una historia de fantasía, etc. sean estas del pasado, presente o imágenes del futuro en el “aquí y ahora” (Fonseca, 1995). El único tiempo “real” es el presente refiere Bustos (1990) sin embargo, destaca el hecho que el no contemplar el pasado y el futuro implicaría desarraigar al hombre de su propia historia, cercenar y negar su pasado y su futuro es “no comprender que estamos inmersos dentro de un proceso que excede lo individual” (p. 70). Es por esto, que en psicodrama el tiempo (paradójicamente) se presenta como atemporal, ahistórico, donde el espacio del “aquí y ahora” prima, dando especial énfasis al “momento”, una temporalidad que consiste en un flujo constante de pasado, presente y futuro como si la relación espacio-tiempo fuese súbitamente alterada (Fonseca, 1995; Salles, Wolff, Castello, 2012). De esta manera, el drama personal se redimensiona, como refiere Fernández (2013) y al poder expresarlas. Cada individuo reproduce a través de sus conflictos, aquellos dilemas que no son solo de él sino de toda la humanidad y que han sido padecidos en diferentes épocas de la historia. Al compartirlos con el grupo, la sensación de inadecuación desaparece, así como también el sentido de soledad en relación con el propio sufrimiento (p. 36). Desde esta puesta en acción posibilitada por el psicodrama, es que pudiéramos considerar este trabajo colectivo como un emerger de la función ritualista de la psique, en tanto posibilita un estado de conciencia que no es el corriente, y que según Byington (2009) corresponde a una función estructurante trascendente propia de la imaginación, y que además es justamente ello lo que permite trascender la literalidad de los símbolos. Cuando Moreno (1995), menciona que en psicodrama se trabaja en una realidad suplementaria, que en otras palabras menciona con posterioridad en el espacio del “como sí”, está haciendo alusión a esta función que nos menciona Byington (2009), en donde el setting terapéutico se caracteriza por ayudar a fomentar el emerger de una conciencia insular mágico-mítica, propia de *Magister en psicología clínica analítica junguiana, Postitulo en Psicodrama. Miembro de la sociedad chilena de psicología analítica (SCPA)

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la activación del arquetipo matriarcal y que va acompañado del aumento de una gran carga emocional, y que además “Es ese estado de magia el que permite sacralizar la literalidad de los símbolos con el animismo y abrir la mente para la dimensión irracional de la fe aquí coordinada con la razón dentro de la dialéctica de alteridad” (p. 6). Esta función de realidad suplementaria o en otras palabras el uso de una conciencia en el dinamismo mágico-mítica puede verse ilustrada en el lenguaje que también nos entregan los relatos tradicionales, mitos, fabulas, cuentos de hadas, entre otras expresiones simbólicas.

Bibliografía

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- Bustos, D. (1985). Nuevos Rumbos en Psicoterapia Psicodramática. Buenos Aires: Editorial Momento.

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- Farah, R. (2008) Integração psicofísica: o trabalho corporal e a psicología de C.G. Jung. São Paulo: C.I.Editora.

- Fernández, N. (2013) Psicodrama Arquetipal. Edit. Escuela venezolana de Psicodrama. Caracas, Venezuela.

- Fonseca, E. (1995) “Psicodrama”, Revista da Sociedade Portuguesa de Psicodrama.

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- Schore, A. (2008) “The right brain implicit self lies at the core of psychoanalysis", artículo a ser publicado en Psychoanalytic Dialogues Traducción por A. Sassenfeld artículo a ser publicado en Psychoanalytic Dialogues Traducción por A. Sassenfeld.

- Winicott, D. (2006). La Naturaleza Humana. Buenos Aires: Editorial Paidós.

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Tratamiento del Trauma y Por Qué se habla tanto de él

En los últimos años se escucha mucho en el ámbito de la psicología hablar de “pacientes con trauma”, “tratamientos para trauma”, “especialistas en trauma” y a pesar de que pareciera una moda, es cierto que representa importantes novedades con respecto a los tratamientos psicológicos que acompañan el surgimiento de nuevas formas de abordaje a problemáticas que no responden bien a los tratamientos psicológicos habituales. Si bien ya Freud hablaba sobre trauma, desarrollando una teoría y una aproximación al respecto, han sido los últimos estudios, posibles mediante neuroimagen sobre todo, acerca de las funciones y estructuras cerebrales y las nuevas teorías sobre el funcionamiento del sistema nervioso, los que han venido a confirmar algo que no se podía comprobar antes, sólo inferir mediante el estudio de los comportamientos de las personas afectadas. Estos estudios justamente se iniciaron con personas traumatizadas, es decir, que habían vivido acontecimientos difícilmente asimilables por el organismo, por sobrepasar la capacidad de respuesta, por su naturaleza imprevista, por su gran impacto emocional o por poner en riesgo la vida, como pueden ser los actos bélicos, terroristas, de violencia, las catástrofes naturales, los accidentes. Fue a raíz del estudio de pacientes con síntomas de estrés postraumático que comenzaron a reunirse las primeras evidencias de que su abordaje requería procedimientos diferentes a los utilizados hasta el momento en otro tipo de problemas psicológicos.

El trauma, podría definirse como una especie de herida en el psiquismo, que requiere de un tiempo de restauración, para conducir a la cicatrización, es decir, un tiempo de asimilación para sumarse como experiencia y para que deje de tener efectos negativos o desagradables. Si todo se da bien, en personas con buena capacidad de resistencia, la capacidad natural que tenemos todos para curar esa herida, permite ir digiriendo lo ocurrido y estableciendo una forma de almacenarlo y superarlo, de modo adaptativo, que significará recuperarse bien, naturalmente y sin secuelas.

* Psicóloga Titulada Universidad Nacional de Córdoba. Argentina. Master en Psicoterapia psicoanalítica, Univ. Complutense de Madrid. Diploma de Suficiencia Investigadora en Doctorado en Psiquiatría, Univ. Alcalá de Henares. Psicoterapeuta Gestáltica, Instituto de Psicoterapia Gestalt de Santiago (Chile) y Madrid. Terapeuta EMDR, Asociación Española de Terapia Emdr

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Pero también es en ese mismo proceso donde pueden ocurrir distintas vicisitudes que produzcan en la mente rastros, por decirlo de algún modo, que se observen a posteriori como consecuencia y efecto de que ese trauma que no ha sido asimilado, integrado o elaborado de forma que se olvide y permita continuar viviendo, sabiendo que ocurrió, pero sin notar los efectos a nivel sobre todo somático y emocional. Esto puede manifestarse por ejemplo en pesadillas o sueños recurrentes, angustia ante ciertos estímulos; tristeza permanente, reactividad inusitada ante ciertas situaciones, miedos, afectación del movimiento y de la expresión corporal, entre otros síntomas más graves como adicciones, desórdenes alimentarios, disfunciones sexuales o afectaciones graves del ánimo, como estados de depresión o ansiedad recurrentes y resistentes a los tratamientos convencionales.

En el mismo sentido, la investigación también se amplió en los últimos años a otros tipos de traumas, menos evidentes, que se refieren a experiencias que no pueden ser localizadas como un evento único y determinado, como los anteriores, sino que suceden a nivel relacional, durante períodos más largos de tiempo, que suceden en forma más o menos repetida y sistemática y que se dan en los vínculos, especialmente con los cuidadores en los primeros años de vida e incluso en la adolescencia con figuras de referencia, como profesores, maestros u otras figuras significativas.

Estas experiencias abarcan un amplio rango y van desde las más graves como abusos físicos y sexuales, hasta otras experiencias bastantes comunes o habituales, de vergüenza, humillación, negligencia, desamparo o abandono que afectan profundamente la mente y a veces son inasimilables debido a su crudeza y al daño que producen justamente al provenir de alguien de quien esperamos cuidados y ayuda para vivir y no esperamos que nos maltrate, abuse, nos humille o nos abandone. Sobre todo teniendo en cuenta que dichos daños se producen a veces en un momento vital adonde somos aún inmaduros, y no contamos con suficientes recursos psicológicos para comprender por qué esto puede suceder, con lo arbitrario y sin sentido que resulta para un niño o un adolescente. Muchas veces este grado de traumatización no es evidente y la persona se retrata a sí misma como alguien que no ha sido marcado por acontecimientos negativos en su vida, justamente porque no se identifican en la sumatoria de acontecimientos que van originando una disposición que luego se vuelve evidente a la hora de afrontar determinadas situaciones de la vida, en las que nos volvemos a sentir desbordados o con falta de capacidad para afrontar lo que sea que se nos ponga en el camino.

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La supervivencia, al ser tan fuerte en el ser humano genera en la mente mecanismos para tolerar estas situaciones, entre otras, sostenidas largamente a veces en el tiempo, desarrollando mecanismos para poder seguir adelante con la vida, encapsulando estas experiencias, olvidándolas o cambiándoles el significado de forma inconsciente para sobrellevarlas mejor. Esos mecanismos funcionan y sobrevivimos de alguna forma gracias a ellos, hasta que a veces después de años, algún otro acontecimiento viene a rozar esto guardado, produciendo síntomas y malestar que no tienen que ver con el presente o con la situación actual, sino con esas experiencias que han quedado almacenadas y que al moverse requieren recolocarlas para que no vuelvan a producir daño, al modo de una vieja herida que se reabre.

Y ¿por qué esto requiere un tratamiento especializado? Esos acontecimientos a veces innumerables, quedan almacenados en formas de memorias a las que a veces no accedemos simplemente tratando de recordar. Son como archivos encriptados que hay que decodificar en la memoria y cuyas claves de acceso se encuentran en nuestro cuerpo o en nuestro mundo emocional. Por ejemplo, muchas personas traumatizadas podrán decir que han tenido una infancia feliz, o una buena relación con sus progenitores. En la vía de la supervivencia han tenido que camuflar, olvidar, disociar esas experiencias a fin de poder seguir adelante y si la vida lo permite y los mecanismos de adaptación al trauma funcionan, tal vez nunca se lo tengan que replantear. Lo que sucede es que a veces esos mecanismos fallan y es allí donde la ayuda de un especialista en trauma se vuelve fundamental. El problema generalmente se evidencia cuando sobreviene algún tipo de sufrimiento que no se explica en el presente: comienza una relación de pareja y le sobrevienen ataques de ira, comienza la vida laboral y siente un miedo atroz a su jefe, es madre y siente pánico de hacerlo mal, está con la persona que ama y no tiene deseo sexual, tiene que dirigir un equipo muy eficiente y le sale machacarlos, recibe una crítica constructiva y se viene abajo, le deja una pareja y sienten que no van a poder con su vida y miles de situaciones en las que la respuesta no condice con la situación actual, porque proviene de otro sitio, de otro momento. Las personas traumatizadas se ven muy afectadas en su capacidad para poner límites, para protegerse y para poder elegir a su favor. Es en ese momento que llegan a veces a la consulta psicológica, sin entender lo que les está sucediendo, afectados, consternados, asustados, furiosos, dolidos, anestesiados, pero con algo en común, sin poder entender o comprender lo que les pasa, con una necesidad imperiosa de salir de ese

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determinado impasse emocional, que acarrea todo tipos de consecuencias nefastas para la vida y para el bienestar de la persona.

Las terapias verbales no son suficientes a veces para acceder a estos contenidos más profundos e inconscientes, producidos por las experiencias traumáticas y almacenadas de distinta forma en nuestro sistema nervioso, que no han sido guardados en palabras, y por eso sólo se traducen en la actualidad en sensaciones, impresiones corporales o reacciones emocionales muchas veces desligadas del contextos, exageradas, sobredimensionadas o en general desajustadas a las diferentes situaciones.

Las llamadas terapias de Tercera Generación, representadas por técnicas específicas como el EMDR, la terapia Sensorio Motriz o Somatic Experiencie, la Hipnosis u otras técnicas de procesamiento e integración cerebral, entre éstas y otras, como Brainspoting o Sistemas de Familia Interna, tienen como recurso terapéutico, además de los métodos tradicionales que operan como marco general, ofreciendo una terapia de tipo integrativa, a la medida de cada problemática específica que en el caso de los pacientes con trauma requieren un acercamiento especial, desde la contención, el respeto y el cuidado para no volver a re traumatizarse, para desarrollar recursos para sobrellevar las experiencias traumáticas y para liberarlas, permitiendo que las experiencias por venir se puedan experimentar de otra manera.

Referencias Bibliográficas:

Bergman Uri,2015 Fundamentos neurobiológicos para la práctica de EMDR, Asociación EMDR España. Madrid.

Bessel van der Kolk, M.D. 2015 El cuerpo lleva la cuenta. Cerebro, mente y cuerpo en la superación del trauma .. Editorial Eleftheria. Barcelona.

Levine, Peter A, PhD.2013 En una voz no hablada. Cómo el cuerpo libera el trauma y restaura el bienestar. Editorial Alma Lepik. Buenos Aires.

Pat Ogden, Kekuni Minton y Clare Pain. 2009 El Trauma y el cuerpo. Un modelo sensoriomotriz de psicoterapia. Descleé de Brouwer. Bilbao.

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La salud mental de sujetos con trayectoria de vida en la red SENAME:

primero víctimas y luego victimarios, una reflexión desde la praxis

Ps.Mónica Monje Lutjens *

La presente es una reflexión desde la praxis y la premisa que me ha movido desde el inicio de mi vida laboral, tal como dijo nuestra querida Nobel Gabriela Mistral “el futuro de los niños es siempre hoy, mañana será tarde” Los niños de hoy urge mirar, considerar, validarlos como sujetos de derechos y de amor. Revertir y detener las experiencias de dolor y sufrimiento es tarea de todos. La trayectoria de vida no debe ser la predeterminada.

Es así que noticias día a día nos conmueven por su crudeza tras situaciones que implican crímenes y violencia hacia a niños/as, mujeres y adultos mayores. Centrándonos en el “sujeto agresor” (masculino o femenino), el análisis implicará considerar la trayectoria de vida al alero de la red SENAME, no con pretensiones de estigmatizar, sino que relevarlos como sujetos que han ido desarrollando trastornos y patologías severas en el área de su salud mental y que han estado expuestos a problemáticas, sociales, individuales y familiares, sujetos a intervención y cómo nuestro sistema “fallaría” en sus dispositivos, al ser éstos más bien del tipo “control social” que de intervención realmente “reparatoria” de las condiciones de posibilidad para el desarrollo de problemas de salud mental desde los primeros años de vida. Debemos asumir el rol de las ciencias sociales, y la psicología, en comprender el fenómeno desde la articulación de las multi-variables que se ponen en juego, dejando atrás explicaciones causalistas. Si las variables son múltiples, debemos sostener que la intervención debe ser de la misma naturaleza. Muchas veces la soberbia de los psicólogos/as no permite observar la dimensión del problema que aqueja a estos seres

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*Psicóloga, Mediadora Familiar. Especialista en Terapia Sistémica.

humanos, no basta con una terapia “reparatoria”2, se requiere de la colaboración interdisciplinar. Aquí es donde debemos levantar la voz hacia las políticas públicas en infancia, que adecuan la intervención al presupuesto, mercantilizando la salud mental y exigiendo que sea la “psicología” la encargada de revertir problemas de índole bio-psico-social.

Cada vez que aparece una noticia de aquellas, por ejemplo la muerte de Sofía a manos de su padrastro, otra vez más Cristóbal (alias el “Cisarro”) se vio envuelto en un acto delictual, fulano de tal secuestró a una niña, etc., cabe preguntarse las condiciones de salud mental de ese sujeto y que condiciones de posibilidad han estado en juego durante su desarrollo para configurar trastornos en su salud mental.

Quienes hemos trabajado en contextos de exclusión y vulnerabilidad social, observamos en los análisis de casos y recopilación de antecedentes históricos, que nuestros “sujetos de intervención” han ido deambulando en contextos complejos, en lo económico, en lo emocional, en lo relacional, etc., desarrollando sus vidas en contextos ampliamente violentos, nos resulta necesario entonces, comprender el fenómeno desde diversos puntos de vista, incluyendo al sistema de protección social en su conjunto, en cuanto a sus acciones y omisiones. Y eso ¿qué tiene que ver con la salud mental?, mucho, toda vez que los dispositivos de intervención, que debiesen estar al servicio de propiciar un desarrollo “sano”, muchas veces no detectan conductas de niños/as que de no ser intervenidas en estadios temprano del desarrollo, trae consecuencias en el desarrollo adulto de patologías psiquiátricas y/o estructuras psicopáticas. De esta forma, es posible ir comprendiendo el camino recorrido para el desarrollo de la emergencia de patologías importantes en el área de la salud mental. Desde la experiencia se aprende que no es menos relevante conocer la trayectoria de vida de ese sujeto, desde su nacimiento hasta el momento en que ocurre un hecho de violencia que lo involucra y lo posiciona como victimario. Es necesario preguntarse cómo fue su gestación, sus primeros años de vida, con quién y dónde fue criado, qué antecedentes familiares tenemos a la vista, si sufrió el abandono familiar, quien/es fueron sus referentes, tiempos de permanencia en sistema residencial, medicamentos y diagnósticos, etc. También es de relevancia conocer si éste ingresó a la red SENAME y cómo el sistema de protección en su conjunto operó en relación a él y su familia.

2 Terapia Reparatoria, se usa en la jerga SENAME y para ello destina programas de la red colaboradora bajo el nombre de PRM (Programas de Reparación en Maltrato), destinadas a “reparar” el trauma a cargo de una dupla psicosocial.

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De esta forma, más allá de situarnos en un sujeto en particular que haya cometido algún delito que atente contra la integridad de otro, la reflexión que aquí se pretende plantear, dice relación con las condiciones de posibilidad en nuestra sociedad que facilitan la constitución de identidades antisociales o con algún otro tipo de patologías de salud mental. En otras palabras, cuáles han sido los contextos de violencia en que ese sujeto ha desarrollado la construcción de su identidad.

Es habitual escuchar entre pares y trabajadores del área psicosocial, al momento de enfrentar una noticia de connotación pública, que ese sujeto que aparece como el agresor, “estuvo o está en la red SENAME”, pero no basta con esa “dato” para la explicación, porque ese dato en sí mismo, puede llevarnos a estigmatizar.

Según los mismos datos que maneja el SENAME, cerca del 40 % (cerca de sesenta mil niños/as y adolescentes) de los sujetos de atención, ya en el año 2001, presentaban “trastorno mental o del comportamiento”. Los principales diagnósticos encontrados fueron: Trastornos de conducta (41,6%), desorden oposicionista desafiante (24,1%), déficit atencional (26,8%), depresión mayor (20,4%), riesgo de suicidio (21,3%), trastornos bipolares (17,6%), dependencia de alcohol (17,6%), problemas de drogas (abuso y dependencia de substancias, 15,8 y 11,1% respectivamente), trastorno de pánico (9,2%), trastorno post-traumático (8,3%), trastorno psicótico (7,4%), distimia (6,5%), entre otros.3 Es cierto que es nosología psiquiátrica, es una construcción en el lenguaje, nosotros psicólogos y otros profesionales intervinientes debemos complementar la comprensión de los problemas en salud mental desde nuestras competencias, colaborativamente.

El trauma psicológico que se desarrolla al vivir en contextos de violencia y todas sus formas de expresión, coloniza las emociones, los pensamientos, el cuerpo. Detengámonos y meta-observemos a ese niño/a traumatizado, cómo habla, qué dice, como se mueve, cómo interactúa, como son sus conductas de apego. Cómo valora las interacciones humanas, cómo recepciona los afectos, etc., todo aquello y más, nos es útil para adentrarnos en su “mundo interno” y lo amenazante que es y en virtud de eso qué mecanismos pone en juego. Estos datos de esos años son de relevancia hoy en día, porque dichos trastornos corresponden a niños en su primera infancia y adolescencia, todos

3 http://www.minsal.cl/portal/url/item/71e518399a8cbccae04001011f013167.pdf

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aquellos adultos en la actualidad y con escasa intervención de los dispositivos de salud mental, toda vez que no existe una política clara, articulada ni con consistencia técnica para intervenirlos.

La coexistencia de factores clínicos, psicosociales y conductuales de riesgo son el foco de atención e intervención. Sin embargo, la carencia de profesionales especialistas en éstas temáticas implica una deficiente intervención, generalmente la intervención se focaliza en lo psicosocial, dejando de lado los factores clínicos (neurológicos y psiquiátricos), por falta de recursos.

Finalmente, a raíz de todo lo acontecido en SENAME, es esperable que no sólo la división del servicio sea la carta bajo la manga del gobierno, es necesaria una inyección de recursos económicos, pero sobre todo humanos, con orientaciones técnicas que consideren los factores bio-psico-sociales que están en juego y que de no ser intervenidos, el futuro de esos niños/as será el predecible, el predeterminado, ahí está la pregunta de índole político-ideológica sobre el valor de la niñez en Chile, sobre los dispositivos de intervención en cuanto a la tensión entre el control social y el real deber del estado en generar bienestar a los ciudadanos desde el nacimiento.

Bibliografía:

Minsal , 2007 “Atención de Niños, Niñas y Adolescentes Con Trastornos Mentales Usuarios del Servicio Nacional de Menores" Orientaciones Tecnicas.

http://www.minsal.cl/portal/url/item/71e518399a8cbccae04001011f013167.pdf

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Más allá del box:La experiencia del Centro de Atención a Víctimas de Delitos Violentos de Quillota

El quehacer del psicólogo por excelencia, es la atención clínica, principalmente individual, y que se lleva a cabo en un box, con sesiones casi siempre semanales, en las cuales una persona, el terapeuta, validado por el reconocimiento social de su saber (supuesto), ofrece o debe ofrecer ayuda a un paciente, quien padece algún tipo de sufrimiento psicológico o en algunos casos se cuestiona ciertos aspectos de su vida personal o de los demás.

Sabemos que con el correr del tiempo la práctica ha evolucionado, hacia terapias de más de un paciente, ya sea grupos, familias, parejas, etc., y que las tanto las técnicas como los tipos de problemáticas a abordar se han ido ampliando. Una de las áreas en las cuales se ha ido utilizando el saber que emerge de esta disciplina, es el ámbito jurídico, ya sea en el sentido de buscar un saber especializado para resolver ciertas cuestiones de interés legal público o privado, o para modificar aspectos que impliquen un bienestar para aquellos que concurren en un determinado juicio. Dentro de estas prácticas, se viene otorgando relevancia a la atención a quienes, derivados de acciones que generan algún tipo de daño, han sufrido consecuencias negativas en su modo habitual de vida. La práctica clínica, entonces, es interpelada a otorgar alivio y algún grado de reparación a las consecuencias de un delito, muchas veces de carácter violento, como una de aquellas prácticas más pertinentes para llevarla a cabo. Para ello, se van integrando a la práctica clínica estricta, algunos aspectos que vienen llamados a complementarla y enriquecerla, como son la interdisciplinariedad, el enfoque de género y la intersectorialidad.

Nuestra experiencia:

Cada vez con más fuerza, hemos hecho nuestro un dicho popular: “la realidad supera a la ficción”, y con ello, se ponen a prueba día a día nuestras prácticas, nuestros saberes, para dar respuesta a fenómenos muy dinámicos y muchas veces extremadamente complejos, que requieren respuestas efectivas y pertinentes, como un “traje a la medida”.

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*Psicólogo CAVI Quillota

El enfoque exclusivamente terapéutico se hace muchas veces insuficiente frente a la precariedad y la inestabilidad que genera el delito, y lo multidisciplinario cede frente a la necesidad de articulación y respuesta conjunta y coordinada, es decir, la interdisciplina. Es por ello, que el tiempo y el análisis progresivo nos han ido llevando a adoptar algunos aspectos que rescatamos como relevantes, que son:

Respuesta coordinada y oportuna

Articulación y trabajo en red

Discusión constante del caso

Disponibilidad ante periodos de crisis

Estrategia en conjunto diferenciada para cada caso

Acompañamiento en el proceso judicial completo

Expectativas reales respecto a condenas y penas a obtener

Estrategias no simultáneas (sobreintervención) y complementarias en el caso de asistir a programas externos

Análisis de caso:

Sra. A. ingresa a nuestro centro producto del homicidio de su hijo mayor. En un inicio, al ser este un caso de conmoción pública, aparece una gran oferta de asistencia y atención desde diferentes organismos públicos y privados, apoyo que en el tiempo se fue desdibujando. En un primer momento de la atención en nuestro centro, ocurrida 6 meses después de ocurrido el delito, aparece la Sra. A centrada principalmente en hacer justicia, en obtener información desde diferentes fuentes para poder esclarecer la verdad y aportar a la investigación, ya que a su juicio había manos oscuras intentando entorpecer el proceso. Se le observa en este periodo muy agitada, reactiva e hipervigilante, con un discurso en ocasiones confuso y algo contradictorio. En la medida que avanza la intervención se comienza a notar un fuerte deterioro económico y escasa red de apoyo familiar. En este momento se comienza a movilizar hacia ella ayuda desde la red pública, consistente en orientaciones judiciales, apoyos económicos básicos y gestión de intervención profesional psiquiátrica. Estos apoyos, sumados al avance del proceso psicoterapéutico y judicial, van moviendo a la Sra. A. a un segundo momento, que es comenzar a atravesar el duelo de su hijo desplazándolo desde lo motor hacia lo emocional. Comienza un proceso de mayor reflexión, de conectarse con sentimientos de tristeza y vacío, sumado además a la muerte de su madre, proceso que significa una fuerte crisis para ella. Paso a paso ha logrado confiar más en el proceso judicial, al realizarse gran

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parte del juicio oral, observar un trabajo minucioso por parte de los querellantes y visualizar una posible condena en rangos de pena bastante altos. Se encuentra pronta a declarar, como parte de la estrategia jurídica para dimensionar el daño provocado por el imputado, acción que tiene su correlato en acciones de preparación desde lo psicosocial y acompañamiento a juicio. No se visualiza un término de proceso en el corto plazo, debido a que se espera que luego del cierre del proceso judicial, se deba asimilar toda esa experiencia y poder continuar con el proceso de duelo.

Conclusión:

Así como la teoría nutre la práctica, la práctica interpela a la teoría a probar sus hallazgos y su ámbito de aplicación, constituyéndose en un apoyo fundamental sobre el cual construir hipótesis y dirigir la cura, pero a su vez evidencia sus limitaciones y desafía al terapeuta/psicólogo a probar algunos marcos de referencia diferentes, que permitan dar respuesta a la tremenda conmoción individual y familiar que significa la ocurrencia de un delito violento. El análisis interdisciplinario e intersectorial, así como una noción amplia de reparación que involucra los ámbitos jurídico y psicosocial, adquieren suma relevancia en el intento de otorgar a quienes lo sufren, la asistencia necesaria que permita elaborar la experiencia y retomar ámbitos de la vida que se han visto significativamente interrumpidos o interferidos por dichos hechos.

Bibliografía:

1-Clase magistral Marc Groenhuijsen, en Encuentro Nacional de los Centros de Víctimas de Delitos Violentos de las Corporaciones de Asistencia Judicial, 18 años de intervención especializada, Valparaíso 2012, compilación: Equipo departamento de asistencia jurídica, división judicial, Ministerio de Justicia, pág. 23 – 34.

2-Ponencia: “Propuesta de lineamientos para la resolución de conflictos éticos desde el enfoque victimológico aplicado en la intervención de los centros de víctimas” Arias, Macarena; Aravena, Paulina; Poblete, Manuel, en Encuentro Nacional de los Centros de Víctimas de Delitos Violentos de las Corporaciones de Asistencia Judicial, 18 años de intervención especializada, Valparaíso 2012, compilación: Equipo departamento de asistencia jurídica, división judicial, Ministerio de Justicia, pág. 115 – 123.

3-Artículo: “Derechos de las víctimas: la reparación de los daños causados a las víctimas de un delito”, Guzmán Valenzuela, Karen, en Anales del 1er Congreso Iberoamericano de Psicología Jurídica, Santiago de Chile, septiembre de 1995, Pág. 167 – 172.

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