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LATINOAMERICANO
La última vez que nos acercamos a la realidad de la historieta latinoamericana, las expectativas no eran demasiado halagüeñas. Hablábamos de destrucción del tejido industrial, de autores que se marchaban a otros mercados, de desaparición de revistas. Es una deriva paralela a la de otros países, entre ellos España, como veremos.
distintos, y destaca Quai d’Orsay, una sátira política centrada en la figura de Dominique de Villepin. Otro de los Pero en el nuevo siglo, ani mados por la posibilidad de realizar cómics con li bertad autoral, sin ceñir se a las exigencias de una industria, van a aparecer muchos jóvenes auto res que alegrarán la cara del cómic latino. En Argentina, como ya adelantamos, vuelve a publicarse la revista Fierro a partir de 2006, de la mano de Juan Sastu ráin. Pero ya incluso en los noventa había empezado a gestarse una escena de autoe dición muy interesan te, y que va a dar muy buenos frutos en fechas recientes. Aella podemos adscribir a Berliac, un autor de carácter experimental que además desarrolla una intensa labor como crí- tico. Diego Parés es otro buen ejemplo de autor inquieto y forjado en el fanzinismo de los noventa. Mientras estos autores experimentan en los márgenes, el mercado mainstream se va surtiendo de novelas gráficas y tomos, cada vez más frecuentes. Ahí encontramos, por ejemplo, Sol de noche de Guillermo Saccomanno y Patricia Breccia –hija de Power Paola es una autora ecuatoriana afincada en Buenos Aires que ha partido de los fanzines para publicar recientemente una novela gráfica, Virus tropical, un apasionante relato autobiográfico que la convierte en uno de los valores más que tener en cuenta del panorama internacional.
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