Positiva de Ideas Número 3

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¿Por que Mauricio es el Frondizi del siglo XXI? Humberto Schiavoni

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¿Cuáles son los desafíos actuales para el PRO? Jorge Triaca

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¿Qué tiene que ver la psicología con la política? Paula Bertol

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¿Estás satisfecho con tu gestión como Ministro? Jorge Lemus

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¿Qué es la Fundación Pensar? Miguel Braun

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¿Cómo pensar las diferencias políticas con vistas a lograr acuerdos? Fernando de Andreis

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¿Cómo se me ocurrió la gran tetada en la legislatura? Vicky Morales

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¿Cuál es el futuro de la Argentina y América Latina? Iván Petrella

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La política del futuro Rudi Borman

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¿Qué tendría que leer el PRO? Autores varios


Introducción Escribo esta introducción en momentos en los que acabamos de enterarnos de la confirmación del proceso a Mauricio en la causa de las escuchas ilegales por parte de la Cámara Federal. La manipulación y la injusticia es tan grande que nos conmueve. Y nos indigna, nos sentimos atropellados con mentiras y maniobras sin sustento. Y es ahí donde quiero hacer un señalamiento. Este tipo de trampas son lo que lógicamente le corresponde a quienes quieren cambiar las reglas del juego. No tenemos que ser ingenuos: nosotros elegimos este camino y tenemos que entender su dinámica. ¿Qué esperábamos, que las mafias políticas y las ligadas a los organismos de seguridad nos aplaudieran en nuestro camino de transformación? ¿No sabíamos que enfrentábamos intereses muy poderosos, que ciertos protagonistas de la política argentina iban a usar todos los recursos a su alcance para intentar frenarnos? ¿Acaso creímos que nos iban a decir: por favor, pasen, háganse cargo de la gestión del país ustedes que son personas más apegadas a la ley y trabajan mejor? Causa gracia sólo pensarlo. Este tipo de indignidades son las que le tocan vivir a todo el que quiera desafiar al establishment político, a las malas mañas de la dirigencia argentina. Más que sorprendernos o indignarnos, conviene comprender y actuar. ¿Cómo? Seguir en nuestro trabajo de organización y crecimiento, explicando, preparándonos para las nuevas responsabilidades por venir. Tengamos en cuenta que está dentro de las posibilidades que Mauricio sea elegido presidente en las elecciones del 2011. Tenemos mucho trabajo por hacer, no nos desanimemos, sigamos adelante confiados, demos todas las batallas necesarias. No perdamos el humor ni las ganas de vivir: elementos centrales del país desarrollado que queremos construir. Estructuramos este número en base a preguntas, como un modo de captar la atención de nuestros lectores (y la de nuestros escritores también). Surgen nuevas vo-ces, algunas menos conocidas, nos vamos conociendo. Ayúdenme a hacer llegar esta revista a todos los que puedan estar interesados en leerla. Gracias. Alejandro Rozitchner

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¿Por que Mauricio es el Frondizi del siglo XXI?

Cuando se elige un Presidente, sobre todo luego de un período caracterizado por la decadencia, se necesita priorizar una visión respecto del destino del país que vaya más allá de las cuestiones coyunturales. Como decía el General De Gaulle en la Francia devastada tras la Segunda Guerra, “tengo una idea de lo que debe ser la grandeza de Francia” y hacía allí dirigió los destinos de su Nación. En nuestro país, luego del fracaso de la Revolución Libertadora emergió la figura de Arturo Frondizi, que le propuso a la Argentina incorporarse al concierto de las naciones desarrolladas. Y no fue un slogan más de campaña, Frondizi formuló y ejecutó, hasta donde lo permitieron los planteos militares, un ambicioso Plan de Desarrollo que logró, entre otras cosas, el autoabastecimiento petrolero (ahora perdido), el desarrollo de la siderurgia, de la infraestructura, de la industria automotriz, etc. También potenció la educación tanto pública como privada, y la Argentina se relacionaba entonces en ese plano de igual a igual con las grandes potencias del mundo. En suma, tuvo una visión estratégica y hacia ese destino de grandeza trató de llevar a la Argentina. Más allá de las dificultades, incorporó conceptos de políticas públicas que hoy no se discuten. La Argentina del siglo XXI es un país decadente. Las instituciones están bastardeadas, la libertad de prensa amenazada, se utiliza a los organismos de control para fines políticos sectarios. Las relaciones internacionales se enfocan con una óptica provinciana de amigos y enemigos, cuando lo que cuenta son valores e intereses. Las políticas sociales, lejos de superar las prácticas clientelares, son utilizadas para la manipulación de los sectores más vulnerables. No es el objeto de estas líneas abundar sobre los rasgos de la Argentina de hoy. Lo que se necesita es revertir en forma urgente este ciclo. La Argentina requiere de un líder que le proponga un destino de grandeza, y que éste sea creíble, necesita un líder, que al igual que Frondizi en los 60, parta de un análisis inteligente de lo que está sucediendo en el mundo, que desentrañe las tendencias de su evolución para elegir la manera de relacionarnos con los otros países con el mayor beneficio para el país. Un líder capaz de plantear con claridad los problemas estructurales de la Argentina y de proponer las soluciones para su remoción. Que por su formación y trayectoria valore la cultura del trabajo y la producción, que entienda que para que exista inversión también deben existir reglas claras y duraderas. Que entienda a las políticas sociales como políticas de derechos humanos. Estas condiciones no se dan en abstracto. Requieren, como se dijo, de una formación, una trayectoria y del acompañamiento de un grupo humano con aptitudes para llevar a cabo semejante tarea. A nuestro modo de ver Mauricio Macri reúne estas condiciones. En su trayectoria, tanto como empresario industrial, dirigente deportivo y político, ha demostrado que no le asustan

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Por Humberto Schiavoni Hschiavoni@arnet.com.ar

los desafíos. Al contrario, su elección de vida es una muestra de ello. Desde que incursionó en la política su obsesión ha sido el cambio. El cambio entendido como el compromiso de transformar la realidad. En su gestión como Jefe de Gobierno de la Ciudad no se limitó a hacer cosmética, por el contrario, aún con todos los riesgos que implicó, encaró transformaciones estructurales. Desde las obras de infraestructura para resolver de una vez y para siempre el problemas de las inundaciones hasta la creación de la Policía Metropolitana, pasando por la puesta en marcha de políticas activas para crear fuentes de trabajo y valor agregado como el emprendimiento del distrito tecnológico. En este marco Mauricio Macri recorre también el mundo buscando inversiones y oportunidades de negocios para la Ciudad. En las recientes giras a lo largo y ancho del país ha expresado su vocación de potenciar la Argentina productiva. Propone la integración de la economía a partir de la inversión en los sectores básicos como la energía, la infraestructura de comunicaciones, las telecomunicaciones, etc. Para integrar el país horizontalmente plantea la creación de polos productivos en las distintas regiones con capacidad de retener la población en sus lugares de origen, población que de otra manera seguirá engrosando las villas del conurbano bonaerense y la Capital. También plantea la urgencia de recuperar la educación pública para devolverle su básico rol de igualador social. En este sentido la incorporación del inglés, las computadoras por alumno y la doble escolaridad en las escuelas de las zonas marginales ya forman parte de la política educativa de la Ciudad. Claramente es el dirigente de la actualidad que más busca levantar permanentemente la mirada, en vez de enredarse en disputas menores, el que más claramente apunta a la construcción de una Nación moderna, insertada en el mundo, con oportunidades para todos. Su proyecto, que es el nuestro, responde también a la necesidad de superar la habitual improvisación que caracteriza los últimos rumbos del país. Esto implica lograr la formulación de una propuesta integral de trabajo, cosa que aborda a partir de ahora la Fundación Pensar, con su tarea de consolidar equipos técnicos que cubran todas las áreas. Es necesario explicarle al país cuál es el proyecto que nos agrupa y qué políticas se pretenden desarrollar, decirle a cada ciudadano para qué queremos el gobierno y por qué necesitamos su apoyo. Por las razones expuestas, y por que conocemos su integridad, sostenemos que Mauricio Macri representa en el siglo XXI el tipo de político que fue Frondizi fue en los años 60.


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¿Cuáles son los desafíos actuales para el PRO?

Positiva

Jorge Triaca Triacaj@gmail.com

No alcanza con tener un excelente candidato, tenemos que ser conscientes de que a veces nos recostamos demasiado en la aptitud política de Mauricio. Tenemos que formar dirigentes que puedan expresar la vocación de cambio, esa que Mauricio inició pero que tenemos que lograr transmitir en cada localidad, en cada provincia, en cada lugar donde sea posible discutir política y construir una opción nacional. Esa es la tarea que falta, que no es menor, si lo que buscamos es un proyecto de poder.

necesita tener una articulación nacional, provincial, local, un pie puesto en cada lugar donde se discutan cosas. Tenemos que lograr cierta homogenización en algunos conceptos clave: cuál es nuestra visión de la vida, porqué estamos a favor de crear, porqué para nosotros no es lo mismo estar a favor de la educación pública que no estarlo, porqué para nosotros la vía para la salida de la pobreza es el trabajo y por qué creemos que esto es mejor que estar a favor de los planes de cooperativas.

Para eso tenemos que correr el velo del discurso planteado en blancos y negros que maneja el gobierno nacional, y ver la foto de la realidad en la que estamos. La mitad de nuestros compatriotas están sumidos en la pobreza y no hemos hecho nada en los últimos diez años para resolver esa situación. No se avanza generando todo el día nuevas peleas internas, se avanza construyendo posibilidades de trabajo, mediante un esfuerzo enorme de educación y consenso. Y en esto Mauricio es un ejemplo: sale de su fuero de comodidad y se pone como líder de un proyecto de cambio basado en la recuperación de los valores de la cultura del trabajo y del esfuerzo, pensando cómo potenciar el desarrollo general del país.

Tenemos que tener una visión de fondo del país. Para nosotros no es lo mismo incorporarnos en la discusión de las naciones que cerrarnos a tantas posibilidades de relación internacional y cortar puentes.

Decimos que la diferencia conceptual fundamental con la que hay que trabajar es la que separa lo viejo de lo nuevo, entendiendo que la separación planteada por el gobierno nacional entre izquierda y derecha forma ella misma parte de lo viejo. Nosotros, paradójicamente, somos lo nuevo porque reclamamos lo viejo, porque reclamamos la cultura del trabajo y del mérito. No es que seamos modernos por el mero deseo de ser modernos, somos modernos por productivos, por querer volver al sendero de la productividad que tuvo la Argentina, entendida como la capacidad de crear y no la de destruir. Mauricio es un ingeniero, alguien que se preparó para crear, y eso lo diferencia enormemente de otros profesionales capacitados en el arte del análisis, personas formadas para entender pero no para actuar. Hemos tenido muchos presidentes abogados y los abogados, por ejemplo, son profesionales capacitados en el arte de dividir y litigar, pero el trabajo productivo les queda lejos. Nuestra apuesta debe ser hacia la libertad, hacia el diálogo y a la búsqueda de consensos. Sepamos que lo que el gobierno nacional está intentando es cambiar de monopolio, no cambiar el método. En ningún momento se propuso liberar el sistema, y la gente lo percibe ya con claridad en todas partes. La libertad es lo que uno pelea cuando le cortan la calle, la posibilidad de vender el producto que produce en el exterior, cuanto intenta que no le rompan la cabeza con impuestos y le pongan retenciones abusivas para financiar un sistema político decadente. Libertad es poder salir a la calle sin tener miedo que te roben o te maten o te violen. El PRO empezó a transitar el camino correcto porque empezamos a tener conciencia de la demanda que la sociedad nos va a imponer. Lo primero de todo es tener una buena organización. El PRO

También tenemos que trabajar en darle masa crítica a nuestros dirigentes. Tenemos muy buenas intenciones pero todavía hay una carencia grande de formación de dirigentes políticos en el PRO. ¿Porqué? Porque Mauricio mismo no es un dirigente político tradicional. Los sistemas políticos requieren una buena presencia en la legislatura, en el consejo deliberante, en la discusión ejecutiva, sea de intendente, de gobernador o de lo que sea. Tenemos que tener personas formadas no solamente en la expresión de estas ideas sino en la capacidad de gestión de cada tema importante. Y para formar un dirigente político son necesarias varias cosas: primero, el entusiasmo. Un dirigente no es meramente alguien al que le gusta la política, no es un opinólogo, es alguien que tiene que dedicarle tiempo, horas, ejercicio y conocimiento a esa tarea, a la tarea de dirigir y conducir a otros. Segundo, tiene que estar formado en las reglas de juego del sistema político. No puede no saber cuál es el sistema electoral que se va a discutir el año que viene, no puede no saber cuáles son las restricciones que tienen los sistemas políticos. Hay ciertos palotes que hay que hacer, como un ciclo básico de ciertas cuestiones políticas. Y la tercer cosa es el ejercicio del contacto con la gente, la cercanía con el votante al que se quiere servir. La mayoría de la dirigencia política en la Argentina, en cuanto sube un par de escalones, se distancia del resto de la sociedad. La lejanía es enorme. La dirigencia del PRO tiene que hacer algún ejercicio como el timbreo de Mauricio. El mismo timbreo que hace Mauricio lo tendríamos que hacer todos. Eso nos llevaría a estar en estrecho contacto con la gente, y es lo que nos ayudará a perfeccionarnos como dirigentes políticos, para testear todos los días si entendemos cuáles son las necesidades reales y cómo explicar adecuadamente nuestra propuesta. Actualmente hay un curso de formación que hace la Escuela de Dirigentes, pero tiene recursos acotados y aun no basta para el nivel de demanda que hay. Son muchas cosas las que tenemos que hacer, pero es apasionante hacerlas. Estamos bien encaminados y el país necesita un gran cambio. Lo pide de todas las formas posibles. El PRO está haciendo frente a ese gran desafío.

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¿Q ué tiene que ver la psicología 3 con la política?

Por Paula Bertol pbertol@diputados.gov.ar

Me gusta leer, entre muchas otras cosas, libros de psicología, en los que suelo encontrar algunas ideas que me resultan útiles tanto para mi vida personal como para mi vida política. Hace poco leí “El proceso de convertirse en persona”, de Carl Rogers, uno de los padres de la psicoterapia, y me sentí muy identificada con su visión de la personalidad como un proceso de transformación, como un proceso vivo. Creo que sus ideas tienen mucho que ver con el trabajo que los políticos tenemos por delante y, particularmente, con la visión que compartimos en el PRO. No es frecuente que en la conversación política aparezcan reflexiones acerca de la vida y su sentido, como si hacer política fuera encerrarse en preocupaciones limitadas al ámbito de las noticias o al trabajo en el poder ejecutivo o en el legislativo, como si las personas que actuamos en política no fuéramos en realidad también personas completas y complejas. Aprovecho este artículo para proponer algunas reflexiones en un sentido más amplio que el habitual, diferente respecto de nuestro diálogo corriente sobre asuntos políticos. Cuando uno ingresa a la Cámara de Diputados, casi la totalidad del sistema te hace sentir que no sos parte de él. En el proceso de ir formando parte el ambiente comienza a tenerte confianza, a escucharte con interés y de otra manera, y eso es algo que se produce en ese plano de las relaciones humanas al que no solemos dar la importancia que merece. Para integrarnos, es decir, para lograr la confianza de los demás que hace posibles esa integración, hace falta una alta dosis de paciencia y de entrega, pero también es necesario tener la valentía para afrontar los desencantos y conflictos que se presentan con una crucial dosis de aceptación de las diferencias. Según Carl Rogers: “la vida plena no es para cobardes, porque convertirse en las propias potencialidades de uno, significa crecer y tener coraje de ser y sumergirse de lleno en el torrente de la vida. No es un proceso exento de dolor o de problemas, sino por el contrario, requiere tener coraje y saber que también están las consecuencias de ser quien uno quiere ser”.Y también dice:“la persona que funciona de manera integral tiene una vida plena, vive el proceso de integrarse y descubrir en sí mismo sentimientos extraños, desconocidos y peligrosos”. Vivir íntegramente es reconocer como propias todas nuestras partes, saber que ser una persona es ser uno mismo, un proceso con vueltas y vericuetos, y con sentimientos contrapuestos. Cuando pienso en esta tarea de ser personas que viven íntegramente, cosa que a los políticos no nos resulta nada fácil, recuerdo una entrevista en la que Marcos Peña dijo que no pensaba dejar de lado su vida familiar por el hecho de ser político. Y veo que muchos

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de nosotros tratamos de no dejar de ser personas, de no caer en la deformación profesional de ser sólo figuras políticas. Queremos tener fines de semana, disfrutar de nuestros hijos, leer los libros que nos gustan, escuchar nuestra música, viajar, etc. La autenticidad forma parte de nuestro modo de hacer: fuera y dentro de cámara decimos, la mayor parte de las veces, lo que somos. En el PRO creemos que la política debe ser obra y arte de mujeres y hombres que no se disocien, integrados, que den valor a sus propias vivencias, y confíen en sí mismos. Esto supone empezar a dejar de lado las inseguridades y la mirada del otro, a la que uno suele dar una excesiva importancia. Hay una frase de Maslow, que llevo escrita entre mis papeles desde hace tiempo, que dice que: “la gente que se autorrealiza tiene la capacidad de apreciar una y otra vez de manera fresca e ingenua las bondades básicas de la vida, maravillándose con éxtasis y placer e independientemente de lo viciadas que estas experiencias aparezcan ante los ojos de otras personas”. Ese apreciar renovado, sin el temor de otras miradas, es creo, la clave de una personalidad viva.

es una mala palabra, sino un modo de superación de los conflictos que tienden a trabarnos en situaciones sin salida. La negociación es un recurso importante y necesario. Tendríamos que ser capaces de dejar atrás la connotación negativa que a veces tiene dentro del ámbito del poder y entenderla como la herramienta básica del cambio. La política es un proceso de desarrollo humano que estimula la posibilidad de vivir más sensible y plenamente la vida, Lo que buscamos es construir una sociedad abierta que atribuya valor al proceso de llegar a ser, entendiendo que la tendencia humana empuja hacia la expresión de una confianza básica y no hacia la destrucción o el fracaso.

Siempre sentí que el ser humano es intrínsecamente positivo. Rogers lo describe diciendo: “Cuando el individuo se libera de sus actitudes defensivas, y se abre a la amplia gama de sus propias necesidades, así como también a las diversas necesidades ambientales y sociales, podemos confiar en que sus reacciones serán positivas, progresistas y constructivas. No es necesario preguntarse quién lo socializó, ya que una de sus necesidades más profundas es precisamente la de asociarse y comunicarse con los demás” Todos los que se sienten escuchados, entendidos y en un proceso que los contiene y les da confianza terminan siendo personas positivas capaces de construir lazos y vínculos estables, sostenidos en el respeto mutuo. ¿Por qué no reconocer e implementar en la política esta verdad fundamental? Desde mi propia experiencia y a partir de las buenas cosas que me han pasado en la política, tal vez la más importante sea la de poder vivir las relaciones como un proceso de confianza. Y me refiero a las relaciones políticas en general, ya sea con los propios o con los ajenos. Cuando uno se basa en la confianza construye vínculos fortalecidos, vínculos que se desarrollan con el tiempo, en un proceso paulatino y creciente. Eso hace que podamos hablar cada vez con mayor sinceridad, cosa que nos conduce a la posibilidad del acuerdo y a la negociación. Habiéndome especializado en mediación familiar y comunitaria, subrayo que negociar no

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¿E stás satisfecho con tu 4

gestión como Ministro ?

Por Jorge Lemus jlemus@buenosaires.gov.ar

Estoy más que satisfecho. Es una oportunidad que se ofrece pocas veces en la vida de un sanitarista, docente en salud pública y tratadista en el tema. En estos dos años y medio, he podido introducir algunas de las reformas esenciales que eran necesarias en el sistema de salud de la Ciudad de Buenos Aires. Estas reformas ni siquiera son “revolucionarias”; son utilizadas en todo el mundo desarrollado. Comenzamos con la regionalización del sistema de salud; cuatro regiones sanitarias para lograr eficiencia, eficacia y efectividad entre los hospitales y centros de salud, no duplicar esfuerzos y compartir tecnología. Luego la gestión clínica, hacer intervenir a todos los servicios del hospital en su administración. Hoy la gestión por procesos, desarrollar nuevos hospitales dirigidos a resolver los problemas de los pacientes, tanto en lo interno como en lo externo. Se han introducido también los conceptos de atención integrada de salud y de evaluación de tecnologías sanitarias, por primera vez incorporados a la estructura del Ministerio. Mucho de lo que habíamos escrito y planificado se ha puesto en marcha; por supuesto que esto tiene importantes costos políticos, gremiales, mediáticos y hasta judiciales. Pero hemos tenido el apoyo de tantos otros expertos, colegas convencidos de nuestra idoneidad, organizaciones de la sociedad civil… y de todo nuestro gabinete y del Jefe de Gobierno. Ha sido, es y seguirá siendo emocionante y honroso continuar y dejar para los que nos continúen este plan de reformas esenciales. Siendo un especialista en epidemiología, dentro del amplio campo de la salud pública, no ha sido menor mi satisfacción con los resultados obtenidos en la pandemia de Gripe A y la epidemia de Dengue. En el primer caso logramos un claro éxito -medido por la menor mortalidad por Gripe del quinquenio, durante el año 2009- reconocido internacionalmente, publicado y base para la actividad de otros países. En el segundo, la casi inexistencia de casos durante el 2010. El sistema de salud –público, privado y de la seguridad social- nos acompañó y también la ciudadanía. También nos entusiasma lo obtenido en infraestructura; se ha hecho más en estos dos años que en los últimos diez. Sabíamos -por ser parte del sistema de salud desde hace más de treinta años- que el atraso en infraestructura hospitalaria era de por lo menos cien años; ¡había obras inauguradas en los papeles, otras de veinte años en construcción y sin concluir, obras judicializadas, etc., etc.! Las organizaciones de la sociedad civil colaboraron siempre con nosotros.

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Concluimos la primera etapa del Tobar García, pabellones en el Moyano y en el Borda, la nueva guardia y el laboratorio del Pirovano, la nueva guardia y la sala de internación de adicciones del Fernández, las obras del Hospital Elizalde, el nuevo quirófano del Hospital Gutiérrez, las obras pendientes en el Vélez Sarsfield, Piñero y Alvarez. Otras obras trascendentes han sido la nueva guardia y la unidad de terapia intensiva del Tornú, la unidad de diálisis del Santojanni, las unidades de terapia intermedia y los consultorios de adolescencia y traumatología del Ramos Mejía, las unidades de odontología e infectología del Piñero. Concluimos la primera etapa del Hospital de Lugano, las obras de creación de las subestaciones de transformación a la media tensión en 12 hospitales. Vamos en poco tiempo más a inaugurar las obras del Durand y del Penna. El apoyo a la estrategia de Atención Primaria de Salud ha sido nuestro norte; hemos inaugurado o reparado integralmente un Centro de Salud cada cuatro meses. Se consolidó su estructura y estabilizó su recurso humano. Se adquirió la primera unidad móvil con equipamiento de importante complejidad.

50% de incremento del parque de emergencias, con nuevas ambulancias y el primer banco de células madre en el Hospital Fernández. Se privilegió la atención directa al paciente con la refuncionalización de las salas de espera, mesones de turnos y la atención extendida (consultorios vespertinos). En este sentido un avance fundamental fue la instrumentación de la Cobertura Porteña de Salud que evitará las inequidades entre los que tienen otras coberturas (privadas y de obras sociales) y de los que tienen exclusivamente la cobertura pública. La introducción de nuevas vacunas, médicos de cabecera y la óptima relación entre los centros de salud, centros médicos barriales y consultorios profesionales con el hospital de referencia son parte de esta nueva estrategia. Se han impulsado leyes también históricas; la ley de transplantes y la Ley de regulación y normatización de las investigaciones en el ámbito del Sistema de Salud de la Ciudad. ¿Qué diferencia encontré entre lo que creía que era ser Ministro y lo que es realmente? La necesidad de toda la tenacidad, paciencia, dedicación y convicción. Pero vale la pena.

Inauguramos una nueva sede para el Ministerio de Salud, que tenía un edificio inadecuado y antiguo, absolutamente nueva y funcional, en sólo un año de gestión. Estamos ahora en el sur, donde están los mayores problemas de salud de la Ciudad. El otro gran entusiasmo fue arreglar el estado caótico de la estructura de Recursos Humanos, ya que el sistema de salud es “recurso humano dependiente”. Logramos en el 2008 financiar y nombrar a casi tres mil profesionales y personal de salud, que nos dejaron como rémora. Había casos de más de dos años sin salirles el nombramiento. En el 2009 logramos, con un esfuerzo mayúsculo de todos, pasar a planta a los profesionales rentados por “módulos asistenciales”, eufemismo para la flexibilización laboral y la inestabilidad. Estamos ahora estudiando las dotaciones de guardia y la estructura hospitalaria, ambas envejecidas. Hoy un Decreto crea la estructura Central del Ministerio, viejo anhelo de los trabajadores de la salud y verdadero éxito de planificación moderna y funcional. El avance en equipamiento también ha sido histórico; la unidad de tomografía del Pirovano, el equipamiento del Santa Lucía, la unidad de tomografía del Curie (otro gran apoyo de las organizaciones), la unidad de gammagrafía del Fernández, la unidad de Tomografía del Ramos Mejía, la unidad de cámara gamma del Alvarez, sólo por citar a los grandes aparatos.

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ué es la Fundación Pensar?

Por Miguel Braun mbraun@fundaciónpensar.org

La Fundación Pensar es el centro de políticas públicas del PRO. Estamos trabajando en un Plan Federal de Desarrollo Social y Económico para gobernar en 2011, sumando equipos técnicos de todo el país. Apuntamos a conformar una red federal de más de 1000 especialistas. Pancho Cabrera es el responsable del área programática del comando de campaña Macri 2011, y supervisa el trabajo de la fundación. Tenemos por delante un enorme desafío. Podemos ser la generación que ponga a la Argentina en una senda de desarrollo con equidad, pero quienes gobiernan hoy el país no lo saben hacer. Tenemos que trabajar para reemplazarlos en 2011 con un plan, con un equipo y con una nueva forma de hacer política. La Argentina tiene una oportunidad histórica de dar un salto al desarrollo equitativo. El mundo nos abre las puertas de una forma que no tenía lugar desde fines del siglo XIX. -El desarrollo tecnológico impulsa el crecimiento de la productividad en todo el mundo, y podemos acceder a la tecnología de punta vía Internet. En vez de aprovecharlo, el gobierno actual se cierra al mundo, y encima le pone un impuesto a los celulares, encareciendo la comunicación. No se dan cuenta que el conocimiento fluye cuando más personas están conectadas. -El crecimiento vertiginoso de China e India significa: 1) una fenomenal demanda por commodities que nosotros producimos mejor que nadie; 2) un fuerte crecimiento de la clase media mundial - un estudio del gobierno británico estima que para 2030 se va a multiplicar por 7 el tamaño de la clase media global - que implicará más demanda de proteínas, más turismo y más entretenimiento y diseño; es decir, más oportunidades para los argentinos; y 3) un aumento de la oferta de trabajo poco calificado, lo cual implica que no nos queda otra que concentrarnos en industrias de alto valor agregado: industrias creativas, software, tecnología. -Esta tendencia se fortalece con el envejecimiento de las poblaciones de los países ricos: habrá allí menos trabajadores calificados, más consumo y más ocio. Nuestra oportunidad de desarrollo está dada por la abundancia de tierra fértil, recursos naturales y trabajadores creativos y con buena formación. Lo que necesitamos hacer para aprovecharla es organizarnos para que TODOS nos beneficiemos. ¿Cómo lo hacemos? 1) Hay que desencadenar el potencial productivo y la creatividad de nuestra gente. Los argentinos, cuando nos dejan, somos trabajadores, productivos e ingenio-

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sos. Hay cientos de ejemplos como el desarrollo de la siembra directa, el crecimiento de la industria de software, y la explosión de las industrias creativas en la ciudad de Buenos Aires. Tenemos que generalizar esos ejemplos asegurando reglas de juego estables para los que invierten y se comprometen con el país, generando un sistema financiero sólido y abriendo mercados para nuestros productos. 2) Necesitamos un Plan Nacional de Infraestructura, pensado en función de la producción, que genere empleo de calidad en todo el país. Este plan se tiene que armar con visión estratégica para poner los recursos donde más ayuden a bajar los costos de producción, y para eso necesitamos gente en todo el país identificando las necesidades en su provincia. 3) Tenemos que asegurar una política social inclusiva: esto implica mantener y mejorar el plan de asistencia por hijo, haciéndolo verdaderamente universal y liberándolo del clientelismo. Con esos métodos resolvemos la emergencia, pero para que los chicos puedan tener las oportunidades que sus padres no tuvieron necesitamos mejoras en educación y salud. Esto requiere mejorar la gestión, porque hoy tenemos los sueldos docentes más altos en los últimos 20 años, y sin embargo los resultados educativos medidos por las pruebas internacionales PISA empeoraron más que en cualquier otro país. 4) Hay que asegurar la calidad institucional: esto implica arreglar el desastre del INDEC para tener un Estado inteligente, combatir la corrupción arreglando el ONCCA y las barbaridades del Sr. Moreno, e implementar una ley de transparencia y acceso a la información como la que presentaron nuestros legisladores en el Congreso. 5) Hay que establecer una política exterior orientada al dialogo y al consenso descartando la confrontación. Estas actitudes nos permitirán recuperar el protagonismo tradicional de la política exterior argentina en los grandes temas de la agenda mundial como el desarme, las operaciones de paz, los derechos humanos, la lucha contra terrorismo y el narcotráfico y el medio ambiente.

ejemplo del país que queremos. Es una agenda ambiciosa, y sobre todo si tenemos en cuenta que el gobierno actual va a dejar un país debilitado. En una carta a su mujer, el presidente americano John Adams escribió : “Debo estudiar el arte de la guerra y la política para que mis hijos puedan estudiar comercio, agricultura y otras cuestiones prácticas, y para que sus hijos puedan estudiar pintura y poesía”. Y así nos toca a nosotros poner el hombro para que nosotros y nuestros hijos podamos vivir en un país mejor. Para llevar adelante esta agenda nos tenemos que organizar. Tenemos que ganar las elecciones en 2011. Tenemos que avanzar en nuestro plan de gobierno y en la conformación de equipos técnicos a nivel nacional, en cada provincia y en cada municipio. Tenemos que discutir nuestras ideas con todos los argentinos en los medios tradicionales, en la web y en cada esquina. En el encuentro de Jóvenes Pro de La Falda, Córdoba, un joven me dijo: “yo al 90% de las personas que llegan a mi local criticando al Pro los convenzo con información y con entusiasmo.” Si todos hacemos eso, cada vez seremos más. Y tenemos que ser muchos, porque los obstáculos que enfrentaremos son enormes. Enfrente tenemos a los que no quieren el cambio, a los que se benefician de las prebendas y la corrupción, a los que no quieren un país grande y para todos. Nos enfrentamos también a la apatía y la falta de participación de una sociedad cansada de promesas incumplidas. Estamos en Pro, porque creemos que un país mejor es posible; porque creemos en un proyecto; porque creemos que Mauricio Macri va a ser presidente en 2011. Tenemos que arremangarnos y trabajar por los ideales en los que creemos, poniendo la cabeza fría al servicio del corazón caliente. Ortega y Gasset dijo que “es inmoral convertirse en conquistador del poder sin crearse previamente un ideal gubernativo.” Esa es la tarea que tenemos por delante: ganar, y merecer ganar. Si querés sumarte a los equipos técnicos, escribime a equipos@fundacionpensar.org

6) Finalmente, tenemos que acordarnos que el destino del país se juega en la conducta de cada uno de nosotros, desde el presidente al ciudadano más humilde. Argentina es mejor cuando pagamos nuestros impuestos, cuando estudiamos más en el colegio, cuando cuidamos el espacio público. Que nuestra conducta sea un

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¿Cómo pensar las diferencias

políticas con vistas a lograr acuerdos?

Fernando de Andreis fernandodeandreis@gmail.com

Muchas veces, en el afán de reducir la conflictividad del sistema político y lograr acuerdos en las cuestiones que son estratégicas para el país, quienes participamos de la política institucional nos referimos a la importancia de buscar consensos. En el día a día, sin embargo, chocamos con la imposibilidad de neutralizar las infinitas diferencias en objetivos comunes e, incluso, la apelación al consenso suele ser malentendida como una forma de diluir la dimensión ideológica de la política. A pocos días de que se haya cumplido el Bicentenario de la Nación, me parece importante reflexionar sobre el desafío de delinear un proyecto para llevar adelante políticas públicas a largo plazo que puedan resolver los problemas estructurales del país. Y para avanzar en este sentido, creo que tenemos que empezar por entender que vivimos en una sociedad compleja, heterogénea y conflictiva, en la que la pluralidad surge, justamente, de las diferencias ideológicas. Por esto considero que hoy es más factible poner en práctica la idea de tratar de dirimir disensos y canalizar las diferencias, en lugar de buscar consensos. ¿Cuál es la diferencia? Este cambio conceptual nos sitúa en una misión mucho menos frustrante que la que representa buscar un consenso acabado entre opciones diversas y generalmente antagónicas porque cuando hablamos de dirimir disensos, estamos hablando de hacer a las diferencias productivas. Para incorporar el disenso al juego democrático hay que aceptar que el concepto de “vivir en democracia” supone la convivencia entre los diferentes puntos de vista, y no su eliminación. Que para obtener ideas que se nutran de la diversidad hay que entender los disensos como un factor inherente a la democracia. Se trata de hacer una especie de ejercicio de argumento y contra argumento, en el que los diferentes sectores políticos evitemos caer en la oposición por la oposición misma y asumamos la responsabilidad de trabajar para alcanzar consensos básicos y resultados productivos. La diferencia debe traducirse en un aporte, y de esa forma, los acuerdos van a ser más acabados, más plurales, más integradores y, al mismo tiempo, más duraderos. Los hechos demuestran que muchas miradas ven mejor que una sola y, aunque partan de distintas posturas, su confluencia sirve para lograr ciertos acuerdos mínimos que son precisamente los que necesitamos para delinear políticas a largo plazo, acuerdos que sean estables y se orienten a solucionar los problemas estructurales del país.

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Positiva

Cuando José “Pepe” Mujica asumió la presidencia de Uruguay dijo que la forma de crear las condiciones para gobernar 30 años con políticas de estado era generando “túneles herméticos que atraviesen las distintas presidencias de los distintos partidos”, para que “por esos túneles corran intocables las grandes líneas estratégicas de los grandes asuntos”. También sostuvo que “las batallas por el todo o nada son el mejor camino para que nada cambie y para que todo se estanque”. Y esto significa que hacer política es tener vocación de acuerdo para poder avanzar en la resolución de los asuntos más básicos (que a la vez son los más complejos), como la educación, la salud o la seguridad ciudadana. Creo que para lograr un cambio verdadero quizás podamos empezar por implementar pequeños cambios. Me parece que es interesante que busquemos poner en práctica esta idea de que los resultados que se obtienen trabajando juntos, haciendo cada uno su aporte personal, debatiendo y sin buscar imponer posturas sino integrarlas, son mucho más fructíferos que los que podemos alcanzar si sólo incluimos el trabajo de unos pocos. Quizás una forma de hacerlo sea acostumbrarnos a pensar que un proyecto de país no se logra imponiendo las ideas de unos pocos sino creando condiciones que ayuden a contemplar los requerimientos de todos. Que, en la mayoría de los casos, prolongar los debates no es perder el tiempo sino ganarlo. Que compartir mesas de debate entre los diferentes sectores puede ser un primer paso para tomar el camino de un cambio positivo y constructivo y empezar a concretar un proyecto de país serio y con políticas públicas perdurables.

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¿C omo se me ocurrió la 7

gran tetada en la legislatura?

Vicky Morales Desp.morales.gorleri@legislatura.gov.ar

La idea de la gran tetada surgió de mi propia experiencia. Tengo 4 hijos y como cuando nacieron trabajaba en relación de dependencia, como cualquier mujer trabajadora, gozaba del derecho de una hora por día para amamantar a mi bebe. ¡Maravilloso, pensaba, cuantos derechos hemos ganado las mujeres trabajadoras! Sin embargo cuando llega el momento en que debemos volver a nuestros trabajos, nuestros bebes tienen apenas tres meses de vida, y en una ciudad del tamaño de la ciudad de Buenos Aires una hora nos sirve apenas, y con suerte -si el subte funciona bien, entre otras variables- para llegar a la puerta de nuestras casas y saludar de lejos a nuestros hijos… Imposible amamantarlos en ese lapso. ¿Qué hacer entonces? La solución, no del todo convincente, es hacer la extracción de leche en nuestros lugares de trabajo. Las mujeres sabemos, intuitiva o informadamente, la importancia de los beneficios de la lactancia materna para nuestros bebes y para nosotras: previene enfermedades infecciosas, respiratorias, diabetes, obesidad, fomenta el óptimo desarrollo neurológico, etc. Además, el vínculo entre la mamá y el bebé incide fuertemente en la formación de la personalidad de nuestros hijos. Y aun más, la lactancia también previene en nosotras el cáncer de útero, el de mama, y enfermedades cardiovasculares entre otras. Cuando nuestros bebés, al finalizar el día laboral se prenden al pecho, transmiten en esos primeros minutos a nuestra glándula mamaria información acerca de cuales son las bacterias y/o virus que adquirió durante el día en la guardería o en casa con sus hermanos y nuestra glándula fabrica los anticuerpos específicos para combatirlo. Es algo sorprendente, increíble y tiene un valor altísimo. Estos maravillosos descubrimientos de la ciencia nos ponen a las mujeres en la situación de sentirnos poderosas, y nos hace querer continuar con la lactancia el mayor tiempo posible. La Organización Mundial de la Salud nos recomienda la lactancia exclusiva hasta los seis meses y si es posible aconseja continuarla, combinándola con otros alimentos, hasta los dos años de la vida de nuestros hijos. Sin embargo, como dijimos, las condiciones laborales en las que vivimos nos obligan a extraernos leche en los baños. ¿A alguien se le ocurriría cocinar la comida de nuestras familias en el baño? Seguro que racionalmente a nadie se le pasaría por la cabeza semejante cosa. Sin embargo no tenemos muchas alternativas, y por la

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incomodidad que esto genera terminamos generalmente abandonando la extracción al poco tiempo de volver a insertarnos en nuestros trabajos, y esto hace que le falte el estimulo necesario a la glándula mamaria, cosa que produce que pronto nos quedemos sin leche… Por estos motivos se me ocurrió hacer esta jornada en la legislatura con la intención de que el nombre llamativo conquistara la atención general sobre un tema que considero central en las políticas publicas, el de pensar en nuestros pibes desde el inicio de sus vidas, tomando en serio la prevención real en términos de su salud física, emocional y psíquica. Claramente el título fue convocante, y antes del evento los hombres me decían sonrojados, ¿que es lo que estas organizando? ¿Va a haber tetas en la legislatura?, ¿viene alguna modelo?. No entendían nada, pero se sentían atraídos. Ese día el Salón San Martín, solemne salón del palacio legislativo, se llenó de madres, bebés, llantos ¡y tetas! Las imágenes y los llantos en un primer momento me hicieron sentir incomoda, pensaba que pronto llegaría la critica de alguien por romper el protocolo acostumbrado, pero al ver las caras esperanzadas de las madres los llantos se transformaron en la melodía mas adecuada para semejante recinto. En esta jornada presenté la ley 2.958 de lactarios en los lugares de trabajo que establece la creación de un espacio destinado especialmente para las madres en período de lactancia en el que poder extraerse leche en horario laboral en condiciones dignas y, de ese modo, lograr mantener el amamantamiento exclusivo hasta los seis meses.

revista española llaman a mi ley “ la iniciativa de chocolate”. Para mí fue muy emotivo que se sancionara esta ley, no solamente por la norma en si misma, sino porque sin quererlo abrí una puerta de reflexión alrededor del tema en el mundo político y periodístico. Me paso muchas veces que al hablar con un periodista este me diga: ¿usted sabe que la llamamos la diputada de las tetas? Y entiendo que se refieren a mi lucha por la lactancia materna, ya que no tengo atributos físicos para que me identifiquen de ese modo… Hay mucho por hacer en este tema. Los desafíos pasan por lograr que las madres tengan la información de los beneficios que la lactancia tiene para ellas y sus bebes, y lograr que sus bebés, nuestros chicos, sobretodo aquellos mas vulnerables, reciban la mejor alimentación. Es importante para esto el rol que ocupa el Estado, el sistema de salud y los medios de comunicación en difundir los beneficios de la lactancia. “La Gran Tetada” abrió una puerta. Seguiré trabajando en iniciativas que den respuesta a las madres trabajadoras y a nuestros bebés. Si desde las políticas publicas abordamos solamente los problemas de salud, de violencia, de adicciones, de abandono escolar, cuando nuestros chicos llegan a la adolescencia ya hemos llegado tarde. Debemos comenzar con la prevención desde el inicio de sus vidas y acompañarlos en todos sus procesos evolutivos. Más y mejor alimentados, tendrán mejores posibilidades de avanzar en un camino que aspiro sea cada día más equitativo.

El objetivo de la norma, que luego fue sancionada y ya es ley, es que ese espacio se cree en todo ámbito público en el que se desempeñan al menos 20 mujeres en edad fértil, e invita al sector privado a sumarse a la iniciativa. Al día siguiente de “La Gran Tetada” mi teléfono no paraba de sonar: legisladores y legisladoras, mujeres, padres, periodistas, todos querían saber de qué se trataba. Cuando finalmente la ley llegó al recinto para ser votada, los legisladores se encontraron, al llegar a sus bancas con dos bombones y una leyenda que decía ”uno de estos dos fue envuelto en el baño, ¿lo comerías?”. Además de provocar todo tipo de reacciones, logré, con los bombones y algunas palabras, que olvidaran un poco las tetas y entendieran realmente de que se trataba la ley. Fue maravilloso, en una

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¿Cuál es el futuro de la

Argentina y América Latina?

Por Iván Petrella ipetrella@fundacionpensar.org

El verano del 2000 fue tal vez el mejor de mi vida. Hacía años que el doctorado me retenía en la gélida Boston cuando unos amigos me invitaron a flor de aventura: un viaje en auto de Boston a Buenos Aires. “Sumáte, Ivo” me dijeron. Imperdible. No sé por qué, sin embargo, dije que lo tenía que pensar. Quizás me pesaba dejar incompleto el segundo capítulo de mi tesis o, más probable, me intranquilizaba mi situación económica, típica de los estudiantes de humanidades. Solucione el primer factor con un razonamiento simple: ¿Qué voy a preferir en diez años: recordar el verano que crucé las Américas con amigos o el verano en que terminé no sé qué capitulo de mi tesis sobre la teología de la liberación? El segundo me lo solucionó la suerte, me gané una beca para dedicarme a la tesis ese verano. Embolsé la plata y me subí a nuestro jeep año 92 rumbos al sur. Fue un gran viaje. Fuimos testigos de varias sacudidas políticas y económicas. En México vimos la primera derrota presidencial del PRI. Presenciamos la dolarización de la economía ecuatoriana: el primer día usábamos el sucre, al segundo ya se usaba el dólar, era todo tan barato que escaseaban las monedas de un centavo y, aunque peque de frívolo, recuerdo que por veinticinco entrabas al mejor boliche de Quito consumición incluida. En Perú nos tocó la renuncia de Fujimori y al llegar a Copacabana, Bolivia, un líder cocalero, un tal Evo Morales, cortaba las rutas hacia el sur. Después de una semana y rumores de escasez de agua no nos quedó otra que volver a Perú y bajar por Chile. Eso sí, la renuncia de Chacho no fue culpa nuestra. Todavía no habíamos llegado al país. Imposible no amar América Latina. Continente entrañable. En el mundo de hoy y en el que se viene es, además, una zona de creciente importancia internacional. Fíjense en el G20, que está sentando las bases para un nuevo orden internacional y del cual la Argentina forma parte junto a Brasil y México, y que mientras escribo estas líneas está reunido en Canadá. La agenda mundial se centra en cinco temas fundamentales: alimentos y la tecnología para producirlos con eficiencia, recursos naturales, medio ambiente, desarme y no proliferación y la lucha contra el terrorismo. América Latina, y especialmente Argentina, es un jugador clave en todas estas áreas. América Latina tiene tres de los productores de alimentos más eficientes del mundo en Argentina, Brasil y Uruguay (y Paraguay podría ser otro), cuatro potencias mineras en Chile, Bolivia, Perú y la Argentina (con Bolivia tenemos la reserva de litio más grande del mundo), potencias energéticas como México, Venezuela, Bolivia, Brasil y la Argentina (por la estimación de reservas de gas y petróleo que aún nos queda por

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explorar), dos países con capacidad nuclear y tecnología satelital en Brasil y la Argentina (cabe recordar que fuimos el primer país en América Latina en auto-restringir el uso de la energía nuclear para fines exclusivamente pacíficos e inducir a otros a hacer lo mismo), los dos productores de biocombustibles más grandes del mundo en Brasil y Argentina, y la mayor reserva de agua dulce del mundo en el acuífero guaraní que incluye a Paraguay, el sur de Brasil, Uruguay y Argentina, y qué decir de la biodiversidad y la riqueza histórica de América Central. Si hacemos las cosas bien están dadas las condiciones para que América Latina tenga muy pronto un futuro grande. Y ahí la Argentina tiene una responsabilidad especial. Hay que entender que la decisión de radicar las futuras políticas en el G20 y no en el G14 es bueno para la Argentina y otros países medianos/grandes ya que refleja la postura de los gobiernos de EEUU, Alemania y China de que no hay necesariamente líderes “naturales” en el continente, y por ende la preferencia por un grupo más grande sobre uno más chico. También tenemos que ser conscientes de que formar parte del G20 no es un derecho, sino una responsabilidad. Por ello, la Argentina tiene un papel ineludible en la creación de un orden internacional más estable y más justo. Para ello debe retomar su rol articulador en América Latina, en especial con Brasil, México y otros emergentes que, como Sudáfrica, han estado y están próximos a la Argentina por compartir intereses en el Atlántico sur. Un ejemplo de este rol fue el acuerdo sobre armas químicas subscripto con Chile en momentos en que la comunidad internacional estaba preocupada por este tipos de armamentos, al cual adhirieron posteriormente Bolivia, Paraguay, Uruguay y finalmente Brasil. Fue casi un modelo para las Naciones Unidas y antecedente para la creación de la Organización de las Naciones Unidas sobre Armas Químicas.

de América Latina de manera similar. Es decir, desde una América Latina grande que abarque desde la punta de Tierra del Fuego hasta México. Pero que no se conforma con eso tampoco, y en cambio busca el dialogo con el resto del mundo para expandir el horizonte de interlocutores, temáticas y posibilidades. Entendí, además, por qué la diplomacia argentina constantemente bregó por la unidad de las Américas y del Caribe y propuso el ingreso del Caribe y de Canadá a la Organización de Estados Americanos. No debemos aislarnos en sub-regionalismos que podrían fragmentar los lazos históricos del continente. Al mismo tiempo que América Latina es punto de partida ineludible, no necesariamente tiene que ser su propio destino final. En el mundo que se viene América Latina debería buscar también su horizonte global pero sólo podrá hacerlo si mira más allá de sus fronteras. La Argentina tendrá un papel importante en esa tarea ya que si acertamos el camino nuestra identidad y destino tendrán también su horizonte global. Argumentos tenemos, emprendamos el camino.

Durante el doctorado compartí departamento con una amiga que cursaba el suyo en literatura del siglo de oro. Se la pasaba escuchando a Bob Dylan y Leonard Cohen mientras me hablaba del Quijote, Bernardim Ribeiro y Borges. Me enseño mucho pero no me acuerdo de casi nada. Pero sí me acuerdo de que una vez que me habló de un ensayo, “El escritor argentino y la tradición,” donde Borges se preguntaba qué es ser escritor argentino. Para él, no consistía en saturar los relatos de elementos típicamente argentinos. Eso era pintoresco nomás, decía Borges, recurso de imaginaciones literarias limitadas. Todo lo contrario, ser escritor argentino era sentirse poseedor de la cultura occidental pero con suficiente libertad para no sentir la responsabilidad de preservarla intacta, era ser libre para manipular la tradición con originalidad y soltura. Hoy, años después, entiendo que hay que pensar la identidad

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a política del futuro

Por Rudi Borman comunidadpro@gmail.com

Recuerdo la imagen de Barack Obama bailando con Michelle frente a una Beyonce que cantaba una genial versión de “At Last”. La pareja presidencial estaba rodeada por cientos de teléfonos celulares y cámaras apuntando directamente a ellos. “Socializando” el momento, compartiendo con el mundo una imagen tan poderosa que parecía ficticia. Artificial, guionada. Pero no. La comunicación política y la política misma viven un proceso de cambio trascendental en todo el mundo a causa de esa pequeña revolución llamada web 2.0. Un término que arroja más de 455 millones de resultados en Google y que ha sido manoseado hasta el hartazgo cuando simplemente se trata de gente conversando. Claro, sucede también que la conversación se volvió creativamente masiva. Nunca antes tanta gente se comunicó con tanta otra gente. De a poco vamos teniendo la posibilidad de reorganizar casi cualquier aspecto de la vida actual. La forma en que nos informamos, en que nos comunicamos, el diseño de un proyecto, el armado de un viaje, la compra de un producto, la contratación de un servicio, la colaboración creativa. Serían infinitos los ejemplos, y las herramientas, pues infinita es la creatividad del hombre, que ahora cuenta con una plataforma ideal para el desarrollo de una idea. Tras la campaña de Obama el mundo de la política entendió que Internet ya no era un lugar para colgar una página con fotos del candidato, su biografía y un módulo de contacto. Las nuevas herramientas obligan ahora al político a salir a la luz, a hablar, a interactuar. En primer lugar, porque la gente se cansó del candidato que al ser elegido desaparece y por cuatro años no sabemos qué hace. Además de cansarse cuenta ahora con métodos de presión nuevos. Un mail o una carta podrán no molestar en la casilla de un senador X, pero un grupo de Facebook que organiza a 30.000 personas para hacer colapsar esa casilla les aseguro que llamará la atención de unos cuantos. Entre tanto vendehumo suelto hablando de las bondades de la web 2.0 en Pro decidimos lanzarnos a la experimentación constante de Internet. Esto es posible primero por la juventud y formación de la gente que hace Pro, y por otro lado porque se trata de un espacio que entiende que debe incorporar cualquier herramienta que permita hablar más y mejor con la gente. Levantamos Pro.com.ar durante las elecciones legislativas de 2009 con el objetivo de crear una bitácora que mostrara que una campaña es algo mucho más común de

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lo que la gente cree. Mostramos las reuniones, los preparativos para los eventos, los recorridos de los candidatos, las sesiones de fotos. Les preguntamos quiénes eran, qué hacían y por qué se involucraban en política. Entendimos que había que abrir las puertas de ese supuesto mundo hermético y desmitificar la política. Llenamos nuestros canales de YouTube con videos e inundamos nuestro álbumes de Flickr con fotos. Hoy nos encontramos en pleno proceso de renovación de Pro.com.ar para llevarlo a un nuevo nivel, que presentaremos en breve. Siempre tuvimos muy en claro que Internet en Argentina no es Internet en los Estados Unidos. Por estos lados tenemos sólo a un 50% del país conectado a la web. Es un número bastante bueno para la región pero pésimo en términos mundiales. Esto debería siempre llamar la atención de los dirigentes que deben promover la conectividad para entenderla como un pilar más para estimular la educación y el desarrollo de un país. No hay un sólo caso en el planeta que demuestre que la incorporación de tecnología no haya generado un impacto profundamente positivo. La baja penetración de Internet en el país nos obliga a ser más creativos. Semanalmente los equipos de nuevos medios de los diferentes distritos del país se comunican intercambiando información, colaborando en línea en la organización de eventos, pasando consejos de cómo mejorar un sitio, cruzando fotos, datos y experiencias. Es un proceso tan novedoso como entretenido. Siempre entendimos a los nuevos medios como complementos ideales para potenciar el discurso de un partido, para hacerle llegar a la gente en forma directa (y recibiendo feedback) el pensamiento sobre los diferentes temas, la invitación al debate, la discusión de ideas.

Ejemplos como el anterior nos emocionan, porque nos dan un pequeño vistazo de lo que se viene, de la integración real y funcional de las herramientas 2.0 a las políticas públicas. Actualmente el Gobierno de la ciudad tiene a sus principales funcionarios en Twitter. Diputados nacionales, legisladores porteños, provinciales y hasta el propio Jefe de Gobierno también utilizan diariamente la herramienta de los 140 caracteres para contar dónde están, qué hacen, qué piensan. Impulsamos el diálogo constructivo en todas las plataformas porque las entendemos como facilitadoras, potenciadoras de una nueva forma de hacer política. Pro en Internet: Nuestros Blogs: http://www.pro.com.ar Pro en Facebook: Facebook.com/proArgentina Pro en Twitter: Twitter.com/proArgentina Cuenta de Twitter de Pro: http://twitter.com/proargentina/pro-argentina Mauricio Macri Sitio Oficial: www.mauriciomacri.com.ar Twitter.com/mauriciomacri Facebook.com/mauriciomacri Flickr.com/mauriciomacri Formspring.me/mauriciomacri Buenos Aires Ciudad en Twitter: http://twitter.com/gcba/funcionarios http://twitter.com/gcba/buenos-aires-ciudad

Estamos convencidos de que esta nueva Internet seguirá cambiando la forma de hacer comunicación política. Pero más aún, vemos cómo está cambiando la forma de hacer política, permitiendo la participación de la gente en las decisiones, involucrándola en las discusiones de los grandes temas. La reforma del sistema de salud norteamericano fue todo un ejemplo de cómo la administración Obama involucró a la gente. Lo hizo de nuevo. Al igual que en la elección, hubo participación récord en el tema. La gente tenía ahora una serie de herramientas que le permitían hacer llegar su voz más rápido y con más fuerza al congreso.

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ué tendría que leer el PRO? Por Autores varios

Guillermo Montenegro recomienda:

‘IndeK. Historia íntima de una estafa’, de Eduardo Noriega

“El factor humano” Nelson Mandela y el partido que salvó a una nación, de John Carlin.

Es el mejor libro sobre el latrocinio del INDEC. Muy buen relato contado por un ex empleado del organismo. Súper recomendable para entender por qué el desastre del INDEC tendrá consecuencias inimaginables y por largo tiempo.

Para cualquier persona que quiera participar en política es imperdible. Jorge Macri recomienda: “El día que Nietzche lloro” y “Un año con Schopenahuer”, ambos de Irvin Yalom. Estos libros son un canto a la vida, aconsejo leer ambos juntos. El libro sobre Nietzche primero, porque es mas oscuro. Son ideales para entender que siempre hay tiempo por vivir y que es más lo que queda por aprender que lo que ya sabemos. ¡Alimentan el espíritu! “¿Que les pasó?”, de Ernesto Tenenbaum Es bueno conocer la visión de alguien que creyó en los Kirchner y se desilusionó, cosa que le pasó a muchos argentinos. Tiene una recopilación de datos muy útil y valiosa para quienes estamos haciendo política y necesitamos esos archivos a mano. Laura Alonso recomienda: ‘Argentina 1910-2010. Balance del siglo’. Con artículos de Carlos Altamirano, Pablo Gerchunoff, Luis Alberto Romero y Juan Carlos Torre. Se trata de dos tomos fáciles de leer, escritos por un ‘seleccionado’ de intelectuales y pensadores y dos invitados especiales como Fernando H. Cardoso y Julio M. Sanguinetti. Se combina la experiencia de los hombres de Estado y las ideas de los pensadores. ‘Juicio político al presidente y la nueva inestabilidad política en América latina’, de Aníbal Pérez-Liñán Es un muy interesante análisis acerca de los nuevos fenómenos en las democracias ya estables de América latina y sus condicionantes históricos.

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‘El aborto en debate’, de Mariana Carbajal El aborto es una cuestión áspera que suele ocultarse o evitar debatirse. Esta es una buena compaginación de crónicas periodísticas y reportajes. Muy recomendable para leer y suspender prejuicios por un rato. Jorge Sábato recomienda: El príncipe, de Maquiavelo Generaciones de políticos e investigadores han interpretado el Príncipe de muy distinta manera , pero todos directa o indirectamente han contribuido a levantar el mito que aun hoy día evoca extrañas y misteriosas fuerzas. En nuestro espacio Pro es a mi entender imprescindible leer esta pieza , tan trascendente, que ha marcado a fuego muchísimas épocas y a muchos jefes de estado, para analizar si verdaderamente podemos seguir creyendo que puede haber otras maneras o formas de hacer y construir política. ¿A mi me la vas a contar? Discursos a Mordisquito, de Enrique Santos Discépolo Discépolo fue un convencido adherente del Gobierno del Gral. Perón y prestó su voz y su prestigio en su ultimo año de vida para un ciclo de charlas en la radio en el que habló de la Argentina que veía y de la Argentina que no quería. Para eso inventó un personaje a quien hablarle, “ Mordisquito ”, alguien que no era ni pensaba como él. Fue una tarea pedagógica dirigida a un opositor a Perón y continuada a los largo de treinta y nueve noches del año 1951. Discépolo se transformaba en un Sócrates irónico que buscaba refutaba las mentiras que se decían sobre la Argentina Peronista, un nuevo mundo al que quería y defendía fervientemente. Discépolo habla del pueblo, de la Patria, de la vida de todos y de la necesidad de un


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destino compartido. ¿Porque leerlo? En este nuestro espacio PRO, en el que convivimos a diario muchos de diversas procedencias políticas y religiosas sin sectarismo ni exclusiones, tenemos que aprender -como dice nuestro amigo Bergman- a construir unidad en la diversidad. Este libro ayuda a lograr ese objetivo. Marcos Peña recomienda: Lectura Recomendada: “La fiesta del chivo” de Mario Vargas Llosa. Esta novela cuenta la historia del asesinato de Trujillo, dictador de la Republica Dominicana. Lo releí hace poco y me pareció muy vigente y muy útil para entender lo que pasa en una sociedad cuando un dirigente empieza a concentrar poder y abusar del rol que se le dio. Sobre todo es interesante la descripción de la complacencia de los poderosos, que no se animan a ponerle frenos al dictador pese a saber que lo que se está haciendo va a destruir al país. Enrique Avogadro recomienda: Cualquier libro de Osvaldo Soriano La puerta de entrada no importa porque probablemente terminen atragantándose con el resto de los libros de Soriano hasta darse cuenta, con espanto, que el Gordo se murió joven y nos dejó a todos con ganas de más historias de perdedores heroicos y profundamente argentinos.

En este libro Tamara cuenta su aventura como emprendedora, y resulta muy interesante para entender cómo la visión de un líder tiene como parte de sus tareas el lograr sacar a sus seguidores de la posición convencional y confortable para señalarles una nueva posibilidad. Es un libro que contagia entusiasmo y ganas de hacer. Creo que conviene leerlo para entender la aventura de cambiar el país. El derecho y el placer de escribir, de Julia Cameron Esta autora es conocida por su libro “El camino del artista”, que contiene un programa de 14 semanas de trabajo para sacar a la luz al artista interno. En este libro, en cambio, enseña a tratar con la escritura de una manera accesible y convocante, y creo que los compañeros del PRO harían muy bien en leerlo para volcarse a la expresión escrita de sus ideas y visiones, algo muy necesario. “Tu eres el mensaje”, de Roger Ailes. Este libro me lo recomendó Jaime Durán, y es imprescindible para los que quieran lograr comunicarse mejor, tanto en los medios como en sus reuniones privadas. Promueve la naturalidad, la espontaneidad, la confianza y la claridad. Para el PRO, una herramienta necesaria que puede ayudarnos a explicar la visión de cambio que tenemos y que suele ser a veces mal entendida. Nuestra responsabilidad es comunicar mejor.

El PRO peca muchas veces de inocente y creo que esa es una de sus virtudes, porque al barro de la política hay que entrarle con la frescura y la pasión de un Don Quijote. Los personajes de Soriano pueden verse como una metáfora de nuestra realidad, tan trágica como preñada de posibilidades. Me emociona leer a Soriano y me gusta pensar que peleamos por lo mismo, aún sin saber si finalmente tendremos éxito... sobre todo porque no sabemos si finalmente tendremos éxito. Alejandro Rozitchner recomienda: El cliente nunca tiene razón, de Tamara di Tella

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