PRINCIPIA Nro 42

C I P N I I A R P R E V I S TA D E

C U LT U R A

U N I V E R S I D A D C E N T R O C C I D E N TA L “ L I S A N D R O A LVA R A D O ”

Ciudad

Francisco León Jiménez

Mayo 2019 - Nro 42

Este número de PRINCIPIA va con especial dedicación al Gloria al Bravo Pueblo de Venezuela, que con su lucha constante ha decidido recuperar la democracia de su pais.

Los Venezolanos, donde nos encontremos, estaremos siempre emitiendo permanentes gritos de esperanza y libertad, y nunca nada ni nadie podrá destruir la dignidad, valor y fortaleza que hemos heredados de todos esos grandes hombres y mujeres que nos dieron la independencia.

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EDITORIAL V

ivimos los venezolanos tiempos que parecen eternos y sin salida, cuando de la situación de nuestro pais se trata. Millones de nosotros luchamos diariamente, en nuestro territorio o en involuntario y forzado exilio por mantener no sólo a nuestros familiares y seres queridos, sino además por mantener y, en el peor de los casos, recuperar nuestra dignidad y autoestima, personal y familiar. Lo peor es la crisis no económica, política o social, sino la de valores y la del Alma de la Nación. Otrora un país seguro de sí mismo, consciente de sus valores democráticos de la convivencia, tolerancia, alegría, mirada del otro, generosidad y solidaridad, la presente era que aún transitamos parece haber sacado a la luz todos los defectos que se le atribuían a los venezolanos como estereotipos y otros más que no sabíamos o imaginábamos que tuviésemos, como por ejemplo, el egoísmo extremo, la indiferencia social, la extorsión pública y privada, la especulación como modo generalizado de vida (“bachaquerismo”), la crueldad con los connacionales y la tortura sistemática (importada ésta últimamente de experiencias totalitarias regionales de ingeniería y control social), la desidia y el desinterés por el deterioro de una infraestructura civil que costó décadas construir, y otras que cada lector consciente pudiera agregar a esta lista.

Pareciera que el cuerpo humano y social de nuestro hermoso país hubiera tocado el fondo de un pantano y no tiene ni desea luchar, bracear y salir de nuevo a la superficie de esta ciénaga existencial. Se espera una intervención militar extranjera como solución mágica al nudo gordiano de nuestra drama cotidiano. Otros, apuestan por fórmulas ya exploradas y fenecidas como el diálogo entre los actores de poder del Gobierno y de la Oposición sin tomar en cuenta su pertinencia en el hoy, visto las esperanzas frustradas 3

y el desencanto colectivo que dichas pláticas trajeron consigo. Otros, cada vez más, optan por el solitario camino del exilio y la emigración, hastiados y desesperados de no poder mantener ese mínimo de dignidad y de derechos del hombre de los que hablábamos al inicio. Este último tema lo hemos tratado ya en el número anterior de “Principia”.

Cabe preguntarse entonces en qué pudimos haber fallado durante los cuarenta años del período democrático de 1958-1998, que permitimos que la clase política actual denominara, en forma despectiva, la “Cuarta República”.

No fallamos desde luego en la construcción de la infraestructura civil, tampoco lo hicimos (no obstante las graves acusaciones en contra a los gobiernos de la época) en la gestión general del Estado y de su economía, menos aún en las oportunidades de movilidad social que la Democracia de entonces deparaba a los habitantes del país a través de Universidades públicas gratuitas de altísima y reconocida calidad nacional e internacional, no fallamos en la aplicación de los procedimientos judiciales de interés superior cuando se juzgó y condenó -aun en entredicho- a un Presidente en funciones constitucionales y tal como lo establecía la pretérita Constitución del 61. No fallamos cuando sin distingo alguno se educó a legiones de ciudadanos en el extranjero con el Plan de Becas “Mariscal de Ayacucho”. No fallamos cuando construimos y logramos desarrollar una red de Hospitales Centrales y Ambulatorios que competían con los del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales y el Hospital Universitario de Caracas, referencias internacionales de calidad en atención médica especializada. No fallamos cuando el mismo pueblo expandió sus horizontes culturales mediante la espontánea fundación de los “Ateneos” en cada rincón de nuestra geografía. Entonces, ¿en qué pudimos haber fallado para que pareciera que mereciésemos vivir en la situación actual más propia de una República bananera de hace un siglo que del país-potencia que tanto se ufanan los dirigentes políticos que hoy confiscan y usurpan nuestra Libertad?

Editorial

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Una respuesta, entre muchas otras posibles desde luego, es que quizás nos faltó, como dijo un Doctor en Filosofía de la ilustre Universidad de Los Andes (ULA) ya fallecido, don Mauricio Navia Antezana (1957-2018) y quien viajara mucho por Latinoamérica: “ser un poco más como los argentinos”.

Es decir, haber tenido orgullo de nuestros logros, no haber permitido destruir la Institucionalidad que teníamos , que funcionaba (como lo demostró el defenestramiento, perfectamente legal de aquel ex presidente, en 1992. Todos contribuimos a desacreditar y destruir unas Instituciones a las cuales atribuíamos, erróneamente, los fracasos de los políticos y de nuestras culpas y temores como Sociedad. Hoy en día, hablamos de ellas con encendida nostalgia como PDVSA, Edelca, las Empresas de Guayana, la aerolínea de bandera VIASA, el conjunto recreacional “Los Caracas” en Vargas, la Reserva Forestal de Uverito, el Metro de Caracas, las Represas del Guri y Uribante-Caparo, el INCE, la red de Autopistas y Carreteras que terminaron de unir al país, Venezolana de Navegación, los Aeropuertos internacionales que no tenían nada que envidiarle a ningún otro país de Latinoamérica y, para usted de contar, no pretendemos fatigarle más querido lector… la pregunta es: ¿En qué fallamos? ¿Nos faltó autoestima? ¿Nos sobró “hybris” y soberbia? Ayudémonos pues a resolver, entre todos, éstas y otras interrogantes sobre nuestro presente y más importante aún, sobre nuestro destino.

Elucidadas estas reflexiones, tenemos el grato honor y placer de presentarles a vuestra lectura este número 42 de “Principia” cuyo “leitmotiv” en esta ocasión es una persona que por muchos años, décadas quizás, ejerció como nuestro editorialista, pero cuya función principal en la vida, a fuer de su profesión de abogado y profesor universitario de nuestra querida Casa de Estudios, la Universidad Centroocidental Lisandro Alvarado, ha sido la de presentarnos su extraordinaria visión de la vida, de la humanidad, de la pareja, del mundo, en fin de todo lo que mueve al asombro y la perplejidad azás Editorial

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filosófica por medio del milenario arte de la Poesía. Oriental de nacimiento y larense de la vida, nos referimos, como el lector avisado podrá suponer, a nuestro querido amigo de todos, el poeta Jesús Enrique Barrios, cuya presencia planea a lo largo de todo este número de “Principia”. A los que no conocen su Obra y su persona, trataremos de introducirles al mundo extraordinario y onírico de este vate, poeta de “haikus” muy originales, poeta de la “epojé” (el asombro) de lo cotidiano, navegante y cantor del Amor, de la valentía y de la perplejidad humana. No pocas veces nos hemos asombrado con sus versos, y el asombro, decía Aristóteles, en el primer párrafo de su “Metafísica” es el origen ontológico del conocimiento de lo humano y lo divino.

En otros aspectos el lector encontrará escogidos y amenos ensayos de Marina Ayala, Alfredo Vallota, Rafael Hernández, Freddy Castillo Castellanos, Douglas Jiménez, Luis José Oropeza, Gustavo Pereira además de nuestras permanentes Secciones de “Principia Perenne” a cargo de Alberto Castillo Vicci y una edición central especial, una especie de “center fold” bajo la “curaduría” de Luis Ignacio Suarez Meza, más amplia de lo habitual pues incluye una entrevista al artista plástico invitado en esta edición y autor de nuestra portada, Francisco León Jiménez. Un fulgurante ensayo autobiográfico de nuestro poeta homenajeado, Jesús Enrique Barrios, completa esta sección intermedia de este número 42. Esperamos vuestras opiniones y sugerencias a través de una próxima encuesta que estará disponible muy pronto en nuestros portales de acceso por Internet. Como decía Gustavo Cerrati, “¡Gracias totales!”. Hasta una próxima oportunidad.

Juan Antonio Rodríguez Barroso

Editorial

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UCLA RECTORA (ENCARGADA)

Nelly Velásquez V.

VICERECTORA ACADEMICA

Nelly Velásquez V.

VICERECTOR ADMINISTRATIVO

Edgar Alvarado

SECRETARIO GENERAL

Edgar Rodriguez

PRINCIPIA EDICION Nro 42 Abril 2019

EDITOR

PREMIO NACIONAL Teléfono +58 251 2591068 principiaucla@hotmail.com Barquisimeto - Venezuela ISBN 1315-62225

Luis Adelmo Álvarez COMITE EDITOR Alberto Castillo Vicci Luis Ignacio Suárez Meza Juan Antonio Rodríguez B. Douglas Rodríguez Olarte

ASESORES Marina Ayala Freddy Castillo Castellano Douglas Jiménez

Ennodio Torres Alfredo Vallota

CONTENIDO EDITORIAL................................... 3 ENSAYOS

Se resquebrajan las democracias (Marina Ayala) ..............

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Familismo Amoral (Alfredo Vallota) ...................................... 16 El Universo (Rafael Hernández) ............................................ 30 La matemática como pretexto cinematográfico (Douglas Jiménez) .................................................................. 37 GALERIA DE PRINCIPIA

Francisco León Jiménez (Luis Ignacio Suárez Meza).............. 46 HOMENAJE AL POETA BARRIOS ............... 55

Razones de un homenaje (Principia)............................... 56 Fulguraciones del destino ............................................. 58 Reseña Histórica de Jesús Enrique Barrios .

(Luis Suarez Meza) ................................................................. 63 Para celebrar a Jesús Enrique Barrios (Gustavo Pereira).. 67 El silencio multiplicado (Esteban Rivas Marchena) .............. 74 Poemas de Jesús Enrique Barrios (Freddy Castillo Castellanos) ..................................................... 78 PRINCIPIA PERENNE

Utopias, Distopías y Ciencia-Ficción (Alberto Castillo Vicci) .............................................................. 87 ENTREVISTAS

La Doctrina Betancourt ¿Una alternativa para Venezuela?

(Freddy Castillo & Luis José Oropeza) ....................................... 105 TALLER DE PRINCIPIA

Relatos de Alex Ulacio .................................................... 115 OBITUARIO

José María Cadenas (Chemaría)............. 125 BARQUISIMETO DE AYER................ 126

¿Se resquebrajan las democracias?

Marina Ayala

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l sistema democrático al que hemos considerado como el más idóneo para regir la convivencia humana, pareciera comenzar a hacer agua por todos lados. Era fundamental para su fortalecimiento la participación activa de cada una de las personas que queríamos vivir bajo ese régimen político. Asumir con solidez nuestras obligaciones como ciudadanos, respetar las normas públicas acordadas en lo que llamamos una Constitución de la República. Es decir, comportarnos con responsabilidad y respeto hacia los otros seres humano que ocupan un mismo territorio con nosotros. De igual forma al trasladarnos a otros países conocer que allí también hay leyes y tenemos que Zygmunt Bauman (1925-2017) acatarlas si no queremos ser sancionados. Todas esas restricciones necesarias y sensatas comenzaron a fastidiar a los ciudadanos que se mostraron cada vez más rebeldes o podríamos decir, más salvajes. Henchidos por una visión de merecerlo todo de inmediato se creyó que la vida se arrebataba no se construía. Nos dirigimos a otro relato de vida que aún no sabemos contarlo; por los momentos se expresa como un guión no terminado, mal expresado, desordenado.

Este desmoronamiento fue observado por Zygmunt Bauman a lo que denominó “Vida líquida”. “La sociedad moderna líquida es aquella en que las condiciones de actuación de sus miembros cambian antes de que las formas de actuar se consoliden en unos hábitos y en una rutinas determinadas”1 No se trata de un sistema, de una manera de entendernos como seres humanos y de las formas de comportarnos. Se trata más bien de un desorden que no puede mantener su 1

Zygmunt Bauman. Vida Líquida. Paidós 2006.

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forma ni su rumbo por mucho tiempo. Se trata de una vida precaria que los seres humanos transitan con una fuerte sensación de incertidumbre por lo efímero que resulta todo esfuerzo. No hay forma de hacer cálculos basados en hechos pasados para predecir un futuro, la experiencia no se hace confiable. Estamos constantemente improvisando sin saber a dónde vamos y aun peor, sin saber qué queremos. Si bien en Venezuela estos estragos lo vivimos de forma paroxística, es el mundo que se encuentra contaminado, son los habitantes de este planeta que perdieron rumbo y ataduras simbólicas.

En psicoanálisis se comienza a observar una sintomatología específica, seres que sufren y se quejan por no querer aceptar los límites que nos impone la cultura.

No se quiere aceptar el malestar que debemos pagar por ser seres sociales, por no poder vivir en un total y definitivo aislamiento, como muy bien señaló Freud en su “Malestar en la cultura”. Ese malestar inherente a nuestra condición de seres humanos al no poder obviar la ética de las consecuencias de nuestros actos y tener que renunciar a satisfacciones inmediatas de nuestros impulsos. La libertad que nos otorgó el poseer un lenguaje y por lo tanto la posibilidad de pensar, nos liberó de conductas automáticas instintivas determinadas por códigos genéticos. La vida privada y también la pública que conformemos es producto de nuestras decisiones y de cómo inventamos nuestro mundo. Es producto del cuento que nos contamos y cambiamos con el transcurrir de la historia.

No fuimos capaces de aceptar nuestro malestar, no entendimos que el ser ¿Se resquebrajan las democracias?

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humano se hace no se nace. Quedamos instalados en tiempos infantiles creyéndonos merecedores de ser satisfechos inmediatamente en nuestros deseos o más bien antojos. Pensando que la felicidad se compra en las tiendas y creyendo que siempre debe haber un otro que nos proteja. De forma fácil y como se botan los corotos viejos fuimos rompiendo vínculos esenciales y quedamos solos en un mundo muy incierto. Lo que se manifiesta es un goce desbordado y un deseo que se vuelve impenetrable, en realidad ¿qué es lo que ese Otro quiere de mí? Terreno fértil para la instalación de dictaduras y final de las democracias. El tirano se instala más allá de todo limite humano, hacerse de un poder y dar la impresión de poder llevar a cabo cualquier meta, por más inverosímil que esta pueda ser.

Resaltar sus nombres, llenar las calles con ojos vigilantes, presentarse como inmortales y superiores son las formas como impiden una política de lo posible y cierran las estrategias que desmoten sus mitos. Una sociedad desvalida, presa de sus incertidumbres bucea en su inconsciente colectivo un imago del padre.

Como lo expresa Slavoj Zizek distintos relatos se ha contado la humanidad en los últimos tiempos para en realidad terminar quedando sin ningún relato colectivo que transmitir a nuestros descendientes.

En Europa lo que se denominó una visión corporativa consistía la visión de que la sociedad es como un cuerpo en donde cada individuo tiene que estar en su lugar y desempeñar su actividad específica. Todo lo opuesto a lo que es una democracia: En democracia nadie está obligado de estar en un lugar determinado, todo el mundo tiene el derecho de participar en asuntos universales y de expresar su opinión en asuntos colectivos y en la dirección de sus comunidades.

Por ello no extrañaría la perplejidad de Confucio sobre el desorden de nuestras sociedades, “las leyes no rigen y los sujetos no son útiles” 2 Pasamos de recobrar una libertad, que no pocos conflictos nos costó para entregarla dócilmente a seres amorales que no podemos considerar humanos.

Son seres que no admitieron su inscripción en ninguna ética y por lo tanto no sienten responsabilidad ni compasión alguna. Solo gozan una vez que se hacen del poder con el sometimiento de los ciudadanos y con su dolor. Mientras más humillan y maltratan a la población más aseguran su hegemonía, al imponer el miedo e instalarse la impotencia. En un mundo con estas características comenzó a resurgir las teologías y los nacionalismos. En nuestro caso la imagen de un Simón Bolívar desprovisto de su dimensión humana y elevado a los altares de un dios. Un presidente que habla con pajaritos y viaje por el túnel del tiempo.

Bravuconadas como “la patria la defendemos con la vida” mientras soldados corren despavoridos por la explosión de un dron. Podría causar hilaridad si no se tratara de una verdadera tragedia.

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Slavoj Zizek. Living en the End Times. Verso 2010 ¿Se resquebrajan las democracias?

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Inventamos las condiciones para vivir de una manera más justa y libre pero no supimos usar esa herramienta de forma sabia. Pareciera que es la historia de la humanidad que no cesa de luchar por sus conquistas y al obtenerlas no las cuidan. Quisimos no quedar determinados por las historias familiares ni por los prejuicios que imperaban en las sociedades. Logramos abrir el abanico de posibilidades y derrocar la pacatería para después no saber qué hacer con las libertades. Uno de los logros más destacados fue la liberación femenina, desde el derecho al voto hasta su autonomía en terrenos que habían estado reservados a la población masculina. Hoy las mujeres se destacan en medios empresariales y políticos en la cultura occidental, es decir, en las culturas que ya no están regidas por principios teocráticos. Pero el movimiento continuó hasta convertirse en un desorden más, las feministas creen que mostrando conductas soeces y apareciendo desnudas en público, expresando su desparpajo y desprecio a las normas sociales dominan sus cuerpos y sus lugares reivindicados. De esta forma desvirtúan sus justas luchas y pierden la delicadeza femenina.

Arrogantes y desafiantes destruimos muchos valores y no construimos sus sustitutos. Acabamos con la familia, con la amistad y el amor para comenzar a adorar al dios destructor de un goce no administrado. Cosas de viejos la disciplina, el estudio, la cultura. No es necesario pensar basta con comer, beber y tener sexo libre. Buscando eternizar una fiesta la agotamos y hoy las luces se apagan en una queja constate porque huyendo del malestar lo encontramos repotenciado. Se oyen las quejas, se siente el malestar pero no se observa la tarea de crear un relato actualizado para el mundo. Es necesario cambiar la queja por la perplejidad, ese “yo no entiendo nada” que nos llevaría a pensar. Una tarea impostergable para evitar nuevamente la repetición de las guerras. Los problemas son múltiples y globales por lo que las respuestas deben ser globales. El mundo enfrenta varias amenazas y no de baja cuantía, por mencionar algunas, digamos: el terrorismo, las emigraciones masivas, un colapso económico en ciernes, la disolución de las comunidades, la biotecnología y la infotecnología sin control ni normativas éticas. No hay que desestimar la estupidez humana, no tenemos motivos razonables para hacerlo.

Este último problema señalado es de gran relevancia para el mundo actual y su progresiva pérdida de libertad a pesar del libertinaje. No por casualidad Yuval Noah Harari le dedica gran parte de su preocupación actual: “Los algoritmos de macrodatos pueden crear dictaduras digitales en la que todo el poder este concentrado en las manos de una elite minúscula al tiempo que la mayor parte de la gente padezca no ya la explotación, sino algo muchísimo peor: irrelevancia” 3 3 Yuval Noah Harari. 21 lecciones para el siglo XXI Penguin Randon House Grupo Editorial. 2018 ¿Se resquebrajan las democracias?

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Daniel Kahneman, el único psicólogo galardonado con el premio Nobel de Economía y autor del bestseller internacional Pensar rápido, pensar despacio (Debate, 2011), y a Yuval Noah Harari, historiador también israelí y autor de otro superventas a escala global, De animales a dioses. Una breve historia de la humanidad (Debate, 2014).

Un reto que enfrenta la humanidad y que debe tener una respuesta global en un mundo cada vez más dividido por las culturas, las religiones, los nacionalismos y los problemas económicos. Se ha formado una comunidad global a través de las redes sociales, no hay que subestimar estas herramientas que casi todos utilizamos. Por las redes, principalmente tuiter, podemos apreciar cómo está el talante de la gente en todas partes del mundo. Si bien hay diferencias según la realidad de cada país, vemos con asombro como predomina el carácter autoritario de la gente. Contradiciendo el carácter liberal de nuestras conciencias que debe respetar las libertades individuales y colectivas apreciamos el impulso por prohibir, reprimir y vejar. Se salta a matar sin argumentos porque pensar, estudiar e investigar se hace muy difícil, no hay tiempo. Ello nos explica a tantos votantes por los autoritarismos. La gente no se conforma con elegir lo que le gusta sino quiere que desaparezca todo aquello que no le gusta. Demasiado fanatismo que está acabando con las posibilidades de las democracias.

Guillermo O’Donnell constantemente insiste en la fragilidad de nuestros sistemas políticos liberales y enfatiza como esencial el talante de las comunidades, de la gente. Las ideas democráticas deben expandirse en la sociedad y la cultura: ¿Se resquebrajan las democracias?

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“El nacimiento de un rico tejido social de instituciones y de patrones de autoridad democrática (o por lo menos no despóticos ni arcaicos) es ayudado por la vigencia de las libertades y garantías típicas de la democracia política; por otro lado, la consolidación de esta última recibe enorme ayuda de la expansión progresiva (aunque no necesariamente lineal) de aquel tejido. Ésta es una de las razones por las cuales el camino que tenemos ante nosotros es largo y complicado y está sujeto a peligrosos estancamientos y eventuales retrocesos.

Pero también nos demuestra que la única manera de avanzar en el proceso de construcción democrática es practicando la democracia en el terreno político y —por lo menos— combatiendo en todos los lugares de la sociedad los patrones despóticos de autoridad” 4 La sociedad venezolana viene acentuando características autoritarias en estos largos años de agobio con autoridades despóticas. Viene acentuando, porque siempre la hemos exhibido. Basta observar el comportamiento de los funcionarios públicos desplegando sus nimias cuotas de poder con un despotismo y desprecio al público inaceptable (hay sus excepciones por supuesto). También vemos que ese despliegue pareciera ser un teatro para defenderse de un público igualmente arbitrario. Pero cuando se ha tenido este vulgar despotismo como modelaje por tanto tiempo esta manera de conducirse poco democrática se ha expandido y acentuado. No hemos sido demócratas hemos sido rebeldes e irreverentes. Un demócrata es aquel que ha integrado en su carácter y en su práctica las reglas liberales de una Democracia, respeto por las libertades de los otros. Esta será la tarea principal a emprender una vez que rescatemos nuestras libertades.

Prioritaria y la más dificultosa porque se trata de la educación de la población que en su mayoría observa un gran escasez cultural y formativa. La ignorancia nuestra mortal enemiga. Por muchos factores, los mencionados y muchos más, no hemos tenido un relato de país, no hemos sabido que país queremos. Es un país que se nos dificulta contar. Y ahora tenemos la tremenda tarea de contarnos el relato democrático, cuando este relato comienza a resquebrajarse a nivel mundial. Varios relatos se han perdido en Venezuela.

Algunos autores comienzan hablar del fin de una era, lo que indudablemente repercute en nuestras creencias y emotividad. El desorden que observamos se debe a no saber cómo pararnos ante esta realidad, como interpretarla. Es un momento nihilista y de indignación. Al preguntarnos sobre cuál es la relación que mantenemos con un Estado Gerard Wajcman se contesta: “ya no vivimos en una sociedad de amos y esclavos, capitalistas y proletarios o ciudadanos, sino 4 Guillermo O’Donnell Cuadernos políticos No. 56 México D.F. Editorial Era Enero-Abril 1989 ¿Se resquebrajan las democracias?

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en una sociedad de consumidores” 5. ¿Es posible sostener un mundo con una relación clientelar con el Estado? Creemos que ese no es un mundo viable o no es, simplemente, un mundo. Pareciera, entonces, que la tarea que toca emprender no es desplazar un mundo por otro, sino construir nuevamente nuestro mundo en el que podamos disfrutar de ciertas seguridades en comunidades sólidas. Lo que tenemos ahora son políticos demagogos ofertando mercancías baratas y engañosas que atraen de forma masiva a ávidos consumidores. El populismo.

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Gerard Wajcman. Intimate Extorted, Intimate Expesed Umbra 2007

Marina Ayala

Psicoanalista, filósofo y ensayista

WWW

¿Se resquebrajan las democracias?

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Familismo amoral o por qué no somos modernos Al poeta Jesús Enrique Barrios, cuya obra es manantial donde el alma bebe

Alfredo Vallota

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l afán por ser modernos en Sudamérica nace con la independencia al enfrentarse a un reino español que se regía con las pautas sociopolíticas, morales y culturales de tiempos superados por las grandes revoluciones en Norteamérica, Francia e Inglaterra. La imagen de esos tiempos modernos fue Don Francisco de Miranda, un hombre que vivió la revolución americana, la revolución francesa y la superación de la crisis británica del siglo XVII, es decir, un testigo y actor de las modernas modificaciones socio políticas que terminó preso y muerto en la Carraca, entregado por sus compatriotas. Fue todo un símbolo para el futuro porque sus sucesores, quien más quien menos, trataron de mantener los mismos empeños del imperio español, aunque con otros beneficiarios. Poco después de independientes, Venezuela anticipó lo que vendría con la llamada Revolución de las Reformas de 1830, un golpe militar contra el primer gobierno civil del Presidente Vargas por asomar medidas modernas eliminando fueros y privilegios. Aunque la revuelta fracasó, sirvió para que esas ideas ético-políticas premodernas se mantuvieran en el afán de todos por gozar de prerrogativas y dispensas por encima, o fuera, de la ley que llega hasta nuestros días y se refleja en el refrán, para los amigos regalos, para los enemigos la ley.

La Modernidad La Modernidad fue un giro que la cultura europea hizo en el siglo XVII que por un lado le permitió asumir el liderazgo mundial que hasta esos tiempos tenía el oriente del mundo y por otro quedaron delineados muchos aspectos de la vida contemporánea resultado de esa gran revolución intelectual en el modo de que el hombre se para en el mundo y se entiende a sí mismo. Podemos analogar la Modernidad al Canon de Pachelbel en el barroco del que, a partir de una melodía central, se derivan cientos de composiciones populares desde los Beatles, pasando por Aerosmith, Toto Journey, Michael Jackson, James Blunt, Five for Fighting Lady Gaga hasta punk rock por lo que se lo llama las cuatro notas o la madre de todas las canciones. Una de las notas de esa melodía central de la Modernidad es la afirmación radical del valor del ser humano individual, educado, libre y responsable, fundante del Humanismo. El ser humano indivi16

dual fue exaltado, por encima de dioses y/o demonios, de patria y religiones, de ideologías y destinos, de razas y tradiciones, para ocupar el centro desde donde dar cuenta de todo. Si el hombre es lo que hace y lo que hace es pensar, como dice Descartes, se esperaba que, progresivamente, pudiera librarse de todo tipo de coacciones para asumir plenamente su autonomía para pensar y hacer lo que piensa. Este talante fundó el optimismo filosófico de los siglos XVII y XVIII porque permitiría solucionar racionalmente todas las divergencias que surgieran en la marcha, resolver las dificultades y proyectar el camino que nos lleve a la abundancia, la libertad, el ocio creativo y la felicidad.

Esta posición deja varios asuntos pendientes y uno de los principales es el de la convivencia que la concepción heredada fundaba en una comunidad natural humana, como originariamente había propuesto Aristóteles, de individuos diferentes en sus calificaciones y jerarquías, deberes y derechos. En cambio, el pensamiento moderno resolvió la coexistencia con la creación del estado, una institución que, al decir de Hobbes, es el resultado de un pacto social, un contrato suscripto por el conjunto de individuos libres e iguales para convenir en las reglas que han de regir la vida colectiva. Es un acuerdo pensado, racional, calculado, que impone ciertas normas acordadas entre todos para coexistir y para cuyo cumplimiento los individuos le otorgan al estado el monopolio del uso de la fuerza para evitar su violación o castigar a los que lo hacen. Ese pacto o contrato social, cuando está escrito y fijado, se llama Constitución.

Estas normas rigen en el ámbito público, como rigen en los contratos con los se establecen acuerdos con otros en una sociedad comercial y de ninguna manera abarcan la vida privada, como no lo hace ningún acuerdo entre accionistas de ninguna empresa sea cultural, comercial o de cualquier índole. En la esfera privada, los individuos firmantes de un contrato siguen gozando de libertad sobre sí mismos, sus bienes, sus creencias, y sus costumbres. Esto distingue una sociedad, en la que los alcances del compromiso son limitados, de una comunidad en la que no hay límites entre lo privado y lo público porque todo es común y compartido. Esta moderna colectividad se refleja en ese refrán que dice que los ciudadanos están facultados a hacer todo lo que la ley no prohíbe mientras que los gobernantes están facultados a hacer todo lo que la ley les autoriza. Veremos por qué eso no se cumple entre nosotros.

La etica El hacer incluye una ética, y un principio que la fundamente que, en el marco que presentamos, no puede ser sino el sujeto mismo, una ética antropocéntrica. Entendemos la ética como el modo de ser de cada uno de los que están juntos en el mismo lugar, es decir la relación de un individuo con lo que pasa en su entorno, el resultado de los comentarios, pareceres, actitudes y accioFamilismo amoral o por qué no somos modernos

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nes sobre las situaciones históricas, sociales, políticas tecno-científicas que le toca vivir según el modo de ser-con-otros, una especie de sabiduría compartida de la acción.

Pero siempre la guía no puede ser otra que personal, conducirse a sí mismo dice Descartes, claro que aceptando las normas convenidas.

Decía el filósofo holandés Spinoza que, en el momento de discutir cuál la norma se deben considerar todas las opciones, pero en el momento de cumplir lo acordado ninguna excepción. Abraham Lincoln reflejaba la importancia del individuo diciendo no importa lo tonto que se sea, uno sabe dónde le aprieta el zapato mientras que Leo Strauss reafirma, con una expresión más dura, y discutible, en el espíritu moderno, ningún sabio es mejor juez de lo que le conviene a un imbécil que el mismo imbécil.

Como la ética o la moral (en esta diferencia no vamos a detenernos) tiene que ver con los otros, con los demás, con la otredad y, por ende, con nuestra felicidad, nuestro bienestar, con la vida buena, con la realización personal, la moral moderna, si bien antropocéntrica, no puede desatender la convivencia en la que está inmersa. Un ser humano que viviera solitario, en una cueva aislado, no requiere de una moral pero aquél que, viviendo con otros, la niega, no atiende o no le importan los demás, centrado exclusivamente en sí mismo, es un amoral. Pero, con esta exaltación y primacía del individuo por un lado, y por otro la existencia de normas contractuales que rigen la vida colectiva, hay una tensión y aparecen problemas a resolver y en esto nos enfocaremos.

Relaciones interpersonales Centrémonos en nuestras relaciones, esas relaciones que cada uno mantiene, sufre o disfruta. En los últimos dos siglos, la vida de los humanos paulatinamente se concentró en grandes ciudades, consecuencia de los cambios económicos que se desarrollaban en evolución de la civilización, lo que nos lleva a establecer al menos dos tipos diferentes de relaciones, que por el momento llamaremos cortas y largas.

Familismo amoral o por qué no somos modernos

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Hay un conjunto de personas con quienes nos vinculamos directamente, a quienes conocemos personalmente, con quienes nos ligamos emocionalmente y damos satisfacción a nuestros afectos, a nuestra necesidad de contacto físico, de pertenencia y lealtad, de protección y contención, en quienes buscamos fortaleza en la debilidad y ayuda en las carencias. Ellos son los miembros de la familia, los amigos cercanos, algunos vecinos, ciertos colegas o compañeros de trabajo, los amores, pero que son poca gente, a lo más unas decenas de personas. Son las que participan de nuestra vida más íntima, nos conocemos entre nosotros, sabemos de nuestras debilidades y fortaleza, y nos adaptamos a ellas para optimizar nuestros intercambios. Con ellas tenemos lo que podemos llamar relaciones primarias o relaciones cortas y conforman nuestro ámbito privado. En el trato con ellas no hay reglas fijas, como un padre con sus hijos o cada uno con sus amigos, a quienes, en cada situación y a cada uno les brindamos, una consideración diferente, porque a veces damos y otras recibimos, reclamamos o concedemos, para obtener la mejor calidad de la convivencia con cada uno.

La esfera privada es la de la casa, de la familia, de la camaradería, de los apegos y su rasgo distintivo es constituir el espacio donde los seres humanos viven llevados por sus afectos, deseos, simpatías y necesidades, tanto materiales como espirituales. Es la esfera de proveer alimento, de dar a luz, de producir y reproducir la vida humana, del cuido en la enfermedad, del refugio en la vulnerabilidad, de las confesiones, de los llantos y las risas, donde se comparten secretos y se gestan los proyectos, las creencias y personalidades que marcan los primeros años de vida, o toda la vida. Ese ámbito corto, ha sido por siglos el ámbito de la necesidad, de las actividades que producen los bienes que aseguran la propia supervivencia. La necesidad es un fenómeno pre–político característico de lo privado, un espacio donde se justifica la demanda y el mando, la debilidad y la fuerza, el cariño y hasta la violencia donde, naturalmente, en el momento de actuar y tomar decisiones, deben darse relaciones de poder que ponga orden en las diferencias o confusión. En Venezuela, en estos grupos que probablemente fueran los que reunieron a los primeros seres humanos en la prehistoria, el poder y orden lo establece la mujer, la madre, la abuela, en lo que se llama Familismo matricentral, conformado así quizás por el gran descenso de población masculina debido a la sangre derramada en la Guerra de la Independencia, deficiencia que se mantuvo en la Venezuela que podemos calificar de agraria hasta mediados del siglo XX. Pero estas relaciones no son las que cuantitativamente dominan hoy nuestra vida en una gran ciudad. En nuestro encuentro diario con miles de personas diferentes, en los lugares de trabajo, los transportes, los centros de estudio y diversión, los comercios, en el simple deambular por la ciudad, no podemos conocerlas a todas personalmente para interactuar con ellas como lo hacemos con Familismo amoral o por qué no somos modernos

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La familia. Fernando Botero las relaciones primarias, ni siquiera para obtener nuestra subsistencia. Con ellas tenemos otro tipo de trato, lo que llamamos un trato largo.

Si la esfera privada se caracteriza por la necesidad y el trabajo, la pública se caracteriza por la acción y el discurso, aunque en estos tiempos absorbe también el trabajo. Vivir en la ciudad, en la polis, ser político, significa que todo se decide a través de las palabras y la persuasión, mediante acuerdos y no la fuerza o la imposición. El ámbito público es un espacio en el cual las cosas dichas y hechas son vistas y oídas por los demás, es decir que tienen una pluralidad de otros como testigos. El ámbito público es donde los seres humanos pueden lucirse, superarse a través de actos de honor, capacidades, preparación, coraje, y trascender la mortalidad de los individuos dejando una huella en la historia, lograr una especie de inmortalidad que supere la destrucción natural del tiempo, además de la que dan los hijos. Pero también la de deshonrarse, pasar pena y vergüenza frente Familismo amoral o por qué no somos modernos

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a nuestros prójimos. También el ámbito público es la esfera de la libertad porque, desde los antiguos griegos, la libertad sólo tiene lugar en la polis, en la esfera política, en el espacio público, fuera del cerco que impone la necesidad del ámbito privado. Con esos cientos o miles de personas desconocidas nos vinculamos mediante un conjunto de reglas socialmente establecidas, a veces explícitamente otras no, pero válidas para todos, que determinan nuestra conducta en lo que llamamos vida pública y en las que rigen principalmente normas morales y legales pensadas racionalmente, como horarios, lugar de la actividad, procedimientos que hay que cumplir, tipo de acción que nos comprometemos a realizar, con un cierto modo de hacerla, horario de las obligaciones a cumplir, etc.

Polis Griega La vida colectiva Un caso ejemplar de esas relaciones públicas a las que nos referimos es el semáforo que establece un orden de paso entre los vehículos en tránsito, con un un juego de luces que acordamos regula a todos por igual. En el tránsito, no conocemos a los conductores de los otros automóviles, ni nos interesa conocerlos, ni necesitamos conocerlos porque nos comportamos de acuerdo a esas normas, que todos debemos nos comprometemos a obedecer sin excepción, como también sucede en el orden que nos despachan en una oficina, con la persona que atendemos en el negocio, ,con la duración de la clase que vamos a Familismo amoral o por qué no somos modernos

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dar, con el sentido en de la circulación de automóviles, con el horario de atención al público de un banco o con la manera que se juega fútbol. El uso del semáforo, como los otros casos, nos ahorra tiempo y facilita la toma de decisiones porque nos permite predecir la conducta de los otros en ciertas condiciones, qué cosas podemos hacer y qué cosas no, sin necesidad de ser sus amigos del alma porque son normas acordadas entre todos para facilitar la convivencia y así con las demás.

Partenón en la Acrópolis de Atenas Estas normas incluyen las llamadas de buena educación o educación cívica, y se fundan en el trato respetuoso, reconocimiento de la valía del otro, de las jerarquías sociales admitidas, de la dignidad de la personas, de la autoridad, de los derechos individuales, la tolerancia, y conforman el núcleo de las relaciones sociales y que son en las que la modernidad hace hincapié.

Estas relaciones aspiran a ser universales, no porque valgan para todo el universo sino porque valen para los miles de personas con quienes convivimos, conocidos o no, en nuestra cotidianeidad. Son las que nos permiten caminar en una muchedumbre o viajar en un transporte atestado sin que eso sea una guerra, ser atendidos en una oficina sin necesidad de obligar a que lo hagan con una pistola, o que nuestro autobús siga ordenada y oportunamente el itinerario que debe. Claro es que siempre hay alguno que no la cumple y a ellos los consideramos amorales porque no respetan las normas que hacen a la moral de la convivencia urbana. No es necesario tener un semáforo para usar el baño de la casa que es determinado por las urgencias personales y, cuando alguien se sobrepasa, el reclamo se limita a Mamá, Fulano hace una hora que está en el baño pero es necesario una norma para ordenar la entrada y salida de los niños para las actividades en un colegio. El cumplimiento de estas normas marca la diferencia entre La polis de Escher Familismo amoral o por qué no somos modernos

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una sociedad moderna y una primitiva.

La Grieta De manera que participamos de dos tipos de relaciones: las primarias de la vida privada y las de la vida pública. Las primeras se conducen por el conocimiento personal de los integrantes, son cuantitativamente minoritarias, flexibles, adaptadas a los personajes participantes, diríamos consentidas y consentidoras. Las segundas se desarrollan a través de instituciones que norman nuestras conductas para no hacer necesario esa intimidad personal y acoplarnos al comportamiento del gran número de personas con los que interactuamos pero no tenemos necesidad, o interés, o urgencia, o gusto para incorporarlo a nuestro círculo primario. Imaginemos que, cuando llegamos a un cruce de calles, tuviéramos que conocer a los otros choferes y hacernos amigos de ellos, conocer sus necesidades para poder determinar quien pasa primero, como en el baño de la casa.

La modernidad propone, o impone esta moral pública, fundada en la igualdad de todos los individuos y, si se quiere, la neutralidad emocional, con un sistema de normas racionales válidas y aplicables a todas las personas por igual, con las excepciones que la razón determina, (damas y niños primero) independientes de los motivos y matices de cada individuo para aceptarlas (solidaridad, utilidad, compromiso religioso). Se trata de un orden abstracto general que conforma una ética compartida que reconoce en cada uno de nosotros ciertos derechos y nos impone ciertos deberes. Estas normas, que incluye lo que se llama la buena educación, buen trato, modales, y hasta vestimenta adecuada, varían épocalmente o en regiones del mundo, están fundadas en el respeto igualitario al otro. El alcance de estas normas es el ámbito público y no la vida privada donde hay más flexibilidad en tanto priman las relaciones personales. Por caso, en nuestras casas muchos gustan comer en la cocina, pero esto no se puede pretender hacer en un restaurante. Ni que hablar del famoso ¡ya va! con que respondemos ante un pedido en la casa que es inadmisible en la emergencia de un hospital. Tampoco, salvo regímenes dictatoriales, se pretende que esas normas públicas invadan la vida privada y nos señalen lo que podemos comer, las diversiones que podamos tener, los libros que podamos leer, los entretenimientos que disfrutamos, que son disposiciones privadas.

Pues bien, el pivote del conflicto que pretendo señalar y que impide que seamos modernos es precisamente la contraria, la incapacidad de aceptar una norma de tipo abstracta, impersonal, universal aplicable a todas las personas en el ámbito público y tratar de aplicar en todos los casos las reglas de conducta del ámbito privado al ámbito público. En otras palabras, implantar los valores de las

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relaciones cortas de vecindad, de familia, fuera del ámbito en el que predominan y tratar de imponerlas en el ámbito de las relaciones largas y públicas. Si el hijo está apurado, la madre le prepara una comida fuera de horario o usa la impresora el que la necesita más urgente, pero no se puede pretender que eso mismo pase en la cola de un banco o que cambie la luz de un semáforo si uno está apurado.

En consecuencia, por esa incapacidad de adaptarnos, la conducta habitual es violar esas normas del ámbito público, que son las que brindan orden, eficiencia, respeto a la dignidad humana a todos, en favor de las personales del ámbito privado generando caos y desorden.

Problemas de la grieta Si atendemos a casos de lo que comento, en el ámbito privado operan vínculos particulares que contemplan lealtades, compasión o pertenencia que no operan en el ámbito público racionalmente reglado pero, en esta transferencia de lo privado a lo público que domina nuestra sociedad, se pretende que lo haga. Es un clásico en nuestra vida política la llamada solidaridad automática entre los miembros de una misma tolda, como la que se tiene con familiar en desgracia.

Todos recordamos aquello de que adeco es adeco, o ellos son blancos y se entienden o explican que un sociólogo marxista sea el encargado de la agricultura en una economía capitalista porque es leal al líder, no importa lo deficiente de su formación para el cargo. Por esa misma lealtad, un chofer de autobús sin ninguna muestra de capacidad, puede ser nombrado heredero (como hacían los emperadores romanos) y, por esa misma lealtad, elegido presidente de la república. El militante ofrece lealtad al líder esperando que el líder recompense esa lealtad con algún beneficio en el momento del triunfo, sin que en ello comporte algún otro mérito porque esa lealtad es personal, no de ideas ni proyectos y se espera que la recompensa también sea en beneficio personal. Esta conducta ha sido, y es, dominante en nuestra vida pública y los ejemplos sobran. En otros lugares, por caso, el tren ejecutivo de un gobierno se elige entre miembros de un think tank, o especialistas de un área, o representantes de intereses en el campo en cuestión, o expertos de conocida trayectoria. En Venezuela, entre los leales.

Otro importante valor que rige en las relaciones cortas es la compasión, porque uno comparte el dolor de un integrante del ámbito privado. Sin embargo, también se aspira a encontrarla en todas las relaciones públicas; una secretaria que se apiade y ponga nuestra solicitud de primero, un funcionario que se compadezca y nos llene el complejo formulario, el vendedor de pan que nos guarde dos canillas, un profesor que nos haga su favorito como cuando en la familia la Familismo amoral o por qué no somos modernos

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madre hace un postre para su hijo preferido. Entre nosotros, un llanto oportuno abre puertas que en un sistema moderno permanecerían cerradas o esperando turno, y por eso, un estudiante universitario espera que lo excusen de no haber estudiado porque tenía la abuelita enferma y la situación es tal que, al profesor que se atreve a sancionarlo, le esperan grandes inconvenientes.

La pertenencia a un grupo, que es lo que conforma el ámbito privado, también se torna importante en la vida pública y en la burocracia venezolana, sea estatal, universitaria, empresarial y es la causa de lo que se conoce como amiguismo y también nepotismo. (Una presidente de la Asamblea Legislativa incorporó en diversos cargos a 40 familiares durante su gestión). Una red de conocidos (directos o indirectos) opera milagros porque cualquier funcionario se arriesga a perder su posición social si no atiende prioritariamente las solicitudes de un familiar, de un compadre, de un recomendado de la mamá, independiente de cualquier otro mérito o justicia. Esto no es reciente, recordemos la queja que José Rafael Revenga en 1820 escribió a Simón Bolívar acerca de German Roscio y que rescató el Padre Ugalde ex rector de la UCAB que dice: El Sr. Roscio se adhiere a la ley y parece no tener parientes ni amigos. Disgusta tanto a los empleados. Era de conocimiento público que hace 20años existían tribus que manejaban la justicia, como ahora la dominan los pertenecientes a otro clan dominante. Esto incluye a la empresa privada porque Ana Julia Jattar, en su carta renuncia a su cargo de Superintendente de Pro-Competencia en el gobierno de Carlos A Pérez II señaló que hay más consejos de dirección de grandes empresas que directores por lo que las reuniones de las directivas eran casi reuniones familiares y de amigos.

Para mostrar los perjuicios y trastornos que esta transferencia de los valores de la ética del círculo priva ocasiona en el ámbito público basta referir, aunque hay miles, un caso ejemplar como fue el desmantelamiento de la industria petrolera por el extinto Presidente Chávez con la expulsión de miles integrantes de su mejor personal por no ser leales ni pertenecer a la tolda de sus seguidores y que destruyó la principal fuente de ingresos del país sin posibilidades de recuperación a corto ni mediano plazo, origen de nuestra actual situación miserable.

Estas formas de corrupción, porque son alteraciones de la norma convenida, no necesariamente involucran recompensas económicas de quien las ejecuta, pero cuando dominan las relaciones, como es nuestro caso, disuelven el fondo moral pública que sustenta la sociedad moderna. Violar las normas convenidas en favor de relaciones cortas es lo que se llama familismo amoral que, para colmo, en Venezuela no se percibe como un mal sino, al contrario, como un deber ser y Familismo amoral o por qué no somos modernos

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que impide que podamos organizarnos como una sociedad moderna y disfrutar de sus ventajas. Este familismo amoral, que se traduce en el trato de mi amor, mi padre, hola madre, m´hijo, primo con que la gente se dirige a quienes no lo son brindando presuntamente calidez al trato, es una conducta que señala que los valores de lo privado y la relación personal prima sobra lo público y, al hacerlo, desaloja a la igualdad y la justicia que debe dominar en lo público para asegurar eficiencia y éxito en nuestra empeños y poner en su lugar la arbitrariedad y el poder. Como bien dice Gonzalez Febres, entre nosotros la valoración moral que un acto merece depende de la cercanía personal entre los involucrados y quien juzga. Para mostrar la diferencia, con todos los bemoles que quepan, digamos que en el ámbito privado el que más necesita más recibe, lo merezca o no, pero en el ámbito público moderno recibe más el que más lo merece, lo necesite o no.

Final Lo curioso es que este carácter que vemos a diario en todas las relaciones sociales se contrapone con el discurso de los mismos venezolanos en favor de un trato racional, justo, igualitario, ordenado, previsible especialmente cuando no se es beneficiario Se alaba el comportamiento que impone la modernidad de igualdad en las relaciones pero que de ninguna manera este discurso se refleja en los hechos que no hace sino en reforzar el familismo amoral en el que rige el que le pega a su familia se arruina que puede que valga en la intimidad pero no en la vida pública que trasciende el círculo privado y donde debe valer la igualdad, la libertad y la responsabilidad. La vida pública moderna se basa en la idea de que podemos construir igualdad y ganar libertad pero esto requiere de organización para superar las diferencias y limitaciones del círculo privado. En una sociedad como la nuestra, de mínimo respeto a la moral pública ni por los funcionarios ni por la gente, la vida puede ser un tormento y terminar paralizando las acciones por ineficiencia generalizada para construir una cultura, es decir, un mundo distinto del natural que facilite la vida de las personas en un medio que no sea el de la fuerza bruta.

Cabe preguntarse por qué es así, por qué esta esquizofrenia moral. ¿Hipocresía colectiva? ¿El modo de ser que Aristóteles llamaba jactancia, pretender ser lo que no somos? ¿Debilidad moral? ¿Incapacidad cognitiva para acatar una norma abstracta y sólo poder obedecer órdenes rudas, inmediatas y de allí el escaso civilismo y filomilitarismo de los venezolanos? ¿Un resultado de la historia en favor del doblez, que se remonta al se acata pero no se cumple de tiempos de la colonia? ¿Limitaciones de lenguaje y no poder diferenciar el tratamiento a Familismo amoral o por qué no somos modernos

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diferentes tipos de personas? ¿Pobreza en la variedad de los afectos? Filósofos, sociólogos, historiadores y hasta neurobiólogos podrían abocarse a responder estas preguntas.

La Modernidad propone, o impone, una moral universal, es decir compartida, fundada en la igualdad de todos los individuos, una igualdad que hay que construir a partir de las diferencias naturales. Es un sistema de normas válidas y aplicables a todas las personas por igual en nuestro trato público, fundadas en la razón y con las determinaciones que la razón establece para todos, independientemente de los motivos e intenciones que tenga cada individuo al adoptarlas.

Se trata de un orden abstracto, general, acordado que reconoce ciertos deberes y ciertos derechos conforman lo que se llama buena educación, modales buen trato, o educación cívica. Estas normas pueden variar épocalmente, y tener sus adaptaciones a diferentes lugares pero, al menos, rigen durante un tiempo relativamente largo en el ámbito público.

La democracia, que tanto pregonamos como uno de los valores fundamentales de la vida moderna, reposa sobre esta organización efectiva de la igualdad en sociedad, sobre esta moralidad que hace posible la construcción de consensos, del reconocimiento de la alteridad, y de la necesidad de encontrar un lugar sobre el cual basar la convivencia humana, con individuos libres y responsables.

Si optamos por el predominio de las relaciones primarias, que son particulares para cada uno de los miembros del círculo primario, nunca podremos establecer fructífera relaciones con la mayoría de las gente y será difícil caminar en una muchedumbre o viajar en un transporte atestado,(cuando haya) sin que eso sea una guerra, o una amenaza de violencia, como lo señalaba Hobbes hace 400 años, y aprovechar los beneficios de la vida moderna. Y, como para ser posmodernos hay que haber sido moderno antes, también corremos el riesgo de perder el futuro. La esfera pública está basada en la igualdad ante la norma y la libertad responsable mientras que la esfera privada está basada en la particularidad y la necesidad. Si, a pesar de lo que declaramos en nuestro discurso, hacemos lo que no decimos, no podemos esperar que tengamos algo distinto que lo que tenemos.

Y lo que tenemos, lo sufrimos.

Familismo amoral o por qué no somos modernos

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APENDICE Deseamos incluir una nota que amplíe la noción de Familismo amoral que usamos en el texto apoyado en Joan F. Mira El familista amoral http://nabarralde. eus/es/el-familista-amoral/ .

En los años 50 el sociólogo norteamericano Edward C. Banfield se instaló en un pueblecito de la región de Lucània, en el sur de Italia y, con sus notas de campo, produjo uno de los libros más interesantes, discutidos y controvertidos sobre las sociedades mediterráneas: The moral bases of a backward society.

(Los fundamentos morales de una sociedad atrasada). Banfield no era un antropólogo, pero han sido los antropólogos quienes lo han valorado más En el pueblo de Montegrano (nombre imaginario), Banfield muestra aspectos en los que nadie había reparado para explicar hechos y situaciones que tampoco nadie había explicado, más allá de las habituales fórmulas sobre el subdesarrollo y la precariedad de las economías rurales o, como en estos lares, la guerra económica del Imperio. Allí sacó a la luz un componente que él denominó amoral familism, expresión que es ya clásica en los estudios sobre las sociedades mediterráneas tradicionales, y no tradicionales, que incluyen a Portugal Italia, Grecia España (PIGS por sus despreciativas iniciales en inglés).

Enumeramos algunos rasgos que Banfield señala de este familismo amoral: los individuos velan sobre todo, o sólo, por ellos mismos y por su familia, y lo que hagan en beneficio propio, de parientes o amigos es reconocido como moralmente positivo: engañar o aprovecharse de las instituciones, del Estado o de cualquier instancia pública es prueba de habilidad y de inteligencia y reconocida Familismo amoral o por qué no somos modernos

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como valor positivo: nadie procurará el interés de grupo o de la comunidad excepto si encuentra alguna ventaja privada; sólo los funcionarios se ocuparán de los asuntos públicos porque les pagan para hacerlo; si un ciudadano privado tiene un interés por un problema público, es visto como anormal, inconveniente o un engaño; hay poco control de los cargos públicos porque este control es únicamente asunto de los mismos funcionarios: como el funcionario no siente ninguna identificación con las finalidades del organismo público, no trabajará más de lo necesario para conservar su puesto o conseguir una promoción;. el que ocupa un cargo público aceptará un soborno cuando estime que no le pasará nada, pero tanto si lo acepta como si no, la gente supondrán que lo hace; los débiles favorecerán un régimen que mantenga el orden con mano fuerte: no habrá conexión entre la ideología y el comportamiento concreto del gobierno en la vida cotidiana;. el votante depositará poca confianza en las promesas de los partidos y asumirá que cualquier grupo que ocupa el poder es corrupto y lo hace en beneficio propio (todos los políticos son iguales). Estas características adornan países de fiscalidad irresponsable, de gobiernos fallidos, de economías ineficientes, de fraude fiscal metódico, de escaso y precario sentido cívico y de extensa corrupción Estimado lector ¿Reconoce algo parecido a lo que Banfield describió en Venezuela, bolivariana o no?

Alfredo D. Vallota

Filósofo y Profesor Universitario UCV, UCAB,USB

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El Universo: el problema de su Forma y Concepción Rafael A. Hernandez Telescopio Herschel Consorcio Virgo/Alexandre Amblard/ESA

RESUMEN .. ....

U

no de los enigmas de la Ciencia que el hombre aún no ha podido descifrar es lo relacionado al origen del Universo, problema tratado hoy día en el campo de la Cosmología física y teórica; y que en particular toma rasgos y conceptos de la astrofísica. Desde la antigüedad el hombre siempre ha indagado sobre el origen y evolución del Universo, pero han sido los continuos avances en las ciencias físicas y en las matemáticas donde se han originado datos relativos para la mejor comprensión de la estructura y forma del Universo.

Cuáles son las preguntas que los grandes físicos y astrónomos se han hecho y que aún hoy día las encontramos: ¿Cuál es el tamaño del Universo? ¿Ha existido y existirá por siempre? ¿Cómo es en sí su estructura? ¿Qué forma tiene?

Para responder a cada una de ellas y otras que vayan apareciendo es necesario estar a la altura de los conocimientos existentes y actuales tanto en la cosmología como en la astronomía.

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Grandes pensadores de la humanidad han planteado soluciones a dichas preguntas, pero sin embargo siempre que intentan responderse quedan sin la totalidad de las respuestas, debido a que aparecen nuevas interrogantes que en algunos casos los experimentos no responden, no hay la tecnología necesaria o se necesitan nuevas herramientas y/o formulaciones matemáticas.

Teoría del BigBang

L

A MODO DE PREAMBULO .. ....

a concepción en cuanto a la forma del Universo ha variado en su concepción a través del tiempo; desde Aristóteles con su Universo cerrado y limitado hasta el Universo esférico sin límites y en expansión de Friedman, llegando últimamente hasta el Universo en inflación como variante de la gran explosión. ¿Cómo conoceremos el tamaño y la forma del Universo si no se termina de entender que existen múltiples dimensiones espaciales que de una u otra manera condicionan el entendimiento humano para responder dichos argumentos? Para ello hay que hacer abstracción en la manera de pensar. Primero, teniendo en cuenta que el espacio-tiempo es un continuo universal, habrá que hacerse una primera pregunta: ¿el Universo está en expansión verdaderamente? Actualmente la idea de que existió una gran explosión (Big Bang) y que ha sido corroborado experimentalmente, particularmente con las mediciones hechas por Edwin Hubble en las década de 1920, y con la radiación de fondo predicha en los años 60 y confirmada por el explorador COBE en 1992, han de una u otra forma adaptado el pensamiento cosmológico por esta línea de visión, de que verdaderamente el Universo se expande en todas direcciones. Decir lo contrario es ir contra la corriente de una idea que cada día se afinca más en la sociedad científica.

El Universo: el problema de su forma y Concepción

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Desde otro punto de vista, debería al menos conocerse la ubicación del punto, dirección o la zona donde aparentemente ocurrió el principio de Todo (el Universo), éste debería ser el quid del asunto; pero hasta estos días no se vislumbra esta idea. Probablemente, el pensamiento actual dominado por una supuesta expansión arbitraria conlleva, por supuesto, a la idea de que la forma del universo sea esférica. Tomemos esta reflexión, como la del famoso globo que a medida que va inflándose cada uno de los puntos sobre su superficie van separándose entre sí. Toda esta concepción parametriza y pragmatiza un Universo con una determinada forma, «la esférica», con la consecuencia de que se ha ideologizado y creado una línea de pensamiento al respecto. Por otro lado, la introducción de una densidad crítica Ω que defina la forma y geometría del Universo, formaliza la concepción de tres tipos de Universos; esto basado en la relación de cierta densidad crítica con la densidad medida producto de las observaciones astronómicas recientes. Pero ¿Conociendo el valor de densidad Ω puede inferirse tal forma del Universo?

C

REFLEXIÓN

reer todo así es reafirmar que lo observado y medido por los astrónomos es cuestión hecha, definitiva, es afirmar de antemano que no hay cabida para otra visión. Pero no es así.

Qué pasaría si el Universo no solo se encontrase en expansión, sino que además tuviese una o varias componentes de velocidades de tipo radial, o también aparentemente moviéndose en direcciones curvas respecto a un centro o a varios centros hipotéticos ¿sería valido extrapolar ambas densidades Ω, tanto la crítica como la observada? “De ser así, no se podría ya hablar de un Universo plano, esférico o hiperbólico.

Un Universo autocontenido, entiéndase como el espacio-tiempo en movimiento radial, cambiaría la percepción actual conocida. Aquí la geometría universal acabaría en otra forma, quizás como las tratadas en la topología; y las dimensiones presentes en él, se consumirían en el continuo espacial” Preguntarse ¿Porqué existe el Gran Atractor?, ¿A qué línea en las hipótesis de cúmulos masivos pertenece? o ¿Qué representa en la escala cósmica el recién descubierto Flujo Oscuro (cosmic dark flow)? Estas preguntas aún sin responder nos lleva a lo siguiente: ¿Es dar al traste lo hasta hoy conocido en la cosmología?

En años recientes, el astrofísico escocés A. Liddle habla de la posibilidad de un Universo con curvatura abierta, hiperbólica, contradiciendo la concepción de Universo plano que hasta el día de hoy es aceptado por la mayoría científica mundial.

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Caricatura. Autor desconocido. Primera publicación en 1888 hecha por Camilo Flammarion en uno de sus libros de astronomía

“Bastaría con precisar con más detalle el movimiento detallado y la determinación de las componentes de velocidades en galaxias en supercúmulos lejanos, de tal manera de crear una base de datos extensa que permita enfocar el posible movimiento del Universo respecto a nuestra galaxia, como base de referencia desde una nueva óptica en la compresión de la forma y geometría del Universo que conocemos” Recordemos que Einstein introdujo la constante cosmológica en sus ecuaciones de campo para un Universo estático, cuya solución arrojaba a primera vista un Universo en expansión, lo cual le indujo a creer que estaba errado y que, como después comentó, lo catalogó como uno de los errores más grandes de su vida. Pues, luego se verificó que ciertamente el Universo se expandía, tal como lo reveló las mediciones realizadas en Monte Palomar en la década de los 20.

Esto prueba que ir en la dirección correcta es interpretar y corroborar las ideas con la prueba experimental, teniendo un enfoque con conciencia, sin prejuicios, y aún más, se revela que de este lado de la cosmología es en donde juega papel importante la imaginación del hombre.

Captar claramente el origen y evolución del Universo no es tan fácil como muchos creen. La creencia de un Universo finito o infinito, limitado o sin límites, ha llevado a grandes pensadores a elaborar las más ingeniosas teorías; desde la concepción de Aristóteles hasta la revolución copernicana, han sido mucho las interrogantes al respecto. Durante la escolástica medieval, artífice teórico para la Iglesia, fundamenta e impone su concepción de un Universo finito, que con la llegada de las ideas de Giordano Bruno, de los Universos infinitos, comienza una nueva era en la ciencia que se ve proyectada con las ideas y observaciones de Galileo y con la gravedad de Newton.

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Puntos de controversia que aparecen de la aplicación de la teoría del Big Bang a un Universo en expansión parecen ser resueltos por un suceso fortuito acaecido en el primer momento de la creación, conocido como la Inflación; una aceleración violenta durante un pequeñísimo instante de tiempo, que permite explicar las anomalías existentes en la radiación de fondo, relacionadas con la distribución aleatoria de materia en la diversidad del mapa del fondo cósmico de Ondas Gravitatorias con luz

radiación. “Considerar las ecuaciones de campo, sobretodo en el gravitatorio, permitirá conocer la divergencia o no divergencia del continuo espacio-tiempo, que de al menos la claridad de la evolución de una forma autocontenida del Universo”.

Con la reciente comprobación experimental de la existencia de las ondas gravitatorias, es posible que se entienda la posibilidad de otra concepción del Universo, enmarcado ahora en la Teoría de Cuerdas y la Teoría M, donde tenga cabida la energía oscura como garante de la expansión en la métrica espacio-tiempo. “Mas allá de que una explicación sea la dilatación de las cuerdas, en tensión contínua y creciente en todas direcciones, permitiría explicar en el campo de las Cuerdas la dirección del tiempo, que a su vez quedaría todo enmarcado en el continuo del espacio. Es allí donde la gravedad quedaría plasmada como lo era el éter, en las antiguas concepciones cosmológicas”.

Pero falta mucho aún por decir, mucho por explicar y/o entender, por ejemplo, la relación existente entre los dos componentes del Universo: la materia oscura y la energía oscura, que ambas sumadas sobrepasan el 95% del componente total del Universo; y además el porqué la primera atrae mientras que la segunda parece repeler. “La cuestión está en la definición de la fuerza gravitatoria en las escalas atómicas, como cuerdas flexibles que se comportan de acuerdo a los El Universo: el problema de su forma y Concepción

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condicionantes de su entorno: presencia de masa y temperatura”.

La cosmología en los actuales momentos entra en una etapa en la cual cada desarrollo conceptual relacionado con las fuerzas elementales (gravedad, fuerza fuerte, fuerza débil y el electromagnetismo) debe ser parametrizado dentro de la lógica físico-matemática, en el campo de la supergravedad y las cuerdas, ya que parece que esa es en apariencia la línea de acción.

El problema del horizonte en el Big Bang, las anomalías en el mapa de radiación de fondo cósmico y las anomalías gravitatorias producto de las grandes masas estelares (el Gran Atractor, el flujo oscuro cósmico entre los más conocidos) deben esperar por los resultados experimentales de las sondas orbitales para su correcta interpretación, ya que de esa manera se irá enmarcando un cuadro teórico que lleve de manera satisfactoria a las correctas formulaciones matemáticas en el campo de la cosmología actual.

Tomando en cuenta las discrepancias encontradas, por ejemplo, en la masa total de una galaxia: entre la masa visible cuantificable y la masa no observable pero necesaria para su estabilidad dinámica, denominada ahora como la masa oscura; es creíble entender que la conformación básica del Universo no debe ser Anomalía gravitatoria El Gran Atractor

como la que actualmente se acepta en el campo científico, cosmológico y en el astrofísico. Creo que debería buscarse respuesta por otro lado, y no dejarse engañar por nuestros sentidos; como diría un filósofo de la antigüedad. De lo contrario, además, sería imponer también de alguna manera una Teoría cosmológica que no responde a determinadas conjeturas, que existen y otras que aparecen en cada nueva medición, en el orden evolutivo de nuestro universo.

El Universo: el problema de su forma y Concepción

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M

CONCLUSIÓN

ucho se ha disertado y mucho se ha escrito sobre el Universo, pero es desde comienzos del siglo XX que se han conformado teorías relativas al origen, desarrollo y proyección futura en cuanto al fin último del Universo. Los hallazgos que marcaron la pauta en cuanto a la confirmación del Big Bang, en los años 20, provenientes de la observación astronómica de galaxias distantes que se alejan, con el incremento de la velocidad mientras más alejada esté la galaxia; últimamente han sido reconfirmados con las nuevas tecnologías espaciales, como por ejemplo, las sondas enviadas a orbita para tomar datos con tal precisión que parecen dejar claro que el Big Bang es la teoría guía o referencial sobre aquellas nuevas teorías que han ido apareciendo en el campo cosmológico. Pero, recalcando ahora lo siguiente: han aparecido desde la década de los 70 nuevos modelos cosmológicos con fuertes demostraciones matemáticas, háblese de las supercuerdas, el universo inflacionario, teoría de membranas; teorías con variantes en su formulación, que explican algunas incongruencias que el Big Bang aún no ha podido explicar del todo. Toda cuestión cosmológica actualmente parece no tener un fin que dilucide como fue el comienzo del Universo, quizás sea porque las cosas son como son porque existimos nosotros, formulación del principio antrópico atribuido a Stephen Hawking y Brandon Carter. La historia del Universo aún continua, pronto irán apareciendo nuevas conjeturas que deberán ser demostradas.

“Irnos por el camino de las cuerdas parecería lo más convincente para explicar con más detalle como fue el origen del Universo; esto implicaría pasar la página del Big Bang como Teoría, hasta hoy, referencial en laboratorios, universidades, cátedras científicas y por supuesto los medios de comunicación.”

Pero ¿podría explicarse el Universo de otra manera que no sea la ya conocida y que son pocos los que se atreven a refutarla?

Y porqué no pensar en “Universo en estado de congelación”.

Rafael Agemar Hernandez Ingeniero Civil, Astrónomo

El Universo: el problema de su forma y Concepción

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La matemática como pretexto cinematográfico Douglas Jimenez

E

l cine es profundamente paradójico. En principio resulta ser una gran mentira. (La idea –creo– es de Borges. No estoy seguro. Me gustaría tener buena memoria... o más disciplina.) Pero la bondad que podamos reconocer del cine, radica en su capacidad para hacernos cómplices de la mentira de la que nos hace víctimas. Una de la razones que nos puede llevar a decir que una película “es mala” es nuestra propia negativa a aceptar la historia contada como creíble; para descalificar una película usamos como argumento la no aceptación de la mentira implícita en las líneas de texto que presenciamos transfiguradas en imágenes. Fácil colegir de la necesidad de complicidad el disfrute de la identificación, razón por la cual se hace placentera cualquier cosa del cine que podamos asumir como reflejo de nosotros mismos; lo que, por supuesto, incluye el ejercicio profesional individual como argumento cinematográfico; más todavía si se trata de un 37

ejercicio profesional que buena cantidad de personas consideran esotérico o destinado a élites, como el ejercicio científico y, en particular, el matemático.

La divulgación matemática se mueve en una corriente de doble valoración pública. Mientras una tendencia sacralizadora le aleja de los “mortales comunes” y desmotiva su lectura, posiblemente esa misma sacralización sea la responsable de éxitos editoriales como El hombre que calculaba, cuyos acertijos llevan década tras década maravillando a antiguos y nuevos adeptos. Los años recientes presencian un surgimiento de la curiosidad matemática que ha dado éxito a buena cantidad de nuevos títulos como El diablo de los números, El tío Petros y la conjetura de Goldbach, El teorema del loro, Crímenes imperceptibles, entre muchos otros. Los temas ya se están haciendo algo repetitivos, pero a fuerza de numerosos todavía dan ocasión para ser convertidos en argumentos.

Los Perros de Paja Si se comienza por la literatura es inevitable (así lo quiso el siglo XX) terminar en el cine. (¿Alguien me puede nombrar una obra clásica que no haya sido explorada –con mayor o menor éxito, no importa– para su exposición en celuloide?) Pero dado que toda película plantea un conflicto y los conflictos involucran a seres humanos (o humanizados, también), son entonces las diferencias La matemática como pretexto cinematográfico

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de carácter la esencia de cualquier línea argumental. El estereotipo quiere para el científico adjetivos como desabrido, taciturno, insustancial, rutinario, anodino, insulso. ¿Cómo obtener de esos adjetivos sustancia para el conflicto? Se podrían ensayar varias fórmulas. Una de ellas es el mentís, la enérgica desvalorización del estereotipo, el contraejemplo vital que contradiga expectativas masivas. Otra posibilidad es su admisión, junto a la constatación de que la variedad humana no siempre acepta pasivamente las diferencias y eso es una fuente de conflicto. ¿Sería una consideración como ésta la que llevó a Sam Peckinpah en 1971 a poner como protagonista de Los perros de paja al matemático David Summer, representado brillantemente por el aun joven Dustin Hoffman? Cierto que la personalidad de Summer se adapta en algo al estereotipo: profundamente intelectual, algo distraído, reconcentrado en su investigación, con poco interés sexual hacia su voluptuosa y provocativa esposa Amy (Susan George). Es una personalidad ideal para el enfrentamiento que quiere el director entre un hombre algo taciturno y un ambiente social cargado de una atávica, profunda, temible y aletargada violencia. Pero el propio Peckinpah deja bien claro que la taciturnia no es sinónima de cobardía, y que quien fuera hasta algún momento insulso prójimo puede responder a la violencia con una fuerza interior insospechada, cargada de responsabilidad moral y personal. Cuarenta años después Rod Lurie (director de Nothing but the truth, una interesante película en la que Venezuela juega un papel de cierta importancia) dirigió un lamentable remake con el mismo nombre que la obra de Peckinpah. El Summer de Lurie es un guionista de cine; no es solo este cambio de detalle lo que hace su película una mala copia, pero con él podría ilustrarse una diferencia entre directores en cuanto respecta al tino en la escogencia de los personajes, sus caracteres y motivaciones.

En El espejo tiene dos caras (1996), uno de los múltiples ejercicios narcisistas de la directora, actriz y cantante Barbra Streisand, se insiste en el estereotipo del matemático taciturno.

Esta vez le toca a Jeff Bridges la estupenda caracterización del matemático Gregory Larkin de Columbia University, escritor científico de éxito relativo y profesor de clases aburridas a más no poder. Larkin sufre de un raro síndrome que le produce mareos La matemática como pretexto cinematográfico

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y desequilibrios corporales ante las posibilidades de encuentro sexual, lo que lo lleva a proponer a Rose Morgan (Streisand), profesora de literatura de la misma universidad, un matrimonio ausente de sexo o lo que se le parezca, basado principalmente en el intercambio intelectual. Una comedia sentimental de desenlace fácilmente previsible, en la que un personaje carente de energía vital la recibe de otro que almacena un enorme potencial. No será difícil adivinar quién carece de energía y quién la entrega a borbotones. El discurso matemático del film es absolutamente disparatado (algo así como “no importa, ¿quién va a entender eso?”) y en una cena romántica se describe la conjetura de los primos gemelos solo por la definición de primos gemelos; más tarde un profesor iracundo le reclama a una estudiante distraída que no haya comprendido la definición de número primo ni la definición cantoriana de conjunto infinito: ¡una sesión de clase de bastante extensión por lo visto!

Más interesante como análisis psicológico es En busca del destino (Good Will Hunting), cinta dirigida por Gus Van Sant en 1997, que contó con un reparto de primera calidad: los hermanos Affleck, Matt Damon, Minnie Driver, Robin Williams, Stellan Skarsgård. El opresivo ambiente de la investigación científica universitaria (en las universidades donde la investigación es la base de la supervivencia académica) muestra parte de su lado oscuro, cuando el ficcional ganador de la medalla Fields Gerald Lambeau (Stellan Skarsgård) descubre las posibilidades del obrero Will Hunting (Matt Damon) –basadas en su prodigiosa memoria que le permitiría aprender todo lo que le viniera en gana– se plantea orientar este enorme potencial en ayuda de su propia investigación en teoría algebraica de grafos. (La medalla Fields se considera el premio de matemática equivalente al Nobel. Se otorga cada cuatro años desde 1936. Dudo que hayan sido muchos –si los hubo– los espectadores que aprovecharon su alusión en el film para averiguar qué cosa era.) Lambeau saca partido de un problema judicial de Hunting para ponerlo en las manos de su amigo el psicoanalista Sean Maguire (Robin Williams), con la esperanza de que éste le muestre el “buen camino”, que no es otro que el estudio al lado del triunfante matemático, necesitado ahora de sus logros de antaño que se le muestran esquivos al momento actual.

(Vale la pena observar que la medalla Fields se otorga a matemáLa matemática como pretexto cinematográfico

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ticos menores de 40 años, pues se piensa que es la edad tope para la producción matemática de verdadera calidad. ¿Quién impuso el tope? Lo desconozco por completo.) Lambeau equivoca su cálculo y el pulso psicológico que se plantea entre los tres personajes hace a esta película un film de muy alta factura. El final es feliz pues impone lo humano sobre las ambiciones personales por muy científicas que sean. Final feliz, pero también previsible por el espectador.

Pero si de psicología hablamos es imposible no recordar a Pi, orden el caos, la ópera prima de Darren Aronofsky de 1998, cinta que ha recibido múltiples valoraciones críticas que van desde las más descalificadoras hasta las más sublimes. El matemático Maximilian Cohen (Sean Gulette) atormentado por fuertes jaquecas, producidas por mirar de niño directamente al sol, está obsesionado por conseguir regularidades en los números de la bolsa.

En razón de esta búsqueda es perseguido por dos grupos distintos: uno religioso y otro económico. Ambos grupos creen que la investigación de Cohen tiene la clave para la resolución de sus propios problemas. La persecución de que es víctima atormenta aun más a Cohen quien resuelve el hilo dramático con un recurso cuyo significado no es otra cosa que la apelación a la inconsciencia como una manera de alcanzar la felicidad. Pero Aronofsky no permite al espectador el acercamiento a la ironía presente en Un mundo feliz de Huxley o Fahrenheit 451 de Bradbury sino que, por el contrario, pareciera sugerirle que su solución es una propuesta firme, lo que deja al espectador con profundas dudas.

Hermanos Chudnovsky

Los hermanos Chudnovsky (David, 1947 y Gregory, 1952) son dos matemáticos rusos residentes en los Estados Unidos, que han dedicado buena parte de sus esfuerzos científicos a la búsqueda de patrones en la expansión decimal de π,

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una estructura en la que la mayoría de los matemáticos muestran aquiescencia respecto a su aleatoriedad pura. Para eso han batido récords calculando los decimales de este famoso número irracional hasta billones de ellos, con computadoras construídas ad hoc.

El esfuerzo de Maximilian Cohen guarda cierto paralelismo con el de estos matemáticos reales, al punto de que el personaje ha construido su propia supercomputadora y recibe para esa construcción un costoso y complejo procesador, del grupo económico al que interesa la investigación de Cohen. Los diálogos matemáticos de la cinta de Aronofsky van sobre un tema muy usado en el mundillo de la divulgación: los números de Fibonacci y la espiral áurea, pero no hay en ella ninguna alusión al trabajo de los Chudnovsky; faltaría saber si las coincidencias corresponden a la casualidad que algunas películas alegan al final de los créditos. En Pi, orden en el caos no vemos tal alegato.

Otro drama intimista digno de mención en estos comentarios es Proof de John Madden, del año 2005. (Escribo su nombre en inglés pues en nuestro país jamás fue proyectada, y en otros de habla española recibió los títulos de La prueba y La verdad oculta.) Madden ya había dirigido a Gwyneth Paltrow en su exitosa Shakespeare apasionado, pero esta adaptación de una obra teatral con el mismo tema resulta una fallida y algo fastidiosa exploración de algunos asuntos relacionados con el ejercicio de la matemática.

Uno de estos asuntos es la locura (o el desequilibrio mental) como destino del matemático obsesionado por alguna investigación, tema que quizá está presente en la propia Pi. Otro punto, que es menos lugar común que el anterior, toca los angustiosos niveles humanos en los que se mueve la investigación científica competitiva: la zancadilla, la envidia, la petrificación humana intelectualoide, la pedantería y otras lindezas. No obstante el interés del tema (al que se añaden los conflictos personales extra–matemáticos) la película es lenta y algo aburrida, de lo cual no la salva ni la maravillosa interpretación de Anthony Hopkins.

Alejandro Amenábar nos regaló en 2009 Ágora, biopic algo dulcificado de la pensadora alejandrina Hipatia, hija del filósofo y divulgador Teón. A esta brillante mujer se le reconoce como matemática precisamente por su papel divulgador de los Elementos de Euclides y otras obras de la Grecia clásica. Menciono la película La matemática como pretexto cinematográfico

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en este artículo porque una de sus escenas más intensas describe a la maestra hablando ante un Aspasio arrobado por su belleza (la personalizó Rachel Weisz), a quien le explica la tesis kepleriana del movimiento elíptico de la Tierra alrededor del sol, usando además la construcción de la elipse conocida como construcción del jardinero. El anacronismo lo evita el español porque la filósofa explica la teoría como una intuición propia que Cinta de Moebius podría probar la posteridad. El alumno responde también intuitivamente al abrazo emocionado de la maestra, solo para reparar rápidamente en su propio atrevimiento. La escena es de un dulce erotismo.

Pero, ¿puede la matemática ser parte de la trama y no un accidente asociado con los personajes? … Sí… Puedo mencionar tres filmes, dos de las cuales tienen relación con Argentina y uno producido en España. Los crímenes de Oxford, película de habla inglesa dirigida por el español Alex de la Iglesia, basada en la novela Crímenes imperceptibles del matemático argentino Guillermo Martínez, muestra a John Hurt y Elijah Wood metidos en la piel del matemático Arthur Seldom y su alumno Martin, descifrando una serie de enigmas matemáticos cuya solución develará una cadena de misteriosos crímenes. En Moebius, thriller dirigido por el argentino Gustavo Mosquera, el topólogo Daniel Pratt resuelve el problema de la pérdida misteriosa de un tren del metro de Buenos Aires, lleno de pasajeros. Como nota con propósito de humor comento que una página web donde se toca el mismo tema de este artículo habla del topógrafo Pratt, confundiendo la especialidad del matemático protagonista de la cinta. La topología es la rama de la matemática que estudia las propiedades de los cuerpos que La matemática como pretexto cinematográfico

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no varían cuando los cuerpos sufren cierto tipo de deformaciones; se le suele llama geometría de la lámina de goma. La labor de un topólogo difiere bastante de la de un topógrafo; el primero hace matemática teórica y el segundo mide distancias sobre la superficie terrestre. Una de las superficies topológicas más interesantes es la famosa cinta de Möbius, una superficie que carece de arriba y abajo pues tiene un solo lado; es la que le da nombre a la película aunque no se menciona en todo el argumento.

Por último, Luis Piedrahita y Rodrigo Sopeña se estrenaron como directores con La habitación de Fermat, thriller algo truculento, en el que con la conjetura de Goldbach como eje central de la trama, cuatro matemáticos se encierran en una habitación que reduce su tamaño con la amenaza de comprimirlos entre sus paredes, a menos que resuelvan una serie de acertijos del tipo de El hombre que calculaba. La película es entretenida y los acertijos son sencillos, quizá su dificultad para matemáticos profesionales es que las paredes se van cerrando y la amenaza de trituración cesa temporalmente cuando se resuelve uno de los problemas… hasta que se plantea el otro. Al final, la conjetura de Goldbach se convierte –literalmente– en agua. Esta famosa conjetura fue un problema planteado en el siglo XVIII por Christian Goldbach y es tan difícil de resolver que, al día de hoy, ningún matemático ha podido con ella. No obstante su dificultad de resolución, su enunciado lo puede entender hasta un muchacho que ingresa al bachillerato: La matemática como pretexto cinematográfico

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todo número par mayor que 2 es igual a la suma de dos números primos. Un número par es un múltiplo de 2 y un primo solo tiene dos divisores: él mismo y la unidad. (Ejemplos: 4=2+2, 6=3+3, 8=5+3, 10=7+3, etc.)

La lista es larga y las motivaciones también. Hago una selección harto limitada, basada en mi experiencia (por supuesto) y casi que en mis gustos. El casi arropa a lo que estoy dejando por fuera por consideraciones de espacio tipográfico. Si el lector guglea (me atrevo con mi neologismo porque la Academia va siendo laxa con el asunto) encontrará buena cantidad de referencias, cuya consulta mostrará cruces y diferencias. No me he ocupado ni siquiera de las más taquilleras u oscarizadas como Una mente brillante, La teoría de todo, El código Enigma o El hombre que conoció el infinito. Lo bueno es que cada una da para tener un artículo propio por sus valores cinematográficos y, adicionalmente, científicos.

Lo cierto es que la matemática como tema artístico tiene más éxito en el cine que en la literatura. El papel intimida: no causa la misma impresión una fórmula fija en el papel que un pizarrón lleno de fórmulas, que estará ante la vista por escasos segundos.

Debe ser un asunto de compromiso, pero eso no es importante. Sí lo es el que la matemática, tan llena de imaginación a pesar de la corriente de pensamiento que la imagina cuadriculada, incite la imaginación de los productores de imágenes, esos que están dispuestos a mentirnos para que disfrutemos por la aceptación de sus mentiras.

Coquimbo, Chile, 01 de marzo de 2019

Douglas Jimenez

Profesor universitario UNEXPO Magister en matemática aplicable (MIM, UNEXPO-UCLA-UPEL)

La matemática como pretexto cinematográfico

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P

G ALERÍA

DE RINCIPIA

Francisco León Jiménez 46

Francisco León Jiménez Luis Ignacio Suárez Meza

E

l jueves 31 de enero de 2019 entrevistamos al artista plástico Francisco León Jiménez, ex director de la Escuela de Artes Plásticas Martín Tovar y Tovar de Barquisimeto, en un salón de Decotel*, empresa hotelera de la ciudad que ha innovado este ramo pues en todos sus espacios se exponen obras de arte de pintores larenses, ampliamente conocidos por su trayectoria; allí observamos cuadros de mediano y gran formato en las habitaciones, en el comedor, en la recepción y en los pasillos y entre ellas obras de nuestro entrevistado LIS.-¿Donde nació usted maestro?

FL.-En Caracas, en la Urbanización Lomas de Urdaneta, pero mis padres eran larenses, allí transcurrió mi infancia y luego nos mudamos a la Urbanización 23 de enero, Bloque 50 LIS.- ¿Cómo se inicia en la pintura?

FL.- Hice un curso de dibujo artístico por correspondencia y luego el INCIBA (Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes) creó un taller de arte y asistí muy motivado pues allí observaba obras de Arturo Michelena y otros grandes creadores venezolanos LIS.- ¿Cuándo viene a Barquisimeto?

FL.- El año 1974 la familia se traslada aquí. Vi un cuadro del maestro José Requena y pensé que encajaba en el arte, en la pintura, y me conecté con la escuela; el director en ese entonces era Felipe Herrera, un gran pintor. Fui estudiante, profesor y director. En 1983 egresé como

Francisco León Jiménez

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bachiller en arte. Fui a Caracas e ingresé al Taller de Artistas Gráficos Asociados (TAGA), allí hacían obras de Jacobo Borges, Luis Chacón, Edgar Sánchez y otros artistas; el TAGA estuvo dirigido por Luisa Palacios y tuve una beca-trabajo durante un año; luego regresé a la escuela como profesor de artes gráficas.

LIS.- De manera que desde esa época ha venido desarrollando su trabajo artístico individualmente y ¿ha creado alguna obra en la ciudad, o solo se vinculó con la enseñanza?

FL.- Sí. Elaboré el Vía Crucis, esculturas a escala natural, en el espacio exterior de la Catedral de Barquisimeto, los murales ubicados al final de la Avenida Vargas, en el hospital anticanceroso y en el espacio que bordea el desvío de la Avenida Ribereña en el distribuidor Jirajara hacia el este de la ciudad, un mural en cerámica sobre el Tamunangue en la Cuesta Lara.

Frecuentemente me dirigía al sector de Pavia, en las afueras de la ciudad, a moldear huacales artísticamente y a pintar paisajes característicos del semi árido larense.

Imagen Divina Francisco León Jiménez

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Ciudad

Participé en la Exposición: “Memoria Existencial en 1997; fue hermosa esa experiencia, recuerdo que estaban Rodrigo Rodriguez, Luis Rodriguez, Gerardo Crespo en la ya desaparecida Galería LEA (Anterior Galería Medusa, que uno de los fundadores fue usted), en Barquisimeto; luego la llevamos a la Casa de la Cultura en Cubiro.

Consideré que debíamos retomar a la Memoria Existencial, pues ya se avecinaba el nuevo siglo, el año 2000.

LIS.- ¿Ha obtenido premios en su vida artística?

FL.- Si. El año 1983 gané el premio para jóvenes artistas en la convocatoria de la Casa Güipuzcoana de La Guaira; también gané el premio nacional de jóvenes y el año 1985 gané la “Nueva Naturaleza” y el premio nacional en el Museo de Barquisimeto. En años recientes, en 2008 recibí la mención “22 de septiembre” de la UCLA; en 2013 obtuve el primer premio del Salón Héctor Rojas Meza de Cabudare y en el año 2014 me otorgaron el premio Rafael Monasterios, de la UCLA

Francisco León Jiménez

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Jardin Florido Francisco León Jiménez

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Paisaje Tropical

LIS.- ¿Ha desarrollado su actividad de artista plástico sólo en Venezuela?

FL.- No, me fui a Italia, a Carrara, con motivo del premio obtenido en 1983. Allá trabajé el mármol en todos los órdenes y participé en eventos y exposiciones relacionados con el mármol y otros materiales; también participé en Simposios en escultura. Estudié la obra de grandes artistas italianos. Regresé a Venezuela y trabajé con materiales de desecho.

Al regresar asumí la docencia en la escuela e hice la equivalencia en Educación en la Universidad Simón Rodríguez y me nombraron director de la escuela. El año 2013 fui despedido y recibí el apoyo de la comunidad académica y de los barrios cercanos, pues colocaron en la dirección a una señora que ejercía el oficio de bedel; sin restarle méritos a ningún oficio, esa era una práctica del sector político del país. Luego me retiré de la actividad administrativa en la escuela y fui docente en varios liceos y ya estoy jubilado, pero continúo trabajando en lo que llamo mi obra, es decir no he dejado de pintar. Me encuentro hoy en une etapa de reflexión personal, como una parte poética, el estar y no estar, el ser y no ser, el ir y venir. va el color, viene la mancha en un diálogo interno, siento lo que estoy haciendo.

Francisco León Jiménez

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Imagen Divina Francisco León Jiménez

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LIS.- ¿Ha desarrollado su actividad de artista plástico sólo en Venezuela?

FL.- No, me fui a Italia, a Carrara, con motivo del premio obtenido en 1983. Allá trabajé el mármol en todos los órdenes y participé en eventos y exposiciones relacionados con el mármol y otros materiales; también participé en Simposios en escultura. Estudié la obra de grandes artistas italianos.

Regresé a Venezuela y trabajé con materiales de desecho. Al regresar asumí la docencia en la escuela e hice la equivalencia en Educación en la Universidad Simón Rodríguez y me nombraron director de la escuela. El año 2013 fui despedido y recibí el apoyo de la comunidad académica y de los barrios cercanos, pues colocaron en la dirección a una señora que ejercía el oficio de bedel; sin restarle méritos a ningún oficio, esa era una práctica del sector político del país. Luego me retiré de la actividad administrativa en la escuela y fui docente en varios liceos y ya estoy jubilado, pero continúo trabajando en lo que llamo mi obra, es decir no he dejado de pintar. Me encuentro hoy en une etapa de reflexión

Paisaje en Verano

personal, como una parte poética, el estar y no estar, el ser y no ser, el ir y venir. va el color, viene la mancha en un diálogo interno, siento lo que estoy haciendo.

Francisco León Jiménez

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LIS.- ¿Se identifica usted con algún estilo o escuela pictórica?

FL.- Como artista me he identificado con el arte latinoamericano, Rufino Tamayo(México), Torres García(Uruguay), Wilfredo Lam(Cuba), Quintana Castillo(Venezuela), Sycslo (Perú), Oswaldo Vigas(Venezuela), Oswaldo Guayasamin(Ecuador) y toda una saga de artistas venezolanos como Rafael Monasterios, Jesús Soto, Carlos Cruz Diez, Alirio Rodríguez, Mateo Manaure y muchos más de nuestro mundo artístico, pero sin incorporarme a ningún grupo pues la época marca los cambios en la evolución de la pintura y la escultura. Voy a viajar a Bogotá a exponer mi obra y ver como la aprecian allá. Me comunico con muchos de mis alumnos que están en todo el mundo a través de Facebock y otras vías y estoy al tanto de los cambios.

Agradecemos la colaboración de: Claudia Castillo, Eleonora Suárez Pereira y Gerardo Crespo

Luis Ignacio Suarez Meza Profesor emerito de la UCLA

Estructura de un paisaje Francisco León Jiménez

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Homenaje al Poeta Barrios

JesĂşs Enrique Barrios en Paris

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R A Z O N E S D E U N H O M E N A J E

P

or su gra n amor a l a p o es í a, Jes ú s E n r i q u e Barrios ha sido ret ri b u i d o . Tan t o , q u e ella, la poesía , se le ha pres en t ad o m u ch as v eces desnuda pa ra ser rec ibida p o r s u al m a y d ev u el t a a la intempe rie en forma d e av e o d e ro s a, d e pez o de nube , sie mpre con u n a v o z i n es p erad a y ence ndida. Allí e stá, en sus l i b ro s , el l a, es p eran d o nuevas migra ciones.

Las líne as prec edent es n o s o n m ás q u e u n intento (probable me nte fa l l i d o ) d e acercarm e a uno de los inc onfundible s t o n o s d el p o et a B arri o s , en c uyo disc urso, ha blado o es cri t o , l as p al ab ras s ue le n da nz ar y hac er c ab ri o l as . P ero n o v o y a ir me ahora por la vía de la i m i t aci ó n d e t o n o s , n i tampoco por la reseña de l o s p ri n ci p al es ras g o s que a prec io en su escritu ra. S i m p l em en t e, v o y a decir por qué Principia, su P ri n ci p i a, l e h ace ah o ra es te pe queño home na je .

Porque desde su lleg ad a a B arq u i s i m et o hace más de c incuenta a ñ o s , es u n u n i v ers i t ari o entregado a avivar el fueg o d el es p í ri t u , n u n ca a a pa ga rlo o disminuirlo. De al l í , s u s i n q u i et o s lib ros, escritos mie ntra s d i ri g í a u n a E s cu el a o u n D epa rtamento, y prodigaba (y en ri q u ecí a) en s u s clases sec ulares Noc ione s d e Derech o .

Porque pa ra la univers i d ad (y t am b i én p ara Ba rquisimeto), e l poe ta B arri o s es el P o et a. L o es , a unque ha ya otros a su l ad o . Un d í a, a fi n al es de los sesenta , se le ac ercó al rect o r B racam o n t e una escritora ba rquisime t an a, p i d i én d o l e q u e l e pr esenta ra al poeta B a rrio s , a q u i en n u n ca h ab í a visto. El Poeta no a ndaba en es o s m o m en t o s p o r allí y la e sc ritora (poeta y m ag a) s e fu e. An t es de tomar e l ca mino a su cas a, s e d et u v o en u n a cafetería c erca na donde vi o a v ari o s p ro fes o res en tertulia . Todos le re sultaban i g u al es , m en o s u n o .

Se ac ercó a e se y sin pre g u n t arl e n ad a, l e d i j o : “Muc ho gusto. Uste d e s e l p o et a B arri o s . Yo s o y M aría Iné s Duin”. Ac ertó, p o r s u p u es t o .

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R A Z O N E S

Porque el poeta B a rri o s , s i n ai res d e m aes t ro , s u til y a ma blemente lo h a s i d o p ara v ari as ge ne ra ciones. C omo quie n s e d ed i ca s ó l o a u n a ch arla amena, ha re crea do an t e s u s am i g o s d e t o d as las edades, buena pa rte de l u n i v ers o h al l ad o en s u gr an bibliote ca y c on ge n ero s i d ad p o co co m ú n h a co mpartido c on nosotros s u i n m en s a m em o ri a d e lector.

D E

Porque la lite ra tura y l a fi l o s o fí a s o n p ara él un solo cuerpo. Así, su po es í a d i s cu rre a m ed i o camino e ntre la lira y e l p en s am i en t o . S i al g ú n tema teológico lo oc upa, s u el e recu rri r a u n a s entencia irreverente y relan ci n a, p ara res o l v erl o de inme diato c on lógica i m p ecab l e. S i n em b arg o , a ve ce s nos sorpre nde c o n u n a m et áfo ra q u e s e le esca pa a su referente y n o s l l ev a h aci a n u ev as zo na s de l misterio.

U N

Porque , prec isamente , el p o et a B arri o s q u i ere pr eserva r misterios, no e n s ay a n u n ca res p u es t as que sabe provisorias. Sólo b u s ca añ ad i r p reg u n t as , viejas pregunta s mejoradas . Y es o , d es d e l u eg o , s e av ie ne c on los princ ipios d e P ri n ci p i a.

H O M E N A J E

Porque sus poe ma s en p ro s a y en v ers o , s u s aforismos, sus re la tos y s u s en s ay o s , s o n el testimonio de una vida e n t reg ad a s i n p au s a a l a pa la bra, y una rica fuent e es p i ri t u al , q u e al s er de sc ubie rta por los muc hos q u e l a i g n o ran t o d av í a, nos convertirá a todos e n l o s fel i ces m i em b ro s de una hermosa c onfrater n i d ad : l a d e l ect o res d e J esús Enrique B arrios.

Porque Jesús Enrique B arri o s es u n ej em p l o de dignida d inte le ctua l.

Por eso, y más, este p eq u eñ o h o m en aj e.

PRINCIPIA

Consejo Editor y Consejeros

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El

Poeta

Barrios

Jesús Enrique Barrios P

FULGURACIONES DEL DESTINO

or mi padre supe que nací en Urica la madrugada del martes 10 de marzo de 1936. Sé lo de mi muerte, cuya data juega con el azar del misterio, aunque cada día que pasa más me acerco a ella..

En ese azariento lapso está mi vida.

Estudié hasta egresar de la Universidad como abogado. Durante mi vida, siguiendo la pauta humana, he hablado mucho, muchísimo y escrito algunas cosas que se inscriben en el género literario.

Un mar de dudas y ninguna definitiva convicción distraen mi mente. No obstante, creo que mientras esté vivo, seguiré en mi inútil afán (Sartre) de hablar y escribir.

Por allá en mi infancia, en cierta ocasión, cuando al lado de otros muchachos, me iba a bañar al río de Urica, sobrevino una ventolera que despegó muchas hojas y alguien dijo: “Vamos a ver quién coge hojas en el aire”, y yo agregué: “Quien las coja con la boca”. Por suerte yo atrapé una. Desde entonces, enigmáticamente, asocio ese hecho con las palabras y he creído siempre, que innumerables palabras, como hojas caídas, cayeron sobre mí.

58 Fulguraciones del destino

El

Poeta

Barrios

De ahí, creo, proviene ese apego al lenguaje, a la palabra, que ha ocupado uno mis principales quehaceres.

A este hablar, escribir, hacer cosas, defino como vocación, tendencia, inclinación, que califico como obligatorio entretenimiento, antes de hundirme en la nada, que agraciadamente aguarda mi desaparición.

X Encuentro de Centros Literarios

Palabras del poeta Jesús Enrique Barrios a los jóvenes poetas de los Centros de Creación literiaria. Casa Chio 2007 – Carora, Venezuela https://www.youtube.com/watch?v=XfViLzeCAto

Por estas razones, las actividades de hablar, conversar, opinar (doxa griego), escribir relatos, ensayos, críticas, reflexiones y poemas, las inscribo en ese gran misterio que envuelve el quehacer humano. Por eso, me adscribo, filosóficamente a esa idea sartreana del “afán inútil”, y en atención a su significado, creo que para opinar o escribir, es bueno darse cuenta, al menos yo, que no sé qué ni quién soy; y por eso mismo comienzo y termino con lo que llamo copla de mi ser: 59 Fulguraciones del destino

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Barrios

Acompáñame ignorancia Sólo tú puedes guiarme por el mundo repleto de misterio y sólo tú, misterio, puedes alimentar a mi ignorancia hasta finalizar el viaje

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Poeta

Barrios

Bibliografía de Jesús Enrique Barrios • Preparativos para el cansancio. Poesía (1978) • En calidad de humano. Poesía (1980) • Axel y las hormigas. Relatos (1981) • Cartas a Naxia. Narrativa (1987) • Aldea natal. Crónica (1990) • Cualquier itinerario. Poesía (1992) • Rigor del ocio. Poesía (1992) • Del mundo y de la aldea (1993) • Usada poesía. Poesía (1994) • Por rastros y raudales. Poesía (1994) • Inevitables ejercicios. Poesía (1995) • Mutilaciones. Poesía (1996) • Ahogo y desahogo. Poesía (1997) • Apremios de soñar. Poesía (1997) • Breves y mínimas. Poesía (1998) • Amor hasta el olvido amor. Poesía (1999) • Otras contradicciones. Poesía (2000) • Con mis errores. Poesía (2005) • Originales del Silencio. Poesía (2005) • Mientras vivo. Poesía (2006) • De poesía con los poetas. Reflexiones sobre poesía (2007) • Choque de versos. Poesía (2010) • Visión cumplida. Poesía (2010) • Momentículas. Poesía. Edition Kindle (2018) (Mantiene inéditos El libro de los Nol, escrito en los años 60 y varios libros escritos en los últimos años, entre los cuales se encuentra La insaciable fantasía) 61 Fulguraciones del destino

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Poeta

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Jesús Enrique Barrioos

Profesor Emérito de la UCLA

62 Fulguraciones del destino

Reseña Histórica del poeta Jesús Enrique Barrios Luis Ignacio Suárez Meza

J

esús Enrique Barrios es un poeta, un gran poeta; está revestido de ese halo que la naturaleza provee para aquellos que llevan en su interioridad la cualidad estética del hacedor literario.

Nacido en Urica, Estado Anzoátegui, es abogado graduado en la Universidad Central de Venezuela, en Caracas, y que sólo ejerció en sus primeros años de ejercicio en el estado Apure y en Caracas. Al trasladarse a Barquisimeto formó parte del departamento de Derecho de la Escuela de Administración y Contaduría de la UCLA y desarrolló intensamente el trabajo literario hasta consolidar su trayectoria de poeta. Así, fue reconocido y respetado por los miembros de la comunidad académica y por la sociedad larense. Ese reconocimiento ha perdurado hasta hoy, no sólo en el estado Lara sino en la comunidad literaria de Venezuela.

Allí en la universidad lo conocí cuando me trasladé junto a mi familia desde Caracas a Barquisimeto, buscando otros aires vitales y que pensaba encontrar en la ciudad de Mérida en la Universidad de los Andes (ULA); en los tres días que permanecí en Barquisimeto tuve la oportunidad de conocerlo como Director de la Escuela de Administración y Contaduría a través de un amigo. Sostuvimos una agradable conversación por dos horas en donde no faltó el aspecto de la producción literaria, yo en la narrativa y él en la poesía.

Al despedirme me obsequió un libro de relatos de reciente edición: “Axel y las hormigas” y me di cuenta de la elevada calidad poética que exhibía aquel pequeño libro de ese profesor de Derecho. Otras circunstancias ocurridas en mi permanencia en esta “ciudad del Turbio”, me motivaron a quedarme en la ciudad pues ya me habían ofrecido la Cátedra de Estadística en dicha escuela y decidí tomarla.

Los años que siguieron me gratificaron con una gran amistad con el poeta y con otros destacados profesores de esa escuela fundada en 1970 en la novel Universidad Centro Occidental (UCO) y luego Universidad Centroccidental 63

T R AY E C TO R IA P OÉTICA Lisandro Alvarado (UCLA).

La trayectoria poética de J.E. Barrios siguió su curso y lo confirman más de 20 libros de poesía y de narrativa poética que ha escrito y ha editado en este devenir, algunos auspiciados por la Universidad y otros por organizaciones culturales.

La poesía de J.E. Barrios no es complaciente, ni edulcorante, ni erudita tradicional, sino enraizada en la estética implícita en el estro poético de quienes trabajan con el elevado lenguaje, en nuestro caso el Castellano, y que le han dado brillo a la literatura latinoamericana, pues como ha escrito Pedro Henrriquez Ureña: “… Nues tra le ngua se mantie ne vi va y co n el l a nues tr a cultura occ idental y la poética de c arac te rístic as hi s p á n i ca s …

Axel y las Hormigas, Del Mundo y de la Aldea, Cartas a Naxia, En Calidad de humano.

Estos son los títulos de algunos de los libros escritos por J.E. Barrios y en ellos encontramos reflexiones filosóficas y de la vida corriente en temas del amor, de la amistad, la historia, la propia Filosofía, la religión, la ciencia, el arte, en fin, los temas de la vida misma y exaltando la calidad de lo humano.

En la historia, la poesía latina, La Odisea de Homero (Odissia) es el comienzo organizado, editado y difundido, de la poética occidental, fue traducida en versos saturnios-un tipo de verso italiano primitivo- por Livio Andronico, entre e 240 al 200 a.C.; era un esclavo griego conducido a Roma tras la toma de Tarento; un gran trabajo pues la obra homérica cuenta con doce mil hexámetros aproximadamente.

Gneo Nevio en el 235-204 a.C. compuso en versos saturnios una epopeya romana: Bellun Poenicum (Guerra púnica primer poema conocido de tipo histórico).

En el libro Usada poesía, premio municipal Daniel Camejo Acosta, Ospino. Ed. de la UCLA, Barquisimeto.1994, hemos encontrando lo siguiente:

Reseña histótica del Poeta Jesús Enrique Barrios

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T R AY E C TO R IA P OÉTICA “Arabescos para un pintor A Mateo Manaure -he visto el sol evaporando falsas estatuas …….. … He conocido la libertad en tu pincel mientras gaviotizabas con tu vida un ángel de sal y de lechuga.

Llegará el día de las alas en tus manos y con el barro de tus pasos, en la fachada de los siglos, pintes la tristeza de los tristes y la dimensión de los azules…”

Elevada calidad en el lenguaje de J. E. Barrios como también observamos en Virgilio, autor de la de la Eneida, exaltando la vida corriente en una traducción que Jorge Guillén hizo del Banquete, de 24 versos-alejandrinos y 12 endecasílabos alternados (Ed. de la UCLA, 1994): “ … Muchos ojos admiran los muy bellos obsequios -manto y velo- de Eneas para Dido, que por amor ya tan cautiva se siente dentro de un embeleso enhechizada.

Terminó la comida. Los criados sobre la mesa ponen colmadas, grandes copas de vino…” (*) P. Virgilio Maro (70 a 19) a.C. fue el vértice de la creación poética, … ejemplo para el arte poético latino de toda su posteridad… 1 De otro libro de J.E. Barrios, “Del mundo y de la Aldea”, cito, de la Boda, el siguiente texto de su narrativa poética: “ -3Antes de irme a acostar, me tendí en un banco de la plaza y absorbiendo el aire fresco de Maitines, dejé errar mi vista por ese cielo atestado de estrellas.

1 Dr. Friedrich Stoliz. Historia de la lengua latina. UTEHA N° 61 (Lingüística).

Mexico.1566, pag 98 Reseña histótica del Poeta Jesús Enrique Barrios

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T R AY E C TO R IA P OÉTICA Una pregunta vino a escarbar en mis menguadas cavilaciones: ¿será posible que al hombre, l imitado y pequeño, le esté permitido observar el infinito o la inmensidad? “ 2 Se exhiben en este libro las dudas que asaltan al hombre en sus reflexiones sobre la vida misma y J.E. Barrios navega con su lenguaje por esas dudas y pensamientos.

Del libro “Cartas a Naxia” cito un texto de la carta XII: “ Amiga mía: ……… ¿Qué símbolos deposita tu luz sobre mis huellas? ¡Qué fertilidad enamora la simiente! ¡desgranen vendavales las verdades! ¡Abran milenios las puertas porque el amor no quiere morir!...” 3 Mensaje esperanzador para el hombre y con elevada estética en esa continuidad temática en el misterio de la relación amorosa. Así mismo podría citar otros textos de J.E. Barrios y siempre encontraremos ese “ars poético”.

Gracias poeta por mantener viva la literatura venezolana.

Luis Ignacio Suaréz Meza Profesor Emérito de la UCLA

2 Ed. De la UCLA. Segunda parte de la Aldea, pags.98-99. Barquisimeto.1993 3 J.E. Barrios. Cartas a Naxia. Segunda Edición. Fondo Editorial de la UCLA y la Revista PRINCIPIA. Barquisimeto 2001. Pag. 51 Reseña histótica del Poeta Jesús Enrique Barrios

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Para celebrar a Jesús Enrique Barrios Gustavo Pereira

I

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esde que al conocernos y saber que compartíamos la díscola esencia de sus naturalezas, la poesía y la vida se encargaron de lo demás.

La primera se nos había erigido mucho antes en destino insoslayable y bajo su enigmático licor fundamos desde entonces un altar sagrado y entrañable, la amistad.

La otra nos trajo y nos llevó hacia sus dudas y certezas: convites, fracasos, reflexiones, angustias, sosiegos y refriegas. Las cercanías del alma –como prefiero llamar a la conciencia sensible- pondrían en derrota las distancias.

De eso hace tantos años que cuando la nostalgia de los días deshojados aparece, los transcurridos parecieran recientes y lozanos. Pasa el tiempo – dirá Jesús Enrique en la Introducción de su hermoso libro Usada poesía (1994) - pasan las emociones, el ocaso casi se hace alba. Los recuerdos, desordenadamente, también se despiden y quedamos sin nadie, inventariando lo que aún persiste en ser nuestro. La nostalgia, no sé si con residuos de la buena tristeza, se nos viene encima y nos vuelve a llenar con aquellos seres, asuntos y lugares con los que nuestra vida hizo sus locuras. La dispersión termina, al fin, en una unidad, círculo integral, que nos permite seguir alimentando la ansiedad de continuar vivos, que es igual a seguir con los amigos. ¿Cómo no celebrar pues esa nostalgia que se nos vino encima si el fruto de su gestación nos ha dejado una obra poética como la suya, tan dada a los prodigios de las revelaciones?

A estas alturas ignoro cuántos son los libros de su extensa bibliografía, pero sé que en todos su empecinada contienda con Dios y con la eternidad despunta 67

como fanal que intenta rasgar las cortinas de la espesa tiniebla que desde el comienzo del universo, intenta apoderarse y tapiar para siempre nuestras alegrías, Sé también que su condición de poeta jamás ha sido ajena a los requerimientos de su invariable sedición, consagrada a desnudar el absurdo cotidiano y las dispares insensateces de la confusión general, no exentas, como podemos advertir, de empaque o porte. Y ha elegido para ello los radicales espíritus de la agudeza o la anarquía conjugados con la sutileza, la finura, la complicidad y las siempre vivas tentaciones de la razón y sus ardides.

Sé también que a lo largo de todos estos años su fervoroso empecinamiento en el “peor de los oficios” (como me atreví a titular alguna vez, en son de jovial ironía, un libro sobre la poesía y los poetas) lo ha llevado, si no al esperado fondeadero de los sosiegos, sí a otro puerto, proceloso y de aguas encontradas, indispensable para proseguir el viaje con las velas del itinerario que ambos escogimos: Corro el riesgo de la variación –dice en el párrafo final de aquella Introducción- sin dejar de ser fiel a la amistad y a lo que siempre he sido: un soñador impenitente a quien le encanta zambullirse en la realidad con la intención –siempre sostenida- de mejorar los resultados.

II

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comienzos de los años sesenta, junto al pintor Carlos Hernández Guerra y el poeta José Lira Sosa, quien recién había llegado a Puerto la Cruz desde su Maturín natal, desterrado por un gobernador condescendiente cansado del fastidio de saberlo preso una y otra vez por subversivo, en taberna apropiada para tales fines acometimos la provinciana heroicidad de publicar una revista poética, Trópico Uno, con la cual quisimos participar en la confusión y la refriega literaria y artística de entonces. Como es natural en estos casos, no contábamos con un solo denario para ello, pero junto al entusiasmo nos apoyaba el solidario talante de un editor y periodista amigo, Miguel Yilales, quien imprimiría en papel periódico el primer número.

Solo cuatro aparecerían, con la incorporación de otros amigos entrañables entre quienes recuerdo a Pepe Barroeta, Gladys Meneses, Manuel Espinoza, Eduardo Lezama, Rita Valdivia, Luis José Bonilla, Víctor Salazar y Eduardo Sifontes. Hernández-Guerra y Gladys Meneses ilustrarían con grabados en Para celebrar a Jesús Enrique Barrios

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linóleo los dos primeros. Era característica de aquel tiempo que entre poetas y pintores se estableciera amotinada comunión de artes y propósitos y en nuestro caso la misma intentaba turbar la provinciana modorra de las conchabanzas y la beatería.

Fue aquella una aventura tan breve como ilusa. Vivíamos, a la caída de la dictadura de Pérez Jiménez, días difíciles, de pasiones políticas desbordadas. A las diatribas y enfrentamientos sucedían disímiles contiendas y en las del espíritu no faltaban francotiradores, aunque la campaña de odios jamás halló tierra fértil donde aposentarse y no pocos de los participantes hallamos después en el debate, el diálogo y el afecto, la reciprocidad connatural a los venezolanos. Habiéndonos graduado Jesús Enrique y yo de abogados, el oficio apenas lo ejercimos para cumplir obligaciones de conciencia, mas de aquel tiempo nos quedó, tanto a él como a mí, un puñado de aciagas remembranzas de las que nunca hablamos y también, y sobre todo, una pequeña tropa de seres queridos con la que compartimos complicidades y lecciones imborrables.

Las circunstancias del vivir no pudieron hacer mella en la indeclinable sonrisa de nuestros destierros. El suyo lo condujo a una ciudad radiante, lejos de su lar nativo, pero igualmente pródiga en aquello que en todo poeta amanece como galaxia íntima en la que es posible conocer, en otros seres, el verdadero sentido de la poesía. Y allí, donde debía estar, ancoró su corazón.

Cuando le participaron su destierro, contestó: -¿Y por qué no me lo traen?, escribirá en uno de los libros suyos que más he disfrutado y disfruto: Breves y mínimas (1998).

III

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o que pudiera llamar la conducta poética de Jesús Enrique Barrios, expresada también en sus atípicos libros de relatos, es una mezcla armoniosa de erudición y situaciones ontológicas, presta para conciliar los opuestos del universo y de la vida cotidiana. Como se sabe, lo poético se expresa más allá de lo evidente y por lo general en oposición de lo evidente o de lo lógico, bien que la condición insurrecta de la poesía no duda, si fuere el caso, Para celebrar a Jesús Enrique Barrios

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en convertir también lo evidente en evidente, cabe decir, en verdaderamente evidente. Gracias a ello un poema puede descubrir y enunciar lo real genuino y transformarlo para crear una nueva realidad. En la obra de Jesús Enrique estos opuestos se encuentran siempre en viaje imaginario, interno o externo, tácito o expreso, y esto lo podemos percibir desde un libro como Apremios de soñar (que data de 1977) escrito en versos y no en la prosa característica de su poesía: emprendo un largo viaje / sin darme cuenta si aún / me falta algo por andar / o si ya llegué al final. En otro, Cualquier itinerario (1992), en un texto dedicado a Freddy Castillo Castellanos: Fatigo la geografía en donde el tiempo ha colocado su mortífero engranaje. Dilapido la fe hasta extinguir la creencia. Emulado por la duda exprimo el conocimiento. Gracias a la emoción reproduzco mi vida. Me aventuro con la mezcla de imagen y acción para edificar algunos cimientos.

Del mismo modo que la andanza se ha constituido en apremio existencial, las imperturbables sutilezas de su sentido del humor, teñido de escepticismo y provocaciones a lo establecido y a sí mismo, coexisten cual constantes orgánicas en su obra, incluyendo aquellos relatos y crónicas supuestamente ajenos a la poesía a la que no obstante hace constantes guiños de complicidad. Cito estas líneas de Rigor del ocio (1992): Entiendo lo que me acontece, pues vivo rodeado de asuntos que no puedo resolver. Me empujan y caigo en una trampa, salgo de ésta y caigo en otra. Pataleo y no saco nada en claro. Hago juego. El escenario está lleno de timadores. Han habitado hasta los intersticios invisibles. El virus y el cosmos son rivales frente a la misma amenaza. Mis pintos de vista agonizan.

Yo mismo agonizo. Hacia donde zarpe la vía está hecha. Y sin embargo nadie ha llegado. En cualquier parte me espera una opinión. El muestrario es la totalidad de mis heridas. Cansado de mis aciertos concluyo por odiarme a mí mismo. De ahí deriva esta compulsión a brincar y a propugnar la anarquía. Es decir, me pongo a dar vueltas en el desorden. Es una forma de no lograr nada.

O estas otras de Ahogo y desahogo (1997), integrado por poemas en prosa organizados en pequeñas secuencias y dedicado a la amistad y los amigos: Como cualquier hombre soy carne y actual articulación de confusiones, porque en mí mismo peregrina una insaciable desesperación que boga vanamente en sentido contrario al de la muerte./ No es fácil transformar la vida en poesía…./ Difícil es deshacerse de la imbecilidad.

Los ejemplos podrían multiplicarse. La coherencia temática y estructural de su trabajo, el curso claro, persistente y fervoroso de los textos que lo integran forman parte de su propio ser, en permanente insubordinación ante lo yerto y lo pedestre. Convirtiendo cada reflexión o alusión en ejercicio cotidiano para Para celebrar a Jesús Enrique Barrios

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burlarse de la zozobra y de la muerte; transgrediendo los desenlaces lógicos del texto y permitiendo en él que los encuentros fortuitos se correspondan en el más allá de toda convención ceremonial y consagrada, sus poemas, en prosa o verso, transcurren, pues, como la propia vida, entre premoniciones, dudas, certezas, esperanzas, desesperanzas, destemplanzas, rigores, goces, pesares, fulgores y opacidades, si bien el pesimismo y la desdicha, atemperados por la agudeza y la gracia, parecieran reinar entre obligados tridentes. Con la salvedad de que tal ocurre no solo en la suya sino en casi toda poesía fundada en el misterio y la angustia de los abismos de la finitud.

Las premoniciones presentes en su obra parecen formar parte de las esencias o condición misma de la escritura poética. En estos días, por ejemplo, cuando releí en Usada poesía el texto ¿Dónde está Pepe Barroeta? que data de 1964 (año en que comenzábamos a editar Trópico Uno y extrañábamos la presencia de Pepe) un estremecimiento me asaltó: Jesús Enrique había descrito en esas líneas amorosas la despedida final del querido hermano, algo que solo pasaría más de cuarenta años después. Casi no me queda silencio, se lo han llevado los muertos, dirá luego en otro texto dedicado a Pepe en 1997, también años antes de su muerte y titulado Doble despedida, incluido en el libro Ahogo y desahogo.

IV

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uiero finalizar estas palabras transgrediendo el rumbo de la aguja de marear e inclinándola hacia las celebraciones del alma, las cuales, en la derrota de nuestros peregrinajes, tienen que ser plenas y obligadas a fuer de indispensables, pues que ellas nos lanzan a las aguas sus balizas para salvarnos del naufragio de toda inclinación acibarada.

Haciendo honor a ello ¿cómo no compartir con los fraternos lectores estos aforismos de Breves y mínimas que forman parte, como dije, de mis predilecciones? De esta manera, en caso de ausencias, Jesús Enrique seguirá guiñándonos, sonrisa de por medio, su invitación para que no olvidemos ni dudemos en embarcar en el próximo puerto:

Para celebrar a Jesús Enrique Barrios

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No hay día ni noche donde mi equivocación no acierte. *** Fue un experto de la esperanza: nunca hizo nada. *** Cuando se acercaba a la verdad sentía vértigo y regresaba de prisa a sus confortables mentiras. *** Cada peldaño que subimos nos aleja de lo que somos. *** Los que hicieron y nada dijeron dejaron las pirámides. *** Despreciaba el talento de los demás, le bastaba con su ignorancia. *** Sólo tomaba en cuenta sus propios aplausos. *** La lógica no se aventura más allá por temor a perderse. *** Amaré la vida hasta la muerte, y con ésta, ya veré. *** Cuántas ideas habrá sacrificado el sacapuntas. *** He venido a vivir como uno más y a morir como uno menos. *** La razón a ciegas navega en la insensibilidad. *** La duda no logró entrar en sus adinerados bolsillos. ***

Para celebrar a Jesús Enrique Barrios

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Cuando al fin murió, sus deudos, preocupados, se preguntaban: ¿la estupidez, será hereditaria? *** Si alguien grita en mi entierro me quedaré callado. *** Como no hay adonde llegar, lo mejor es no detener la marcha.

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Gustavo Pereira

Poeta, Ensayista, Premio Nacional de Literatura

Para celebrar a Jesús Enrique Barrios

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El silencio multiplicado de Jesús Enrique Barrios

Esteban Rivas Marchena

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n unas horas finales del año 2005, en un día de sol o Día del Señor, Domine, día domingo venezolano, 4 de diciembre, siendo ya la hora 10 de la mañana, cuando en la semicurva donde termina o comienza – según la dirección en la caminata del transeúnte, peatón o la del conductor en automóvil en carrera que vaya o venga- la muy corta avenida La Concordia, en proximidad noroeste del llamado “Triángulo del Este, escuché a alguien (piloto de automóvil terrestre), que con voz de poeta, súbitamente rasgaba el silencio dominical. Lo percibí haciéndose brevísimo momento de luz, estallido poético de luz –voz, voz goetheana de siempre, no de instante goetheano último, como aquella del minuto postrero del gran Johan Wolfgang (“Luz, más luz, quiero lu”), del cual y de la cual nos habló una vez y nos sigue hablando en su silencio eterno el magnífico Thomas Mann…

Era la voz del poeta Jesús Enrique Barrios la voz de aquella mañana, y en aquel instante brevísimo, en aquella hora 10 del domingo 4 de diciembre venezolano, voz que había rasgado -timbre de voz, saludo, voz de poeta, de amigo poeta, voz de poesía- allí, en forma total, el silencio del domingo. Era la voz inconfundible y solemne, característicamente poética, voz interior exteriorizándose, de alguien que saludaba desde cercana lejanía, como alas aproximándose en ruedas, voz de poeta y voz de buen amigo, voz de 74

silencio multiplicado, voz de silencio interior y de alegría, de hallazgos, voz de pensamiento, intensa voz vibrante, emotiva, cautivante, musical, voz de arpegios y mensaje y saludo y asombro y cordialidad, participación, voz espiritual, intensa voz luminosa que se hace letra escrita, signo, gráfica, gesto, testimonio, voz-silencio…

Aquel día, en esa hora décima venezolana del 4 de diciembre, domingo 4, en el silencio dominical, allí en donde llegaba inesperadamente, fue el instante no preanunciado de recibir en envoltura de silencio, pero en mensaje sonoro, la buena nueva de un ejemplar, de manos del poeta autor: el más reciente libro del poeta Jesús Enrique Barrios, voz poética, páginas contentivas de un tesoro llamado “Los originales del Silencio”.

II

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es de entonces, en esas páginas, en ese yacimiento, que no es de petróleo sino de oro del alma, de diamante espiritual auténtico, en lecturas de asombro, de incorporación al almacén memorioso que se nos va haciendo inmemorial, inextinguible a la vez, luz más luz, cada vez más luz, lectura primera superficial y de exploración, tanteo primero, y luego ahondamiento, reflexión, motivo para pensar, profundizar hasta la comprobación de la autenticidad de los hallazgos, de un gran hallazgo habido, logrado por un poeta en su dedicación a buscar –hasta encontrarlos o hallarlos“los originales del silencio”.

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ectura derivativa, de asombros, de emociones. Se multiplica, se repite, se reitera. Libro escrito para ser leído, asimilado. Libro para la consustanciación. Lectura para hallar el lector las ciento de veces que el poeta localiza y grita asombrado haber encontrado “los originales del silencio”, para decírnoslo en páginas luminosas. Nunca en después inmediato, en mi modesta contabilidad de lector -nada “smartmática”, gracias al Ser Omnisciente-, había El silencio multiplicado de Jesús Enrique Barrios

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hecho contabilidad de lecturas en silencio para la meditación, pero sí ahora, mucho tiempo después de mi tiempo juvenil de lector debutante en haber leído y “escuchado” aquella insistente voz goetheana, anhelos de “luz, luz, luz, más luz, quiero luz” en páginas de Thomas Mann, nunca, digo, había yo estado precisado a contabilizar momentos de silencio en circunstancias trascendentes.

Nunca antes, sí, como cuando Thomas Mann nos decía, diciéndolo al alma del lector, cómo transcurrieron aquellos momentos últimos de la vida física del gran poeta de Weimar… Nunca antes, como sé ahora, en cuanto a contabilizar, tengo, como lector, esta invitación a ser testigo de un hallazgo trascendental como el de “Los originales del Silencio”, invitación a testificación que nos hace el poeta Jesús Enrique Barrios, contaminado de asombros, como esta vez, tras la donación que de sus manos hemos recibido, de estas páginas geniales, pan del alma, luz de todos, luz de sol, luminosidad en silencio, silencios luminosos, de un poeta venezolano nacido en Urica y venido a Barquisimeto, a nutrirse aún más de poesía, de universalidad, a la dedicación poética en pos de un hallazgo reiterado en 107 veces a cada uno de los cuales hablaremos en próxima cotidianidad.

IV

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abor de búsqueda y hallazgos es la poesía “Esto es verdad”, diría el poeta Orlando Pichardo, para quien “los poetas dicen la verdad”. Atributo de poetas es, ciertamente, decir verdades: hallar la verdad es privilegio de poetas. Y perdóneseme lo que una vez dije a un ilustre contertulio en amigable conversación intrascendente: “La poesía (he debido decir sólo “las metáforas”, aunque también debía decirlo así) es el género literario de las bellas mentiras”. Decía yo, y prosigo diciendo esta vez, que cada hallazgo de los poetas se hace herencia transmisible e indesmentible, dote del alma para todos, heredad espiritual, pensamiento, convicción mental, riqueza verdadera para la multiplicidad lectora. Por ejemplo, cuando un poeta encuentra, halla, mejor dicho, los “originales del silencio” y manifiesta su buen éxito como testimonio en las páginas de un libro, y llama a este libro: “Originales del Silencio”, su hazaña nos llena de gozo, de admiración y asombro, de alegría, de participación. Es lo que ocurre en quienes nos hemos consustanciado con este genial hallazgo del poeta Jesús Enrique Barrios, sus silencios, 107 veces, sus 107 constataciones, sus 107 expresiones de asombro, las ciento siete El silencio multiplicado de Jesús Enrique Barrios

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veces que nombra en su libro la palabra silencio, más allá de la acepción, del “hablar” articulando palabras, del enlazar palabras, es la esencia trascendental del silencio… Verdad es. Es verdad. Hacía y se hace 107 veces hallazgo de los “Originales del Silencio”. Allá iremos y ojalá nos sea exitoso y triunfal, el intento en próxima cotidianidad, ya a las puertas del año 2006…

(El texto anterior fue publicado en El Impulso, el 27 de diciembre de 2005, en la columna “Cotidianidades”, que mantuvo durante mucho tiempo en ese viejo diario el gran escritor y periodista larense Esteban Rivas Marchena. Lo hemos traído a estas páginas, no sólo porque sabemos del aprecio que el poeta Barrios le tuvo al autor del mismo, sino también por el agrado que le produjo hace poco el encontrarse sorpresivamente con este texto encantador. También, por la invitación a leer Originales del Silencio, desde el silencio. Y por dos cosas más: una, por las referencias a un rasgo inconfundible del poeta Barrios: su voz. Quienes lo han oído, jamás pueden olvidarlo. Y la otra: porque hemos querido recordar a Esteban Rivas Marchena, a quien la cultura larense mucho tiene que agradecer)

Esteban Rivas Marchena Escritor, Periodista

El silencio multiplicado de Jesús Enrique Barrios

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Arte

Poética

Poemas de Jesús Enrique Barrios .

Esta selección proviene de diversos libros publicados del poeta.

Incluye también algunos textos inéditos. Esperamos que el resultado haya sido una muestra representativa de las constantes expresivas del autor, tanto en sus textos en prosa como en verso. Los poemas correspondientes a libros publicados aparecen siguiendo la cronología de las ediciones.

Al otro lado del cielo. Como decir debajo de nuestra piel, se impulsan los misterios con toda claridad. Hay un orden que la voluntad ha preparado. Hay el color de una metáfora permanente que juega a los días y a la luz. La única sustentación se equipara al desastre. Es por ello que hemos convenido en llamar río al río y a la risa que le demos al otro. También abundan las razones que envejecen, cansadas de no servir para nada. Por encima de tal manifestación, el azar atropella el itinerario de las búsquedas. Ahí el encuentro no es más que la conjugación casual de lo inesperado.

(En calidad de humano, Cierto punto de vista, 1980) He ido a pescar. Todo río es pensamiento. Rompo el motivo que me trajo a esta suerte de paisaje y cavilo: ¿Qué significa un pez menos en estas aguas?... La corriente es el idioma que germina los suelos. El hombre concluye en la cosecha.

Y más allá se abren las puertas de la noche, cuando casi por acto de magia, se hace el silencio. Despego mis afanes del agua y retorno al embrollo de mi cívica posición. Reconozco el descanso y antes de cerrar los párpados sintetizo al mundo y lo aprisiono en mis ansias de mañana. Me pesco a mí mismo y me desando en el viento.

(En calidad de humano…)

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Y si pusieron el mar fue para que la libertad también nos hiciera su llamado. Y si tanto se habla de caminos es porque en la sangre amanecen cada día unas locas ganas de jugar al sol y a la noche, a las ciudades y a la más ancha geografía.

Seguiré quedándome en cada pedazo de humanidad adonde vaya. En mi condición de navegante de un solo mundo, encuentro el justo aposento donde a mis anchas navego y cuento una vida que poco inventa y mucho vive. Y con esas ganas invado el camino que me deja, entre la raíz y la flor, esta loca sensación de nunca despedirme.

(En calidad de humano…)

El silencio vindica mis presagios. Las salidas están controladas. No he sentido ganas de triunfar. No he sentido ganas de quedarme. Cuando la luz me decretó la guerra, ya sabía de la suficiencia de mis tinieblas. No he aspirado a otras traiciones: me basta con las mías. De todas partes sacan el castigo y me lo hacen leer en el menú diario. Casi me lo estrujan en el rostro. En tales casos el pan pasa de largo hacia el carbón y la tierra exhala su letal venganza.

(Cualquier itinerario, 1992)

¿Dónde está Pepe Barroeta?

Lo vieron cuando enamoraba los reflejos de la luna. Lo vieron en la tormenta mientras conversaba con un ángel.

A cada golpe volvía a enamorarse. Dejó de pensar para seguir el vuelo de las aves.

Se entregó a la condena como quien alimenta a las abejas. En él se amontonaban los misterios y la nostalgia de las nieblas. Andaba solo, espiga enamorada en las locuras de la noche y en las tretas del camino, sin alterar la jornada. Solo, en el origen de las distancias prohibidas.

Hasta el final de los idiomas invitaba a resolver las diferencias. Llevaba el dolor de un árbol derribado y sin embargo lo vieron resucitando hazañas en el convite de los magos. Llevaba la sustancia de los momentos más tristes. Despegaba verbos de las rocas y con una lágrima escarbaba en las profundidades de la vida.

Almacenaba encantos prohibidos. Andaba solo y llegó a reírse en los ojos del pájaro.

Poemas de Jesús Enrique Barrios

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En su lenguaje de mediodía decía de la vida siempre más vida… también decía de un nido al lado de las piedras y de una nube preñada de sus cantos.

Era pan y guitarra enamorado del vientre de las mujeres.

Era el ritmo de los deseos en los oleajes del mar.

Y al término del encuentro encendía el farol y despertaba los contenidos de la mañana.

(Usada poesía, 1994. Este poema fue escrito en 1964)

Ahí están: la fruta caída, las brasas del amor, la lluvia sin caer, los sueños mutilados, la pasión a punto de ser y ese gesto persistente diciéndome adiós desde tus ojos.

(Por rastros y raudales, 1995)

Casi nada: el universo y tú.

Casi siempre: tu ausencia y yo.

(Por rastros y raudales)

Poemas de Jesús Enrique Barrios

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Tus zapatos, a las huellas del camino, tus prendas, al fondo de los mares, tus vestidos, al viento del desierto.

En tus senos un aguacero inmenso y en la flor de tu universo un vértigo de abismos imposibles para que la música de Dios me devuelva los originales de este sueño.

(Por rastros y raudales)

Cuando Dios termine su creación, se habrá acabado la estancia en el universo y éste mismo habrá extinguido su incertidumbre y desde mis intentos de vuelo podré decir: vieja campana cansada de sonar, llegó la hora de ir a recoger la música para que la deposites en ese hueco de la noche donde el sol y la sombra, la luna y el mar, dejan caer sus pasiones y se hunden por la pendiente de la avariciosa eternidad.

(Inevitables ejercicios, 1995) Los hombres sueñan y sus sueños están por encima de los seres que sueñan. Los animales sueñan y sus sueños están por encima de los animales que sueñan. Los dioses sueñan y sus sueños están por encima de los dioses que sueñan. ¿Acaso, esta creación es el sueño y nada más? O mejor que acaso: esta creación es el sueño del hombre. Y la procesión se hace interminable.

(Mutilaciones, 1996) Soy oriundo de Urica, palabra y barro de Venezuela. En mí no hay más orígenes.

La lucha que dura el dolor de la vida y se fuga en el placer, aquilató mi pensamiento y desparramó sus maravillas en mis búsquedas y sueños.

(Ahogo y desahogo, 1997)

Poemas de Jesús Enrique Barrios

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Dentro de mí existen árboles. Dentro del árbol hay vida de metales. En el metal hay vida de animales. Dentro del animal convive el semejante. Y semejante al hombre son los ángeles. Dentro del ángel hay dioses: vuelo azul del éxtasis humano. Dentro de Dios están las ilusiones. En la ilusión también hay una bestia y cuando todos se ponen a jugar sus destinos aparece este mal y este bien con que vivo apostando a la nada y su universo.

(Ahogo y desahogo)

Con Dios Con Dios vivo enredado.

Del espacio dimana su luz que alumbra mi vida sin llegar a aclarar la angustia del día.

No sé si su ausencia impone las tinieblas y su presencia el brillo que me hacen afirmar que es lo mismo vivir sin Dios y morir sin reparar si algunas veces anduvo conmigo.

(Apremios de soñar, 1997)

Poemas de Jesús Enrique Barrios

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Yo no hago el amor. El amor me hace a mí como soy: hijo, padre, amigo, amante.

Yo no hago el amor en un acto ni en un instante. El me hace a mí mientras dura mi vida. Y se lo doy a los hijos, padres, amigos, amantes y semejantes. Y lo disuelvo en el aire, el agua, el vegetal, el animal y Dios. Y a ti, amada, untado de fuego te lo doy y te lo quito… Así será siempre.

(Amor hasta el olvido amor, 1999)

Al lado de la puerta de la calle un perro languidecía. En la sala el agua del tinajero se desbordaba y corría por el suelo donde el musgo adornaba su descuido.

Cuando entré a la casa, después de veintidós años de ausencia, los recuerdos se me subieron a la cabeza. Y muy adentro de mí, un beso de ayer me revolvió las ganas… Y a gritos una de mis lágrimas despertó su cuerpo de sensual gitana, y por sobre todas las cosas, el silencio enamorado me condenó a la agonía de seguir sin ella en el resto de mi vida.

(Amor hasta el olvido amor)

Se murió de prisa, como si desde siempre conociera la eternidad. Entonó un himno antiguo y desapareció entre el fuego de un volcán y las aguas del mar.

Resumió su vida en el aleteo de un efímero vuelo alrededor del amor y en el tono mágico de un color que no tenía cabida ni en la realidad ni en las posibilidades del más allá. Por eso su vocación por el silencio, las hojas caídas y las alturas nevadas permitieron que se robara una ola y más allá de las nubes se sentara a escribir todos sus lamentos. De ahí esa lejanía en sus ojos, ese rumor remoto en sus oídos y ese adiós con la risa de una rosa en su voz… Y así la eternidad en sus huellas.

(Otras contradicciones, 2000)

Un Dios dentro de otro Dios permitió el misterio de los espejos.

(Otras contradicciones)

Poemas de Jesús Enrique Barrios

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Y de pronto este amanecer. Esa gota de agua sobre la piedra. Un leve azul bajando de la montaña. Tu voz minando mi oído y traduciéndome los mensajes del misterio. ¿Habrá más? ¡Ah! Sí, el río el río eterno invitándonos al mar.

(Otras contradicciones)

El silencio no proviene de ninguna parte. No fluye. No dimana de ser alguno.

Ni va ni viene. No acepta condiciones. No se puede comparar con nada. Carece de continuidad y de discontinuidad. No acepta contrarios. No se compone ni se descompone y tampoco guarda relación con el tiempo y el espacio. Guarda en su seno todo lo que acontece. Vano es deshacerse de él. Acompaña seres y cosas. Ni aparece ni desaparece. El silencio es, siempre, antes y después. Cuanto es o se prepara a ser, del silencio nace y al silencio vuelve. Así lo que vive y lo que muere, lo inerte y lo que se mueve. Transforma un estado en otro de cuanto hay en el universo, que en desproporcionadas dispersiones reparten sus lúdicas energías y desarrollan sus cuantiosas manifestaciones. Lo que antecede me da fuerza para colocar la palabra en el silencio y el silencio en la palabra, de tal modo que la caravana de los idiomas, en su seno, depure sus propias confusiones.

(Originales del silencio, 2005)

Desconozco la definición de la poesía. Pero esta tarde, frente al mar una gaviota me da una forma, que a cada rato completa su armonía y salta por encima de los vaticinios, se encarama en una ola y profundiza en las arenas de la playa. Llena de alegría dibuja un aplauso y anida en su propio vuelo, para despertar los encantos de un concierto de J. S. Bach en los oídos del silencio. Esta sutil orfebrería de la sensibilidad se hunde en mi respiración. Con delicado ensañamiento copia del ritual del nacimiento, desabrocha mi pecho y lo llena de amor… Entonces corrobora mi adhesión al verso. Y con el peso de su vuelo en mi conciencia caigo hacia siempre…, donde, precisamente, la poesía funda su propia eternidad.

(Con mis errores, 2005)

Dicen que no soy original. Que mis palabras son ajenas. Que nunca he descubierto algo. Que he querido despegar una ola de mar. Que persigo el canto de los pájaros. Que me encantan los peces en movimiento. Que los aguaceros llaneros Poemas de Jesús Enrique Barrios

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abren el camino a la metáfora. Que Dios es un enigma integralmente humano.

Que la complicación es más un asunto del pensamiento que de la cosa en sí. Que no hay diferencia entre idea y sentimiento y que ambos se mezclan para producir cultura. Que la unidad es múltiple. Que soy semejante y diferente a los demás.

Que rumio palabras en todas sus manifestaciones. Que vivo, en fin, maniatado a una especie que me impone verdades, creencias, conducta y bellezas… Y yo digo que nada sé y que todo lo que hago nace del amor, la amistad y el silencio que a la gente le debo.

(Mientras vivo, 2006) Sólo hay silencio en el propio silencio (Mientras vivo)

La poesía sobrevive a la verdad, a la mentira y a todos los gobiernos del orbe.

La poesía jamás huye, para eso están algunos poetas. La poesía es el hueso con la carne y la carne con el hueso: reflexión y beso para el sueño. Sueño del beso y la reflexión.

(De poesía con los poetas, 2007) Armonía es el pájaro en su vuelo y en su canto, pero su silencio no es menor que cuando canta y vuela, porque la máxima armonía es el pájaro en silencio.

(Choque de versos, 2010) Nací, abrí los ojos y vi. Crecí, abrí la ventana y vi la calle y la ciudad. En la juventud abrí la puerta y vi el horizonte, a lo lejos. En la madurez, desde las cumbres, vi el círculo sideral y en él los cardinales de su cuadratura. Viejo y reflexivo vi hasta el más allá. Al final, cuando volteé los ojos, vi todo hacia adentro y me convencí que nada vi, y exclamé: visión cumplida.

(Visión cumplida, 2010)

Poemas de Jesús Enrique Barrios

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Quiero un puerto errante con una ola sin orillas. Quiero el dátil del encuentro.

Quiero el regocijo de tu boca. Quiero tu morada de asombros, donde pastoreas a mis recuerdos. Quiero voltear el viento para cosechar tu voz en mis ancestrales emociones. Quiero que me guíes en este laberinto. Quiero una larga despedida de tu juventud en mi vejez y la maravilla de no saber mi muerte ahora y tu vida siempre.

(La insaciable fantasía. Inédito) La muerte es un instante y nada más. Carece de rumbo y duración. Cae en la nada y no la mueve nadie. No conoce límite y está letalmente enamorada de todo lo que nace y vive. Por eso, cuando me doy cuenta de su presencia, la celebro y le pongo a la orden cualquiera de mis mañanas, tardes y noches. Definitivamente la muerte nos consiente a todos.

(Inédito) En la calle Whitman No. 33, queda la Biblioteca “Dios”. Entro y me entrevisto con su director, Sr. Arpur; lo interrogo y él, afablemente, me dice: “En este sector de la izquierda hay más de 390.000 libros que niegan la existencia de Dios. Y en el sector de la derecha, hay 510.000 libros que afirman la existencia de Dios” -Muy bien –le respondo. Humana y estadísticamente, Dios existe. A esto he venido de tan lejos, calcule usted, de Urica, un pueblito de Venezuela. Muchas gracias.

(Inédito)

Freddy Castillo Castellanos Escritor, Abogado, Exrector UNEY

WWW

Poemas de Jesús Enrique Barrios

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PRINCIPIA PERENNE

Utopías, Distopías y Ciencia-Ficción Alberto Castillo Vicci

E

n algún momento de la historia del homo sapiens, aquel homínido evolucionado tomó conciencia del mundo y autoconciencia de su existencia cuando desarrolló el lenguaje proposicional. Y, con aquéllas, la realización de que el mundo no era un paraíso; por el contrario, la vida era dura, breve y dolorosa. Entonces, buscó explicaciones, y se las dio con fábulas, mitos y leyendas que difícilmente eran verdaderas; pero, gracias el ingenió de los griegos, las fueron sustituyendo por medio de instrumentos más seguros de la razón y la ciencia con conocimiento humano. Inicialmente, el hombre comunicó sus pensamientos y conocimientos, de generación a generación, en la tradición oral; hasta que desarrolló la palabra escrita y con ella, la proyección humana de un mundo ideal, quizás deseado, es decir, en la concepción de un mundo desarrollada por tal o cual persona y que dependió, claro está, de sus motivaciones, sus experiencias, sus deseos o sus temores y que son las que lo llevan a construir en su mente la ficción de ese mundo ideal. Así nacieron las utopías (asociadas como el mejor lugar) y sus opuestas las distopías (como el peor lugar) literarias; aunque estos nombres no se acuñaron hasta el siglo XVI el de utopía y hasta el XX el de distopía. Es decir, al impulso utópico que cada hombre siente para hacer del mundo un mejor lugar y el distópico para evitar que el mundo se haga un peor lugar. Todo este proceso es tan antiguo como la escritura misma.

Vamos a dedicar esta entrega de PRINCIPIA PERENNE a los temas anunciados en su título, en dos períodos: el clásico utópico que se extiende al moder87

no y que va desde La Utopía de Thomas More hasta las obras de H.G. Wells (1866-1946) con ejemplos de las novelas de este último; y el postmoderno distópico, que comienza con la novela Un Mundo Feliz de Aldous Huxley (18941963); ambos en el género de la ciencia-ficción; esto es, que toman a la razón y a la ciencia como justificación de los mundos ideales, utópicos o distópicos; por conocerse ambos autores como emblemáticos pioneros del género y hasta de ideas sociales revolucionarias que han establecidos paradigmas de referencias bibliográficas. Aunque, como veremos, la lista de autores y obras en tal género es extensa y no se ha detenido en nuestros días con nuevos medios de comunicación, cine, videos, libros electrónicos y la Internet; son, pues, temas de principios perennes.

Los más prolíficos creadores de utopías y distopías literarias han sido los autores de ciencia ficción; de hecho, algunos críticos literarios llaman a la utopía como la tía de la ciencia ficción; y entre los más conspicuos autores se destaca notablemente el pionero del género a finales del siglo XIX y principios del XX, Herbert George Wells; escritor, historiador, biólogo y filosofó social británico.

Wells fue un autor prolífico que escribió en diversos géneros: historia, docenas de novelas, relatos cortos, obras de crítica social, sátiras, biografías y autobiografía.

H. G. Welld (1866-1946) En la actualidad es recordado por sus novelas de ciencia ficción y es frecuentemente citado como el padre de la ciencia ficción junto con Julio Verne y Hugo Gernsback el fundador de la revista Amazing Stories (historias asombrosas). Sin embargo, durante su vida fue reconocido como un crítico social con visión de futuro, incluso profético, que dedicó sus talentos literarios al desarrollo de una visión progresista a escala global. En su faceta de futurista, escribió diversas obras utópicas y previó el advenimiento de aviones, tanques, viajes espaciales, armas nucleares, televisión por satélite y en una serie de ensayos publicados a partir de 1939 con el título World Brain (El Cerebro del Mundo) profetizó la Internet en detalles asombrosos. En la ciencia ficción imaginó viajes en el tiempo, invasiones alienígenas, invisibilidad e ingeniería biológica. Entre sus obras más destacadas están La máquina del tiempo (1895), La isla del doctor Moreau (1896), El hombre invisible (1897), La guerra de los mundos (1898) y La guerra en el aire (1907). Estuvo nominado en cuaUtopías, Distopías y Ciencia-Ficción

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tro ocasiones al Premio Nobel de Literatura. Pero, el género de ciencia ficción, como lo acuñó Hugo Gernsback, se consideraba en sus inicios como literatura menor; no fue hasta la segunda mitad del siglo XX cuando escritores como Huxley, Orwell o Bradbury le dieron estatus de literatura mayor; en el 2017 el premio Nobel de Literatura Kazuo Ishiguro había escrito obras de literatura de alta calidad en el género de ciencia ficción.

En cada una de las novelas cortas de Wells se asoma una utopía o una distopía o varias. Vamos a dar algunos ejemplos. En La máquina del tiempo (1895) el viajero del tiempo va al futuro, al año 802.701, y en lugar de conseguir una sociedad en pleno desarrollo, encuentra un lugar no muy distinto al paraíso del Génesis. Seres humanos bellos, perfectos, sanos y quizás hasta inmortales, como antes del pecado original; que disfrutan de un jardín de árboles frutales, césped y flores por doquier; clima agradable, agua pura y cristalina de un río que lo surca, comida abundante y total ocio. No tienen que trabajar para vivir, pues son vegetarianos y todo se lo produce de gratis la naturaleza; son básicamente hedonistas, viven todo el día para amarse libremente y jugar; pero sin fuerzas ni inteligencia ni preocupación intelectual. A esta raza la llama Wells, los Eloi. El viajero supone que así debió de terminar la humanidad tras resolver todos sus conflictos existenciales, sin embargo, poco después descubre que estos seres viven con un inmenso miedo al subsuelo y a la oscuridad. El subsuelo está dominado por unas siniestras criaturas, los Morlocks, otra rama de la especie humana, que se han habituado a vivir en las tinieblas y salen de noche para alimentarse de los Eloi pues son carnívoros y depredadores.

En El alimento de los dioses y como llegó a la Tierra (1904), otra de las novelas de Wells, se narra la historia de cómo dos científicos británicos logran crear un alimento que provoca un crecimiento continuo, y así se obtienen animales desproporcionados y hombres gigantes de doce metros. Es una sátira del miedo que empezaba a existir al avance de la tecnología de aquel momento y al crecimiento de la clase media.

En los días del cometa (1906), la Tierra pasa por la cola de un cometa que cambia la composición bioquímica del cerebro humano y elimina el odio y la libertad de hacer el mal. Las sustancias químicas modifican Utopías, Distopías y Ciencia-Ficción

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el nitrógeno terrestre, un gas respirable, diferente del oxígeno, que resulta ser una especie de droga benefactora para el cuerpo y la mente humana y de todos los seres vivos del planeta también. Las enfermedades y debilidades desaparecen como las malformaciones son erradicadas para una era dorada de salud, bienestar y paz. Los soldados en sus trincheras en una guerra que lleva ya ocho años —después de publicada la novela resultó ser la Gran Guerra o Primera Guerra Mundial—; renuncia a seguir matándose y celebran la paz; después de quedarse toda la humanidad dormida en la noche que la Tierra tocó la cola del Cometa y el accidente cambia la naturaleza humana para el bien y la concordia. También, Wells narra en esta novela entre sus personajes principales una historia del amor libre entre dos hombres y una mujer. Según comenta el filósofo Bertrand Russell en sus Retratos de Memoria1 , la novela fue fuertemente criticada por la sociedad pacata de entonces, por el amor libre que aplaude y no celebrada como un canto a la paz si la voluntad de los hombres fuera buena.

En Hombres como dioses (1922) un grupo de científicos de nuestro mundo atraviesa una grieta espacio-temporal y encuentra un universo paralelo, en el que la Tierra se halla a miles de años más avanzada. Tras experimentar una serie de revoluciones sociales y económicas a escala global (la Edad de la Confusión, la llama Wells) se ha alcanzado lo que los visitantes consideran una utopía. En ese futuro alternativo no existen gobiernos porque desde la infancia sus habitantes son adoctrinados reiteradamente en respetar la libertad y la autonomía del prójimo. Con tan sencilla regla no hay necesidad de instituciones sociales o políticas y los hombres y mujeres, felices y sanos, pasan su longeva vida disfrutando de su perfección genéticamente diseñada. Debe hacerse notar que esta novela fue publicada cuando la mecánica cuántica estaba iniciándose en laboratorios y universidades alemanas, inglesas, suecas y norteamericanas, y hasta 1957 no hubo una teoría matemática de universos paralelos como la presentada como tesis de doctorado en física el ingeniero Hugh Everet; es decir, medio siglo después.

Sin embargo, en sus novelas Wells pone en duda que el sólo progreso tecnológico sea suficiente para el establecimiento de una sociedad utópica, no a causa de la naturaleza humana sino de sus errores y prejuicios dogmáticos superables sobre la organización de la sociedad y la economía.

La más popular de las novelas de Wells se publicó en 1898 bajo el título War of the worlds. En que Wells describe la invasión de marcianos a la Tierra llegando a controlar todo el planeta pues su tecnología es superior a la terrestre; los humanos serán usados como ganado. Pero, los marcianos, al contrario de los humanos, no eran inmunes al simple virus de la gripe que hace destrozo en 1

Editorial Alianza 1976 Utopías, Distopías y Ciencia-Ficción

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su anatomía y los vence. Desde su publicación el cine ha llevado a la pantalla diferentes versiones de la novela, con mayor o menor apego a su contenido; en el año 2005 lo hizo Steven Spielberg y en el 2017 los canadienses.

Pero, el tremendo efecto de los medios de comunicación masiva con la simulación de hechos para confundir a la audiencia, se vivió por primera vez, como fenómeno social, con un programa de radio transmitido por en los Estados Unidos, en el día anterior del llamado Halloween o noche de brujas, el 30 de octubre de 1938, cuando millones de estadounidenses sintonizaron uno de sus programas favoritos “Teatro Mercurio de Radio” dirigido por el talantoso actor y locutor, el joven de apenas veintitrés años, Orson Welles y con guión de Howard Koch, desde Nueva York para todo el país. El programa se presentaba como noticias de acontecimientos en vivo de la invasión marciana de la novela de H.G. Wells. Para darle credibilidad, se entrevistaban a personalidades y autoridades, de manera tal que a pesar de que dos veces, durante los 45 minutos que duró el programa, se les advirtió a los radioescuchas que se trataba de una ilusión de una obra radial, la gente creyó que los Estados Unidos estaban siendo invadidos por marcianos, entrando en pánico colectivo; algunos llamando a la policía o la Guardia Nacional, a los bomberos, a otras estaciones de radio o comentando lo que otros habían oído, tomando lo que podían cargar en sus carros y con sus familias huyendo de las ciudades, generando un embotellamiento enorme en las autopistas.

Orson Welles dirigiendo “El Teatro Mercurio de la radio” Utopías, Distopías y Ciencia-Ficción

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Welles había probado que con algunas voces, efectivas acompañada de efectos sonoros puede convencerse a la gente de cualquier cosa, por irracional y fantástica que fuese, creyendo que reacciona lógicamente contra algo genuino. Los radioescuchas no reaccionaron con la razón sino con la adrenalina. A ninguno se le ocurrió que sólo una estación de radio daba la noticia y que en sólo una hora los marcianos partieron de Marte a la Tierra; aterrizaron y armaron sus gigantes máquinas destructoras, interrumpieron las comunicaciones y ocuparon la mayor parte de su país.

Al día siguiente la CBS recibió protestas y demandas y el fenómeno es una pieza de estudio de la piscología de las multitudes en las universidades todavía.

El fenómeno fue tal que el Secretario de Interior se dirigió al país en el clímax del fenómeno para desmentir lo que se había creído como una noticia verdadera. Diez años después una emisora trata de repetir la hazaña en Quito, Ecuador; cuando se dieron cuenta los radioescuchas, sin más se fueron a la radio y la incendiaron.

Wells escribe otras novelas de ciencia-ficción, y en todas expresa su impulso utópico y distópico a la vez. El sueño de Wells, fue en todos sus escritos, de la emergencia de un concepto moderno de utopía, que dejó plasmado en su obra crítica de quintaesencia utópica A Modern Utopia (1905) con miras a rebatir las principales críticas hechas a las de Platón, Bacon y More, de un Estado Mundial perfecto en que la guerra es abolida y hay trabajo super eficiente para todos; imaginando a dos viajeros, “el de la voz” y “el botánico” como les llama, hacia un planeta millones de años luz (Wells no explica cómo se trasladan en un instante a billones de años luz; hoy se atribuiría a un gusano en el espacio-tiempo) de la Tierra y millones de años terrestres más evolucionado, habitado por seres idénticos a los de la Tierra incluyendo a los viajeros en su tiempo (que es una mezcla de ensayo y novela a la vez en estilo de diálogo platónico como advierte en el prólogo bajo el título “El dueño de la voz”2 ) : de una sociedad en la cual los conflictos de consciencia e intereses se abolirían; una sociedad en que todos los obstáculos para alcanzar una vida decente para cada uno de los hombres serían removidos y todos los prejuicios extirpados. Una sociedad en que los recursos completos de tecnología estarían al servicio de todos para reducir el tiempo y la carga del trabajo necesario con que satisfacer las necesidades de toda la humanidad y aumentar la ociosidad con que disponer del tiempo dedicado a disfrutar de la vida. Una sociedad en que los avances biológicos y psicológicos serán empleados para corregir los errores de la naturaleza y mejorar la raza humana.

2 “El entretenimiento delante d usted no es un drama de la obra de ficción que usted está acostumbrado a leer, tampoco la clase de ensayo que usted evade; sino una mezcla de cada uno”. (Traducción del autor).

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En síntesis, una sociedad en que la paz, la abundancia y la virtud son logradas permanente y universalmente. La utopía tan soñada por tantos visionarios desde Platón hasta nuestros días. Es decir, de una sociedad idílica donde los hombres reparten su vida entre poco trabajo ligero pero en alto grado productivo y el disfrute de los bienes.

Esta obra tuvo singular importancia en las tendencias culturales en la primera mitad del siglo XX, y debería ser leída hoy de nuevo, para renacer esperanzas sobre los cambios que son tan necesitados en el mundo actual.

Según lo arriba prometido, continuamos ahora tratando a otro escritor de ciencia ficción didáctica, no simplemente fantasiosa; vamos a referirnos a la distopia de “Un Mundo Feliz”3 (1932) de Aldous Huxley La palabra Utopía la acuñó Thomas More en el siglo XVI derivándola de dos palabras griegas Eutopía del griego eu=bueno y topos= lugar y Outopía ouk=no y topos=lugar es decir utopía significa “lugar bueno “ y “sin lugar” y fue introducida como una ironía por Sir Thomas More en su obra escrita el latín De optimo reipublicae statu deque nova insula Utopía.

La palabra Distopía se forma con las raíces griegas δυσ (dys), que significa ‘malo’, y τόπος (tópos), que puede traducirse como ‘lugar’. Las novela o antiutópica nace en 1921, cuando el ingeniero ruso Yevgeni Zamiatin publica Nosotros, presentando a unos seres sin nombre que sufren bajo el yugo del poder absoluto. Así, la antiutopía o distopía imagina un futuro carente de privacidad y libertades, en la que la ciencia y la tecnología sirven para que unas élites todopoderosas esclavicen a la humanidad.

Le siguieron a Un Mundo Feliz de Aldous Huxley (1932), 1984 de George Orwell (1949) y Fahrenheit 451 de Ray Bradbury (1953). Estos exploraran el totalitarismo, la industrialización y las guerras mundiales, además de tratar temas como la eugenesia o la erradicación de la cultura.

De todas estas novelas, la de mayor influencia política ha sido 1984, y se acuña como orwelliana cualquier sociedad tiránica y represiva; el tema de 1984, es el de una supuesta sociedad policial, en que el estado ha conseguido el control total sobre el individuo. No existe siquiera un resquicio para la intimidad personal: el sexo es un crimen, las emociones están prohibidas, la adoración al sistema es la condición para seguir vivo. La Policía del Pensamiento se encargará de torturar hasta la muerte a los conspiradores, aunque para ello sea necesario acusar a inocentes. El Gran Hermano vigila a cada ciudadano; y la información es manipulada hasta en el uso del lenguaje; la lengua nuova prohíbe determinados términos por subversivos: Le sigue una novela de no menos importancia 3

Brave New World de su título en inglés.

Utopías, Distopías y Ciencia-Ficción

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del norteamericano Ray Bradbury, Fahrenheit 451; que lleva como título el grado de temperatura a que arde el papel, y trata de un mundo en que los libros están prohibidos y los bomberos tienen por fin no apagar incendios sino quemar libros donde quiera que lo encuentren.

Una sociedad secreta se forma para que cada miembro se aprenda de memoria una de las mayores obras de los grandes escritores universales, y se les asignan niños para que le den continuidad al legado literario de la humanidad. Pero, se trata de distopías de ficción sociopolíticas, no de ciencia ficción, como es el caso de la obra de Huxley; así pues que vamos a detenernos un Aldous Huxley (1894-1963) poco en Un Mundo Feliz de Aldous Huxley como paradigma de la novela distópica de ciencia ficción; pues aparece en el puesto 5° de las mejores 100 novelas del siglo XX. Con Un Mundo Feliz se inicia un cambio de la utopía a la distopía en la literatura de ciencia-ficción. Se termina el período clásico moderno y se inicia el pistmoderno. El término de ciencia ficción lo acuña a Hugo Gernsback fundador de la revista Amazing Stories a partir de 1926, como ya señalamos.

En autores clásicos como Wells, hay en el fondo de la utopía una antiutopía o distopía que nace del miedo al mundo moderno que contradice el progreso de la tecnociencia a la desigualdad económica y pone a la tecnología al servicio de las oligarquías que cada vez tiene mayor control de la diferencia.

En Un Mundo Feliz este control es total. Después de una guerra mundial en que se usan armas químicas (Europa acaba de pasar por la Primera Guerra Mundial o La Gran Guerra de 1914 a 1918 en la que se usó el gas mostaza y estaba horrorizada de sus resultados) provoca un colapso en la economía, los líderes mundiales deciden hacer frente a mundo caótico y apocalíptico que queda imponiendo nuevas tecnologías en todo el planeta y creando un Estado Mundial que censura todo lo que no le conviene a la clase dominante, escribiendo una nueva historia y rompiendo con todo el pasado: museos, literatura, monumentos … La historia y su calendario comienza en 1908 (año que se fabrica en serie y se vende Utopías, Distopías y Ciencia-Ficción

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el modelo T de la Ford y emblema del capitalismo) y la historia se divide en antes y después de Ford. La guerra de los nueve años que cita la novela se da en el año 141 d.F., es decir, en nuestro calendario, el año 2049. En la época en que se ubica la historia, el Estado Mundial está completamente establecido y casi todos los ciudadanos de la Tierra viven bajo su control absoluto. Todo el planeta está unificado como un único estado mundial, gobernado por 10 controladores mundiales, establecidos en varias ciudades claves. Han quedado pocas áreas aisladas como reservas salvajes, incluyendo partes de Nuevo México, América del Sur, Samoa, y un grupo de islas en la costa de Nueva Guinea. Hay islas cárceles para ciudadanos que no encajan en la vida del nuevo orden social, en las Malvinas y en Islandia.

Se aplicó el conocimiento sobre la biología genética y los 2.000 millones de habitantes del planeta pertenecen a una de las cincos castas biológicas: los alfas que controlan y ordenan a la sociedad mundial apoyados por sus subordinados los betas; en orden descendentes de una escala mental y de cociente intelectual, están los gammas, los deltas y los épsilon. Cada clase es a su vez dividida en más o menos su coeficiente intelectual. Por caso, en lo más alto de la sociedad están los alfa-doble-más que son destinados a ser científicos y administradores del planeta. Lo más importantes es que todos han sido acondicionados a ser felices en su clase, cuando niños mediante la hipnopedia o enseñanza mientras duermen.

De adultos todos son repetidamente acondicionados a convencerse que cada uno es necesario para la sociedad en su clase, y cualquier inquietud psicológica de infelicidad o de subordinación al régimen la liberan con una droga llamada soma o con máquinas que imitan el placer sexual o sensoramas. Así que hay paz y armonía racional en toda la Tierra. La parte de ciencia ficción más destacada por Huxley es la tecnología que domina toda la sociedad; no sólo en las fábricas de nuevos seres sino en toda su vida, particularmente en juegos que son las principales diversiones de los hombres y mujeres del mundo feliz. Todos orientados a incentivar el consumo. Huxley profetiza la industria de video juegos y la realidad virtual de la inteligencia artificial como se avizora en nuestros días, que le permiten al espectador sensaciones físicas que le transmiten lo que sienten los actores en la pantalla o en el ambiente. A estos los llama Huxley “amoríos”. Huxley toma mucho cuidado en describir la tecnología del mundo feliz, particularmente como crear nuevos embriones para acondicionarlos envasados, sometidos a movimientos repentinos y enfermedades, acondicionándolos para cumplir sus labores predestinadas en climas específicos. Los niños ya nacidos son expuestos en los centros de condicionamiento a una variedad de aparatos avanzados que ayudan a moldearlos en sus roles predeterminados y algunos procesos se utiliza bocinas y electrocución. La hipnopedia se realiza utilizando altavoces instalados en las cunas de los niños. Así continua Huxley describiendo la alta tecnología Utopías, Distopías y Ciencia-Ficción

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para el transporte, el vestido, la alimentación y todos los aspectos de la vida de la sociedad feliz que se ha instalado en nuestro mundo.

Epígrafe de Un Mundo Feliz Un Mundo Feliz es una crítica satírica a la sociedad de consumo capitalista y la trivialidad de sus fines en búsqueda de la felicidad por el consumo, en particular, de drogas y el entretenimiento que le seguirían en las novelas distópicas del siglo XX. Con Huxley comienza un proceso que ensayistas llaman “el giro distópico” (dystopian turn) 4, que se consolida en la segunda mitad del siglo XX. Este giro toma a la distopía como un fenómeno cultural, interdisciplinario, en que la literatura es una de sus expresiones, y que trataremos más adelante.

Continuando con la reseña de las novelas utópicas y distópica en la ciencia ficción, volvamos al siglo XVI cuando More se inspiró en La República de Platón, el primer modelo de una sociedad idílica, y a su obra le siguieron otros modelos publicados como novelas, tratados, ensayos y otros géneros literarios como un sueño no alcanzado por la humanidad.

En La República de Platón los fines son políticos no económicos como en la Utopía. Mientras Platón concentraba su discusión en la clase gobernante for4 Ver, En el Peor Lugar Posible. Tesis de Gabriel Alejandro Saldías Rossel, para optar al grado de doctor en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la Universitat Autónoma de Barcelona.

Utopías, Distopías y Ciencia-Ficción

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mada por hombres sabios y justos que usan su razón según los dictados de la verdad. La República es defendida por guerreros valientes, sanos y fuertes; y compuesta en su mayoría por ciudadanos — agricultores y artesanos — de costumbres moderadas. Los gobernantes y guerreros son los guardianes cuya vida austera es dedicada al ejercicio de la gimnasia, el estudio de la música y la filosofía; entre ellos, los más sabios y prudentes serán los que gobiernen y no tendrán propiedad alguna. Nada será suyo, para que no deseen amasar riquezas y no se corrompan. El comunismo de bienes se extiende a las mujeres y a los hijos; pues en el estado ideal, tanto mujeres como niños son de todos los hombres; así la mujer gozará de igual libertad a la de los hombres, pero estará dedicada a tareas más sencillas y ligeras, hasta que los hijos las asuman. La virtud de los ciudadanos es la templanza; la de los guardianes la fortaleza. Los guardianes mandan a los ciudadanos; pero estos viven una vida feliz y placentera, dedicada a la producción de bienes y su disfrute común. La virtud de toda la comunidad de La Republica es la justicia. Los filósofos o arcontes entre los guardianes están dedicados a al legislación y administración de la justicia como formar a todos en la educación necesaria a sus clases. Los guerreros se ocuparan de defender al Estado de sus enemigos internos y externos.

La educación es fundamental pues establece a qué clase deberá pertenecer cada ciudadano según aptitudes y méritos. Ayudado por una selección biológica según la cual los mejores de ambos sexos se aparearían con más frecuencia que los imperfectos. La autoridad se ejerce de modo enérgico y su patrón es la justicia.

Al régimen político de La República, Thomas More lo complementaría con lo económico. Mientras el núcleo de Platón es la ciudad, en la Utopía es una isla situada al sur del Ecuador. En su aspecto político y geográfico, la isla tiene 54 ciudades distanciadas una de otra a no menos de 33 kilómetros. El gobierno de la isla es representativo. De cada ciudad se eligen tres hombres sabios y experimentados. Y son enviados cada año a la capital a deliberar sobre los asuntos públicos. La población rural vive en casas de campo, esparcidas por la isla, y en cada casa de campo habitan 40 personas y dos esclavos. Por cada 30 casas de campo hay un líder llamado filarca. Diez filarcas junto a sus grupos son gobernados por un filarca en jefe. El príncipe de la isla es escogido de por vida por los filarcas entre candidatos nominados libremente por el pueblo. El principado es pues vitalicio; aunque puede ser depuesto sin es sospechoso de tiranía. Las leyes son pocas y rara vez violadas.

En la parte económica, la agricultura es una ciencia en que todos son instruidos y versados. Los niños en las escuelas aprenden historia y teoría. De manera itinerante los ciudadanos todos adquieren experiencia en la administración de Utopías, Distopías y Ciencia-Ficción

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las granjas. Además de la agricultura a cada persona se le ejercita en un oficio.

Usualmente escogen el oficio de su padre; pero si desean otros son libres de hacerlo. Los utópicos trabajan sólo seis horas al día, y esto es suficiente para proveer lo que todos necesitan en bienes de consumo. No se producen bienes suntuosos ni inútiles que no sirvan más allá del confort para una vida cómoda.

En la ciudad las familias comparten comedores comunes, aunque tienen su propia casa. Las comidas son preparadas por esclavos y las mujeres los dirigen. Una vez que todas las necesidades de los utópicos están cubiertas por dos años, los excedentes son aprovechados para el comercio con los países vecinos, para que les provean de bienes no comunes en la isla. La propiedad es común, así que no necesitan dinero. Las artes y las ciencias son el pasatiempo de los utópicos.

Según More, ni siquiera los europeos de su época (siglo XVI) los superan en el ejercicio de la música, la aritmética, la geometría, la astronomía o la mineralogía.

Hay variedad de religiones, pero los ritos son idénticos así que las ceremonias religiosas se conducen en común. Todas las creencias son toleradas menos la no creencia del ateismo. Su ética es hedonista y pocos son atraídos por la vida ascética. Aquellos convictos de algún crimen son reducidos a la esclavitud.

Pero ésta no es hereditaria. Aquellos ciudadanos con enfermedades incurables y contagiosas son aconsejados por sus directores religiosos o políticos que tomen su propia vida y son cremados con honores; pero los que cometen suicidio sin permiso son enterrados vilmente. Los matrimonios no son permitidos antes de los 18 años las mujeres y 22 los hombres. Y mucho cuidado se toma para que los novios se conozcan muy bien antes del matrimonio para evitar uniones infelices.

Los divorcios ocurren por una sola causa y sólo la parte inocente puede volver a casarse. Los sacerdotes son pocos y santos, y electos por voto secreto del pueblo. Las mujeres pueden abrazar al sacerdocio. En síntesis: en Utopía se vive feliz, principalmente por que se abolió la propiedad privada. Es una sociedad comunista.

Quienes hemos vistos la instalación del comunismo después de la Segunda Guerra Mundial, el llamado socialismo real resulta una distopia como escribió Orwell en sus dos mayores obras 1984 y Rebelión en la Granja. Esta última una fábula satírica contra el comunismo de Stalin que corrompe el socialismo democrático. En la ficción de la novela un grupo de animales de una granja expulsa a los humanos tiranos y crea un sistema de gobierno propio que acaba convirtiéndose en otra tiranía brutal.

De la Rebelión en la granja han quedado frases muy citadas: Todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros.

Si la libertad significa algo, será, sobre todo, el derecho a decirle a la gente aquello que no quiere oír.

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Desde entonces el siglo XVI, muchas versiones de la Utopía de More fueron propuestas. Baste mencionar algunas: •

1624: The new Atlantis de Francis Bacon, en la que el autor sueña con una humanidad feliz a través del progreso de las ciencias naturales.

•

1637: La ciudad del sol de Tomaso Campanella, caracterizada por una sociedad moral.

•

1651: Leviatán o la Materia de Thomas Hobbes. Filosofía materialista de un gobierno mundial.

•

1662: Varios de Cyrano de Bergerac, incluyendo una utopía lunar.

•

1699: Las aventuras de Telémaco de Francisco de Salignac.

•

1726: Los viajes de Gulliver de Jonathan Swift. Una sátira política.

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1758: Candide de Voltaire. Sátira filosófica.

•

1840: Viajes a Icaria de Cabet.

•

1860: Paris en el siglo XX de Julio Verne. Una anti-utopía del fundador de la literatura de anticipación y la ciencia ficción moderna que aunque escrita en 1860 no se publicó hasta 1990. En ella Verne dibuja una sociedad en que el capitalismo salvaje aliena a la sociedad robándole su poesía, su arte y su honor en la que solamente el industrialismo, la ciencia y la tecnología son venerados.

•

1872: Erehwon novela de Samuel Butler en que satiriza la Utopía.

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1884: Flatland:a romance of many dimensions de A. Abbott, una fantasía matemática.

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1889:Looking backward de Edward Bellamy donde sueña con una sociedad socialista en el 2000.

•

1890: New from nowhere de William Morris.

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1891: Freeland, a social anticipation de Theodor Hertzka, describe una utopía capitalista.

•

1895: The time machine de H.G. Wells, una anti-utopía de anticipación científica.

•

1905: A modern utopía de Wells donde se describe un estado mundial fundado en la ciencia.

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•

1931: Walden II de Burrhus Frederik Skinner es de las más comentadas por su proyecto científico de lograr una sociedad idealista con técnicas de control psicológico basadas en sus teorías del comportamiento humano

•

1932: Brave new world de Aldous Huxley, una anti-utopía científica.

•

1948: 1984 de George Orwell, novela en la que avizora una sociedad de robots humanos controlados mentalmente.

•

1962: Island de Aldous Huxley en la que escribe una sociedad idealista y pacífica feliz bajo el efecto de drogas sicodélicas.

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1970: This perfect day de Ira Levin, una novela anti-utópica.

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1996: Protector de Charles Platt, una novela de ciencia ficción de un futuro ominoso automatizado en extremo.

•

2000: Dystopia de Wiojciech Dragan una novela por Internet que se acerca a lo que sucedería luego en 2016.

A partir del siglo XXI se acentúa una tendencia que ya había aparecido en los años finiseculares del siglo XX, en los medios masivos de comunicación del cine, televisión y la industria de los videos, con guiones basados en alguna novela de ciencia ficción; tal es el caso de de Blade Runner (1982) tomado parcialmente de la novela de Philip K. Dick ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (1968).

La acción sucede en Los Ángeles en el año 2019 y se trata de una distopía en la que se han fabricado androides idénticos a los humanos pero con mayor fuerza y sin sentimiento alguno para dedicarlos a los trabajos peligrosos como esclavos, y que se han rebelado por lo que se decreta su eliminación. Un ex policía del siglo XXI vuelve al servicio para buscar y destruir androides autoconscientes que buscan a su creador.

También Matrix (1999) que aparece como una trilogía de películas pero ha dado a mucha especulación y opiniones de todo tipo, social, político y filosófico, y a no menos videos juegos, toda una industria cultural per se. La distopía es la un mundo virtual para ocultar la verdad. El protagonista descubre que el mundo en el que creía vivir no es más que una simulación virtual a la que se encuentra conectado mediante un cable enchufado en su cerebro.

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Las miles de millones de personas que viven (conectadas) a su alrededor, están siendo cultivadas del mismo modo para poder dar energía a las máquinas. Esta ilusión colectiva (o simulación interactiva) es conocida como Matrix (la matriz).

La Naranja Mecánica (1962) de Anthony Burgess sigue el género de novelas distópicas; la película con el guión de Stanley Kubrick estrenada en 1971 tuvo éxito mundial.

En la nueva literatura, la diferencia entre la utopia y la distopía desaparece, aunque el no lugar se tenía por un buen lugar; y aparece la novela catastrófica y apocalíptica mezclada o no con la ciencia ficción. Por ejemplo, la película The Road (2006) basada en la novela de Cormack McCarthy, narra la saga de un padre por darle una vida a su pequeño hijo despues de un mundo apocalíptico.

La novela de anticipación de Emilio Bueso, Cenitat (2012) en la que la tremenda crisis económica que nos viene encima es resultado del agotamiento del petróleo; un colectivo antisistema se reúne en torno a un líder profético para enfrentar el colapso de la sociedad y sobrevivir en una ecoaldea que se fortifica contra un mundo en hambruna, ruina y barbarie.

Pero la más sobresaliente, sin duda alguna es Never Let Me Go (2005), del premio Nobel 2017, el japonés-británico Kazuo Ishiguro, con la que el género de ciencia ficción alcanza el estatus de primera categoría. Es una novela distópica que narra el proceso de desarrollo y aprendizaje de una niña (Kathy H) internada en un centro en Inglaterra donde los niños son criados para ser donantes. La historia se narra desde la perspectiva de Kathy en años posteriores. El internado se ubica en Hailsham, al final de la Segunda Guerra Mundial. Los alumnos (apelativo para los donantes) eran clones de modelos de personas normales, sin embargo, eran educados desde una óptica cultural y artística, a efecto de demostrar a la civilización que estos donantes tenían alma.

La novela Never Let Me Go ( Nunca me abandones en castellano) es considerada entre las 100 mejores novela escritas en inglés desde 1923 al 2005. Ha recibido los siguientes postulaciones: Booker Prize, Arthur C. Clarke y Books Critics Circle. En el 2010 se estrenó su versión cinematográfica.

La popularidad de este género que suele llamarse de anticipación catastrófica está siendo objeto de estudio y su efecto en la conciencia de las masas, sus comportamientos y en la literatura misma, que tesis de doctorado en centros académicos prestigiosos son comunes.

Volviendo a nuestra lista de la utopías y distopias en la ciencia ficción, nos preguntamos: ¿Hay algo en común en todas ellas? La respuesta es: bastante, cosas tales como: Utopías, Distopías y Ciencia-Ficción

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• Topografía: Un lugar aislado por el espacio, tiempo o dimensión; por ejemplo, una ciudad (Platón), una comunidad (Skinner), una isla (Moro), el pasado y el futuro (Huxley, Platt), en otro planeta (Cyrano, Wells) o en otra dimensión (Abbot, Wells)... Con anticipación ecológica, como en el mundo de otra dimensión de Hombres como dioses (Wells) donde no hay pájaros, pues hicieron desaparecer los insectos transmisores de enfermedades y con ellos las aves a las que servían de alimento.

• Clases: En quienes gobiernan y quienes son gobernados; quienes administran y crean, y quienes producen: los guardianes y ciudadanos en Platón; los filarcas, sacerdotes, artesanos y granjeros en Moro; en la Utopía Moderna de Wells se distinguen: los samurai conformados por políticos, abogados, médicos y empleados públicos; seguidos por los poéticos que son creadores de conocimiento y belleza; los kinéticos que las aplican y se subidividen en dos clases más: Dan y Beersheba, según que sus oficios sean administrativos, matemáticos, científicos y académicos comunes o políticos y predicadores...esta última variedad se simplifica en Huxley en su novela Un Mundo Feliz en alfas, betas, gammas...

•

Economía: la mayoría, exceptuando Hertzka y Verne, la visualizan socialista. La propiedad común en algunos casos incluyen a las mujeres y a los niños.

•

Cultura: en las utopías de un gobierno mundial, la cultura y el idioma son comunes.

Kazuo Ishiguro (1954…)

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•

Libertad: cada quien acepta felizmente su condición de miembro de una clase. En algunas utopías éstas se deciden biológicamente como el Un Mundo Feliz de Huxley o psicológicamente como en Walden II de Skinner.

•

Ciencia y tecnología: Desde The new Atlantis de Bacon la utopía se construye con el apoyo de la ciencia y la tecnología. Por lo general cambiando la naturaleza humana; exceptuando en la versión de Wells de Los días del cometa en que la utopía moral y social se produce como consecuencia de un accidente cósmico.

Como señalamos, en la segunda mitad del siglo XX, la novela de ciencia ficción tenía dos tratamientos. Aquellos solamente fantasiosos de distintos temas con poca atención a la expresión literaria y más al contenido; y el didáctico intelectual que cuidaba de ambos.

El segundo fue respaldado por excelentes escritores anglosajones de la escuela de ciencia ficción conocida como New Wave o Nueva Ola. Duró poco, entre 1970 y mediados de 1980. Luego el Cyberpunk, o ciber rebelde, que se ocupa menos de la excelencia literaria y más en explotar la distopia de un mundo altamente tecnológico informático, cibernético y de inteligencia artificial como miserable. Su mayor influencia fue la participación masiva de millones de espectadores en el cine, como las ya mencionadas de Blade Runner y Matrix, y otras como Terminator, Total Recall y Akira y los videos juegos que genera en una industria de millardos de dólares anuales, que los estudiosos del postmodernismo le están dedicando acuciosos ensayos.

Estos ensayos se ocupan del papel de la distopía en la cultura actual y de cómo aquella está reclamando un puesto propio en la literatura, la cultura y medios audiovisuales de tan altas audiencia e influencia; cuando escribimos estas líneas, NETFLIX acaba de anunciar que en las pocas semanas que tiene en su lista de estrenos Bird Box, con un guión distópico por ser el peor lugar posible el que anuncia, pero no es de ciencia ficción sino catastrófico y terrorífico, con 45 millones de espectadores.

La distopía entonces, según sus cultivadores, no es solamente literatura de ciencia ficción; es mucho más: es contracultura interdisciplinaria para los análisis filosóficos, literarios, sociales, políticos y económicos; no necesariamente con bases científicas o tecnológicas como avizoró George Orwell en 1945, cuando escribió en el diario Tribune (cuatro años antes de publicar 1984), con el título “Ud y la bomba atómica”: Por los cuarenta y cinco años pasados, Mr. H.G. Wells y otros nos han Utopías, Distopías y Ciencia-Ficción

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advertido que el hombre está en peligro de destruirse a sí mismo con sus propias armas, dejando a las hormigas o alguna otra especie gregaria hacerse cargo. Cualquiera que haya visto la ruina de las ciudades alemanas encontrará pensable tal noción. Aunque, viendo el mundo como un todo, la tendencia por varias décadas no ha sido hacia a la anarquía pero hacia la reimposición de la esclavitud. Nosotros nos estamos dirigiendo no hacia el desastre general sino hacia la época estable de los horribles imperios de esclavitud de la antigüedad.5 El cambio es radical, entre la utopía y la distopía. La primera cubre la llamada era moderna, desde el siglo XVII hasta la mitad del siglo XX; la segunda, la distopía, la postmoderna, que se desarrolla en toda la segunda parte del siglo XX y lo que llevamos del XXI. El optimismo utópico del permanente progreso de un hombre newtoniano, ilustrado, racional y testigo del universo, capaz de hacerse una sociedad tecnológica al servicio del sujeto, ha fracaso con cada avance tecnológico y experimento social que intenta, acercándose cada vez más a su propia aniquilación.

Estudiar pues la literatura distópica es hacerlo sobre la evolución cultural de la humanidad en tiempos postmodernos.

Sin embargo,… no hay nada nuevo bajo el Sol… como dice el Eclesiástico 1.9. Hace ya veintiún siglos que se anunció la primera distopia escrita en el Apocalipsis de San Juan. En él se dan todos los elementos de la distopía como el peor de los lugares posibles. Se colocan los acontecimientos en un futuro indeterminado con el fin de los tiempos: Los Cuatro Jinetes; los Siete Sellos; La Siete Trompetas; Copas de la Ira y la batalla final, El Armagedón tendrán lugar (topos) durante la llamada época de la Tribulación de estos tiempos últimos.

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Traducción del autor.

Alberto Castillo Vicci

Docente, Escritor, Especialista Ciencias de la Computación

WWW

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Freddy Castillo Castellanos (FCC)

Luis José Oropeza (LJO)

La Doctrina Betancourt ¿Una alternativa para Venezuela?

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n ediciones impresa y digital, desde hace pocos meses circula “La Doctrina Betancourt, una alternativa para Venezuela”, un libro del notable intelectual y ensayista político Luis José Oropeza, en cuyas páginas, más que estudiar el contenido original de esa Doctrina –que lo hace y muy bien-, el autor intenta una interesante actualización de la misma en el contexto de la actual tragedia venezolana. Por esa razón, Principia invitó a Luis José Oropeza y a uno de los lectores de su libro, Freddy Castillo Castellanos, a conversar sobre ese nuevo aporte del destacado escritor caroreño al debate político del país. Acá, el breve texto de ese encuentro:

Para empezar, dos escenas.

La primera. Un barco que zarpó de California surca las aguas del Pacífico. Es el mes de julio de 1964. Uno de los pasajeros se dedica a escribir unas notas. Venía de recibir un doctorado honoris causa de la Universidad de Stanford. Los recuerdos de su última gestión pública están muy vivos todavía 105

y la emoción por dejar testimonio de lo que considera más relevante y actual, le sirve de acicate (palabra, por cierto, de su agrado) para redactar unas notas que no quiere seguir postergando. El tema de la democracia en América Latina es uno de los motivos de su vigilia escritural. Nada que se le oponga, por más sacrosanto que sea su origen, escapa a sus letras recusatorias. Acaba de concluir un párrafo y lo lee, no sin percatarse de que el barco se aproxima a Panamá. Dice el párrafo:

“… en 1953 el hoy difunto internacionalista uruguayo Dardo Regules, quien presidió con brillante ejecutoria la delegación de su país a la IX Conferencia Interamericana y fue uno de los redactores de la Carta de Bogotá, dijo palabras muy críticas: ‘La no intervención -afirmó-, que empezó como defensa de las soberanías débiles, frente a la expansión violenta de la potencialidad yanqui, se ha transformado en la garantía perfecta de las dictaduras militares, con un desenlace político tan decepcionante que puede convertir la protección internacional de los derechos del hombre en protección internacional de los derechos del déspota”.

El autor de las notas se llama Rómulo Betancourt, a quien esperan todavía muchas horas de navegación y de escritura antes de llegar a Londres por el largo camino elegido.

La segunda escena. Estamos en un salón revestido de símbolos que sirven de marco a formas rituales de respeto cívico y republicano. Hoy, sin embargo, algunos rostros dejan ver más sombras que luces. Las sombras se tornarán en señales ominosas cuando prorrumpa la palabra inesperada. Por más que el ceño del viejo estadista revele rechazo, la insolencia que convierte la forma en fondo antijurídico, pasa rauda en medio de una atmósfera de sorpresa, inerme y humillada. Nadie reacciona ante el esperpento verbal, ante el procaz gesto incivil. Es el 2 de febrero de 1999. Quien debe jurar, no jura. Quien debe respetar el orden, no lo respeta. Por el contrario, se jacta de irrespetarlo y procede a aplicarle una diabólica extremaunción. Lo hace con la obscenidad de su verbo pendenciero.

Cae el telón con puntos suspensivos…

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Las páginas de este libro son hijas de una angustia y de una tragedia

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A partir de las escenas anteriores, podemos, Luis, iniciar nuestro diálogo. Lo primero es observar que tu libro está escrito mediante una armoniosa mezcla de pasión venezolana y de rigor analítico. Además de presentar la Doctrina Betancourt como una pieza política viva, susceptible de ser leída a la luz de los problemas presentes, te refieres al origen de la hecatombe que sufrimos. Lo haces en un lenguaje claro que no desperdicia dureza alguna en los adjetivos, ni reflexiones directas a los descuidos en que incurrió nuestra clase política cuando tuvo enfrente las primeras señales de la desgracia.

En verdad, las páginas de este libro son hijas de una angustia y de una tragedia, la tragedia venezolana que se fue fraguando lenta y confundidamente. Esto fue un complot, un complot de muchos años que nos fue devorando poco a poco, y que, al mismo tiempo, pareciera, que lo vamos a superar con igual lentitud.

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Betancourt decía algo que me impresionó mucho siempre, que “la historia ayuda, pero hay que empujarla, porque si no la empujamos no nos sirve para nada”. Y eso fue lo que él hizo: empujó la historia.

Sabía que este país tenía raigambres, antecedentes y ancestros terribles de tiranías y autocracias. Las había padecido en exilios, en torturas y en presidios, en su juventud. Y sabía bien, desde muy temprana edad, que no era posible crear una democracia en Venezuela sin la ayuda concertada de la América toda, como Bolívar. Bolívar creyó que la independencia no era posible si no se buscaba desde allá para acá. Se fue a Colombia a traernos la independencia en Carabobo. Carabobo es después de Boyacá porque Bolívar comprendió que no era sostenible hacer una independencia aislada, en una Capitanía, sin haber dominado primero las fuerzas que realmente sustentaban el nexo colonial. Y eso es lo que pasa con la Doctrina Betancourt. Betancourt se inspira en esa experiencia de la gran Colombia y se va más allá. Por eso, yo creo que si algún legado vale más que todos, (de todos los que Betancourt dejó), es el de la “Doctrina

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Betancourt”. A mi juicio ningún otro lo supera. Es el gran mensaje de Betancourt, el que le va a dar sobrevivencia por muchas generaciones, porque no se reduce al ámbito estricto de Venezuela y su democracia, de la cual se le asigna paternidad. Creo que la histórica inquietud, la que fue suya más reiterada y genuina, se debe extender hacia un escenario más allá de su Venezuela, el continente americano en su integridad.

Los primeros que desechamos la Doctrina Betancourt fuimos los demócratas F C C

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En tu libro te refieres al abandono en que incurrimos los venezolanos de la Doctrina Betancourt. Llegamos incluso a verla con desdén y parece que no llegamos todavía a comprenderla. ¿Cuándo comenzaste a reflexionar sobre esa ostensible negligencia?

Cuando el país permitió que se abominara de una constitución y que esa abominación se tradujera en un juramento (juramento que prometió violar una “moribunda” constitución), comenzó la tragedia.

Ese día también, por reacción, se iluminó el camino para rescatar la Doctrina Betancourt, a la que habíamos ahogado los propios demócratas.

Eso lo comento en mi libro. A la Doctrina Betancourt los primeros que la desechamos fuimos los demócratas. Tuve la experiencia en una reunión de un gabinete ministerial que alguna vez discutió la necesidad de no aplicar la Doctrina Betancourt porque ésta nos alejaba de América y nos hacía extraños en el continente. Se decía que era un riesgo para Venezuela, para nuestras relaciones interamericanas. Así, por mucho tiempo se enterró la Doctrina Betancourt.

Pero hoy en día cobra una vigencia que sus enterradores no imaginaron…

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Sí, pero por haber sido olvidada, quienes ahora casi sin percatarse la esgrimen en sus argumentos e incluso exigen su aplicación, no saben que estan haciéndose eco de la Doctrina Betancourt y que la estan repitiendo y renovando. Desde hace algún tiempo el espíritu esencial de la doctrina ha vuelto a adquirir presencia en la Organización de Estados Americanos, bajo el impulso inspirador y decidido de Luis Almagro. Pienso que la Doctrina Betancourt, además de renacida, nos insinúa ahora la necesidad de una nueva Carta Democrática, una Carta que no deje lugar a las ambigüedades y tenga la contundencia que quería Betancourt, como lo escribe en unas notas inéditas que incluí en mi libro como anexo. Esas notas las encontré después de haber concluido mi trabajo y fue por eso que sentí la necesidad de añadirle una postdata comentándolas. Betancourt las escribió en el pequeño ensayo del vapor Uruguay, que tituló en su momento (1964) “Venezuela y Cuba en el turbión del Caribe”. En ellas asomó claramente que la solidaridad exterior a un país sojuzgado es un deber, pero que éste ha de ejercerse de manera multilateral. Allí mismo confiesa haberle censurado a Kennedy la invasión a Bahía de Cochinos, porque una cosa es la intervención americana y otra la intervención interamericana. Es, probablemente, la misma que estamos necesitando hoy.

Creo que si los demócratas no hubiésemos abandonado la Doctrina Betancourt, muchos de los padecimientos que sufrimos hoy en carne viva los venezolanos, no los estaríamos viviendo. Pienso que una nueva carta debe signar el proceso de consolidación de la futura restauración democrática, pues son muchos los peligros que debemos evitar. Uno es, la regresión tiránica, más ahora con la presencia de ese estado policial que nos creó la KGB, que en América llama G2, en abierta y reconocida complicidad con el Foro de San Pablo, creado en 1990. Sabemos que las tragedias no terminan ni fácil ni felizmente, pero terminan. Debemos analizarlas y conocerlas bien en sus causas y efectos, para no repetirlas.

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Hoy la soberanía no es una franquicia

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En el libro le dedicas algunas consideraciones a los conceptos de “soberanía” y “no intervención”, muy empleados por el gobierno venezolano para rechazar posibles intervenciones extranjeras, así como frecuentemente esgrimidos por algunos que parecen no haber visto cómo el Derecho Internacional se transformó y dio paso a principios cuya pertinencia derriba los muros que fueron levantados, más para amparar dictaduras que para proteger a los ciudadanos que las padecen.

La idea de la soberanía de las naciones, concebida como algo inmaculado e intocable, fue acompañada –quizá calculadamente- de una distorsión que llevó a confundir la libre determinación de los pueblos con la libre determinación de los tiranos. En ese concepto enmarañado de intereses se alineaba una augusta e inapelable reverencia dogmática a la soberanía, para colocarle en el santuario de un derecho internacional tiesamente perpetuado. Debes recordar que en el libro yo cito unas palabras de Betancourt, que pronunció en una conferencia de la OEA su canciller de entonces, Ignacio Luis Arcaya, antes de incurrir en la contradicción que provocó su inmediato despido.

Bien. En esas palabras dijo Betancourt (y repitió Arcaya) que dentro del inoperante sistema interamericano, el principio de “no intervención” se había convertido en una término de comodidad que sentaba muy bien a los déspotas, puesto que con él se abroquelaban y se defendían. En el mundo de hoy la idea de la soberanía debe responder a la exigencia de una moral por la democracia comprometida con la libertad y el resguardo de los derechos humanos.. Debe dejar de ser una franquicia con potestades inobjetables para oprimir con impunidad. No podermos olvidar que allí se sustenta el vigor de las raíces de la Responsabilidad de Proteger (R2P), el escudo protector frente a la hegemonía del terror genocida que desde Cuba se nos pretende imponer.

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Son muchas las otras aristas de tu libro que podemos conversar.

Ya habrá ocasión para hacerlo. Una, por ejemplo, tu búsqueda en el pensamiento de Karl Popper, para tratar de encontrar algunas pistas que nos permitan comprender nuestra ceguera ante la invasión cubana y la destrucción de la Fuerza Armada del país, por muchos años desplazados como temas centrales y no valorados suficientemente, por parte de la oposición. Otros, tu opinión polémica y muy enriquecedora acerca de la no vigencia de la Constitución del 99, y por el contrario, la vigencia todavía de la Constitución del 61. Pero no vamos a hacerle “spoiler”, como dicen ahora, a los lectores.

Tu libro también es, sin que te lo hayas propuesto expresamente, una formidable semblanza de Rómulo Betancourt. Así, aclaras, con sólido respaldo documental, que Betancourt, muy joven, se percató de los peligros del marxismo. Mientras otros tardaron mucho en hacerlo, Betancourt lo hizo mucho antes de que se conocieron las enormes deformaciones del régimen soviético. Háblanos de eso.

De la mano de Karl Popper y de Rómulo Betancourt avancé en la exploración y el montaje de estas reflexiones. De Popper el gran filosofo de la ciencias sociales vienés, adopté su guía metodológica de la”falseability”. La verdad objetiva en las ciencias sociales según sus deducciones, solo se puede confirmar cuando las conjeturas interrogadas sobre los eventos analizados de la realidad, una vez sometidas a pruebas recurrentes, sólo podrán asumir confirmativa vigencia hasta tanto no lleguen a ser refutadas por los hechos de un ensayo empírico. Los cisnes serán siempre blancos mientras no aparece uno de distinto color.

Popper nos asistió así en la comprensión de que la conjetura del golpe de estado, un recurso históricamente recurrente cuando disponíamos de unas FAN aptas para actuar frente a ocurrencias políticas tan excepcionalmente humillantes como ocurrió a principíos de siglo, con la ruina de Pedevesa o la invasión cubana, o el plan Marshall cada día ejecutado por la irresponsabilidad venezolana para la isla o el terrorismo de hetzbolá. Toda esa complejidad de un fenómeno inédito, nos llevó a pensar que las

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fuerzas armadas habían sido extinguidas y desarmadas para la ejecución de complot.

Al no ocurrir reacción rebelde alguna frente a aquellas ocurrencias insólitas, al no ejecutarse en los hechos, no obstante las razones infinitas para recurrir y justificar el expediente excepcional del golpe de estado, fue dable pensar que nuestras instituciones armadas habían sido despojadas de su capacidad bélica, de su apresto militar y su moral republicana cuando fueron paulatina y estratégicamente extinguidas por una conspiración de Castro y una traición de Chávez. La conjetura tantas veces implorada y esperada de una salvación armada de fuerzas internas que jamás se ha podido ejecutar, debía cientificamente según la teoría de Popper, tener una válida razón para nunca ser refutada. Esa hipótesis quedaría una vez más dejada irrefutada con el reciente movimiento fallido del 30 de abril de 2019. Esa realidad entre tantas otras, tampoco la quisieron entender a tiempo las interpretaciones opositoras, incluso, cuando aún había tiempo institucional para una rebelión del país entero.

La guía interpretativa de Betancourt como la del gran filosofo de la ciencia, la encontré inestimable y válida cuando me concentré en una exploración más a fondo de su doctrina pensada precisamente para elaborar las condiciones para una democracia continental.

Betancourt fue el único venezolano que se dio cuenta y pudo vislumbrar el carácter ominoso del comunismo, en una época en que casi todos los intelectuales estaban seducidos por su mensaje y propaganda. En sus notas del Vapor Uruguay, Rómulo dice que no sólo estableció distancia con Lenin y Stalin, sino también con el propio Trotski, un perseguido de Stalin, que suscitaba muchas adhesiones. “Trotski ni me hizo marxista ni me hizo trotkista”, dijo Rómulo. Lo que le costó al PSOE en España varias décadas (casi un siglo) y mucho más al laborismo británico, Betancourt lo hizo en los años 30: borrar el marxismo en sus programas y combatirlo desde entonces, expresa y claramente, dada su sistemática negación de la libertad.

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¿Puedes resumirme los aportes de tu libro?

El mérito que le atribuyo a este libro podría resumirlo en dos aspectos para mí relevantes. Por una parte sirve a la promoción de abrir una nueva perspectiva del pensamiento betancouriano cuando se intenta desterrarlo de una ortodoxia interpretativa muy recurrida: aquella proyectada a imprimiórle énfasis sobresaliente al capítulo de su pasantía marxista, apenas insistente en el inicio remoto de sus luchas políticas. No es justo seguir asociando su exitoso pensamiento político a una ideología fallida y muerta, aunque aún se insista tercamente en no dejarla olvidar en este mundo marginal del atraso y el subdesarrollo social y político.

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En contraposición a esa tradición, en este libro se magnifica y se le atribuye mayor mérito y significación al abandono de esa ideología desde la temprana mocedad de sus 30 años. Fue algo infinitamente más definitivo y crucial en su vida y en la faena de sus éxitos políticos el haber abandonado el marxismo que el haberlo profesado por un rato brevísimo de su tormentosa contienda. Fue además una decisión extremadamente valiente emprendida por él, en una soledad absoluta y ante el rechazo de muchas de las inteligencias de su generación. Y algo no menos relevante, varias décadas antes que todos los líderes y los partidos europeos de su tiempo.

El otro valor que con orgullo le atribuyo a estas páginas es haber intentado no dejar ausente y aislado el pensamiento de Rómulo Betancourt en la interpretación de la terrible tragedia que nos azota desde hace casi tres décadas. Si Betancourt fue el único lider venezolano que se percató, desde el día mismo del triunfo de la Sierra La Doctrina Betancourt ¿Una alternativa para Venezuela?

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Maestra del inmenso peligro que para su país y la América latina significaría Fidel Castro, su esclarecido pensamiento no puede ser relegado del juicio histórico de nuestro tiempo.

De allí el propósito de incorporar al libro su ensayo inédito, Venezuela y Cuba en el Turbión del Caribe.

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Cuando el mundo entero celebraba la posibilidad redentora de aquel advenimiento revolucionario, sólo Betancourt pronosticó la significación peligrosa de su vigencia política, entonces, ¿por qué los conductores venezolanos marginan y relegan sus ideas, sus pronósticos y sus enseñanzas? Abandonar sin juicio crítico las pautas ductoras que entrañan y acompañan al pensamiento de Betancourt, frente a unos riesgos inminentes que él tanto temía y advirtió, mirando sin pasiones ni prejuicios el curso deplorable de esta Venezuela caótica, su nombre se agiganta, se expande y adquiere dimensión excepcional en este continente, para cuyo destino su doctrina lo concibió libre y en democracia para siempre.

Freddy Castillo Escritor, Abogado, Ex-Rector UNEY

Luis José Oropeza Escritor, Empresario

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TALLER DE PRINCIPIA

Dos relatos de Alex Ulacio El Taller de este número está dedicado al joven escritor barquisimetano Alex Ulacio. Hemos elegido dos relatos suyos en los que se muestran su imaginación, talento narrativo y temprana destreza escritural. Escribe también novelas.

Mantiene cuatro inéditas. Ulacio, a quien conocemos en esta casa como Jesús, es también un lector estupendo. Uno de sus guías en la lectura ha sido el poeta Jesús Enrique Barrios, quien confía, como nosotros, en el trabajo literario de Alex. Acaba de cumplir 29 años.

FCC

El Cadaver del Angel

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EL CADAVER DEL ANGEL

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rase una vez, al principio de los tiempos, Dios hizo millones de ángeles para que le acompañaran, pero entre todos hubo uno, hablachento y de carcajada contagiosa que fue expulsado del cielo porque tenía la mala costumbre de reírse de todo, incluso en los momentos más serios y severos de los discursos de Dios. Claro que aquello no habría sido nada malo, a no ser por el hecho que Dios es tartamudo.

Al caer del cielo murió al respirar la atmósfera de la tierra y su cadáver cayó en el centro de la aldea que era el mundo, uno donde muchas cosas aun no existían.

El ángel danzó en el cielo durante su agonía, pintó el firmamento nocturno con estrellas fugaces dejadas por la estela de sus piruetas de moribundo y cayó a la tierra con tal silencio que ni siquiera un murmullo se sintió en la madrugada.

Cuando todos los de la aldea despertaron encontraron al cadáver soñando sobre sus alas, sus hermosos cabellos regados con libertad sobre el suelo y en la posición en que dormiría un niño de tres años.

Todos los habitantes veían con asombro el hallazgo, algunos se prostraban para adorarle, otros con palos comenzaban a hurgar el cuerpo angelical de carne y unos muy pocos, indiferentes, le pasaban por un lado en camino a sus labores diarias, “Es solo un ángel, no es la gran cosa” decían.

No sabiendo que hacer con el cadáver, se convocó a una reunión extraordinaria de los jefes de las siete tribus que componían la aldea.

A mediodía, alrededor del cuerpo, tuvo lugar la asamblea. El representante de la tribu Dan propuso que todos los habitantes de la aldea se comieran al ángel, arguyendo: •

Al ingerir un cuerpo directamente creado por Dios, los habitantes de la aldea podrían absorber todos los atributos del ser divino, como el de la omnisciencia, la ubicuidad, la inmortalidad, y la más importante de todas: la omnipotencia, convirtiéndonos así en dioses humanos que no tendrán que lidiar con los problemas cotidianos del hambre, la enfermedad, la insignificancia frente a la naturaleza y el peor de todos: la muerte.

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La representante de la tribu de Lami tomó la palabra entonces para proponerle a los demás la utilización de sus alas para la construcción de una máquina voladora.

•

Los humanos hemos dominado la tierra –dijo-, anteriormente nuestros antepasados eran señores de los arbustos y apenas estamos extendiendo nuestro dominio sobre las aguas, tan solo los aires nos parecen esquivos y no hay a nuestro alcance nada que nos haga pensar que podríamos conquistar el aire pronto.

Conquistando la superficie de los cielos podríamos expandir los dominios de nuestra aldea, explorar regiones del mundo de las que nos separan los mares y pronto alcanzar la luna y el trono de dios.

Los demás miembros de la asamblea se mostraron interesados en la propuesta de la reina de Lami pero parecieron decepcionados ante la incapacidad de ésta de proponer qué hacer con el resto del cuerpo.

Llegado el turno de la tribu de Boi, su representante propuso que el cadáver debería ser embalsamado, preservado y exhibido a las futuras generaciones como una prueba de la bondad de Dios.

•

Al conservar el cuerpo en perfectas condiciones –dijo el de la tribu de Boi- le diremos a los hijos de nuestros hijos que valoramos este regalo que el ser supremo del mundo nos ha dado, les daremos testimonio de nuestra estrecha relación con él y al hacerlo, el Señor nos premiará con la bendición de la vida eterna después de la muerte.

Pero el representante de la tribu de Goush, los adoradores del mamut, tuvo una idea menos espiritual: •

A Dios no debe interesarle que preservemos el cuerpo del ángel muerto como si de una roca que no pudiéramos mover se tratase, si nos ha enviado el mismo es para que le saquemos provecho de algún modo. Lo mejor sería extraer la baba del cadáver para con ellas hacer perlas que nos sirvan para comerciar con las aldeas ubicadas en los extremos del mundo que desconocemos y también para ornamento de nuestras mujeres.

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Los asambleístas desestimaron esta propuesta pues se basaba en la existencia de otras aldeas, cuya existencia aún no estaba comprobada. El representante de la tribu de Burai tomó entonces la palabra para dar a conocer su proposición, la cual causó revuelo entre los principales de cada tribu: •

Propongo que al cadáver del ángel lo abramos y analicemos su funcionamiento para así comprenderlo y tratar de adaptarnos al mismo para así prolongar y mejorar la vida de nosotros los humanos. De ser posible utilizar la esperma o los óvulos o lo que sea que tenga el ángel en su aparato reproductor, para mezclarlo con nosotros y así procrear una nueva raza de hombres, más eficaces, saludables, fuertes, inteligentes, bellos y longevos, de esa manera los seres humanos en poco tiempo podríamos alcanzar la perfección y destronar a Dios como gobernante de los designios del mundo.

A su declaración siguió un silencio general relevado luego por murmullos de desaprobación entre los presentes. El representante de la tribu de Geki dio un paso adelante para hacer su propuesta, muy distinta a la pretérita: •

Yo sugiero –comentó con pulcritud oratoria- que al cuerpo del ángel lo embalsamemos y amortajemos para preservarlo en su belleza y que cada tribu lo conserve durante un número igual de días que serán dedicados a la adoración del ángel, de modo tal que Dios nos premie con sus bendiciones, nos provea de vidas largas, cuerpos saludables, abundancia de alimentos y bebidas, la ausencia de total violencia y entendimiento en el estudio de la naturaleza, la tierra, las especies que nos acompañan y de nuestra propia alma y conciencia.

Finalmente llegó el turno de la princesa Mei-mei, de la tribu homónima, conocida por todos por su indiferencia hacia los asuntos oficiales, y propuso: •

Lo mejor sería que quememos el cadáver hasta que este se haga cenizas y que el humo que salga de él, eleve sus restos hasta el cielo, el lugar de donde pertenece.

Ya habiendo presentado todos los representantes de las tribus sus propuestas, hubo un largo debate que se extendió hasta el atardecer cuando una coalición de la tribu de Boi con la de Geki pudo vencer en las deliberaciones, de modo que se decidió conservar el cuerpo y que cada tribu rotara su posesión

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en un número igual de días para que los habitantes de cada una lo adorara o simplemente le fuera indiferente.

Así transcurrió un año en el que las enfermedades, las plagas, la escasez de alimentos y otras tantas calamidades sacudieron la aldea, diezmando así su población, llegando a sobrevivir solo los representantes de las tribus, quienes se reunieron nuevamente alrededor del cadáver para decidir qué harían para salvar la supervivencia de la especie humana.

Sin duda las privaciones que habían sufrido en los últimos meses, sobretodo el hambre que los azotaba, influyó en la decisión tomada por todos de comerse el cadáver del ángel, el cual seguía incólume e impoluto sin necesidad de embalsamiento pues solo el tiempo les permitió a todos descubrir que los cuerpos angélicos no se pudren.

Solo la princesa Mei-Mei y el representante de la tribu Burai se mantuvieron firmes en sus propuestas originales, pero la defensa de la misma fue una causa perdida. El hambre pudo más en esta ocasión, como puede más en todas las ocasiones.

Cortaron al ángel en siete rebanadas. El representante de la tribu de Dan se comió la parte inferior de las piernas y poco después cayó al suelo retorciéndose del dolor y expulsando por la boca una espesa baba blanca, síntoma inequívoco del envenenamiento que en cinco minutos lo llevó a la muerte, para que luego la tierra se lo tragara y de su cuerpo brotaran todas las flores que conocemos hoy.

La reina de la tribu de Lami se comió los muslos del ángel y casi de forma inmediata su mente sufrió de un irresistible éxtasis que le ocasionó múltiples alucinaciones, algunas placenteras, otras tortuosas y una última fatal que le hizo creer que era pájaro, por lo que subió a una montaña alta y convencida que podía volar, se lanzó al vacío desintegrándose durante su caída y convirtiéndose sus partículas en las larvas de las mariposas, luciérnagas y abejas que hoy pueblan la tierra.

El de la tribu de Boi comió los antebrazos y cuando se sintió saciado sintió como sus pies se enterraban en la tierra y se convertían en raíces del gran árbol en el que se convirtió su cuerpo, de sus brazos brotaron las ramas que llenaron de sombra el territorio de la aldea, su rostro se desvaneció en el negro de su tronco y su sangre constituyó la savia que aún al día de hoy, sigue nutriendo al árbol más antiguo de la tierra, padre de todos los árboles del mundo.

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El de la tribu de Goush luego de comer los brazos del ángel sintió un grave dolor de estómago; no pudiendo retenerlo por más tiempo soltó un pedo que lo lanzó al aire como si de un cohete moderno se tratara, y dio la vuelta al globo terráqueo deshaciéndose el mismo en una diarrea incontenible, con la que regó cada palmo de la tierra que sobrevolaba, hasta desintegrarse su propio organismo con los desperdicios que expulsaba, sin sospechar que su excremento sirvió de abono para todas las plantas terrestres y marinas del planeta.

El hombre de la tribu de Burai se comió las alas del ángel y cuando terminó con la última de sus plumas se acostó a dormir una siesta, pero al despertar se había convertido en un travieso y despierto chimpancé que escaló todas las ramas del árbol en el que se convirtió el de la tribu de Boi y recogiendo los frutos que brotaron de él, se fue a recorrer el mundo para regar las semillas y llenar el mundo de árboles.

El representante de la tribu de Geki se comió el torso del ángel y cuando terminó, ardió súbitamente en un chispazo que rápidamente redujo su cuerpo a grises cenizas que esparció el viento por toda la tierra a la espera del ingrediente principal con el cual se mezclaría para que la vida renaciera como un fénix de las cenizas esparcidas.

Finalmente, la princesa Mei Mei, a regañadientes, se comió la cabeza del ángel, incluyendo sus cabellos, sus ojos, su lengua y los cartílagos de las orejas.

Cuando terminó la que ella sabía era su última cena, la princesa Mei Mei sintió una gran serenidad rota de súbito por un ataque de risa que la hacía retorcerse del placer, cayó al suelo y rodó por el mismo, envuelta en una carcajada mortal que la elevó por los cielos a recorrer la redondez de la tierra y esparciendo el sonido estridente de su carcajada mientras moría ahogada en medio de su frenesí.

Su cuerpo se desintegró en partículas de polvo que al caer a la tierra se mezclaron con las cenizas de aquel que comió el torso del ángel y de esa unión brotaron los nuevos seres humanos, los que actualmente recorren el planeta y lo destruyen y preservan a partes iguales.

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DIECISÉIS, DULCES DIECISÉIS

L

os mongoles conquistaron la aldea un día en que la neblina la arropaba. De todas las direcciones llegaba un grito, un clamor: unos saludaban a los invasores buscando ganar su simpatía, otros lamentaban su llegada al tiempo que se apresuraban a la defensa, la mayoría lloraba la derrota y cerraban las casas tan solo para no desperdiciar el último hálito de esperanza; en el fondo sabían que ellos, los de las hordas venidas del norte, derribarían la puerta o quemarían la vivienda para obligar a los de adentro a salir y entonces matarlos o esclavizarlos, someterlos a su dominio conseguido a base de arco y flecha.

Entre el caos, el terror y los gritos, espantada por el ruido ensordecedor de los cascos de los caballos y ahogada por el humo de los incendios en las casas vecinas, me veo llorando desesperanzada y contemplo a mi madre quien con mi hermano en sus brazos se apresura a cerrar con seguro mientras me recrimina el llanto aunque luego me ruega que me esconda. Le hago caso, me refugio bajo la cama y me asombra el sonido tan claro de mis latidos, que se impone al estruendo de la matanza y el pillaje que afuera tiene lugar. Escucho que derriban la puerta, que mi madre lanza un chillido y una maldición, que unos pasos ominosos se acercan a donde estoy, y de pronto una mano callosa y sucia se introduce por debajo de la cama en la que me creía segura y tomándome de la muñeca izquierda me saca de mi escondite y entonces despierto. Todo ha sido un sueño.

Lo curioso es que no es mi sueño, la que sueña es mi madre, ella es la protagonista de las escenas que veo; la madre que solloza y maldice no es en realidad mi madre, es la madre de mi madre, una señora amorosa que de vez en cuando veo en otros sueños pero que ya no existe, los mongoles la mataron.

La mano callosa y sucia que es lo último que veo en el sueño es la mano de mi padre, el hombre, el soldado mongol que saca a mi madre de su refugio y la mancilla, dejando en su interior la semilla de la que broté.

Desde entonces ella y yo compartimos el mismo espacio, ella del lado de la luz y yo en la oscuridad. Somos dos organismos separados, dos vidas distintas, pero vamos juntas. Yo escucho sus pensamientos, soy partícipe de sus sueños, veo los mismos espejismos que ve ella, saboreo lo que ella come, asimilo lo que ella bebe y siento como mío su llanto y su dolor. Siento afecto por ella. Por mi padre no, creo que el odio que siente por él se ha hecho mío también y es tanto

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así que su cara ya no existe en el recuerdo, es solo una mancha borrosa, oscura, barbuda y apestosa.

Mi madre llora con frecuencia, mucha frecuencia. Yo trato de calmarla, animarla, darle motivos para no rendirse, pero ella, aunque me oye, ha decidido no escucharme. Creo que también me odia a mí.

A los mongoles los veo con los ojos de mi madre, unos cargados de odio, resentimiento y asco. No puedo ver uno sin que mi incipiente estómago se revuelva y mi cuerpo se estremezca. Lo que ella siente, lo siento yo.

Mi madre sabe que estoy dentro de ella. No me habla, pero sabe que yo estoy aquí. Nunca me piensa, aunque a veces me imagina. Cuando lo hace normalmente llevo una armadura de soldado, monto un semental y cargo una espada, dirijo un ejército y con él expulso a los mongoles y cobro venganza; en otras ocasiones su imaginación es menos ambiciosa y tan solo me ve como un hombre fuerte que ha heredado su belleza y que a los quince años va hacia mi padre y con un cuchillo cercena su cabeza. En todas sus fantasías yo soy un hombre que mata a mi padre, por ella, para vengarla, para restituir su honor.

Imaginarme así es lo único que a veces la anima. Movida por la ansiedad de ver cobrada su afrenta, consultó con una de las ancianas de la aldea y le preguntó si hay una forma de saber si cuando por fin yo conozca la luz, seré hembra o varón. La vieja sacó un anillo y lo colocó en una cadena, le dijo a mi madre que extendiera su mano con la palma abierta y sobre ella tendió el anillo que colgaba. Al poco tiempo, como un péndulo, el anillo comenzó a moverse en círculos. La señora vio a mi madre, que esperaba con ansias el resultado de la consulta, y con voz tranquila le dijo: •

Tu fruto será niña.

Aquello descorazonó a mi madre. Desde entonces llora más seguido, con más dolor, mayor tristeza, totalmente entregada a la melancolía, falta de esperanza pues la única que tenía se diluyó, expiró al momento en que el anillo giró en círculos y no de lado, como lo hace cuando en el vientre de la consultante hay un varón.

Una mañana muy temprano mi madre se dirige al río a lavar su ropa y darse un baño. Por más que se lava no logra quitarse la sensación de suciedad que mi padre ha dejado en ella, marcada como un tatuaje invisible que ocupa su cuerpo, que apaga su espíritu, ensucia su alma y seca la fuente de sus placeres.

Cansada de todo, mi madre salió del agua, solo se puso una bata ligera y comenzó a caminar descalza. Así subió una pendiente cercana al río y ya en la cima, miró

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hacia abajo, cerró los ojos y los selló con una venda de seda herencia de su madre, tan larga que alcanzó para mordaza. Se dejó besar por última vez del viento y se lanzó al vacío, cayendo al río que la abrasó en sus húmedas llamas, apagando con ellas su aliento, los corrientazos de sus neuronas y su vida, que no llegó a los dieciséis años.

Recuerdo el salto, la caída, los pataleos y forcejeos instintivos de su cuerpo por salir de ahí y la férrea voluntad de su alma para cesar la lucha. Recuerdo la aceleración de los latidos postreros, las últimas tentativas de respiración y la renuncia definitiva a los brazos de la muerte. Las aguas del Yangtsé arrastraron su cadáver –en el que iba el mío, hasta el mar, donde terminan mis recuerdos de aquella primera vida.

Hay un salto en el tiempo, un hiato que no logro recordar. Solo sé que todo se apagó y un día me hallé en medio de un pasillo, sentada sobre el suelo y jugando con barajitas y muñecas. Alzo la mirada y veo a mi alrededor decenas de personas –o quizás sea una exageración de mi memoria- con cestas y carritos, metiendo en ellos la comida y los artículos que necesitan. En mi memoria aún siento el temor que me causó el saberme allí en medio de desconocidos y yo tan frágil, pues sin verme al espejo, sabía de la pequeñez de mi cuerpo y de mi incapacidad de defenderme si alguien quisiera hacerme daño.

Quise llorar pero mis tentativas llegaron a su fin al toparme en mi escrutinio con un rostro familiar que por alguna razón no logro encontrar un recuerdo anterior a ese momento, solo sé que ese rostro me da paz, me brinda protección y me hace sentir tranquila y completa.

Ese rostro es el de mi madre, no la chica china que ultrajada por el invasor mongol se lanzó al río para encontrar la muerte, sino la otra, una dama china también pero casada con un hombre trabajador, quien cargada con sueños y metas dejó su casa en Hunan y llegó a Hong Kong donde tomó un avión y llegó a un punto terrestre al otro lado del mundo, donde plantó su casa, montó un negocio y me tuvo a mí, a su primera hija.

He hecho el esfuerzo de recordar mis nueve meses en su vientre, el momento en el que sentí la luz por primera vez y nos vimos a los ojos, trato de recordar la primera vez que vi a mi padre, el de esta vida, el bueno, el que despierta todos los días a las tres y media para trabajar, el que poco me habla, el que poco me abraza, pero por quien siento un amor que ni siquiera intento describir con palabras. Es mejor vivir los amores que definirlos.

Ellos son mis dos grandes amores, aunque nunca se los digo, aunque los abrazo rara vez y poco o nada converso. Mi tercer gran amor es mi hermano.

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Recuerdo con claridad la primera vez que lo vi, dormido, abrigado, respirando en compases perfectos, tan pequeñito y calvo. Su olor aún no lo he olvidado. Me da risa cuando corretea por los pasillos, cuando les quita a los compradores los artículos que llevan en los carritos y se apresura a ponerlos en su lugar original. Seguro que cree que todo lo del negocio es suyo y los demás son abusadores y ladrones que nos lo vienen a quitar. Me da risa cuando habla y dice media frase en chino y la otra en español, supongo que me pasó a mí igual.

A él si lo abrazo con mucha frecuencia, ha de ser porque sé que los abrazos de esta época los olvidará, como casi cada día que vive.

Han pasado cinco mil setecientos cincuenta días desde mi nacimiento.

Hoy saqué la cuenta por ocio y ver ese número tuvo el efecto mágico de casi hacerme consciente de mi existencia solo en ese momento, como si de golpe me hubiese despertado al día actual.

Son quince años, ocho meses, tres semanas y cinco días los que llevo respirando ¿En serio he vivido tanto?

Recuerdo mi cabello de niña, su mechón más largo apenas abarcaba mi oreja, hoy abarca mis omoplatos; me veo y observo mi vientre plano, antes era redondeado con mi ombligo saliente, mi cintura ha tomado una forma definida, mis pechos han crecido un poco y vellos han aparecido donde antes solo había suavidad e inocencia. En noventa y cuatro días arribaré a mis dieciséis años, edad a la que mi primera madre no llegó. Supongo que por eso soy afortunada.

Alex Ulacio

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OBITUARIO El Consejo editor, asesores y allegados de Principia, expresan su profundo pesar por la partida física del querido y admirado colaborador:

JOSÉ MARÍA CADENAS

(Chemaría)

José María Cadenas, fallecido el pasado 6 de mayo, en Caracas, fue un universitario integral que dedicó su vida a la educación y al pensamiento. Supo combinar con éxito sus búsquedas intelectuales con la gestión administrativa.

En la Universidad Central de Venezuela (UCV), su Alma Mater, ocupó, entre otros cargos, los de Decano de la Facultad de Humanidades y Vicerrector Académico, dejando en ellos la impronta de su honradez y sabiduría.

Escribió numerosos trabajos académicos (libros y artículos) que le depararon merecidamente importantes reconocimientos nacionales e internacionales.

Fue no sólo colaborador de esta revista, sino también su amigo. Acá, en su ciudad natal, Barquisimeto, lo tendremos siempre como el amable contertulio de la plaza Lara, que cerca o lejos de ella, nos sigue ofreciendo sus generosas palabras de aliento y adhesión.

Hacemos llegar nuestras condolencias a su viuda Irma Chumaceiro de Cadenas y a sus hijos. Igualmente, a su hermano, el gran poeta Rafael Cadenas, también colaborador de Principia, así como a los demás familiares y amigos.

Que en paz descanse el alma de José María Cadenas. Con nosotros queda el consuelo de su memoria.

Barquisimeto, mayo de 2019 125

Barquisimeto de ayer

C

omo parte del folklore o cultura popular, a la imagen de la Divina Pastora, Patrona de Barquisimeto, la acompañan en su visita a cada templo de las parroquias de la ciudad, vendedores ambulantes de comidas y bebidas con recetas y tradiciones criollas, como cotufas, algodón de azúcar, raspados o cepillados (hielo granizado bañado de jarabes con variados sabores). Las fotografías con que cerramos PRINCIPIA Nro. 42 son las de Gregorio Escalona, con 50 años acompañando a la Divina Pastora operando un carrito y los instrumentos para hacer raspados. El carrito y los utensilios fueron hechos por su abuelo Luis Montesinos Escalona hace 80 años; lo heredó su padre con el mismo nombre y en la actualidad sigue la tradición Gregorio.

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PRINCIPIA Universidad Centrooccidental Lisandro Alvarado Barquisimeto - Venezuela Mayo 2019

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