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Edición Digital 170 │ 20 de Julio 2022

CONSULADO GENERAL DE MÉXICO EN PHOENIX
Jorge Mendoza Yescas Cónsul General de México conphoenix@sre.gob.mx
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Riesgos de cruzar la frontera por el desierto
El estado de Arizona se caracteriza por sus altas temperaturas, que suben por encima de los 45 grados centígrados durante el verano. Esas condiciones climáticas, aunadas a la falta de agua, son la principal causa del deceso de migrantes que se internan al país por zonas desérticas.
Una persona que camina horas, a veces días por el desierto, se expone a la muerte o a sufrir daños físicos permanentes por deshidratación severa. Idealmente, en las altas temperaturas desérticas, el cuerpo humano requiere al menos dos galones de agua por día, por lo que es prácticamente imposible que una persona lleve consigo agua suficiente para un trayecto cuya duración y condiciones son inciertas.
La mayoría de las muertes de migrantes en el área de responsabilidad del Sector Tucson de la Patrulla Fronteriza, son consecuencia, precisamente, de las altas temperaturas que pueden alcanzar los 50º centígrados y que causan estragos en el organismo: fallas cardiacas, renales y coagulación de la sangre, por ejemplo.
Si bien, la decisión de migrar es difícil y muy personal, es importante alertar a los potenciales migrantes y a sus familias sobre el peligro que representa el clima en el desierto. Además, la probabilidad de ser engañados, abusado y abandonados por traficantes de personas en zonas inhóspitas y sin posibilidad de comunicación.
La Patrulla Fronteriza en el Sector Tucson cuenta con 200 técnicos de emergencia médica y 22 paramédicos, y con un equipo de búsqueda, rescate y traumatismo (BORSTAR por sus siglas en inglés), especialmente capacitado para esas funciones. De los 260 agentes de BORSTAR que existen en todo el país, 47 están asignados al Sector Tucson. Otro recurso de ayuda son las 34 torres de rescate ubicadas en zonas estratégicas para asistir a cualquier persona que necesite ser rescatada. Siete de las torres están equipadas con teléfonos satelitales. Al presionar el botón se envía una alerta que permite a la Patrulla Fronteriza acudir a prestar el auxilio requerido.
Si la persona extraviada en el desierto cuenta con un teléfono celular, puede marcar el 911, cuyo personal posee herramientas que le dan la posibilidad de establecer la ubicación aproximada del migrante. En numerosas ocasiones, los migrantes que se encuentran extraviados y en precarias condiciones físicas, no realizan esta llamada de manera inmediata, ya sea por desconocimiento, temor, o por el deseo natural de comunicarse con familiares, sin embargo, es importante enfatizar que la llamada que puede salvar su vida, es la que se realiza, en primera instancia, a los servicios de emergencia, como es el caso del 911.
Los familiares que necesiten realizar un reporte de extravío en intento de cruce deben comunicarse al Centro de Información y Asistencia a Mexicanos (CIAM) al (520) 623- 7874, ya que sus operadores están capacitados para recabar la información pertinente y comunicarla de inmediato a los oficiales de Patrulla Fronteriza que se encargan de las labores de búsqueda y rescate.

CRUZANDO LÍNEAS
Maritza L. Félix Periodista @MaritzaLFélix maritzalizethfelix@gmail.com
Cierra los ojos por un instante. Viaja en tu mente y tus
recuerdos a la frontera de México con Estados Unidos. Si nunca has estado en este desierto, imagínatelo.
¿Cómo se ve?, ¿a qué huele?, ¿a qué suena?, ¿qué te hace sentir?
No los abras aún. Deja que salgan todas las imágenes que tienes guardadas. Estoy segura de que se te vino a la mente el muro, el río y el desierto; quizá los videos que ves en la televisión de migrantes varados entre dos países; podría apostar que se te escapó un pensamiento de la migra, violencia, armas que van y vienen, decomisos, dinero escondido y muerte. Sí, podría jurar que te abrumaron las sombras.
Ahora, ábrelos. Déjanos mostrarte las luces, colores y contrastes de esta tierra partida en dos y remendada con historias reales, de resiliencia. Toma mi mano… mis letras y mi voz. Déjame llevarte a la frontera que nosotros, los de aquí, conocemos. Para nosotros, los fronterizos, es sentir que llegamos a casa. Se nos enchina la piel. Este lugar nos sabe a recuerdos, historias que nos contaron y que nos gustaría contar, a un territorio en donde dos culturas se mezclan a pesar y en contra de todo.
Tengo más de cinco años “Cruzando Líneas” contigo a través de esta columna. Me has acompañado a recorrer los matices y cicatrices de la frontera, la política y la inmigración, pero hoy te invito a que vivas mis letras con otro de tus sentidos: el oído.
Hoy lanzamos “Cruzando Líneas: El Podcast”, una serie de
crónicas fronterizas en episodios cortos. Lo hago de la mano de mi otro proyecto periodístico: Conecta Arizona. Y con un cafecito te invitamos a que nos acompañes a recorrer los puentes humanos que hemos construido cuando la política se empeña en edificar muros.
Cruzando Líneas es un podcast diferente. Un grupo de periodistas independientes, migrantes y latinos te cuentan lo bueno de lo que sí se habla en la frontera en Estados Unidos y México. Cada uno relata un episodio, un detalle, una persona, un olor, un sabor o una lucha que representa su tierra, su comunidad y su visión fronteriza.
Son -somos- reporteros de los dos lados de la frontera que queremos recuperar la narrativa de nuestras comunidades, en nuestro idioma, con nuestros acentos y palabras. Para nosotros no solo es importante la historia, sino quién la cuenta.
En esta primera temporada participan Liliana López, Rubén Tapia, César Barrón y Jesús Ibarra, de México; Valeria Fernández, de Uruguay; Julio Cisneros, de Guatemala, y Gustavo Guirado, de Argentina. Tengo la fortuna de producir y conducir el podcast.
La mayoría teníamos poca o nada de experiencia en la producción de podcast, pero sabemos contar historias y quisimos romper estereotipos y silencios y decirle al mundo que en la frontera también hay muchas cosas buenas que vale la pena inmortalizar y lo hicimos en español, justo en medio de una pandemia.
Florecemos como lo hace el desierto: contra todo y juntos florecimos con un podcast. Cruza líneas con nosotros, sé nuestro puente, escúchanos: cruzandolineas.com
Maritza L. Félix es una periodista, productora y escritora independiente galardonada con múltiples premios por sus trabajos de investigación periodística para prensa y televisión en México, Estados Unidos y Europa. Es becaria Senior programa JSK Community Impact de Stanford, The Carter Center, EWA, Fi2W, Listening Post Collective, Poynter y el programa de liderazgo en periodismo de CUNY.


Salvador Reza Phoenix, Aztlán srza@aol.com 602.446.9928 (Donde vive el espíritu de la verdad)
Las elecciones y la ilusión de la democracia son doscaras de la misma moneda, para el iluso hipnotizado a través de la repetición desde kínder hasta la escuela superior, el que gana es el que es elegido por el pueblo democráticamente.
Pocas veces nos sentamos a analizar como es que la mayoría de las veces el que gana es el que tiene más dinero, o al que le dan más dinero para que promueva o defienda intereses multimillonarios.
Cuando estaba estudiando ciencias políticas en la universidad un maestro nos pregunto que “¿Si la democracia existía?” A lo que le conteste: “Las elecciones miden que tan bien trabajo el lavado de cerebro por un partido o por el otro después de invertir sumas millonarias en anuncios, para influenciar las mentes de los votantes”. No es coincidencia que muchos de los candidatos para presidente son estrellas de cine como Ronald Reagan, o pudieran haber sido, como fue el caso del presidente Kennedy, Barack Obama, o personas popularizadas por la televisión como es el caso de Donald Trump y algunos de sus seguidores que han estado expuestos a la población a través de Radio o Televisión como es el caso Kari Lake, en Arizona.
En las elecciones intermedias, los candidatos republicanos se concentran en satanizar al migrante para obtener votos de aquellos que culpan al migrante de todos sus problemas, es algo que viene siendo fomentado desde el fin del programa bracero en los 60’s hasta hoy.
El lavado de cerebro es tan efectivo que reclutan a millones de jóvenes a morir en tierras inhóspitas para traer el sueño de la democracia a lugares como Irak, Siria y ahora Ucrania, donde morirán miles más entre dos doctrinas económicas sociales ficticias, la democracia estadounidense versus el socialismo ruso.
La democracia es la herramienta de los sistemas capitalistas para promover intereses económicos corporativos y de las elites y el socialismo es la llave de los sistemas autoritarios para moldear las masas a una ilusión de igualdad inexistente en un mundo desigual donde surgen élites bajo la dictadura de estados con intereses de grupos que manejan la economía supuestamente para el bien de la población.
¿Dónde quedamos los de abajo, los pueblos común y corrientes? Estamos forzados a jugar el juego si queremos algo de influencia en las decisiones venideras sobre migración, precios de artículos de primera necesidad, gasolina, etc.
Primero que todo tenemos que quitarnos la venda de los ojos que el candidato tal por cual nos va a salvar y analizar como pueblo el como podemos influenciar a tal por cual, sabiendo bien que la presión de los intereses corporativos va a ser dominante en cualquiera de los candidatos y ejercer presión constante en el que sea elegido independientemente de su estirpe político.
El burro democrático o el elefante republicano son animales al servicio de los grandes intereses, pero no hay que olvidar que esos intereses viven gracias al lavaplatos, al jornalero, al mecánico, al cocinero, al yardero, al chofer, al electricista, etc.
Hay que organizarnos en pequeñas células de comités de familias y votar por el que puedes influenciar; hoy en día aquí en Arizona en la lucha por Gobernador hay un candidato que esta dispuesto a escucharnos, aun si reconocemos que las fuerzas corporativas también tendrán mucha influencia sobre él.
Marco López viene de la frontera de Nogales y ha estado en las entrañas del poder, pero al menos tendríamos acceso, algo que ningún otro candidato nos daría.
¡Eso si¡ Sin olvidar todo lo que dije sobre la ilusión democrática.
¿O acaso todavía creemos en Santa Claus?