En la actualidad, la indagación, innovación continua y el desarrollo tecnológico, son calificados como la potencia propulsora del adelanto económico de los pueblos, además que apoyan a su evolución social y cultural. En los últimos años, la innovación y el cambio tecnológico se han convertido en contenidos cada vez más sustanciales en el análisis económico y en la toma de decisiones políticas de los países prósperos y los que se encuentran en progreso (Albornoz, 2013, pág. 129).
La investigación y el desarrollo han tenido gran incidencia positiva sobre el progreso de los países que se han enfocado en los gobiernos de los diversos estados al destinar un fragmento de sus recursos financieros para incentivar estas actividades. De esta forma, ha sido posible diferenciar las líneas de investigación con la objetivo de abarcar cada vez más campos y, al mismo tiempo, afirmar la formación de personal calificado (Dávila, 2010, pág. 26).