La lucha contra el terrorismo en Colombia y el falso positivo

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“La lucha contra el terrorismo en Colombia y el falso positivo” PRAXIS, Consulting. RESUMEN El problema dentro del conflicto bélico entre el Estado colombiano y las Farc es claramente la no conformación hasta el momento de la erradicación completa del terrorismo y de la firma de la paz. A partir de la operación Marquetalia, se generó lo que hasta estos días en Colombia se denomina como el mayor conflicto armado interno de la historia colombiana, el cual ha sido una problemática social extendida por ya cinco décadas y ha impedido el desarrollo de Colombia como nación dentro de sus diferentes entornos sean estos económicos, políticos y sociales, degenerando dentro de la sociedad amplios conflictos como son: “el desplazamiento humano, secuestros, asesinatos y tráfico de niños hacia los grupos armados” (Barcos, 2014, pág. 72). Pero sobre todo una imagen de delincuencia, inseguridad y drogas a nivel mundial como la principal carta de referencia del pueblo colombiano. Si bien, es pertinente referenciar el actual momento de la paz que prexiste en Colombia, para avanzar en esa dirección, hay que complementar el enfoque de derechos con un enfoque territorial que las Farc se encargaron de arrebatar a todos los ciudadanos, y con la búsqueda hace poco tiempo de la firma de la paz “dejaba la puerta abierta a la criminalización sin castigo” (Cáceres, 2014, pág. 19) Es por ende, dentro del presente ensayo se busca analizar la emisión de falsos positivos y como su accionar de forma directa o indirecta intervienen dentro de la lucha contra el terrorismo ejecutado por el ejército colombiano. Palabras claves: Colombia, terrorismo, lucha, falso positivo.

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ABSTRACT The problem within the armed conflict between the Colombian State and the Farc is clearly the non-conformation until the moment of the complete eradication of terrorism and the signing of peace. From the Marquetalia operation, what was generated in Colombia today is the largest internal armed conflict in colombian history, which has been a social problem for five decades and has prevented the development of Colombia as a nation within their different environments are these economic, political and social, degenerating within society wide conflicts such as: "human displacement, kidnapping, murder and trafficking of children to armed groups" (Barcos, 2014, page 72). But above all, an image of crime, insecurity and drugs worldwide as the main reference letter of the colombian people. While it is pertinent to refer to the current moment of peace that precedes in Colombia, to advance in that direction, we must complement the rights approach with a territorial approach that the FARC was responsible for snatching all citizens, and with the search It is not long since the signing of the peace "left the door open to criminalization without punishment" (Cรกceres, 2014, page 19). It is therefore, within the present essay seeks to analyze the emission of false positives and how their actions directly or indirectly intervene in the fight against terrorism executed by the colombian army. Keywords: Colombia, terrorism, struggle, false positive.

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INTRODUCCIÓN Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) tienen una alta incidencia histórica en Colombia; quienes iniciaron su accionar militar alrededor de 1950; dichas fuerzas fueron creadas por Pedro Antonio Marín alias “Tirofijo”, en un principio con la firme meta de la reafirmación y reestructuración social del pueblo colombiano, pero con en el transcurso del tiempo dicho ideal fue mutando hasta lo que se conoce hoy en día como un grupo paramilitar que solo busca mantener sus ideales bajo la presión, muerte y abuso social. Para 1964, tres años después de la denotada operación “Marquetalia”, se generó lo que hasta estos días en Colombia se denomina como conflicto armado interno, el cual ha sido una problemática social extendida por ya cinco décadas y a impedido el desarrollo de Colombia como nación dentro de los diferentes entornos económico, político y social, degenerando dentro de la sociedad amplios conflictos como son: “el desplazamiento humano, secuestros, asesinatos y tráfico de niños hacia los grupos armados” (Barcos, 2014, pág. 72) Varios han sido los presidentes que han iniciado procesos de negociación con el objetivo de finalizar con el conflicto armado, lastimosamente todos estos intentos han fallado ante los diálogos de paz generados en su tiempo por: Samper, Pastrana, Uribe y hoy en día, por Santos donde más allá de establecer un espacio conversatorio y de equilibrio ideológico, prevaleció “la acción militar como solución ante los muy variados conflictos” (Cerda, 2011, pág. 82). Para lo cual, Juan Manuel Santos como forma sistemática de solución a buscado lograr un acuerdo mediante un dialogo para la paz, en donde los principios y puntos claves para que este tenga éxito es la negociación. Pero posterior al referéndum nacional y su carente funcionamiento hoy el día la única solución ha sido una lucha directa al terrorismo que dentro de su mala práctica a coexistido el aparecimiento de fasos positivos que más allá de dar solución ante la lucha del terrorismo “a marcado un camino de perdida de inocentes e involucramiento de personas en acciones delictivas no generadas” (Cáceres, 2014, pág. 28).

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DESARROLLO La lucha contra el terrorismo en Colombia Previo a revisar la lucha contra el terrorismo y el proceso de paz dentro de sus repercusiones y tratos, se evidencia que el trabajo de los ex presidentes frente este, no fue el mejor; cometiendo fallas incalculables, en algunos casos, que conllevaron a errores que profundizaron el conflicto, así se esperaba que el presidente colombiano Juan Manuel Santos logre lo que los otros no pudieron, puesto que el actual proceso de paz tuvo un buen desarrollo, llegando a un plebiscito que sí bien tuvo un revés en las urnas “se tiene fe que al ser retomado con algunos cambios pueda dar la tan apetecida paz colombiana” (Naciones Unidas, 2012, pág. 110) El proceso de lucha contra el terrorismo que vive Colombia y su gobierno con la guerrilla de las Farc, es sin duda una apuesta atractiva para terminar con más de 50 años de conflicto en Colombia. Sin discusión requiere de todo el apoyo internacional, de la confianza de la sociedad colombiana y del acompañamiento institucional internacional para terminar el conflicto con uno de los grupos armados que más violencia ha generado en Colombia y “que si se analiza con una visión macro, la causa de la mayoría de males en su territorio” (Gallegos, 2015, pág. 37). Dentro de la experiencia internacional por parte de las Naciones Unidas se ha determinado que el 70% de los conflictos internos y las guerras civiles dentro de los Estados durante el siglo XX y XXI, han terminado con la firma de un tratado de paz y no con una derrota bélica del adversario, la cual sólo se ha dado apenas en un 18% de dichos conflictos. Así, se puede determinar que el contexto de la lucha contra el terrorismo se da por las siguientes razones: la imposibilidad de librarse del adversario, la presión internacional de las diferentes entidades gubernamentales y la deslegitimación del proceder ideológico de la guerra. De allí, “que estas razones son fundamentales al momento de llegar hacia acuerdos finales” (Naciones Unidas, 2015, pág. 79). No se puede olvidar que lucha contra el terrorismo hacia un proceso de paz es “una clara acción político - militar que implica una lucha del poder, el reconocimiento del adversario, un grado de impunidad y la posibilidad de ganar en algunos aspectos, y ceder en otros dentro de la lucha militar” (Fallo, 2015, pág. 83). Es importante considerar que el reconocimiento que hace el Estado hacia el conflicto interno colombiano y los diálogos con la -5-


guerrilla de las Farc, es una estrategia más política que “le permite acceder a los beneficios políticos, jurídicos y sociales que se desprenden de este tipo de procesos y que van más allá de una simple desmovilización y reincorporación a la vida civil de sus combatientes”. (Garrido, 2015, pág. 122). Pero, dentro de un contexto negativo a nivel de una encarnizada lucha por parte de las instituciones militares han surgido los denominados falsos positivos que se centraron en los asesinatos extrajudiciales de miles de civiles por miembros de las fuerzas armadas que vistieron a sus víctimas como guerrilleros para presentarlos como asesinatos de combate. Si bien las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales han denunciado esta práctica durante años, el gobierno colombiano del entonces presidente Álvaro Uribe negó que las fuerzas armadas estuvieran asesinando civiles hasta fines de 2008, cuando investigadores de la fiscalía vincularon los cuerpos de combatientes rebeldes no identificados encontrados en el norte del país. con reportadas como desaparecidas en Soacha, una ciudad al sur de la capital, Bogotá, se determinó que eran las mismas personas. Así, entre 2002 y 2008, las brigadas del ejército en Colombia ejecutaron sistemáticamente hasta 3.000 civiles para hacer parecer que estaban matando a más combatientes rebeldes en combate. Según el acuerdo de justicia anunciado con las FARC, una recientemente creada Jurisdicción Especial para la Paz se encargaría de la mayoría, sino de todos, de los asesinatos falsos positivos. Las disposiciones del acuerdo permiten a las autoridades suspender algunos procesos penales. Lo cual se podrían interpretar otras disposiciones para reducir el alcance de la responsabilidad de los comandantes por los crímenes cometidos por sus subordinados. Además, que las personas condenatorias de la Jurisdicción Especial podrían evitar pasar algún tiempo en prisión, y aquellos que ya hayan sido condenados por el sistema de justicia ordinaria podrían ser liberados. En un informe publicado el 17 de marzo de 2016, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos hizo hincapié en que las investigaciones de homicidios por falsos positivos deberían ser “iniciados, elaborados y concluidos dentro del delito común y acorde a la jurisdicción de Colombia” (Garrido, 2015, pág. 176) y por su parte (Gallegos, 2015) señaló que las disposiciones de “selectividad que permiten a las autoridades suspender la investigación de abusos graves contra los derechos humanos son incompatibles con las normas regionales de derechos humanos” y por ende una clara violación a los Derechos Humanos.

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Dentro de este aspecto (Cáceres, 2014) menciona que: El gobierno colombiano ha insistido reiteradamente en que el acuerdo protegerá a los miembros de las fuerzas armadas de nuevos enjuiciamientos, pero eso no es más que una promesa hueca. Si estos términos no son fijos, es muy probable que las nuevas resoluciones sobre casos positivos falsos estén sujetas a un escrutinio internacional, incluido el ICC (Pág. 26).

De acuerdo a (Fallo, 2015, pág. 62), “unos 862 miembros del Ejército Nacional, principalmente funcionarios de menor rango, han sido condenados a prisión como se puede referenciar en el siguiente gráfico: Gráfico 1:Detenidos por falsos positivos en Colombia

Fuente: (Fallo, 2015, pág. 83)

Los investigadores descubrieron que el modus operandi general era atraer a los civiles a zonas apartadas, ejecutarlos, vestirlos como guerrilleros y luego presentar el cuerpo como un combate mortal. Según los informes de los medios, los civiles fueron asesinados para cobrar bonos. Esto ha sido negado categóricamente por el gobierno colombiano a pesar de las abundantes pruebas y testimonios que corroboran que a los soldados se les dieron recompensas financieras y vacaciones adicionales si podían presentar asesinatos de combate. Lo que hizo la práctica, ya sea intencionalmente o no, fue inflar el aparente éxito del gobierno en su lucha contra las guerrillas de izquierda y los paramilitares de derecha. Al purificar el combate mata al restar el número de civiles ejecutados del número de muertes de combate registradas, y revisar las -7-


estadísticas históricas la aparente efectividad del ejército parece muy diferente y muestra que, por ejemplo, en 2007, el año en que se registraron la mayoría de los falsos positivos, dos de cada cinco asesinatos de combate registrados fueron en realidad civiles ejecutados, como se puede referenciar en la siguiente gráfica. Gráfico 2: Reporte sobre falsos positivos

Fuente: (Fallo, 2015, pág. 88)

Mientras que la ONU calificó las matanzas extrajudiciales como "generalizadas" y "sistemáticas" y las cifras mostraron que la práctica ocurrió en 30 de las 32 provincias colombianas por la mayoría de las brigadas militares. El comando militar colombiano y el gobierno insistieron en que los asesinatos “fueron incidentes aislados” (Naciones Unidas, 2016, pág. 79). CONCLUSIONES La firma de un tratado de paz con las Farc no personifica el fin del conflicto ni la usencia de violencia en Colombia. Sin duda para el Estado es muy importante terminar con el problema ante las Farc y eliminar una estructura militar como la que representa dicho grupo armado. Así, lo anterior no garantiza que la mayoría de los integrantes acepten reintegrarse a la sociedad y no terminen siendo parte de otras estructuras criminales generadas por ex combatientes. Establecer un contexto de “perdón y olvido” ante los actos terroristas, o implementar condenas figurativas, no excluyen la responsabilidad penal de quienes cometieron los más

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graves delitos en Colombia. Por tal razón, es que dentro del último plebiscito no pasó la idea del sí ante la firma de la paz, dado que existía un aura de inconformidad y negligencia. Un proceso que no examine la realidad política, social y económica sobre el conflicto de los falsos positivos, estaría desconociendo no solo las diferentes problemáticas que tuvo Colombia, sino además los diversos actores que intervienen en cada región y las soluciones particulares que deben formularse para resolver el conflicto de acuerdo a su génesis en el territorio donde la manipulación de evidencias y asesinato de civiles fue uno de los actos más bochornosos generados por el ejército colombiano. Y que la legislación de Colombia debe sancionar con la mayor de las fuerzas y penas a todos los involucrados.

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BIBLIOGRAFÍA Barcos, C. (2014). Historia de las Farc. Colombia: Amparo ediciones. Cáceres, M. (2014). Efectos de la firma de la paz en Colombia. Quito - Ecuador: El Comercio. Cerda, F. (2011). Las Farc y estructura de daño social. Colombia: Power ediciones. Fallo, A. (2015). Formas de negociación internacional. México D.F.: Quetzalt ediciones. Gallegos, E. (2015). La lucha contra el terrorismo el Colombia. Bogotá - Colombia: Poker ediciones. Garrido, A. (2015). Sistemas de negociación. México D.F.: Zero ediciones. Naciones Unidas. (2012). Asistencia para el control de la paz. Estados Unidos: NU Ediciones. Naciones Unidas. (2015). Intervenciones mundiales. Estados Unidos: Naciones Unidas publicaciones. Naciones Unidas. (2016). Acuerdo de paz: Farc y gobierno colombiano. Cuba: Naciones Unidas publicaciones. Zurita, C. (2014). Historia de las Farc. Colombia: Amparo ediciones.

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