La Policía Nacional del Ecuador, si bien maneja una estructura jerarquizada, normante y organizada, con un reglamento interno de disciplina, lo cual debería ser una ventaja al momento del funcionamiento de la burocracia de la institución. Esta estructura ha hecho que los trámites y asignaciones a nivel institucional no tengan un seguimiento o una secuencia lógica e ideal dentro de su talento humano. Degenerando a nivel interno en diferencias jerárquicas, asignación del personal a otras funciones fuera de sus cánones de cumplimiento, designaciones a otros territorios operativos fuera de su orden geográfico, etc., de esta forma, desperdiciando la experiencia y habilidades adquiridas de sus miembros para un mejor funcionamiento profesional e institucional.
Lo más grave dentro de este contexto de análisis es que el cuerpo policial conformado por personal de servicio público, no están regidos por el MRL (Ministerio de relaciones laborales), ni por la LOSEP