Desde el principio, los estudios de igualdad de género han desafiado la ausencia casi total de las mujeres en la teoría y práctica tradicional del estudio y desarrollo de las Relaciones Internacionales. Esta ausencia, visible tanto en la marginación de las mujeres en la toma de decisiones como en la suposición de que la realidad de la vida cotidiana de las mujeres no se ve afectada; se ha destacado por considerarse irrelevante para la gobernanza global. Más allá de esto, las contribuciones feministas a la teoría, entienden a la deconstrucción de género como una identidad socialmente construida, bajo una poderosa lógica organizativa previamente establecida por circunstancias histórico-culturales.