La condena o absolución descansa sobre este medio de prueba, por ello se dice que el nervio o esencia de todo proceso penal es la prueba especialmente testimonial. Por su parte el testimonio se define como “(…) de quien ha visto la comisión de un delito de homicidio y es llamado por el Juez penal a que le diga que es lo que vio o conoce del tema en concreto” (García, 2013, pág. 46)