En los últimos años se ha profundizado el debate sobre los conflictos relacionados con la explotación petrolera en Ecuador y si dichos recursos deben ser explotados o mantenerse bajo suelo y buscar medios alternativos que generen ingresos estatales similares o mayores. Estos debates, han traído dentro del entorno público un conjunto de discusiones socioambientales, políticas, económicas, sociales hasta culturales y patrimoniales; tanto por el Estado y sus representantes como por diferentes Ong´s, derivando en múltiples desacuerdos con respecto “al uso, goce, titularidad y acceso a la explotación petrolífera” (Sánchez, 2015, pág. 23), así como a los efectos en el medio ambiente y sus repercusiones en la salud, la calidad de vida y las posibilidades de desarrollo de las comunidades directamente afectadas sobre los beneficios económicos que dicha acción generaría.