Leer juntos poesía
En ciento ocho centros educativos de Aragón
APRENDIZAJES
Lorenzo Oliván (Castro Urdiales, Cantabria, 1968)
APRENDER a dejar de ser el centro de nadie.
Aprender a dejar de ser incluso el centro de uno mismo.
Aprender poco a poco a traspasar los límites,
a estar alrededor,
a habitar en las afueras.
Y mirar asombrado en la distancia tu yo desposeyéndose, entregarse a todo por el puro placer de estar, de verse perdido en cada cosa.
Los daños (2022)
Lorenzo Oliván (Castro Urdiales, Cantabria 1968). Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Oviedo. Se doctoró en la Universidad de Zaragoza con una tesis sobre su paisano, el poeta José Hierro, a cuya obra ha mostrado una especial atención en diversos ensayos. Es autor de varios libros de aforismos que han quedado agrupados en el volumen Dejar la piel. Pensamiento y visión (2017). Muy influido por la poesía anglosajona, ha sido traductor de poetas como John Keats, Belleza y verdad y Emily Dickinson, La soledad sonora, ambos en la editorial Pre-Textos.
Su obra ha recibido importantes reconocimientos, entre ellos el premio Loewe de 2001 con Puntos de fuga o el Nacional de la Crítica de 2015 por el poemario Nocturno casi. Su última obra publicada es Los daños (2022), en uno de cuyos poemas, «Indefensión», explica su poética: el poeta sería como un buceador sumergido en el mar que se adentra en lo profundo y lo misterioso: «He aquí el lugar de la indefinición / y el de la indefensión. /El interior del mar: / la más extraña forma de lo abierto».
Me parece que el poeta lleva razón en que tenemos que abrirnos un poco más y no ser siempre perfectos o correctos. Con «traspasar los límites» quiere decir que hay que arriesgarse un poco en la vida, atreverse a hacer cosas que normalmente no haríamos. (Ferdaus Benhenni, 3 º ESO D)
Este poema me ha transmitido un mensaje de superación y de traspasar los límites personales. Creo que quiere decir que no te quedes es lo que sabes que puedes hacer y que busques más allá, pero por ti y no por los demás, no quiere decir que tengas que ser el centro de atención. (Julia Adla, 3 º ESO E)
A mí me ha gustado mucho este poema porque te habla de que no tienes que ser el centro del mundo, que es mejor que seas más feliz y libre. (Gabriel García, 3.º ESO E)
Me gusta mucho este poema porque habla de cómo estamos en continuo aprendizaje y de lo necesario que es disfrutar y hacer nuestro ese proceso. Hay que aceptar que muchas cosas no son tan importantes como pensamos y, aunque esta idea resulte un poco radical, deberíamos dejarnos fluir con cariño al igual que cuando no tenemos las cosas claras y nos sentimos perdid@s. (Guadalupe González Gómez, 4 º ESO C)
Este poema lanza un mensaje muy poderoso: salir de ti mismo y observar lo que te rodea. A veces, es necesario recordar que no somos el centro de todo y que hay mucha más vida fuera. (Sofía Martínez, 1.º Bach.)
El poema invita a algo tan bello como es despreocuparse, dejar de tratar de ser el centro de todo, dejarse llevar, encontrar belleza en la sencillez, en el estar. (Elena Esteban, 1.º Bach.)
Nos habla sobre como el ser humano suele pensar siempre en sí mismo, pensar para su bien únicamente. Nos muestra que eso no siempre tiene por qué ser así, está bien no ser siempre el centro de todo; podemos aprender y disfrutar de ser parte de algo. (Gabriela Traverso, 1.º Bach.)
En un mundo donde la imagen es tan importante en las redes sociales, donde aparentemente todo el mundo es perfecto, es fácil, sobre todo en adolescentes, verse insuficiente o inferior, tanto físicamente como en otros aspectos. Por ello, el tema del poema, que nos habla de dejar de pensar en todo e incluso el nosotros mismos, nos puede hacer abrir los ojos. (Daniel Pot, 1.º Bach.)
Alumnado del IES Miguel Servet, Zaragoza
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