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No hubo fraude electoral en Brasil

El general Tomás Paiva señaló que el exmandatario brasileño intentó influir en las Fuerzas Armadas en los meses previos a las elecciones

PORTAVOZ/ AGENCIAS

El comandante del Ejército de Brasil, el general Tomás Paiva, negó que se produjera irregularidades durante las elecciones, después de que los propios militares supervisaran el proceso tal y como les pidió Jair Bolsonaro, al que reprochó de haber intentado “interferir” en las tropas. “Nosotros participamos en la fiscalización, hicimos informes, hicimos de todo. ¿Se constató el fraude? No”, dijo Paiva durante una reunión que mantuvo con otros mandos militares el 18 de enero, pero cuyo contenido se pudo conocer este martes a través de unos audios que fueron publicados por varios medios brasileños.

En ese sentido, el general Paiva señaló que Bolsonaro lanzó acusaciones sobre fraude electoral porque estaría molesto por su derrota “mínima” en las elecciones frente al ahora presidente, Luiz Inácio Lula da Silva.

Para Paiva, esa “sensación” de fraude se extendió porque el resultado de las elecciones fue “apretado”. Sin embargo, “desde el punto de vista del trabajo realizado por el Ejército no pasó nada, no hubo nada”, una versión que fue transmitida en un informe final al Ministerio de Defensa.

“Él tuvo más votos en estas elecciones que en las otras. La diferencia fue muy pequeña, fue mínima, entonces dice eso, ‘eh, general, hubo fraude’”, dijo Paiva, quien también contó cómo Bolsonaro intentó influir en el Ejército en los meses previos a las elecciones.

En ese sentido, señaló que se produjeron “ciertas injerencias directas del Gobierno en el área militar”, como una concentración motera en la Academia Militar de las Agujas Negras, que fue suspendida por altos mandos del Ejército, y trasladar el desfile por el día de la Independencia del 7 septiembre desde Brasilia a Río de Janeiro, donde ese día había una concentración en apoyo a Bolsonaro.

Paiva fue elegido comandante del Ejército después de la dimisión presentada por Júlio cuencias de la medida de suspensión adoptada por Rusia, pero añadió: “No vemos ninguna evidencia de que Rusia esté incumpliendo”.

El Nuevo START, firmado en 2010 por los entonces presidentes Barack Obama y Dmitri Medvedev, limita el despliegue de ojivas nucleares a un máximo de 1.550, y de misiles y bombarderos a 700 para cada país. El acuerdo incluye inspecciones para verificar su cumplimiento.

César de Arruda tras los ataques a las instituciones del pasado 8 de enero, entre sospechas de que pudo haber connivencia de los militares en la invasión de las sedes de los Tres Poderes, objetivo de las iras de los afines a Bolsonaro.

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