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LUCES

Hijo de un ingeniero y una enfermera, ambos canadienses, mostró interés desde niño por la ciencia, una pasión que unió a la del cine cuando la familia se trasladó a California

James Francis Cameron (Kapuskasing, Ontario, Canadá, 1954) es uno de los directores, guionistas y productores de cine más reconocidos de la industria, creador de célebres títulos que le han catapultado a la cumbre del séptimo arte como Terminator, Titanic o Avatar. Con un estilo en el que suelen predominar lo onírico, el futurismo o los efectos especiales, Cameron es reconocido además por un dualismo en sus películas que refleja la pasión que siente tanto por el arte como por la ciencia.

En 1978 tomó la decisión de que quería trabajar en la industria del cine y consiguió un trabajo en una empresa llamada New World Pictures para crear efectos especiales, e incluso fue contratado como director para la película Piraña II: Los vampiros del mar, aunque sus discrepancias con el productor provocaron su despido en tres semanas.

Tras esta experiencia Cameron fue seleccionado para escribir el guion de dos películas, Aliens y Rambo: First Blood Part II, al tiempo que continuó realizando proyectos propios pensando que nadie le contrataría como director. Así es como comenzó a dar forma al que sería su primer gran éxito en taquilla, Terminator (1984).

Tras el éxito de Terminator, Cameron dirigió varios títulos que no hicieron más que incrementar su popularidad. Entre ellos están Aliens, el regreso (1986), ganadora de dos Óscar a Mejores efectos visuales y efectos de sonido, y Terminator 2: El juicio final, que gracias a su habilidad generando efectos especiales por ordenador obtuvo cuatro premios Óscar (mejores efectos visuales, mejor edición de sonido, mejor maquillaje y mejor sonido). Entre medias estrenó Abyss (1989), un absoluto fracaso tanto de crítica como de recaudación.

Mentiras arriesgadas (1994) y Días extraños (1995), en la que participa como guionista, precedieron al mayor triunfo de su carrera, Titanic (1997), una ambiciosa superproducción en la que combina la catástrofe del hundimiento del trasatlántico con una historia de amor protagonizada por el entonces ídolo juvenil Leonardo Dicaprio y Kate Winslet. El film, en el que se invirtieron alrededor de 30 millones de dólares (se realizaron grandes reconstrucciones del barco en estanques gigantes e incluso inmersiones para filmar los restos del navío), fue un rotundo éxito de crítica y de taquilla –recaudó más de 1.843 millones de dólares en todo el mundo- que obtuvo 11 premios Óscar, igualando el récord que hasta entonces tenía Ben-Hur.

Después de la apoteosis de Titanic, Cameron participó en varios proyectos como productor como Solaris (2002) y el documental Misterios del Titanic (2003), hasta que en 2009 llegó otro de los triunfos de su carrera, Avatar, un film en 3D que tenía ideado desde el año 1995 y al que no había podido darle vida debido a que la tecnología de la época no lo permitía. Avatar supuso un antes y un después en el género gracias a su perfección técnica y visual, y logró más de 2700 millones de dólares en taquilla desbancando a Titanic en recaudación, aunque no en premios, pues tan solo obtuvo dos Globos de Oro a Mejor película y Director, y tres de los nueve Óscar a los que aspiraba (fotografía, dirección de arte y efectos visuales). De ella están previstas tres secuelas, una de ellas en diciembre de 2022.

La crisis sanitaria por la Covid-19 representó un golpe muy duro para la humanidad, y debido a los altos índices de mortalidad que se suscitaron, las medidas de sanidad tuvieron que ser más estrictas.

Dentro de ello era el uso obligatorio de mascarillas que de ser un producto con poca demanda se hizo uno de los más rentables y buscados. Conoce la cantidad de piezas que han sido adquiridas en los últimos cinco años:

5 AÑOS

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