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gallinero

Centre Chorégraphique National de Créteil et du Val de Marne

Shek Cultural Center de Taipéi. El resultado es globalmente impresionante y esto a pesar de acentuar los clichés de una danza contemporánea un poco pasada de moda. Yo Gee Ti se vuelca sobre el aspecto visual apoyándose sobre une materia-lana que es usada tanto para transformar el espacio escénico como para incluirla en los vestuarios de los bailarines. Aunque la obra es técnicamente impecable, no consigue ocultar su falta de fondo, afortunadamente los juegos de luces ensalzan el conjunto y aportan un magnifico contraste de claro-oscuros y reflejos brillantes. Ahora sí, cabe preguntarse si Merzouki no está vendiendo su alma al diablo y perdiendo la esencia de lo que es el hip hop. En todo caso queda la extraña sensación de que esta obra está hecha para responder a un “deseo ministerial” y no a una aspiración artística. ¿No estaremos volviendo a esos tiempos no tan lejanos en los que el arte era un arma que estaba al servicio del poder?p

Un antes y un después “YO GEE TI” Coreografía: Mourad Merzouki

Compañía: Centre Chorégraphique National de Créteil et du Val de Marne Lugar: Maison de la Danse (Lyon - Francia) Fecha: 25 de septiembre de 2012 POR DAVID RODRIGO BALSALOBRE

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s imprescindible contextualizar la llegada de esta obra al panorama coreográfico francés puesto que Yo Gee Ti marca sin duda un antes y un después respecto a lo que el Ministerio de Cultura de este país viene apoyando y esperando de la danza hip hop desde hace casi una década. Por fin y por primera vez el discurso oficial concuerda con los hechos (los coreógrafos

de danza hip hop galos son capaces de crear obras completas que no se basan únicamente en la demostración técnica). La minuciosa selección de coreógrafos como Merzouki situados estratégicamente en estructuras privilegiadas como los Centros Coreográficos Nacionales ha dado sus frutos. Con esta obra de hip hop Francia dispone al fin de una nueva vitrina a la imagen y semejanza de lo que fue la danza contemporánea de este país en los años 80. Sólo por ello, esta obra merece una particular atención. En Yo Gee Ti Merzouki se rodea astuciosamente de dos grupos de interpretes diferentes, una selección de bailarines hip hop franceses y otro de bailarines contemporáneos de la Chiang Kai

Ballet de la Ópera de París

“SÉRÉNADE”, “AGON” Y “LE FILS PRODIGUE” Coreografía: George Balanchine Compañía: Ballet de la Ópera de París Fecha: Del 24 de septiembre al 18 de octubre Lugar: Palais Garnier, París POR MARGARITA MEDINA

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res de los más representativos ballets de Georges Balanchine (precedidos del famoso Defile de Serge Lifar las dos primeras noches), fueron escogidos para inaugurar el año 2012-13. El programa comenzaba con Sérénade (música de Peter I.Tchaikovsky) creada en 1934, que fue la tarjeta de presentación de este coreógrafo todavía desconocido en América, y con la cual atrajo y conquistó un numeroso público y demostró a la juventud que frecuentaba las clases de danza que los pasos fatigosamente practicados cada día podían convertirse en una bella expresión dancística y ser presentados y aplaudidos en un gran teatro. Fue su consagración en tanto que creador de la escuela americana de danza clásica. En esta serie tuve la oportunidad de ver una Myriam Ould-Braham, nueva Bailarina-Estrella de la Opera, lírica y elegante, brillando de todas sus luces, así como el regreso de Eleonora Abbagnato y de Hervé Moreau, quienes después de una larga

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ausencia parecen muy bien restablecidos de sus respectivos malestares. Si coreográficamente hay algunos momentos flojos, la belleza de la música, los sencillos pero bonitos trajes y la excelencia de las bailarinas, compensa con creces cualquiera de ellos. El segundo número fue Agon, música e idea de Igor Stravinsky. Balanchine se inspiró en las danzas de corte del siglo VXII y compuso un ballet en 1957 en el que también logró, muy artísticamente, mostrar los encadenamientos (que se estudian repetitivamente en las lecciones cotidianas) en forma de balletespectáculo, conservando gran fidelidad a la gramática y escritura del ballet clásico. La economía de medios (humanos y económicos) es evidente, apenas 12 bailarines y un vestuario reducido a su mínima expresión: leotardos, mallas y zapatillas. Pero sigue siendo uno de los imprescindibles de las compañías que programan los ballets del famoso coreógrafo. El Ballet de la Ópera de París siempre se ha distinguido por el respeto de los estilos coreográficos originales y sus bailarines son expertos en adaptarse a cualquier exigencia. Así que pudimos asistir con placer a este segundo ballet de Mr B. correctamente bailado. Sin desmerecer los otros válidos intérpretes, las presencias marcantes de Aurelie Dupont y Nicolás le Riche en plena madurez artística en el paso a dos, y, en el paso a tres, los sólidos Alessio Carbone,

© SEBASTIEN MATHE

¿Todavía de moda o pasado de moda?

Christophe Duquenne y la perfecta Myriam Ould-Braham nos colmaron con la tonicidad y la precisión desplegada. Es la costumbre que lo mejor se deja para el final, pero de verdad que El hijo pródigo hubiera tenido que abrir el programa, así nos hubiera permitido olvidar un poco que Mr B. no era un gran qué como narrador coreográfico. ¿Por qué no haber respetado el orden cronológico? Esta pieza creada en 1929 ha envejecido mal, por momentos hasta roza el ridículo. Ni siquiera la convincente actuación de Jeremie Belingard ni la estupenda presencia de Marie-Agnés Guillot, quienes siempre valorizan al máximo todo lo que interpretan, nos salva del aburrimiento, ni de los comentarios ácidos y las sonrisitas irónicas el público presente. ¡Lástima! La fuerza, el talento de este genial hombre del arte danzario siempre fueron los ballets sin argumento; hacer bailar la música, o, como él decía: “ver la música y escuchar la danza”. p


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