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Se oponen a reubicar el coso
Los habitantes de la localidad recuerdan que una decisión similar terminó en tragedia en 1972
TIZIMIN, Yucatán.- En alusión a los rumores que corren en torno a que el alcalde Pedro Couoh Suaste se propone trasladar la construcción del coso taurino artesanal hacia el recinto ferial, los ciudadanos recordaron que una situación similar ocurrió en el año de 1972, con respecto al cambio de sede del ruedo taurino, por lo que en aquel entonces, un grupo de habitantes enojados por la decisión quemaron el Palacio Municipal.
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De acuerdo con los habitantes, en 1972 la plaza taurina se edificaba en el parque Juárez, cuando las autoridades lo trasladaron hacia la placita de toros, lo que generó la molestia de los habitantes, marcando la historia de Tizimín.
Los residentes Nery Dzul, Alberto Puc y Matilde Ek, entre otros, recordaron que, en aquel entonces, a un grupo de estudiantes y de adultos, en un 19 de noviembre de 1972 se reunieron en el parque Juárez, para protestar por el cambio de sede del recinto taurino. Enardecieron y empezaron a subirse a los postes mientras coreaban: “Sube Pelayo, sube”, amarrando una soga en la parte alta, se bajaban y empezaban a jalar hasta hacer caer los postes del sitio recreativo, rompieron bancas, tuberías de agua e incluso lazaron la cabeza de la estatua de Juárez hasta literalmente, decapitarlo, y también quitaron la placa del monumento, la cual resguardaron.
Con tubos, picos y barretas, los inconformes se dirigieron hasta la cantina el Chemulpo, forzaron la puerta e ingresaron para vaciarla por completo, agarraron lo que encontraban a su paso incluyendo licores y cervezas, y una vez ebrios, salieron de aquel, para luego dirigierse al Palacio Municipal. Entre bulla y gritos, forzaron las cerraduras de la comandancia donde sacaron las fotografías que eran del Gobernador Carlos Loret de Mola Mediz y del presidente de la República, Luis Echeverría Álvarez, así como rifles y pistolas sin balas, con las cuales ju- gaban, para posterior burlarse de la autoridad, y posterior dejarlas tiradas en la calle.
Lo que parecía una protesta se convirtió en una serie de penosos y lamentables actos de vandalismo, de acuerdo con los habitantes, pues los supuestos manifestantes no conformes con los destrozos cometidos en la localidad en aquella época, se dirigieron hacia el salón donde ensayaba la banda de música del Ayuntamiento, de donde saquearon diversos instrumentos y posterior, comenzaron a incendiar la oficina del Registro Civil, ya que ahí habían muchos documentos, muebles de madera, ocasionando una desgracia, pues se perdió todo el archivo de la ciudad, quedándose la gente sin actas de: nacimiento, matrimonio, defunciones, por lo que incluso y aunque parezca broma, hubo gente que tuvo que volverse a casar para de nuevo obtener dicha documentación.
No conformes con lo anterior, se trasladaron a otras oficinas del Palacio Municipal, donde comenzaron a quemar todo, viviéndose abajo la torre del reloj del Cabildo, tras ser devorada por el fuego.
Otros pobladores como Bernardino Caamal y Juan Kumul compartieron que papeles quemados y chamuscados volaban y se regaban por doquier en el centro de la ciudad, por lo que salieron numerosas personas de sus predios a ver qué es lo que ocurría, incluso los policías huyeron por temor a ser agredidos.
La caja fuerte del Palacio también la sacaron y con una barreta intentaron abrirla, pero no pu- dieron y se quedó en la calle.
Mencionaron que no fue sino hasta las tres de la madrugada cuando se apersonaron judiciales y militares, por orden del Gobernador Carlos Loret de Mola Mediz, quien se comprometió a acudir a Tizimín para intervenir y girar instrucciones para aprehender a los responsables de los disturbios.
Entre la confusión algunos campesinos que se dirigían con su machetes o rifles a sus parcelas fueron detenidos y trasladándolos a la capital del Estado, aunque una vez aclarada la situación fueron liberados.
Los ciudadanos coinciden en que la reconstrucción del parque Juárez y la construcción del nuevo Palacio Municipal se realizó de manera inmediata a unos días de los hechos ocurridos, con la pre- sencia de autoridades de la ciudad de México, del Estado de Yucatán y del municipio de Tizimín. Por lo anterior, se hizo una ceremonia de desagravio en honor a Benito Juárez para subsanar la falta de respeto por lo acontecido al héroe de la patria, indicando que lo más lamentable es que se haya quemado aquel edificio que se construyó en el año de 1858, siendo uno de los lugares más emblemáticos, así como la quema de reliquias del patrimonio histórico y cultural de Tizimín. Cabe mencionar que el nuevo Palacio Municipal se inauguró en diciembre de 1973, concluyeron los habitantes, quienes esperan que derivado de lo anterior, esperan no se vuelvan a repetir este tipo de hechos en la localidad.

(Luis Manuel Pech Sánchez)