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Donan árbol sagrado a la Candelaria

Luego de cortar un Yaxché, éste se sembró en la plaza taurina para iniciar las festividades

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DZAN, Yucatán.- Para anunciar el inicio de las festividades en honor a la Virgen de la Candelaria, la población y autoridades celebraron la tradicional siembra del árbol de Yaxché, en un ambiente de algarabía

Al tronar de los voladores, socios palqueros y decenas de lugareños de todas las edades se reunieron en el predio de la familia Jiménez Escobedo, quienes tuvieron este año la iniciativa de donar el mítico árbol, a fin de continuar preservando las tradiciones de la localidad.

En el predio, la autoridad municipal en compañía de los anfitriones, cortó el enorme Yaxché ante la mirada de numerosas personas que, para la ocasión, disfrutaron de unos deliciosos tacos ofrecidos como parte de las actividades.

Inmediatamente, al sonido de los voladores y de la música, un grupo de personas cargó el árbol sobre sus hombros para trasladarlo en alegre procesión hasta el centro de la comunidad, captando las mi- radas de cientos de familias.

En el interior del ruedo, se efectuó la siembra del árbol de palma con la ayuda de 20 feligreses. La peculiar actividad, marcó el inicio de las festividades profanas en honor a la Virgen de la Candelaria.

Continuando con la fiesta, la agrupación musical amenizó el evento con varias melodías que deleitaron a los presentes y que avivaron el ambiente con la interpretación del Baxal wakax (juego de toro), el cual se acostumbra realizar como parte de las festividades.

Cerca de las 17:00 horas, se llevó a cabo la celebración de una misa en el ruedo taurino y la bendición de los palcos a cargo del sacerdote Jorge Óscar Herrera Vargas, esto, como antesala de la primera corrida de toros.

Minutos antes, la venerada efigie de la Virgen de la Candelaria fue trasladada por los custodios en el coso taurino donde se celebró la eucarística sin contratiempos.

(Carlos

CHUMAYEL, Yucatán.- Enmarcado en un ambiente de júbilo y efervescencia religiosa, la grey católica de las comunidades de Chumayel, Teabo y Mayapán que conforman la parroquia de San Pedro y San Pablo, se unieron con gozo y alegría a la clausura de las Jornadas Eucarísticas de “Cuarenta Horas”.

Para refrendar la hermandad y la devoción al Santísimo Sacramento, la feligresía de la vecina localidad de Teabo realizó una peregrinación rumbo a la iglesia de la Purísima Concepción de Chumayel, para participar en el momento de adoración y reflexión.

Para bajar el telón de la jornada, que se llevó a cabo a lo largo de cuatro días, el presbítero Gabriel Burgos Sabido celebró la solemne misa con la presencia de decenas de feligreses, para recordar el amor a Cristo en la Eucaristía a través del sacramento de la Comunión.

En su homilía, el sacerdote enfatizó que la jornada eucarística representa la celebración religiosa que mueve a toda la comunidad y con la que se unen en constante oración ante Jesús sacramentado, para pedir perdón por los pecados.

Al repicar de las campanas y con gran solemnidad, el Santísimo Sacramento fue puesto en el altar para la adoración de la nutrida concurrencia, que refrendó su devoción en las jornadas eucarísticas.

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