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Queman desperdicios en granja

El comisario de Santa María Chi denuncia a un centro porcícola que al parecer está clausurado

La quema de desperdicios de una granja porcícola ha provocado problemas respiratorios en Santa María Chi, sin que nadie se haga responsable, denunció el comisario Wilberth Nahuat Puc, quien acudió a la Unidad de Desarrollo Sustentable del Ayuntamiento de Mérida, que se deslindó del caso al asegurar que es injerencia de la Secretaría de Desarrollo Sustentable, pues se trata de un problema ambiental.

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Tampoco tuvo respuesta de la Dirección de Desarrollo Social de la Comuna, que tiene la responsabilidad de velar por las comisarías. Como informó POR ESTO!, el desempeño del Jefe de Atención a Comisarías de esa dependencia municipal ha sido ineficiente y nuevamente quedó de manifiesto en una situación puntual. Y es que los fétidos olores son tan intensos que niños y adultos mayores sufren malestares en garganta y nariz. El problema tiene casi un mes y lejos de aminorar se incrementa.

“Se me tapa la nariz; mi nieta estuvo muy mal de la garganta varios días y todavía no se le quita, aunque le recetaron un medicamento”, compartió una vecina.

“A partir de las cinco o seis de la tarde es cuando más se siente el olor”, indicó otro poblador, quien agregó que “en la mañana parece que hay neblina, pero en realidad es el humo de lo que se está quemando”.

En ese sentido, Nahuat Puc dijo que ya se comunicó con el dueño de la granja y éste le aseguró que tuvieron un incendio que se controló.

Sin embargo, ante el olor y el humo, el comisario y otros habitantes de Santa María Chi tomaron evidencia de las irregularidades en el lugar.

Para empezar, tiene un sello de clausurado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Na- turales (Semarnat) en su entrada, pero se ha mantenido funcionando. Asimismo, el agua sucia y los desperdicios son expulsados en dos puntos del complejo porcícola.

“Tenían unos contenedores que excedieron su capacidad y se supone que iba a colocar biodigestores”, dijo el comisario del lugar.

Lo cierto es que “vierten el agua sucia en un lugar, luego cierran la tubería y abren la del otro extremo”. Con esa práctica la suciedad de los cerdos se seca en el terreno, pero representa un peligro, pues es altamente inflamable por el gas metano en el estiércol.

“No sabemos qué estén haciendo realmente, pero queda claro que han seguido quemando porque se combina el mal olor y el humo”, explicó.

“Es su terreno y son como 2 mil metros cuadrados, pero lo que sea que hacen está afectando seriamente a la comunidad. Incluso las tuberías de donde sale el desperdicio se han quemado”, expuso.

Otro detalle puntual es la llegada de los camiones repletos de cerdos a altas horas de la noche, que son lavados a unos cuantos metros de las casas, ubicadas sobre la calle 23. El negocio en cuestión aparece identificado como Granja Porcícola Santa María en Google Maps.

Con la salud de su comisaría en

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