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Muere supuesto asesino
WASHINGTON.- James Lewis, el principal sospechoso del misterioso caso de las pastillas de Tylenol adulteradas con cianuro que dejó siete muertos en Estados Unidos en el 1982 e hizo que se cambiaran los envases de los fármacos falleció a los 76 años, anunció ayer la Policía.
Este caso sin resolver hizo cundir el pánico entre los estadounidenses y llevó a las empresas farmacéuticas a poner precintos en los envases de los medicamentos que se venden sin receta.
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Lewis fue encontrado inconsciente en su casa el domingo y declarado muerto poco después, informó la Policía en un comunicado hecho público el lunes a última hora del día.
Precisamente, ayer arribó al puerto de La Habana el buque escuela Perekop, de la Armada de Rusia, para “una visita oficial” que se extenderá hasta mañana, según la televisión cubana.
En octubre del 1962 el mundo vivió un momento de máxima tensión, después que Estados Unidos denunció la presencia de misiles atómicos en Cuba, instalados por la extinta Unión Soviética. Washington impuso entonces un bloqueo total contra la isla, que se tradujo en severas sanciones económicas, vigentes hasta el día de hoy.
Cuba ha exigido reiteradamente la devolución de los 117 kilómetros donde se encuentra la base, tomados por Estados Unidos desde el 1898, después de su Guerra de Independencia contra España.
Desde el 2002, Estados Unidos ha utilizado la base de Guantánamo como una cárcel para detenidos de la “guerra contra el terrorismo” que libró tras los atentados de septiembre del 2001.
La cárcel estuvo en el foco de mira de la comunidad internacional por las supuestas violaciones de los derechos humanos.
(Agencia)
“Después de una investigación, se determinó que la muerte de Lewis no era sospechosa”, informó la Policía.
Aunque nadie fue acusado de los asesinatos de Chicago, Lewis fue condenado a 12 años de cárcel por extorsión, tras haber enviado una carta al fabricante Johnson & Johnson exigiendo un millón de dólares para “detener la matanza”. Salió de prisión en el 1995 y siempre ha negado estar detrás de los asesinatos.

Las pastillas de Tylenol para el dolor de cabeza y la fiebre, de uso muy extendido, se mezclaron con cianuro y se volvieron a introducir en envases que se vendieron en farmacias del área de Chicago. Siete personas, entre ellas un niño y tres miembros de una familia, murieron tras ingerir una sola pastilla cada uno. (Agencias) romano un intercambio epistolar entre un alto dignatario de la Santa Sede y un sacerdote, en septiembre del 1983, tres meses después de la desaparición de la chica.
El secretario de Estado Agostino Casaroli, número dos del Vaticano, escribió entonces a un sacerdote, quien había sido consejero espiritual de la familia Orlandi.
Con esta carta Casaroli buscaba la confirmación de que Natalina, la hermana mayor de
Emanuela, había sido víctima de abusos sexuales por parte de su tío Mario Meneguzzi, ya fallecido. El confesor reconoció que la chica le había contado los hechos. La chica tenía prohibido hablar de ello so pena de perder su trabajo en la cafetería de la Cámara de Diputados, regentada por su tío. Los investigadores ya conocían estos hechos ya que fueron confi rmados por la propia Natalina Orlandi, según La7 . Me- neguzzi tenía contactos con los Servicios de Seguridad Interior de aquel entonces, respondió a varias llamadas anónimas recibidas por la familia Orlandi y evitó una investigación sin que las autoridades supieran cómo, informó ayer la prensa italiana. El retrato robot del hombre que fue visto con Emanuela Orlandi, el 22 de junio de 1983, el día de su desaparición, se parece al del tío. (Agencias)