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Caen ocho extranjeros en Irán

TEHERÁN.- Autoridades iraníes arrestaron a ocho nuevos sospechosos, tras la detención del autor de un tiroteo que dejó un muerto y ocho heridos en un santuario chiita en el Sur del país, informaron ayer medios oficiales.

El ataque en el santuario de Shah Cheragh, en la ciudad de Shiraz, aún no fue reivindicado, pero se produce menos de un año después de otro ataque similar contra otro santuario en la misma ciudad, en el que hubo 13 muertos y 30 heridos.

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BRANDON.- Seis expolicías de Misisipi se declararon ayer culpables de cargos estatales por torturar a dos hombres negros, en un caso federal relacionado con los derechos civiles.

Todos los acusados accedieron a las sentencias recomendadas por los fiscales estatales, que van de cinco a 30 años de prisión, aunque el juez no está obligado a emitir esa sentencia.

La pena por los cargos estatales se cumplirá al mismo tiempo que las condenas federales que recibirán. Cada uno podría recibir sentencias de prisión más largas en un Tribunal federal en noviembre.

Los hombres son cinco expo- licías del condado Rankin: Brett McAlpin, Hunter Elward, Christian Dedmon, Jeffrey Middleton y Daniel Opdyke, y el agente de la ciudad de Richland, Joshua Hartfield.

Los seis se declararon culpables de los cargos estatales de obstrucción de la justicia y conspiración para obstaculizar el enjuiciamiento.

Las víctimas, Michael Corey Jenkins y Eddie Terrell Parker, llegaron juntos a la Corte. Se sentaron en la primera fila, a poca distancia de las familias de sus atacantes. Monica Lee, la madre de Damien Cameron, otro hombre negro que murió en el 2021 a raíz de que Elward lo golpeara y lo electrocutara durante un arresto, abrazó a ambos hombres.

Los fiscales afirman que algunos de los oficiales se apodaban a sí mismos el Escuadrón Matón debido a su disposición a usar fuerza excesiva y encubrirla, incluyendo el incidente en que un agente disparó a una víctima en la boca.

En enero, los policías entraron en una casa sin orden judicial y esposaron y agredieron a los dos hombres con pistolas paralizantes, un juguete sexual y otros objetos. Los agentes se burlaron de ellos con insultos raciales durante una sesión de tortura de 90 minutos, luego idearon un encubrimiento que incluía plantar drogas y un arma, lo que condujo a cargos falsos que podrían haber enviado a una víctima a prisión por años.

Su conspiración se reveló meses después cuando uno de ellos dijo al jefe policial que había mentido, lo que provocó confesiones de los demás.

Luego que salieron a la luz los descarados actos de violencia policial en el condado Rankin, algunos residentes señalaron una cultura policial que, según dijeron, les dio a los agentes carta blanca para abusar de su poder.

(Agencias)

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