Farmaventas nº141

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el roce de los zapatos con la piel puede ocasionar rozaduras o heridas.

Realmente el olor desagradable es debido a las bacterias de los pies, a la suciedad, que fermenta y produce toxinas que van a oler peor.” Se pueden usar polvos desodorantes, como el alumbre, el talco o el ácido bórico o también plantillas de carbón activo en los zapatos. La humedad, la falta de higiene y el mismo sudor pueden provocar la formación de hongos en los pies. Debemos tener en cuenta que los hongos en los pies son contagiosos. Rozaduras de los zapatos En verano, como no solemos usar medias o calcetines, el roce continuado del pie desnudo con la piel del zapato puede o suele formar irremediablemente rozaduras y hasta heridas. Para evitar esto, mi consejo es cambiar a menudo de zapatos. Si la piel es muy dura, ablandar la piel humedeciendo con un algodón impregnado de alcohol y poniéndoselo o aplicar crema hidratante en la parte donde roza el pie y ponerse el zapato un rato para que se vayan adaptando. Usar calcetines hasta que se amolde el zapato al pie. Si ya ha aparecido la rozadura o herida, a parte de ser dolorosas es muy fácil que se infecten, por lo que debemos extremar los cuidados. Primero toca limpiar la herida y protegerla con

un apósito. Los hidrocoloides no deben sacarse, se deben dejar puestos hasta que se caigan por si mismos ya que además de proteger la zona como una segunda piel van a mejorar la cicatrización. Cuando ya ha aparecido la ampolla, lo ideal sería dejarla intacta y que se vaya absorbiendo por si sola , de este modo mejorará la cicatrización, ya que se mantiene la piel. Si la ampolla se ha reventado, se debe extremar la higiene con un lavado y aplicar povidona yodada. Esta secará la piel y ayudará a que cicatrice antes. Una vez esto tapar para proteger la herida. Si preferimos sacar la ampolla, los peregrinos o atletas saben perfectamente como hacerlo de la forma mas sencilla: traspasar la ampolla con un hilo y una aguja desinfectada, dejar el hilo toda la noche para que drene la ampolla y, a la mañana siguiente, estará vacía sin haber estropeado mucho la piel. Después se ha de cuidar como he comentado antes: con povidona, violeta de genciana o clorhexidina. Otra opción es extraer el liquido de la ampolla con una jeringuilla. Se debe tener mucho cuidado. Si en la ampolla hay sangre o pus, no se debe tocar para nada. Se debe aplicar pomada antibiótica para curar la infección. Cuidados de las uñas Todo el año se deben cuidar las uñas de los pies, llevándolas limpias y cortas pero en verano es reglamentario hacerlo con mas cuidado. Uno de los problemas mas habituales son el problema de la uña encarnada, sobre todo cuando se corta la uña demasiado corta. Se acaba clavando en el dedo y, al clavarse, se puede infectar. Es por ello que no se debería apurar la uña en el lado del dedo. La presión del zapato y al ir creciendo la uña puede provocar la infección. Otro de los problemas de las uñas de los pies son la aparición de hongos. La uña se engrosa, se seca y acaba despegándose del dedo y cayendo. Se debe cuidar con una laca con antifúngicos, como producto natural el aceite del árbol de te, pero si el hongo esta muy arraigado es difícil que solo con este aceite consigamos eliminarlo. Lo mas adecuado es acudir al dermatólogo o al podólogo si tenemos este problema. Deberíamos extremar la higiene del calzado si tenemos este problema para evitar en la medida de lo posible que se extienda.

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- Tripa FV 141.indb 64

16/07/18 13:42


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