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LÍDERES Alondra de la Parra

Directora de Orquesta

Desde muy chiquita mis papás me llevaban a conciertos y en la casa siempre había música sonando y entonces no recuerdo ningún día en mi vida en el que no estuviera yo rodeada de música y enamorada de la música, no recuerdo el momento en el que me enamoré de la música porque creo que siempre ha estado ahí

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¿Quiénes han sido tu inspiración para ir construyendo tu éxito?

Mis papás que siempre me apoyaron, que creyeron en mí, el sentido del trabajo y de la disciplina que tiene mi mamá y el siempre estar soñando que me inculcó mi papá. Sin duda, mi maestro Kenneth Kiesler , mi mentor, mi único maestro de dirección de orquesta que desde un principio me explicó que la música y el dirigir orquestas es un acto de generosidad, de servir más que cualquier otra cosa; y bueno también influencias como Kurt Masur, Simon Rattle de quienes también aprendí muchísimo.

¿Qué te impulsó a crear y dirigir la Orquesta Filarmónica de las Américas con sede en Nueva York, con apenas 23 años?

Yo tenía la inquietud de que existiera una orquesta que se dedicara a promover el repertorio de las Américas y a dar oportunidad a solistas de las Américas, pero no pensaba que yo era quien lo iba a hacer. Como estudiante yo decía , debería existir porque existe todo un repertorio que merece tener ese espacio en el mundo de la orquestas y fue poco a poco que me vi en la situación de hacer un primer concierto, un segundo concierto , un tercero y de repente ya me decían, ¿cuándo es el siguiente concierto? y así nace la Filarmónica de las Américas.

Has sido la primera mujer directora de la Orquesta Sinfónica de Queensland en Australia, has dirigido renombradas orquestas de Europa y Norteamérica, ¿Qué consejo puedes darle a quienes desean concretar grandes sueños y objetivos?

Visualizarlos, primero tienes que imaginarlo, creer en la posibilidad de que sucedan y eso se lo debo gran parte a mi padre que siempre que yo le decía “bueno es o no voy a lograr”, él me decía, no, nunca digas eso. Tu siempre imagina que sí, eso es una gran parte para lograrlo, imaginarse a uno haciendo lo que quiere y después está el trabajo de todos los días, la constancia , la disciplina y el seguir muy fuerte lo que te dice tu corazón y tu estómago. Más que lo que la gente opina, es seguir tu intuición, es un balance complicado pero se puede, es saber

¿Quién es Alondra de la Parra?

Soy Alondra de la Parra, soy directora de orquesta, también soy directora de muchas cosas pero quiero pensar que soy más bien artista que dirige.

lo que es lo más importante y mucho es saber decir que no y saber que muchas veces te vas a perder de cosas que quieres hacer, pero no siempre se puede todo.

¿Qué significa para ti ser Embajadora Cultural Oficial de México?

Pues lo oficial, para mí no es lo más importante, creo que yo nací sintiéndome Embajadora Cultural de mi país, porque amo mi país y me encanta compartir con todo el mundo las maravillas de México, de su gente, su naturaleza, su cultura, me siento muy orgullosa y quiero que la gente de fuera de nuestro país vea el México que yo veo.

Me gustaría ver a una sociedad generosa, empática, amorosa, en contacto con sus sentimientos, en contacto con los sentimientos de los demás y sobre todo si tuviera que reducir todo a una sola palabra sería “respeto”; si lográramos el respeto absoluto de todo, se arreglaría el mundo de un día al otro.

¿Qué te llevó a crear The Silence of Sound?

Primero yo tenía la inquietud de que hubiera un proyecto escénico que enamorara a todas las audiencias de la música sinfónica que tanto yo adoro, pero no sabía en qué lenguaje. Fue ahí cuando conocí a Gabriela Muñoz y dije ¡claro!, ella es la portadora de este mensaje, porque ella habita en el silencio y nosotros en el sonido, podemos juntar esos 2 mensajes para comunicar una historia.

Sabemos lo mucho que valoras apoyar a la infancia, podrías comentarnos ¿Cómo lo estás haciendo con Armonía Social y otras causas?

Siempre ha sido muy importante para mí dar clases, estar en contacto con la juventud y tratar de cambiar positivamente la situación para las siguientes generaciones. Un niño que toca en una orquesta, es un niño que inmediatamente ya sabe de respeto, de disciplina , de trabajo en equipo, sabe abstraer, sabe imaginar, es generoso y todos esos valores y muchos más que se aprenden en una orquesta, son el antídoto para todas las enfermedades sociales que podemos tener.Entonces por eso yo no dejo de insistir en que la práctica orquestal debería ser parte del desarrollo humano.

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