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Huellas del zapateo de contrapunto criollo afroperuano

HUELLAS DEL ZAPATEO DE CONTRAPUNTO CRIOLLO AFROPERUANO

Héctor Arévalo Robles48

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Cada paso crea una huella y cada huella es una historia y cada ayer es una estrella en el cielo de la memoria Rubén Blades

Efectivamente, siempre vamos dejando huellas. Algunas traen a la memoria recuerdos de momentos vividos; en otros casos, nos dan las pistas de algo que aún no se ha resuelto o, simplemente, está por descubrirse. Uno de los personajes más representativos de la cultura afroperuana es, sin duda, Victoria Santa Cruz Gamarra. Ella siguió las huellas de sus antepasados, y fue a través de la recuperación y revalorización el patrimonio cultural afroperuano —desde la danza, la composición y el teatro— que plasmó las propuestas artísticas que son recordadas hasta la actualidad. Uno de sus tantos aportes fue profundizar sobre el ritmo interior y su vínculo con lo ancestral. Ella afirma: África descubrió desde muy antiguo el secreto del ritmo, el secreto del movimiento. El negro vibra a partir del silencio. La importancia del silencio es vital porque es interior y requiere de una calidad especial de atención, exigiendo un esfuerzo mayor de nosotros mismos (Santa Cruz, 1978: 7).

Esta y otras ideas son desarrolladas con mayor profundidad en su artículo “Descubrimiento y desarrollo del sentido rítmico” (1978) y, sobre todo, en su libro Ritmo: el eterno organizador (2004). Es así como el ritmo

48 Estudió Educación en la Universidad Peruano Cayetano Heredia y Danza y Folklores Peruano en la Escuela Nacional Superior de Folklore José María Arguedas. Tiene más de 10 años de experiencia como actor, danzante y zapateador de la agrupación Teatro del Milenio. Actualmente se desempeña como docente en la Escuela Nacional Superior de Ballet.

se vincula con nuestro cotidiano, porque es, en esencia, movimiento, es el elemento que nos da orden en el tiempo, se manifiesta de forma consciente e inconsciente y se expresa en cada uno de nuestros movimientos. No está necesariamente vinculado a un aspecto artístico, sino que está en todo lo que nos rodea. Es una conexión entre el espacio temporal. Uno de los géneros dancísticos afroperuanos más relacionados con este elemento es el zapateo de contrapunto criollo. Victoria Santa Cruz, en su artículo sobre las danzas de competencia, publicado en la revista Folklore N° 2, menciona que el zapateo de contrapunto o “pasada” conserva todavía características africanas; es decir, un “cordón umbilical”. Sin embargo, ¿cuáles serían esas características a las que hace mención? También afirma que los negros adoptaron el estilo del zapateo español, pero imprimieron un estilo propio. A partir de las citadas reflexiones, me pregunto: ¿Cuál es la necesidad de crear ritmos con los pies? ¿Desde cuándo se hizo? El investigador, ensayista y crítico cubano Ramiro Guerra afirma en su libro Apreciación de la danza: El hombre ligado a la difícil lucha por la subsistencia, sin capacidad técnica aún para aliviar su constante guerra con los elementos, la tierra, y la vida animal que lo rodeaba, elaboró un sistema religioso con que interpretar la naturaleza, utilizando a la danza como medio mágico con que atraería o repudiaría a todos aquellos moradores del sol, la luna, la tierra, el agua, los árboles, los animales, la muerte, las estaciones, el día y la noche, la calma y la tempestad, etc. La danza, como la pintura, la escultura y la música, fueron productos utilitarios, ligados a la vida diaria del hombre primitivo (1990: 14).

En ese mismo capítulo, dedicado a la danza primitiva, resalta la comunicación hombre-naturaleza, aspecto muy importante para comprender cómo pudo originarse la acción de zapatear: De la relación con la tierra surgen los fuertes movimientos en que se patea al suelo, como símbolo de posesión de la tierra, y de compulsión hacia la misma para que dé su fruto, de la trasmutación de la fuerza vital del bailarín al suelo para que le dé respuesta de esa energía (1990: 14).

La danza utiliza al movimiento como su lenguaje de expresión y comunicación, es la esencia del ritmo. Entonces, podríamos decir que el ritmo es una forma de lenguaje y comunicación. En 2012, entrevisté al maestro José Orlando “Lalo” Izquierdo. En aquella ocasión, luego de contarnos sobre su experiencia como cultor del zapateo, señaló: En el contrapunto de zapateo, cuando el bailarín baila, hace contacto con el piso: es el contacto con la con la madre

naturaleza, la conversación con la madre naturaleza que nos provee de alimento y nos cobija y nos recibe cuando dejamos de existir.

Es probable que esa sea la conexión a la que se refiere Victoria Santa Cruz, esa conexión interna con nuestro pasado. En la actualidad, se vienen realizando estudios sobre el ritmo; entre ellos, un artículo titulado “¿Por qué marcamos el ritmo de la música con los pies?” este artículo fue publicado en julio de 2016 por la BBC News Mundo. Aquí, científicos de la Universidad de Oslo exploraron la relación entre los sonidos musicales y el movimiento corporal, a la cual titularon la “teoría motora de percepción”. Afirman que estas relaciones están íntimamente vinculadas con la cognición humana. Para percibir algo, debemos estimular activamente el movimiento asociado con aspectos sensoriales que estamos tratando de procesar; es decir, simular mentalmente los movimientos que se activaron en la generación del sonido. Esta reacción a la música genera movimientos corporales de diferente tipo. El zapateo está incluido dentro de las danzas de habilidad y competencia que están relacionados a la rítmica del festejo, y tiene como antecedente al agua’e nieve. El zapateo criollo o pasada y el agua‘e nieve (o agüe nieve), fueron difundidas a lo largo de la costa peruana y en las principales ciudades de la sierra. En la actualidad, el agüe’e nieve ha desaparecido, pero quedan registros de que tuvo un carácter competitivo entre bailarines independientes de ambos sexos. Ellos solo podían apoyar la planta y la punta del pie, más no el talón. Aquel que apoyaba quedaba eliminado. El reglamento de esta danza era similar al del zapateo y, al parecer, la diferencia radicaba en el paso tipo escobilleo de los bailarines. Don Vicente Vásquez expresaba que “era un tipo de paso mucho más fino que el del zapateo”, eran similares, pero no son iguales. Si bien ambos se acompañaban con guitarra y únicamente se conserva una melodía, pudieron haber existido otras más. El presente tema de investigación busca identificar los orígenes del zapateo de contrapunto criollo afroperuano, sus antecedentes históricos, zonas de difusión, los cultores, intérpretes y, no menos importante, el escenario actual donde se desarrolla este género. Es importante mencionar que el estilo de zapateo de contrapunto casi ha desaparecido, y es pertinente realizar un registro que permita dar a conocer su importancia y la relevancia como elemento de fortalecimiento de la identidad afroperuana. En 2014, por inquietud personal, decidí conocer con mayor profundidad este género, que ha formado parte de mi trabajo estos últimos diez años como actor, danzante y zapateador de la agrupación Teatro del Milenio; específicamente, en la obra Kimba Fa. La ciudad suena. Los avances alcanzados a la actualidad se basan en el recojo de información a personajes ligados a la tradición musical afroperuana como las entrevistas realizadas a los maestros Carlos Hayre, Adolfo Zelada y José “Lalo” Izquierdo, y la valiosa documentación otorgada por el investigador Guillermo Durand.

En cuanto a los materiales encontrados, podemos mencionar algunos alcances, tomando en consideración que tenemos datos e información en proceso de revisión y algunas visitas de campo pendientes. A continuación, mencionaremos los alcances encontrados: • No se ha encontrado material de investigación centrado en el zapateo criollo de contrapunto; es decir, no hay una publicación dedicada exclusivamente a él. • La referencia escrita más cercana sobre el zapateo afroperuano fue realizada por Rosa Elena “Chalena” Vásquez en su libro La práctica musical de la población negra del Perú (1982). La investigación solo toma como referencia la danza de negritos, danzas de zapateo que se realiza durante la Navidad en El Carmen y poblados aledaños. • La investigación de William D. Tompkins, Las tradiciones musicales de los negros de la costa del Perú (2011), hace una descripción de varios géneros dancísticos afroperuanos; dentro de ellos, el zapateo de contrapunto criollo. La información nos muestra un panorama más amplio en su zona de ubicación y difusión (valle de Chancay); es decir, otros lugares donde aún existe presencia de población afroperuana y por ende manifestaciones artísticas. • Se encontró una décima anónima que describe con claridad un duelo de zapateo criollo de contrapunto. Esta se halla en el libro Erasmo Muñoz, yanacón del valle de Chancay (1974), de los antropólogos José Matos Mar y Jorge A. Carbajal. Es pertinente mencionar que don Erasmo Muñoz

Vásquez, personaje al que el libro da voz, es mi bisabuelo, motivo que me da impulsó a ir tras las huellas del zapateo de contrapunto criollo. • Existieron danzas que tenían, como parte de su coreografía, pasadas de contrapunto, como el son de los diablos, las pallas negras, el hatajo de negritos, pisa de uva y la danza de negritos. • Considero que la información sigue siendo escasa. Lo poco que se ha escrito solo menciona la forma de ejecución —pasadas y amarres— del zapateo criollo y algunos personajes que estuvieron vinculados al género. Sin embargo, no se precisa el origen del género, o si es que existe alguna similitud con algún otro género de zapateo en Hispanoamérica. Esta forma y estilo de zapateo es recreada por los afroperuanos. Forma parte de nuestra identidad sin importar la raza o condición social. Este arte de crear y recrear formas rítmicas con los pies, único por sus características técnicas e interpretativas, es digno de conocer, apreciar y valorar. En la actualidad, se encuentran pocos cultores y pocos practicantes del zapateo criollo; está prácticamente desaparecida. Probablemente, el zapateo fue una expresión muy cerrada con muy pocos exponentes y participantes.

BIBLIOGRAFÍA

Guerra, Ramiro

1990 Apreciación de la danza. Maracaibo: Universidad de Zulia.

Izquierdo Fune, José

2012 Entrevista personal. Lima.

Matos Mar, José & Jorge A. Carbajal

1974 Erasmo Muñoz, yanacón del valle de Chancay. Lima: IEP.

Tompkins, William D.

2011 Las tradiciones musicales de los negros de la costa del Perú. Lima: CEMDUC.

Santa Cruz, Victoria

2004 Ritmo: el eterno organizador. Lima: PetroPerú. 1978 “Descubrimiento y desarrollo del sentido rítmico”. En Folklore. N°2. Lima: Instituto Nacional de Cultura.

Vásquez, Rosa Elena

1982 La práctica musical de la población negra del Perú. La Habana: Casa de las Américas.

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