Almanaque de los Pirineos 1935-1945. Edición 2016

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NOVIEMBRE

183 187

II GUERRA MUNDIAL 1941 • Blaue Division CONTEXTO INTERNACIONAL 1941 • Marx brothers

Presentación

190 educación 1939

• Hazañas bélicas

196

DICIEMBRE

II GUERRA MUNDIAL

1945 • Senderos de libertad

CONTEXTO INTERNACIONAL

1943 • Los panaderos rojos del Dinamo de Kiev

206 209 colofón • Educación, disciplina, contra el fascismo

215

ARCHIVOS CONSULTADOS Y SELECCIÓN DE BIBLIOGRAFÍA

8 o almanaque de los pirineos 1935-1945

199 204 CULTURA 1938

• Palabra de cura SOCIEDAD 1939

• Los Otros

214

CULTURA 1935

• Pyrenaica, la revista de los vascos

El Almanaque de los Pirineos se enfrenta a su reto más difícil, la década que abarca la Guerra Civil y la II Guerra Mundial; los diez años más duros de contar, los que partieron las vidas; los que significaron un antes y un después. Para los vencedores y, sobre todo, para los vencidos. El mapa que resultó de la sublevación militar de julio de 1936 dividió Aragón en dos mitades casi simétricas y estableció la línea del frente en el río Gállego durante casi dos años, desde la frontera hasta el sur de la provincia de Huesca y más allá. Los montañeses lucharon cara a cara, sin saber quién estaba al otro lado: un hermano, un amigo, viejos conocidos... Los altoaragoneses protagonizaron la Guerra Civil en el Alto Aragón, de forma más acusada quizás en el bando republicano. Hombres de Canfranc, de Biescas o de Jaca estaban al frente de las unidades republicanas que luchaban en el Pirineo, del mismo modo que otros de Sallent, de Sabiñánigo o de las localidades antes citadas luchaban al otro lado. Los pueblos quedaron determinados por el mapa bélico, que fijó su ubicación en uno de los dos bandos. Sobrarbe, Ribagorza y Somontano quedaron en el bando leal; La Jacetania, en el sublevado. Y el Alto Gállego y la Hoya de Huesca, partidas en dos mitades. Pero fueron cientos, miles, los evadidos de uno y otro lado que engrosarían las vanguardias que pretendían recuperar el territorio perdido. En las respectivas retaguardias, las mujeres y los ancianos soportarían los castigos y represalias. Aquellas que no se podían tomar contra el que no estaba. Porque el que corrió el riesgo de creerse inocente y permaneció en territorio hostil, pagó con su vida, sobre todo en aquella Nueva España. Después se daría un fenómeno espacial similar. Tras la retirada y la derrota definitiva de los republicanos, los aragoneses exiliados seguirían mayoritariamente cobijados en las faldas pirenaicas: primero en los campos de concentración, con mención expresa para el de Gurs (entre Mauleon y Oloron), después en los

Portada del Almanaque del Heraldo de Aragón de 1936, con prólogo de Francisco de Cossio, hermano del tratadista taurino. Archivo Barboza Grasa.

Portada de La Vanguardia del 12 de agosto de 1936 con el coronel Villalba vestido de miliciano en una visita a Lluis Companys.

almanaque de los pirineos 1935-1945 o 9


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