Como tomar el control de la preocupación Y no dejar que esta se nos vaya de las manos
Por Dr. Don Colbert Como sucede con el miedo, la ansiedad se ha asociado con una cantidad de enfermedades fatales como las cardiovasculares, con la hipertensión, la colitis y el mal de Crohn, el síndrome de colon irritable, las úlceras, los dolores de cabeza, las enfermedades de la piel como la soriasis, el acné y la disminución en la respuesta inmunológica que a su vez puede hacer que la persona sea vulnerable a enfermedades más graves. Muchas personas, sin embargo, no ven que haya nada malo en su tendencia a la preocupación. Permítame preguntarle: ¿le cuesta dormir porque se preocupa ante la idea de perder su empleo? ¿Siente un nudo en el estómago cuando piensa en las acciones o en su plan de jubilación? ¿Se siente molesta toda la mañana cuando su jefe llega de mal humor? ¿Siente como si por las noches estuviera sin esperanzas ni energía después de ver las noticias o programas que no muestran más que violencia, terror o guerra? ¿Sabe que sacrifica su salud a causa de la preocupación por el siguiente paso en su carrera? Algo anda mal La ansiedad es la incómoda y desagradable sensación de aprehensión que acompaña síntomas físicos como las manos sudorosas, la respiración entrecortada, los latidos acelerados y un nerviosismo general. La ansiedad suele permanecer más que el miedo porque es una sensación que continúa durante mucho tiempo aunque haya desaparecido la amenaza real. La ansiedad que es de menor intensidad, es lo que llamamos inquietud o preocupación. Sin embargo, la ansiedad también puede ser de alta intensidad. En estos caos puede existir un desorden de ansiedad. En el mundo de la medicina los llamamos ansiedad patológica. Los desórdenes de ansiedad son bastante comunes. Incluyen desórdenes de ansiedad generalizada, de estrés postraumático, de pánico, desorden obsesivo compulsivo y fobias. Algunos desórdenes de ansiedad son más peligrosos para el cuerpo que otros. Los más amenazadores son los que crean la liberación de hormonas del estrés que no cesa después de una experiencia en particular o después de que haya pasado el evento. Formas cotidianas de ansiedad Preocupación general: Sentir ansiedad severa o continua no es necesariamente patológico, en el sentido que la persona tenga una perturbación emocional o mental. En muchos, la preocupación simplemente se ha convertido en un hábito mental. Ellos ven automáticamente las situaciones en términos de la peor situación posible. Si su hijo adolescente se lleva el auto por la noche, esta persona va a pasar todo este tiempo mientras el hijo está afuera preocupándose si él tiene un accidente con el auto. El que se preocupa continuamente quizá permanezca despierto toda la noche pasando por una serie de posibilidad de “qué pasaría si”. Como con cualquier hábito mental que se arraiga en el cerebro este hábito de la preocupación general suele empeorar con el tiempo.