De Calles y Barrios - Edición 126

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Opinión

Abril de 2005

Divertimento celestial De redes y telarañas puntuación, la Iglesia debe ofrecer nuevas alternativas para su público, con el fin de incentivar la asistencia al encuentro con el señor: las misas, todas, tendrán aire acondicionado, nevera y zona de fumadores. La hostia se entregará en tres presentaciones: con arequipe, con leche condensada y la última, con las dos, por la que se le descontará un punto de salvación al Fotomontaje Sergio Botero cometer el pecado capital de la gula. Jairo Gutiérrez Usted se arriesga. Habrá una sala Periodista Universidad del Valle especial con el partido de fútbol de interés ojobizarro@hotmail.com general (siempre hay uno bueno a la hora de la misa) y las monjas repartirán os tiempos cambian y la humanidad cerveza y hot dogs entre los asistentes va necesitando nuevas motivaciones vestidas con los atuendos de cada equipo para sus antiguas creencias y en cantidades proporcionales. Los diversiones: por eso se salta del ajedrez asistentes a esta sala no recibirán al Nintendo, de las señales de humo a puntos de asistencia pero serán tratados Internet y del telégrafo al celular. Todo con beneplácito y jolgorio, viéndose necesita cambiar para poder sostenerse. obligados a una oración a Papá Dios en Porque somos un mundo de consumo y pro de su equipo preferido. de moda. Cada nueva invención revoluciona el mercado entero de ofertas Las misas tendrán un invitado especial y exige a la competencia nuevos a la lectura de la liturgia: actores, alicientes para sus clientes con el fin de escritores, políticos y modelos. Después permanecer a su lado. de la lectura del evangelio habrá un pequeño quiz de comprensión y La Iglesia no puede quedarse por selección múltiple, que en el mejor de fuera, y en especial la Iglesia Católica, los casos otorga cinco puntos y en el que tan poco ha avanzado en los últimos peor resta la misma cantidad. A quien tiempos, dándole campo abierto a nuevas religiones y a templos con se le sorprenda haciendo chancuco se le penalizará con dos misas obligatorias ofertas más novedosas de salvación. y una multa de media quincena laboral Roma debe empezar a expedir puntos por el delito. Las monjas deberán tener de redención por asistencia a misa, por patines para recoger la limosna y hacer ejemplo: cada misa tendrá un equivalente show de medio tiempo mientras los a 10 puntos de salvación. Si usted creyentes comulgan. comulga, tiene 10 puntos extra y si viene La Iglesia será muy divertida, además confesado, recibe seis de gracia para un total de 26 puntos. Si da limosna recibe porque se prohíbe hablar de política, no dos puntos más y si se sabe todas las se puede criticar la sexualidad y los canciones y el credo, le suman tres cantos serán realizados por importantes unidades. Al final de la misa cada feligrés bandas que van desde el rock hasta la hará sellar su cartón. Al completar mil salsa. millones de puntos usted estará completamente salvado, sin importar qué Si usted se pierde la misa, puede verla calaña de cristiano sea por fuera de la por Internet, donde le serán entregados Iglesia. Pero no suficiente con la la mitad de los puntos por asistencia.

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Aymer Waldir puntoaparte@linuxmail.org

H

ablaba con un compañero, la semana pasada, acerca de los amigos (¿?) conocidos a través de la red de redes: Internet. De las ventajas que nos ofrece la tecnología en este mundo cada vez más pequeño y más ajeno. De la disponibilidad de comunicarnos a bajo costo y con una velocidad que da hasta para ejecutar juegos de acción en línea. De lo lejos que estamos de los tiempos en que una carta interoceánica demoraba meses en llegar o no llegaba y de cómo ahora estamos a buen resguardo de largas esperas para que el destinatario envíe su respuesta, si éste quiere respondernos, por supuesto. La desventaja está, él mismo lo apuntaba, en desconocer datos de domicilio y no poder enterarnos por la prensa local de los sucesos o decesos en que eventualmente se pueda ver involucrado. Lo que es la paradoja, vivimos ahora algo similar a lo que en otros tiempos sentían los que arrojaban botellas al mar con manuscritos en su interior. ¿A dónde irán a parar en estas mareas virtuales?, ¿chocarán contra los arrecifes de un servidor en mal estado?, ¿se romperán viajando en el sobrecupo de los spam?, ¿será descorchada en el trayecto y su contenido llegará a ojos no gratos?. Ni el mismísimo Bill Gates podría dar respuesta a las humanas preguntas que nos surgieron esa tarde. En el tema de las personas conocidas por ese medio, el llamado “virtual”, encontramos que éstos no se distancian mucho de los personajes que

Fotomontaje Sergio

a diario nos topamos en el trayecto o estancia de casa a trabajo. Son una especie de muestrario de los distintos/ similares individuos que pueblan este pañuelo en el que habitamos (mi abuelo dijo: “el mundo es un pañuelo” y mi padre replicó: “con razón todos se quieren sonar en él”). Aparecen aquí y allá, los que presumen de saber mucho y los que saben mucho; los que se interesan en un solo tema y las fanáticas; los ardientes y lujuriosos que inundan los buzones con sus invitaciones y las ardientes y lujuriosas que aún no conocen (o no usan) mi dirección de correo para invitarme a alguna de sus travesuras; las obsesionadas con los temas de salud y los obsesionados con figura y cuerpo; los que no pierden oportunidad para soltarte una broma y los que repiten los mismos chistes en eterna monotonía; los que se preocupan por saber las últimas noticias de la farándula y las que se ocupan de enterarse acerca de los adelantos tecnológicos de su carrera. Los que se mantienen atentos a las ofertas laborales y los que revisan a diario si han ganado la lotería. Los estudiosos y los laboriosos, los huraños y las sensitivas, los envidiosos y los necios, los que murmuran y los que reprochan, los que juzgan y los que evalúan, los que opinan, los que callan… No enuncio más, aunque faltaba poco, para dejarle tarea al paciente lector que aún me acompaña a esta altura de la columna de opinión que en este periódico me prestan. La muestra recoge, con pelos y señales, con direcciones y rostros, las escasas obsesiones y temores de un animal triste y solitario que quiere aprender a ser feliz en compañía. Una selección de los que discurren su brevedad, entre los millones de años luz que tienen las estrellas, jugando a ser eternos. Un pequeño, pero suficiente fragmento, en el que se vislumbra a un ser errante entre los efímeros y frágiles caminos que le tocan, tratando de beberse todo de un sorbo. Un hombre que codicia la comida del otro sin terminar de alimentarse de la suya y que tantas veces habla o escribe… Botero sin tener nada qué decir.


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