2 OPINIÓN
CIUDAD CUMANÁ
OCTUBRE 2016
El Kiosco de Earle: ¡Paz, c…! D
urante la Guerra Fría, con guerras calientes como las de Vietnam, África y las guerrillas de América Latina, los movimientos pacifistas lanzaron un afiche con un grito desesperado: la imagen de Cristo y, arriba, la frase:
¡Paz, c…! John Lennon creó su “Imagine” y la juventud mundial su lema: “Paz y amor”, con la variante: “Haz el amor, no la guerra”. En Colombia, la paz acaba de tener
un traspié y la guerra una victoria pírrica, pero su pueblo abona un solo c amino: el de la paz. T/ Earle Herrera earlejh@hotmail.com
Chavistamente CLAP H
ace tres meses empezaron a llegar las bolsas del CLAP a nuestra comunidad. El consejo comunal, que hasta entonces y a más de cuatro años de su creación no era sino el esfuerzo de unos pocos y la apatía de casi todos, cobró vida y el CLAP dejó de ser una simple bolsa de comida. A mí me tocó ser la coordinadora de mi calle. Salí, cuaderno en mano, a hacer el censo entre mis vecinos. De 24 familias se anotaron 16, muchas con reticencia porque en esos días corrió una cadena de whatsapp que decía que, cuando te trajeran la bolsa del CLAP, serías obligado a firmar contra el referéndum o contra el decreto de Obama, o lo que sea, en fin, a firmar de algún modo a favor de Maduro. Algunos de mis vecinos me advirtieron que ellos no iban a firmar nada. Yo tuve que explicarles que
se trataba de un recibo y que, de todos modos, si los chavistas queríamos hacer trampas y robarles sus firmas, las podríamos haber sacado, por ejemplo, del SAIME o del SENIAT, donde tienen documentos firmados por todos nosotros, y nos saldrían más barato que cambiar firmas chimbas por bolsas de comida. Parecieron entender, entonces, lo idiotas que pueden ser las cadenas de whatsapp. La primera bolsa fue trabajo de hormiguitas, pocas, por cierto. Los voceros y 16 coordinadores de calle respondían por las bolsas de 336 familias. Algunos esperaban, chacumbelemente, que algo saliera mal para decirnos “¿Viste? ¡Te lo dije!. Para ser la primera vez y sabiendo que las primeras veces nunca son buenas, las cosas salieron bien, tan bien que a los 15 días los vecinos ya estaban preguntan-
do para cuándo la próxima. Después de algunos retrasos y de afinar algunas cosas, llegó la segunda ronda. Por el mismo whatsapp de las cadenas mentirosas le anuncié a mis vecinos que la bolsa venía llenita: dos harinas, arroz, azúcar, aceite, pasta, 2 pollos y jabón de lavar ropa. Esta vez todos se anotaron y no solo eso, sino que me ofrecieron ayuda. Mi calle, siempre alejada del consejo comunal, estaba incorporándose, ya no solo para recibir sino para ayudar a dar. Con el CLAP no solo cayó la mentira whatsapera de la usurpación de firmas, sino otro montón de embustes, como aquella que decía que las bolsas serían bachaqueadas por los chavistas que controlan los consejos comunales. Recuerdo todavía un tuit de Ramos Allup llamándonos bachaqueros.
Porque siempre han necesitado satanizar al pueblo organizado, y ya sembrada la matriz de los consejos comunales que se roban los recursos, qué tendría de raro que bachaqueen las bolsas del CLAP…. Otra mentira derrumbada era la de que si las bolsas eran solo para chavistas y que aquello era una cruel forma de control y sometimiento de la población, ¡fascismo puro! – whatsapeaban los whatsaperos. ¡Fascismo puro! –derramaban tinta los opinadores en los medios antichavistas que, probablemente leían algunos vecinos antichavistas mientras desayunaban arepas con harina de nuestro CLAP. Así es facilito derrumbar las mentiras. No solo no discriminamos a los que se oponen a nuestro proyecto, sino que terminan tan animados con lo que hacemos que se incorporan en él, por el beneficio
de todos. Así vemos ahora cómo comunidades que se resistían a la organización, se están organizando y no solo para obtener una bolsa de comida, sino para montar mercaditos populares, para hacer jornadas de salud, colectas de medicinas, para pintar alguna fachada, porque ya que estamos juntos y vemos que juntos podemos ¿por qué no, pues? Pocas cosas hay tan efectivamente chavistas como esta. La semana que viene vuelven las bolsas a mi comunidad, que ya está preparada porque descubrimos que los CLAP son mucho más que bolsas de comida. El amor entra por la barriga, decía mi abuela. La razón como que también.
Carola Chávez carolachavez.wordpress.com
Los gases de la MUD L
a desintegración de la MUD no es nada nuevo, ni se decreta ahora por “sugerencias” de JJ Rendón. Ocurrió cuando sus integrantes decidieron actuar al margen de la ley. No busquemos cinco patas al gato. Si había sobrevivido en el ánimo del pueblo opositor, debe tal ilusión a los poderosos medios de comunicación que aún permanecen en poder de la derecha y que -muy hábilmente-, lograron
hacerle creer que era oxígeno lo que salía de los pulmones de ese espurio aparato impulsado por el imperio. Como ocurre en todo acto luctuoso, la MUD también tiene su fecha de deceso. Estimo que falleció en abril de este año, cuando anunció las diligencias para activar el Referendo Revocatorio. Hacerlo entonces y no en enero, como estipula la Constitución, significó un burdo engaño a sus
t Presidente: David Velásquez t Directora: Madeima Henríquez t Twitter: @ciudadcumana500
respetables seguidores. Hacerlo entonces y no en enero fue, en consecuencia, cavar su propia tumba por prometer algo que luego sería imposible de cumplir. En todo caso, no debemos obviar la advertencia hecha por algunos, en cuanto a que dinamizar la consulta en abril no fue un acto de torpeza sino parte de un plan para alterar el orden ciudadano, tesis que no es descartable. Lo demás, es historia igual-
t Asesor Comunicacional: Ynmer Hernández t Asesor Cultural: Juan Azocar t Corrector: Enrique Lira t Instagram: @Ciudadcumana
mente conocida. Los llamados del 1ro de septiembre, del 7 y el 16 del mismo mes fueron más bulla que cabuya. ¡Ni hablar de los cacerolazos! que por momentos parecieron más contra Chúo Torrealba y Ramos Allup, que para rechazar al presidente Nicolás Maduro. El capítulo de Timoteo Zambrano (castigado por atreverse a razonar cívicamente), los llamados violentos de Lilian Tintori y compañía, más el terror justifi-
cado en torno a la imposibilidad de alcanzar el 20% de las firmas sobre manifestación de voluntad, terminan de configurar el acta de defunción de este engendro que perdió la gran ocasión de erigirse como espacio válido dentro del debate democrático venezolano. ¡Chávez vive…la lucha sigue!
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