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García Luna y lo que de verdad importa

ROBERTO MENDOZA @SoyRoMendoza

Los mexicanos somos unos humanos especiales. Hemos aprendido a luchar contra las adversidades y a conquistar a quienes se decían, desde hace mucho, nuestros señores y amos en la Conquista española. Si bien por 300 años no pudimos quitarnos el yugo, sí logramos imponer muchas costumbres nuestras a los españoles, quienes sucumbieron, primero, a la belleza de nuestra raza; luego, a su gastronomía, y después, a nuestra particular concepción del arte y visión de cómo los aztecas entendían el mundo. Logramos transformar y adaptar su religión. Cuando logramos que nuestra mezcla azteca, zapoteca, maya y otras, con la española, fuera más propicia, conquistamos el poder político, económico y social.

Somos mexicanos por identidad, diferentes a todos, únicos. Esto también explica cómo algunos mexicanos han conquistado un terreno, si bien ilegal y peligroso, no falto de su complejidad y característica histórica. La historia de cómo los mexicanos conquistaron en el mundo el terreno del tráfico y negocio de la droga, para bien o para mal, será parte de estudios universitarios, económicos, sociales y políticos en las próximas décadas.

En el sexenio del presidente López Obrador, se usa un juicio a un pequeño eslabón temporal de este negocio, que no explica nada, ni del tráfico, ni del entramado económico o político de este fenómeno, pero que está siendo utilizado para tratar de enredar la opinión pública, buscando manchar y acusar al que parece ser el enemigo político número uno del actual régimen; se llama Felipe Calderón, quien posiblemente hizo fraude o convenció a un muy pequeño grupo de mexicanos para que con su voto adelantara en las preferencias electorales y llegara a la presidencia en 2006 y no el actual presidente.

La venganza que se está instrumentando en su contra no es por su presunto vínculo con el narcotráfico, sino motivado por un profundo resentimiento de alguien que no supo, ni sabe, perder una contienda, de un personaje que no puede perdonar haber sido menos hábil en su momento. Desde la presidencia, se busca manipular la opinión pública en un caso, en el contexto histórico, en realidad menor.

Porque, si García Luna es culpable, justo es que se le condene. Ojalá fuera en México, pero si es en otro país, que sea y que caiga todo el peso de la ley contra él. Si en este juicio, que parece no ser el caso, se encuentran elementos suficientes para determinar que el expresidente Calderón tuvo participación directa en crímenes de narcotráfico o de otro tipo, que se le juzgue y entonces sí, el juicio podría ser de una trascendencia histórica y política de grandes dimensiones, y si se le encuentra culpable, que se le meta a la cárcel. La justicia siempre debe prevalecer.

El presidente y su administración, sería mejor que se concentraran en cómo resolver los grandes y graves problemas que vivimos a diario y dejarse de ocupar sobre el pasado que, siendo objetivos, no se puede cambiar, pero la actual crisis sí se puede combatir. ¿Por qué el presidente no se preocupa en solucionar la Inflación, la crisis gravísima de seguridad, el narcotráfico, la violencia y el secuestro contra mujeres, los robos y asesinatos, el problema de desabasto de medicinas, la crisis hídrica en varios estados del país, la corrupción, el huachicoleo, los ataques contra nuestra democracia y un larguísimo etcétera?

GALLO 12

Nuestro equipo ya es un zombi, a ciencia cierta no se sabe el porqué de esa pésima actitud que nos mostraron el pasado domingo; ya lo decíamos si no le ganamos a Mazatlán habría que “dedicarse a otra cosa”; y vaya partido infumable que nos hicieron padecer.

¿Cuál será la razón de tal desánimo? ¿Cansados de los malos resultados? ¿Impotencia deportiva? ¿Ya no quieren a Gerk? ¿La directiva no les cumple? ¿La falta de afición en la tribuna? ¿Todas las anteriores? Son incógnitas que como simples aficionados no nos podemos responder, solo nos queda rumiar nuestra impotencia y coraje por ver cómo están acabando con la mística del equipo de nuestros amores, nunca hemos sido un “equipo poderoso”, pero si con… amígdalas.

Honestamente es desesperante, que esta inoperancia en todos los niveles y ahora el bajón en la actitud, nos estén posicionando como un equipo intrascendente, del cual, fuera de Querétaro, nadie se acordará si llegáramos a desaparecer de la Primera División. Semana a semana nos preguntamos, ¿para qué Grupo Caliente compró al equipo? La afición queretana no nos merecemos tanta indolencia para con nuestro club. Los queretanos hemos padecido muchos sinsabores a lo largo de los años; queremos a nuestro equipo; lo apoyamos en las buenas y en las malas; somos una afición entregada a sus colores y a su escudo. ¿Por qué esta forma tan mala de trabajar? ¿Qué hicimos para merecer este trato tan ruin?

Y de un “futuro comprador” ni sus luces, ¿nadie querrá “hacer trato” con Grupo Caliente?

De los partidos, poco qué hablar, la derrota en Monterrey nos salió barata gracias a la dosificación de Vucetich, y el empate de ayer… uf. Pero estos tristes resultados también nos llevan a otras interrogantes, ¿qué hacen extranjeros como Duarte (11) y Torres (9) dentro del club? ¿De verdad, no hay chamacos con hambre de oportunidad en la sub-20?

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